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Post by ev7e on Jul 31, 2012 22:51:48 GMT -3
No debió, por su bien nunca debió abrir la boca. Nuria clavó como dagas sus grandes ojos marrones en los de Derian, no los iba a apartar. Oh no, claro que no lo haria y si en sus manos estaba, recurriría a todo lo que estuviese a su alcance para que él tampoco lo hiciera. La joven empezó a barrer el lugar indicado, con fuerza y casi con furia asesina. Pasó la escoba una vez más por donde ya estaba limpio, ella misma se movia como un felino dentro de la jaula hasta estar completamente segura de que no habia dejado rastro de suciedad dentro de aquel recinto. -¿Suficiente?-preguntó.
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Post by Milly on Jul 31, 2012 23:14:08 GMT -3
Hilaria cerró los ojos. Y se imaginó por un momento ser una obra de arte sin vida entregada a las manos de su creador. No era difícