|
Post by bachi on Jul 23, 2012 3:01:34 GMT -3
Circus Maxium ~ Avanzan por las filas, se escurren entre el océano de gente y al final chocan con los casi infinitos puestos de feria que están conglomerados en círculo, desordenados y bulliciosos. La atracción es ensordecedora y los colores invitan a los ojos curiosos a emborracharse de risa, es como una hipnosis inconsciente y si les duele tanto el cuello es solo porque no dejan de mirar hacia un lado y hacia otro. Arriba, derecha e izquierda, abajo para no tropezar con los pies. Pero la máxima atracción no puede ser vista de día. La máxima atracción se encuentra solemne y silenciosa en el centro del enorme campamento de puestitos, esperando que sea la hora para que el espectáculo estalle adentro. Baja el sol y se remueven nerviosos con el boleto en la mano. La gente no va, sino que corre hacia la entrada descomunal de la carpa violeta decorada de franjas doradas verticales. En la entrada frenan la marcha y se hace el silencio. La palabra que reza como letrero y como amuleto de la buena suerte sobre sus cabezas, hace juicio a la expectación general: Cupiditas, deseo en latín. Y ahí aparece, entre la oscuridad del interior, el presentador oficial de Circus Maxium, se prenden las luces y que empiece el show. Circus Maxium es uno de los otros muchos circos en el negocio, sin que nadie sepa bien de dónde salió o cómo. Su política es no tener política: Si no tienes nada que ocultar, eres bienvenido. Si tienes que ocultar algo, eres bienvenido de todas formas. El pasado queda atrás una vez que formas parte de la gran familia, y a no ser que cometas la imprudencia de faltarle el respeto a algún miembro, siempre serás considerado parte de la casa. Acróbatas, contorsionistas, payasos, magos, bailarines, trapecistas y domadores de animales son solo algunos de los pocos puestos que ocupan en la gran carpa. El show de Circus Maxium va desde lo tradicional hasta la presentación de toda una obra maestra de ópera. Toda clase de exóticas personalidades se desenvuelven dentro de sus paredes de lona, y no importa que tan grande, gordo o desquiciado seas, Cupiditas desea tu bienvenida. No circulan el globo porque no tienen forma de cruzar los océanos, pero se conforman con el continente europeo porque saben que la gente viaja de todas partes del mundo para verlos. Su última parada es Italia y es allí donde anunciarán su última noticia: Encriptado en los folletos de promoción dispersos alrededor de toda la ciudad, Circus Maxium ofrece abrir sus puertas para todo aquel que logre descifrar la invitación, pues está aceptando nuevos miembros en la familia. Serán puestos a prueba una semana y observados minuciosamente por toda la gran familia con el único objetivo de saber si son aptos para el trabajo… y para guardar el secreto. Porque cuando se abren las puertas de la carpa y durante la noche presentan su espectáculo, las cosas dentro del circo cobran vida. La pintura de los mimos no es pintura, durante la noche se vuelve piel. El fuego que escupen los lanzallamas se vuelve real y parecen dragones e incluso los trapecistas cuando actúan lucen como una nueve especie de humanos voladores, y si por casualidad un domador decide disfrazarse de elefante… sentirá algo más que solo atracción por el maní. Durante la noche Circus Maxium personifica a la perfección su papel. La familiaInversionista: Herr Adolf Hauffmann (Nit) Directora: Matilda Ivanés (Bachi) -Bruno Ivanés Vont (Bachi) Ayudante: Alejandro Suarez (Harry) Mago: Rufus Gray (Eve) -Asistente: Rita Marianna Chassier (Pankeh) Adivino: Lumiere Giordetti (Nit) Payasos: Treste (Nit), Hilaria Zanier (Milly), Santiago Terna (Bachi) Lanzallamas: Derian Krige (Milly) Domador de leones: Thomas Wilfric Omaia (Bachi) Trapecista: Fin (Nit) Bailarina hipnotista: Nuria (Eve) Malabarista: Noé Thibault (Rita) Maquillaje: Fin y Santiago Terna. Música: Fin. Vestuario: Fin y Sally. Cocinas: Lumiere Giordetti. Publicidad: Alejandro Suarez. Limpieza: Derian Krige. Los aspirantes- Lobelha Ryan: motociclista (Bachi) - Raissa Yapur: bailarina (Nit) - Sam Campuzzano: equilibrista (Eve) - Uzeil Brambilla: cantante e instrumentista (Milly) - Stephano Moretti: equilibrista (Nacho) - Gina Roncatti: contorsionista (Rita) - Cielo Vallejos: médico privado (Bachi) - Sally Cole: equilibrista (Eve) La competenciaBernard Saunière (Milly) Siro Skyler (Bachi) B. V. (Bachi) *Ficha* ►Nombre: ►Edad: No hay límite~►Sexo: ►Pertenece al circo (de qué trabaja) o no pertenece (puesto al que aspira): Acá pueden poner desde los básicos que ya mencioné arriba o incluso decirme que es un espía periodista ruso que se infiltró solo para robarse el secreto … Bueno, no tan así, pero creo que se entiende.►Habilidad: No son superpoderes, pero como evidentemente estamos en un circo, no es de extrañar que los personajes cuenten con algún que otro truquito bajo la manga.►Apariencia: ►Personalidad: ►Historia: Aclaren desde cuándo está en el circo (si está, claro)►Contactos: Personajes secundarios a los que en realidad no vale la pena poner en ficha pero que a veces son necesarios.►Otros: *Recordatorios*-Narrado en tercera persona. -Comentarios aparte, ya saben: (( )) [ ] {} etc etc. -Pueden tener los personajes que quieran y hacer con ellos lo que quieran (por ejemplo, desaparecer repentinamente). Me gusta jugar con la libertad que se toma el otro al escribir, pero siempre pueden preguntar. -Es un rol de seres humanos, así que a pesar de la pequeña excepción con el secreto del circo, ninguno tiene superpoderes. -Entre los trabajos del circo recuerden que hay más de los que mencioné, hay personajes que pueden ser por ejemplo veterinarios y payasos al mismo tiempo, y muchos otros trabajos incluso pueden inventarlos. Eso sin mencionar, que es normal que se repitan algunos puestos como trapecistas, entre otros. -Por si no quedó claro, cuando se hace de noche y mientras se lleve a cabo una función, el trabajo que ocupan los artistas “cobra vida”. Es decir, supongamos que su personaje es un mago y durante el día hace trucos de magia. Durante la noche ese personaje será un mago capaz de hacer magia. -No me molestan a mí los post largos, pero capaz pueden resultar un poco pesados. Los que sí me molestan son los de dos renglones TT A veces son inevitables, pero… en lo posible evitémoslos~ -Las inscripciones van a quedar abiertas indefinidamente así cualquiera que quiera entrar más adelante es bienvenido. PD: Si tienen más de un personaje, Bachi será feliz. Si hacen más de dos personajes, Bachi explotará de la dicha < Planeo empezarlo en cuanto haya un par de personajes y rolers dispuestos :3 así pasamos el rato mientras esperamos los otros roles
|
|
|
Post by bachi on Jul 29, 2012 0:02:27 GMT -3
La noche anterior no había podido dormir nada. Lobelha se la había pasado dando vueltas en la cama, soñando con payasos y con conejos de apariencia humana saliendo dentro de sombreros dorados, todo por culpa de una líneas, de una palabras que había visto en letras pequeñas sobre el dibujo de una carpa violeta que llevaba el nombre de Circus Maxium. El mismo póster de tamaño descomunal la saludó al otro lado de la calle cuando se asomó por la ventana de su cuarto y entrecerró los ojos concentrada. Claro, desde ahí no se veía nada, pero si uno se acercaba, si uno pegaba la nariz casi a la pared, podría llegar a leer con letras disimuladas con firuletes: "Si la curiosidad te atrajo hasta aquí, vas bien encaminado. Ahora solo hace falta que sigas un deseo y des un paso al frente" Era una adivinanza. Lo había pensado y lo había re pensado. Había visto el cartel arriba de la entrada de la carpa del circo, que rezaba "Cupiditas" en palabras grandes y claras. Y si había entendido tan bien como creía, la estaban invitando a entrar. Y ahora no podía sacarse de la cabeza la idea de que tenía que ir a ese circo a comprobar si lo que había leído era cierto. Matilda abrió los ojos y supo que ese día le iba a costar todo el doble de lo habitual. Lo supo porque cuando se levantó se golpeó la cabeza con una pequeña estantería que tenía sobre la cama y porque le llevó más de quince minutos encontrar las pantuflas. La noticia de que Adolf Hauffmann iría a visitarlos para ver cómo andaban las cosas la tenía nerviosa desde que había recibido la llamada. Sin mencionar que el maldito bastardo nunca avisaba el momento justo en el que aparecería, la convocatoria a nuevos artistas últimamente la tenía alterada. El hecho de que aún no se había presentado nadie como aspirante sumado a Hauffmann, era como dinamita en su cabeza. La mujer arrastró los pies por el piso del motorhome hasta el baño para darse una ducha que le despertara los sentidos. En Circus Maxium tenían tres de esos, tres casas rodantes de las cuales, obviamente, la más grande era la suya. Las otras dos servían como baño público para los artistas del circo, como "cocina seria" cuando a Lumiere se le antojaba preparar alguna que otra comida elaborada (cosa que raramente sucedía) Esa fue la tercera razón por la que comprendió que ese día sería difícil: Pensar en Lumiere por la mañana era una mala señal. Matilda se vistió veloz como un rayo y salió al exterior. Inspiró el aire mañanero con fuerza y se encaminó a la puerta trasera de la enorme carpa violeta que tenía en frente, rodeada por los vagones de tren en los que dormitaban la mayoría de sus empleados. Desde el frente le llegaba el bullicio de la gente que recorría los puestos de feria y eso sí fue, al fin, una buena señal. Al primero que vio mientras atravesaba el terreno embarrado, fue a Thomas. Inmediatamente Matilda enarcó las cejas, sorprendida de encontrarlo despierto a las 9 de la mañana, con una taza humeante en una mano y un periódico debajo del brazo, caminando tranquilo en ojotas. —Tú —lo señaló con el dedo índice. Thomas se sobresaltó. —¿Yo? —se hizo el desentendido. —Sí, tú tú. ¿Dónde está Alejandro? El hombre bebió un sorbo tan despacio que Matilda creyó que le daría un tic en el ojo. —¿Cómo puedo saber yo, dónde está tu asistente? ¿Quieres que le pregunte a Lumiere? —Otro sorbo. —Olvídalo. Ya lo busco yo. Thomas sonrió al verla desaparecer con energía por la entrada de la carpa. Sabía que para deshacerse de Matilda solo había que mencionar el nombre del adivino y la mujer echaría a volar. Pobre de aquel que se la cruzara de nuevo... El hombre caminó tranquilo y silbando hasta el vagón de sus leones, donde se sentaría a leer en paz, todo si tenía suerte y esa vez no encontraba a Nuria rondando como pantera asesina por las jaulas. La próxima vez que la viera, la pondría a limpiar. Si tanto quería ver a sus leones, que por lo menos les echara una mano a él y Derian. Thomas se encogió de hombros justo cuando vio pasar zumbando a su lado a Santiago. El muchacho iba tan apurado, tan concentrado que casi se lo lleva por delante. —¡Hey! —logró detenerlo antes de la colisión— ¿A dónde tan apurado? —A ningún lado. En ese momento no tenía tiempo para detenerse a charlar con nadie. Si Santiago no se reunía con Matilda y Alejandro rápido, lo matarían. Sabía que tenía, junto con Hilaria, Rufus, Fin y la pequeña Rita, repartir más folletos de publicidad entre la gente. Al viejo mago y la niña seguramente les asignaran la entrada a Circus Maxium (era sabido que Rufus no podía caminar como un caballero de 30 años con su bien puesta edad), mientras que a los payasos y la contorsionista los harían hacer una nueva ronda por la ciudad de Roma. El único problema era que no encontraba a su escurridiza compañera.
|
|
|
Post by ev7e on Jul 29, 2012 1:35:53 GMT -3
La joven se paseaba de un lado a otro, tintineado debido a la gran cantidad de pulseras y los largos pendientes que llevaba, tarareando una de sus canciones preferidas. El cabello largo, sedoso y bicolor, lo tenía cuidadosamente recogido sobre el hombro izquierdo. La blusa de un blanco impecable que apenas le cubria lo necesario y su larguísima falda completaban el look del día. A Nuria siempre le gustó ser el centro de miradas, por eso cuidaba cada detalle en ella y trataba de mejorar las imperfecciones para que nadie las notase. Por su lado pasó corriendo un niño de no más de 7 años gritando: "¡Mamá!¡Mamá!¡Tambien tienen leones!". Y claro que tenian leones, los leones más hermosos, grandes y melenudos que podían existir. No pudo evitar sonreir mirando hacia la jaula de sus mininos, como le gustaba llamarlos, tal vez iría a visitarlos luego cuando Thomas estuviese alli para hacerlo enojar un poco. -Anda y traeme algunos folletos del almacén, mi niña- le dijo Rufus caminando tranquilamente hacia la entrada del circo.-Acabo de escuchar a Matilda vociferando y mejor no ganarnos problemas tan temprano. Si ves a Rita por ahi dile que me ayude. Este viejo ya no tiene las mismas fuerzas que hace 30 años. -No diga eso- contestó suavemente Nuria mientras le daba un beso en la mejilla a modo de saludo- Tal vez no tenga la misma fuerza, pero apuesto a que si tiene mucho estilo. Rufus soltó una carcajada mientras se peinaba con las manos el cabello verde y se colocaba su amado sombrero de copa. -No me hagas conversación y corre. Mientras Nuria iba por los folletos, el veterano siguió su camino. Esos días en particular eran de su agrado, la gente iba y venia comprando en diferentes puestos, todos se veian alegres y alborotados. Se sacudió los zapatos enlodados y se dedicó a sonreirle a las personas que pasaban, de vez en cuando soltando algun piropo a alguna atractiva y madura mujer. A lo lejos divisó a un muchacho moreno y desaliñado que miraba y remiraba con curiosidad la gran carpa morada, parecia encontrarse en un serio e interesante debate interno hasta que decidió acercarse. -¿Me puede dar uno de esos folletos?-le preguntó Sam -Aqui estan-dijo Nuria algo agitada por la carrera que se habia dado hasta el almacén- No encuentro a Rita en ningun lado-agregó. Rufus le extendió uno de los folletos al joven mientras un brillo juguetón iluminaba sus ojos verdosos. -Te ves más interesado en el papel que en la realidad-observó -No entiendo lo que quiere decir esto-Sam señaló las pequeñas letras que más parecían adornos en la hoja de colores. -¿Y qué es esto?-le preguntó Rufus con una sonrisa- Tinta, impresiones, adornos, letra, colores...puede ser tantas cosas, mi joven niño. ¿Cuál es el interés? -Creo que es un mensaje oculto-soltó el joven mirando intercaladamente a Nuria y al viejo. La joven le sonrió coquetamente mientras ladeaba la cabeza y sacaba de algun lado una entrada para la función de esa noche. -¿Vendrás hoy?-preguntó. Sam se quedó helado. ¿Se le estaba insinuando? -S..S...Si-tartamudeó mientras sacaba dinero del bolsillo de los jeans, tomaba la entrada y olvidaba totalmente de lo que estaba hablando.-Gracias. Mientras el joven se alejaba, Rufus empezó a reirse. -Creo que lo intimidaste. -Iré a dejar esto en la taquilla- dijo con una sonrisa mientras cogía el dinero- Si es un chico inteligente, ya no tendra que volver a irse.
|
|
|
Post by Milly on Jul 29, 2012 2:32:44 GMT -3
—Sí... será mejor que se apresure —la voz de Derian se oyó calma y apagada a espaldas de Thomas luego de surgir su figura ausente desde el otro lado de las jaulas. Llevaba una escoba de exteriores en la mano, en esa actitud apenas perceptible de haber acabado con una labor que le tardó horas. Y como si la afirmación hubiera sido dirigida al viento, guardó silencio, pues no había en realidad ninguna otra cosa que agregar. Solamente una inclinación de cabeza tomaría forma de saludo para el domador de leones, acompañada por un pobre intento de sonrisa. Luego su mirada volvería a posarse con atención sobre Santiago, que se alejaba con asombrosa velocidad. No hacía falta desarrollar habilidades de adivino para vaticinar, considerando las circunstancias del tiempo reciente, que iniciaba un día más largo de lo acostumbrado. La sola idea le obligó a soltar un suspiro de cansancio premonitorio... interrumpido cuando viera a la distancia que sobre el apresurado muchacho, una figura finísima y ligera se le abalanzara sobre la espalda para interrumpir la apremiante carrera.
Se trataba de Hilaria, que cual ardilla aterrizaba limpiamente sobre el aludido sin fuerzas suficientes como para derribarlo sobre el piso.
—Buenos días, señor Terna ¿A dónde nos dirigimos con tanta prisa? —inquirió la joven con una risita aguda y despreocupada, agazapada sobre los hombros de su compañero de funciones sin demostrar verdadero interés por la pregunta interpuesta. Lo que realmente le interesaba era corroborar si había logrado darle un buen susto a Santiago tras aparecer inesperadamente desde su brillante escondite en uno de los vagones. Meneó la cabeza y su cabello apretado apenas siguió el movimiento, intentando liberar sin éxito algo de la energía rebosante con que su cuerpo amaneciera aquella mañana. Oía cada vez más cerca el bullicio de la gente, lo que contribuía a duplicar su emoción matinal habitual—. Creí que al menos me esperarías, colega.
|
|
|
Post by Pankeh on Jul 29, 2012 6:16:27 GMT -3
Intentando acomodar una roja y enorme flor que traía como adorno entre sus rizos despeinados mientras daba pequeños saltitos para alcanzarlo, la joven niña se acercó por detrás a Rufus cuando Nuria ya se había marchado- ¡Buenos días! -saludó con energía. Disminuyendo la velocidad hasta ubicarse a su lado y dejando en paz aquel llamativo accesorio una vez firme en su lugar, esbozó una sonrisa al tiempo que, fugazmente, su mirada se posaba en los folletos que tenía Rufus en las manos para luego encontrarse una vez más con el rostro del anciano-. Oí que me buscaba.
((Me hace sentir mal que sea tan corto, qué cáncer haha))
|
|
nitta
Full Member
Posts: 243
|
Post by nitta on Jul 29, 2012 7:41:49 GMT -3
((*Emoción*))
Aquella mañana Fin se había levantado emocionada, se había duchado, se había arreglado y se había vestido con ropas holgadas tal y como a ella le gustaba vestir. Su cabello ondeaba a su espalda hasta que cansada, se recogió las puntas en una goma para así finalmente entrar a su carromato. Besó a su padre y a su madre y finalmente salió corriendo por todo el campamento directa a encontrar a Santiago a quien atisbó de espaldas y apresuró su paso. -Estoy aquí, estoy aquí- quejó mirándole recuperando el resuello. -Podemos ir a repartir folletos por la ciudad.-Le sonrió. Estaba animada, ¿cómo no estarlo? Aquella noche luciría un espectáculo no apto para cardíacos pero es que era tan bonito y divertido sentirse libre mientras volaba de un aro a otro, de un trapecio a otro sin red abajo. Al principio su madre se había preocupado por ella, por si caía, por lo riesgoso que era pero, tras demostrarselo una noche mientras viajaban que no ocurría nada, la mujer se quedó más tranquila. -¿Esperamos a alguien más, Santiago?
Raissa había despertado y estaba ultimando el maquillaje sobre su rostro aguardando a que les trajeran el desayuno a la habitación, bueno mejor dicho Suite. Era una habitación ancha, espléndida, luminosa, con todo en su sitio y un tocador. A Raissa le encantaban los tocadores y pensaba -cada que veía uno- que las occidentales se lo montaban de maravilla. Ella era hija de una poderosísima y acaudalada y millonaria familia saudita al igual que el hombre al que estaba prometida y quien le había comprado aquel viaje a Italia en las vacaciones de verano. Evidentemente, estaban en el mejor hotel de Roma, en una de las mejores, caras y lujosas habitaciones del hotel con impresionantes vistas sobre las ruinas del foro romano. Allá arriba no llegaba ningún sonido, allá arriba solo eran vistas y espectaculares puestas de sol. Guardó todas sus cosas en su sitio y abrió el armario para empezar a vestirse, puesto que todavía andaba con bata.
Aquel que tantas cosas veía durante la noche marcadas en las pupilas de quienes quisieran arriesgarse a descubrir su futuro en sus palabras paseaba portando una taza de té en la mano, tranquilo por el lugar escuchando los sonidos matinales y sonriendo por ello. Vio de lejos a Matilda y decidió regresar a su "habitación" para esconderse de ella. Aquel andar le sonaba y era mejor alejarse de ella en ese estado. Se terminó su té relajadamente y finalmente salió en busca de Thomas quien ya estaba junto a Derian. Una vez junto a ellos les sonrió.-Anda animado el lugar-Y de nuevo llevaba el pelo revoloteado, de cualquier forma y es que era parte de su encanto o desencanto. Según. Sus ojos azulones, lo más destacable de todo él fijaron su mirada en los tres leones y sonrió. Amaba esas bestias, aunque no tanto como su domador. Evidentemente.
(Y Hauffman... ya aparecerá en el momento más inesperado, para fastidiar principalmente xD)
|
|
|
Post by ev7e on Jul 29, 2012 12:04:11 GMT -3
A Rufus se le encendieron las mejillas de la sola alegría que contagiaba Rita con su andar. En cierto modo le recordaba la juventud, no su juventud, sino en general. Libre, graciosa y con ganas de todo. -Buen día, pequeña-saludó el anciano mientras le entregaba la mitad de los folletos que tenía- Matilda estaba gruñona porque nadie se presenta aún. Asi que será mejor repartir más de estas cosas y rogar a quien sea que nos este viendo por una mente iluminada.-le sonrió- O algun loco descarriado como nosotros-rió.
|
|
Harry
Full Member
Posts: 112
|
Post by Harry on Jul 29, 2012 14:28:25 GMT -3
-Yo no lo haría. El resto ya está repartiendo folletos y seguro que Matilda ya está que trina- Contestó Alejandro, acercándose a Santiago, Fin e Hilaria Esa mañana se había despertado un poco más temprano de lo habitual: Serían las 8:30 y el ya estaba levantado con un café en la mano. Había dormido bien, si, pero la ansiedad le impidió seguir durmiendo. Sabía que hoy vendría el inversor, Adolf, y si bien no había tenido la oportunidad de verlo muchas veces, sabía que era motivo para estar nervioso. Ese tipo los financiaba, después de todo. Y no era el carisma en persona, por así decirlo. Pero otra parte del nerviosismo venía desde Matilda. Sabía que hoy estaría nerviosa, mucho más que él. Y sabía que tendría que lidiar con eso todo el día. "Debería tomar un té de tilo o algo así. Alguien va a tener que transmitir tranquilidad el resto del día." dijo para si mismo, mirando pensativo el café arremolinandose en la taza. Una búsqueda infructuosa de té después, Alejandro se decidió a salir. Fue saludando a la gente a su paso, buscando a los encargados de los folletos. No pasó demasiado tiempo hasta averiguar que Rufus y Rita ya estaban en lo suyo. Le tomó un rato más encontrar al resto.
|
|
|
Post by bachi on Jul 29, 2012 19:31:15 GMT -3
Thomas enarcó las cejas y tomó un sorbo de café en el preciso momento en el que soltaba a Santiago para dejarlo continuar su camino. Así era Derian, un sujeto extraño, no mucho más grande que él, con el que incluso tal vez podría haber salido a tomar unas cervezas por la ciudad junto con Lumiere… Claro, si ese Derian no hubiese sido como era. Lo último que el domador se hubiera imaginado, era ver a Derian soltando un par de risotadas con una jarra de cerveza en la mano. Estuvo a punto de replicarle, cómo era que sabía que Santiago tenía prisa, pero justo en ese momento, un poco más lejos de ellos, Hilaria calló encima del pobre muchacho. Los tres leones, que hasta ese momento habían permanecido tranquilos ante la presencia del escupe-fuego, levantaron las miradas adormiladas. Era evidente que la paz que irradiaba el domador de fuego no los perturbaba nada en comparación con la personalidad explosiva de la chica, que se sentía incluso a metros de distancia. —Bueno —esbozó una media sonrisa y dejó la taza y el periódico en el suelo, como si nada, observando de reojo la meticulosa obsesión de Derian por la limpieza— parece ser que no somos los únicos que tendrán un día pesado. ¡Ah! Justo hablando de Roma —Thomas soltó unas risas cuando Lumiere se les acercó y pasó un brazo sobre sus hombros— ¿Otra vez dejamos que Derian haga todo el trabajo duro? Qué mal de nuestra parte, amigo, qué mal… A ver, pongamos manos a la obra antes de que aparezca la señorita molestia —dijo refiriéndose evidentemente a Nuria—. Quiero darle de comer a mis tres chicos antes de que Matilda tenga excusas para regañarme.
—Es que te esperé —Santiago gruñó por lo bajo, molesto porque lo acusaran de no comportarse como un caballero. Miró a la chica por sobre su hombro, con el ceño fruncido. Era perfectamente consciente del intento en vano de la hiperactiva jovencita por asustarlo. No sería esa la primera vez, e incluso en varias oportunidades había intentado preguntarle las razones de ese experimento, sin conseguir muchas explicaciones a cambio. Podría decirse que Santiago ya estaba algo acostumbrado a la vibrante energía de Hilaria, y la respetaba como colega por su impecable trabajo, sin mencionar que, aunque nunca se lo hubiese dicho, la consideraba también una muy buena amiga. —Tenemos que ir con Matilda… —pero dejó las palabras en el aire cuando Fin se les acercó. Inmediatamente descubrió que se hallaba rodeado de mujeres (como si dos fuesen muchas) y se puso algo incómodo—Pues… —comenzó hasta que Alejandro lo sobresaltó, salvándole de tener que dar explicaciones. La paz les duró poco, poquísimo. —¡AH! ¡Maldición, Alejandro, AL FIN! Matilda caminaba hacia el pequeño grupito y juzgar por la mueca en su rostro, los había estado buscando hacía rato.
|
|
|
Post by Milly on Jul 29, 2012 22:17:01 GMT -3
Derian se encogió de hombros, como haciéndose el desentendido ante el comentario de Thomas al mismo tiempo que estrechaba una de las manos del recién llegado, con una sonrisa silenciosa y lánguida. No le molestaba dedicarse diariamente a las tediosas tareas de limpieza, porque de cualquier modo estaba obligado a realizarlas por algún impulso enfermizo al que su mente lo mantenía eternamente sometido. A menudo deseaba ser más como esos dos hombres que tenía en frente, tan respetables y mucho más preocupados de cosas que eran realmente importantes... como tomarse la vida con calma. Pero la propia naturaleza es siempre más fuerte. Tan mudo como se lo podía encontrar cada mañana, asintió a la propuesta del domador de leones sin pensarlo siquiera. Prefería actuar por iniciativa propia todo cuanto le fuera posible antes que tener que cumplir las tareas asignadas por Matilda, por simple gusto a saberse con algo de espacio. Sostuvo con más fuerza la escoba y dio media vuelta para continuar, pero antes de dar el primer paso, otra vez observó a sus compañeros. —Me llevaré esto —y recogió del suelo taza y periódico sin poder contenerse, con un tono de voz dirigido a Thomas que sonaba más parecido a una tímida solicitud que a una observación imperativa.
—Lo que pasa es que me desprecias por ser la nueva —replicó Hilaria unos metros más allá, fingiendo ignorar el argumento de su compañero con un tono tan dramático como risueño. Sabía que con cada nuevo y descabellado comentario emitido cada día se arriesgaba a perder la prodigiosa paciencia que el muchacho le concedía, más no podía dejar de poner a prueba el límite de su paciencia—. Pero no será por mucho más tiempo, así que ya deberías ensayar el tenerme algo de cariño. Y tan rápido como las cosas solían ocurrir al interior del circo -lo que no dejaba de fascinarla-, pronto estuvieron a su lado Fin y Alejandro, cerrando el marco la progenitora de todo aquel revuelo matinal. Al ver a la directora, la flacucha chiquilla bajó de un solo salto de la espalda de Santiago, saludó de un sonoro beso en la mejilla a la joven trapecista y de un abrazo a Alejandro para luego arrastrarlo enérgica hacia la señora y ahorrarle el trabajo de tener que caminar hacia el grupo. —Aquí está, Matilda. Aquí estamos todos. Usted disponga —cantó, lista para empezar el día.
|
|
|
Post by ev7e on Jul 30, 2012 14:44:09 GMT -3
-¿Antes de que venga quien, Thomy?-preguntó Nuria acercándose por detras del domador, pasando adrede muy cerca de uno de sus leones y con una sonrisa un poco diabólica. Tenía un caminar lento y acompasado, como si siguiera el ritmo de una música suave dentro de su cabeza.-No creo que estes hablando mal de mi cuando yo no estoy cerca ¿Verdad?-agregó ladeando la cabeza y sacandole la lengua solo para fastidiarlo. -Buenos días- saludó a Lumiere y Derian con una risita- Por lo que veo, todos decidieron madrugar hoy.
|
|
|
Post by bachi on Jul 30, 2012 17:26:27 GMT -3
Thomas soltó una carcajada al ver la expresión casi turbada en el rostro de Derian y asintió. —Lo sabía... —fue todo lo que dijo, mientras daba media vuelta en dirección a las jaulas a mirar a sus queridos hermanos— ¡Lumiere! ¿Qué les has preparado hoy a los chi... Sus palabras quedaron en el aire y sin terminar, mientras una expresión frustrada le invadía el semblante. Ahh, cochino karma. La voz de Nuria se le había clavado en el abdomen mientras sonreía, casi con malicia. La suya era una guerra no planeada tácitamente, y sin embargo, en la cual los dos habían accedido a participar. —Nuria, nena, si te sientes aludida por algún tipo de palabra desagradable que haya salido de mi boca, es solo imaginación tuya.
Santiago iba a replicar, pero se quedó con la boca abierta y bufó en cuanto Hilaria se les alejó, arrastrando al pobre de Alejandro bajo el ala "no-tan-protectora" de Matilda. A la chica solo le faltaba hacer un saludo al estilo militar y la escena estaría completa, pensó para sus adentros el chico. —Perfecto —contestó la directora cruzándose de brazos y examinando críticamente a su ayudante—. Te estuve buscando toda la mañana, y si bien no me interesa saber dónde te bañas o dónde tomas el café, tienes que decírmelo —Ahí iba de nuevo, taaan exagerada como siempre. En menos de unos segundos, se volvió a los otros tres— Tú, tú y tú —Los fue señalando uno a uno—, hay una motocicleta esperándolos en la entrada del circo. Los quiero dando vueltas por la ciudad y repartiendo folletitos como si sus vidas dependieran de eso —Se rió—... y de hecho, dependen. Pregúntenle al viejo cachondito del mago... ¡No puedo creerlo! Un anciano de 87 años ya trabajando y ustedes todavía aquí. Al ver que ninguno reaccionaba, se puso a palmear. —¡Vamos vamos! ¿Qué esperan? ¡Quiero ver pelucas de payasos y volteretas en el aire saliendo por la puerta de mi circo en menos de...! —Tomó el brazo de Alejandro y miró su reloj de muñeca— ¡De quince minutos! En cuanto a tí, tenemos ciertos asuntos "Hauffmann" que resolver...
|
|
Harry
Full Member
Posts: 112
|
Post by Harry on Jul 30, 2012 19:14:41 GMT -3
((Comienzo a creer que mis personajes tienen una tendencia a ser arrastrados )) Se esperaba algo. Es decir, siempre reaccionaba de alguna manera esa chica ante ese tipo de situaciones. Pero nunca sabía como. Ni cuando. Y fue por eso que el arrastrón de Hilaria lo tomó por sorpresa. En el año que llevaba ella en el circo, Alejandro aún no había conseguido predecir con exactitud sus reacciones. Casi tropieza unas cuantas veces en el tramo que los separaba de Matilda, pero se las arregló para mantenerse en pie. Y, una vez frente a la directora de aquel circo, casi llega a hablar, pero ella fue más rápida. El regaño recibido (Contuvo una risa al recibirlo. Algo le encontró gracioso, aunque no sabía bien que) y las órdenes dadas, el pelirrojo volvió a centrarse en no caerse mientras lo llevaban del brazo nuevamente -Hauffmann...Refrescame la memoria ¿A que venía la versión menos simpática de Hitler?
|
|
|
Post by ev7e on Jul 30, 2012 19:21:13 GMT -3
La joven intentó regalarle su mejor sonrisa, pero por más que lo intentase lo único que podia ofrecerle era una gesto retador. -Entonces supongo que no te importara que me quede por aqui y te ayude un poco con tus bebés- sugirió mirando encantada a los majestuosos leones y luego esperando una respuesta por parte de Thomas.- Prometo no alterarte mucho. Solo me basta con verlos un rato-agregó. Era cierto que él no le agradaba mucho, no como persona, sino por las constantes peleas que tenía solo por su gusto por los felinos. Esa era la rareza de Nuria, si bien no se llevaba del todo bien con los humanos, lo compensaba con su amor hacia aquellos animales.
|
|
|
Post by bachi on Jul 30, 2012 20:31:31 GMT -3
((xDDDDD No sé por qué, se me vino a la mente Lhana~))
Matilda soltó una carcajada socarrona ante el astuto comentario del pecoso. —Anótame ese para la próxima vez que lo veamos —le susurró—. Tal vez si nos ponemos bigotitos rectos y lo saludamos con los brazos arriba, logramos sacarle un poco más de dinero de sus bolsillos con candados. Pero la sonrisita se le fue tan rápido como apareció, cuando atravesaron el campo repleto de gente para internarse de nuevo en la gran carpa. Dentro los esperaba el acogedor aroma a café del viejo cacharro en su oficina. Si tenían suerte, Lumiere se habría encargado de dejarles algo caliente y un par de tazas. —Hauffmann viene a ver qué tal va la cosa —gruñó la mujer por lo bajo y mordisqueó el habano, nerviosa de pensar de nuevo en aquella llamada fría y cortante—. Y ya sabes: No sé qué mierda de dimensiones utiliza para medir si la situación va bien o va mal.
Touché. Ahí iba de nuevo esa rapiña astuta. Jerry, Mafuma y Montesquieu se entretenían, ya bien despiertos (y hambrientos), en mirar a esos humanos chismosos que los molestaban. El único aroma que reconocían bien era el de Omaia. A Lumiere lo reconocían desde lejos, era él quien les llevaba los pedazos de carne jugosos, y en cuanto a Nuria... Era una mujer, y eso simplemente bastaba para que sus gordas panzas se pusieran boca arriba. Thomas los miró, entrecerrando los ojos. —Vendidos —se quejó en voz baja hacia los felinos, antes de volverse a la visitante indeseada—. Solo voy a poner una condición si quieres quedarte aquí y ayudar —Entornó los ojos y esbozó a penas una sonrisita petulante.
|
|
|
Post by Milly on Jul 30, 2012 21:08:56 GMT -3
Como haciendo eco a los pensamientos de Santiago, Hilaria juntó sus pies con un golpe seco y posó recta su mano derecha sobre la cabeza a modo de solemne saludo marcial, con evidente desenfado ante los desagradables comentarios de Matilda. De hecho siquiera había conseguido descubrir en ellos algún tono de hostilidad. —¡A la orden, señora! —exclamó con un pobre intento de agravar su voz, observando a la mujer retirarse cual torbellino enfurecido. Y luego, echó a correr en busca del mencionado mago sin perder tiempo. Le urgía liberar algo de energía, y montar una motocicleta se tornaba por tanto en la mejor de las perspectivas. Apenas un segundo se volvió hacia Fin y Santiago para dedicarles un jugoso desafío: —¡Apuesto a que no me alcanzan!
Y en tanto el grupo encabezado por la directora se disolviera lentamente, Derian se resolvía a realizar abandono definitivo de las inmediaciones de las jaulas. Era cosa de tiempo para que Matilda se presentase ante ellos para dar nuevas instrucciones, lo que combinado a la tensa atmósfera que se instalaba ahí donde Thomas y Nuria se encontrasen, convertía el contexto en el menos deseable para una mañana ajetreada. Y aún quedaba mucho por hacer. Pero luego... supuso que sería aún peor rehuir por más tiempo el ánimo inquieto de la mujer a cargo del negocio. Así que se largó con la escoba, la taza y el periódico para volver rápidamente luego, realizando un esforzado intento por ignorar la discusión de sus compañeros en tanto limpiaba los barrotes con un paño húmedo. Esperando la llegada de lo inevitable.
Uzeil observó el periódico sin demasiado interés antes de convertirlo en un rollo que cobijaría bajo su brazo. Pagó al vendedor del pequeño puesto y retomó su camino por las aceras con la lentitud propia de los que aún no despiertan del sopor típico de las primeras horas de la mañana. Odiaba ser el chico de los mandados dentro de la familia... mas lo consolaba la idea de que algún día, no tendría que responder a órdenes de más nadie. 'Será pronto', se decía a menudo, acaso creyendo que mientras más repitiera la frase, podría convencerse de ello. Últimamente su vida lo hacía sentir ofuscado con más frecuencia de la conocida. Y como ahora, le era imprescindible en esos momentos tomar asiento para inspirar hondo y olvidarse de todo un par de segundos. Así lo hizo al tropezarse con el primer asiento que divisaran sus ojos.
|
|
Harry
Full Member
Posts: 112
|
Post by Harry on Jul 30, 2012 21:55:08 GMT -3
La expresión de Alejandro evolucionó de manera similar. Rió ante el comentario de Matilda, pero la sonrisa se borró apenas ingresaron a la carpa. Era momento de ponerse serio y pensar una estrategia, una manera de recibir a un hombre de quién dependían completamente. Tomó su café y se desplomó en la silla. Miró el líquido pensativo unos segundos...El segundo café de la mañana. Tanto café junto no podía ser bueno. O, al menos, no debía serlo en esa situación. Pero bien ¿Quién era él para quejarse?. Bebió un sorbo y suspiró. -No sabemos que dimensiones usa, pero si en que mide esas dimensiones: Dinero- Contestó, tomó otro sorbo- Y nuestras finanzas andan bien. Estamos recaudando lo de siempre, quizá algo más de la habitual. Hizo una pausa, llevó la vista al techo y continuó hablando. -Mi preocupación pasa por el proyecto de reclutar nueva gente. Hay que convencer al tipo este de que más gente en el circo no será una périda, sino una ganancia para él. O rogar por que no se entere.
|
|
|
Post by bachi on Jul 30, 2012 22:00:23 GMT -3
Así que al final sí lo había hecho... Lanzando un suspiro, Santiago se acercó lentamente hasta donde estaba la chica, esperándolos para iniciar una carrera en la que él (no hacía falta preguntarlo, de hecho) obviamente no participaría. —No hace falta que apostemos nada. Ya todo el mundo sabe que es imposible alcanzarte —contestó poniendo dos manos sobre los hombros de la chica y empujándola para caminar hacia delante lentamente. Así podría controlar que no saliera despedida en dirección en la moto—. Además, primero tenemos que cambiarnos, cabeza de chorlito —Frunció el ceño y se miró los pantalones de rayas grises y negras. ¿Qué clase de payaso saldría vestido de esa manera? Apartando la idea con un escalofrío, insistió. —Vamos, vamos —Cada una de sus palabras salía tranquila y pausada. Como si respirar costase la vida misma—. Todavía tienes que pintarte. Esta vez Fin puede darnos una mano.
Estaba llegando tarde de nuevo a sus clases, así que decidió terminantemente que no iría. Lobelha guardó el celular en el bolsillo y tras hacer un globo con el chicle de tuti-fruti, emprendió la marcha, escabulléndose por una de las callejuelas de la ciudad. Los añejados edificios la rodeaban, pero el bullicio que salía de cada una de sus casas le daban vida a los años metidos entre los ladrillos. Una vez que salió de entre las sombras y el sol le pegó de frente, la chica frunció el ceño y rebuscó con la mirada entre la gente que empezaba a deambular por la plaza, cerca de la fuente. Ahí los veía de nuevo, los inmensos afiches patrocinando funciones de circo que los dejarían a todos con la boca abierta. Pero esa vez no era eso lo que estaba buscando. Le había llegado el rumor de que ese día gente del circo saldría a recorrer las calles (un rumor que seguramente era más bien publicidad) y ella estaba empecinada en preguntarles, abierta y directamente, de qué diablos iba todo aquello de la adivinanza. Se compró una Coca-Cola y se hizo un lugar sentándose en el paredón de la fuente.
((Maldito Jarra que se me adelanta xDD)) La directora se había ubicado detrás de su escritorio y la daba la espalda mientras se servía café con una mano, e intentaba prender el habano con la otra. —¡Exactamente de eso hablaba! —exclamó cuando se dio vuelta y golpeó el escritorio— ¿Ves? Sabemos como es Hauffmann, es un maldito conservador quisquilloso. Ya implementar nueva tecnología en las luces y en el sonido nos costó lo suyo... ¿te imaginas qué hará en cuanto se entere que repartimos, casi literalmente, folletos por toda la ciudad invitando gente a unirse? —Hizo una mueca mientras se sentaba sobre los papeles— Si se lo ocultamos y lo descubre, rodarán cabezas Alejandro, y te puedo asegurar que serán nuestras cabezas. Si en cambio se lo decimos... ¿Qué vamos a hacer si se niega? Bueno, tampoco es que haya venido mucha gente a presentarse —añadió lo último de repente, con el humor tan amargo como su café— ¿Qué mierda sucede con la gente hoy en día? Poco detallista, poco curiosa.
|
|
|
Post by ev7e on Jul 30, 2012 22:27:11 GMT -3
Nuria observó cuidadosamente cada gesto del domador mientras que en su cabeza cruzaban a mil por segundo las diferentes trampas que podria ponerle este en su camino. Miró tiernamente a los leones apenas a un metro de ella, si que lo valian. Fulminó con la mirada una última vez a Thomas antes de rendirse a lo que viniese. -Dilo-dijo ella cruzandose de brazos.
[[Mini postie c:]]
|
|
Harry
Full Member
Posts: 112
|
Post by Harry on Jul 30, 2012 22:36:47 GMT -3
((JA! Velocidad Jarrense (H)))
-Es la televisión. O internet, o alguna de esas cosas. La gente se pregunta cada vez menos cosas. O si se las preguntan, las respuestas están servidas en bandeja. Ya nadie se pregunta e investiga por su cuenta. Se frenó miró el ya casi desaparecido café. -Dios...Sueno como alguien de ochenta años.-Sonrió, una sonrisa fugaz-Pero volviendo a lo nuestro, diría que el ocultarlo no es opción. Las consecuencias son demasiado grandes. Y aún así, la otra opción, "blanquearlo" todo. ..Es dificil que funcione. Comenzó a hamacarse en la silla, meditabundo. -De todas formas, si los que se postulan llegaron hasta acá, ya de por si deben ser algo excepcional...Podríamos ser más exigentes de lo normal, para convencer al alemán que las ganancias van a ser más que las pérdidas.-Concluyó y suspiró, no demasiado convencido.
|
|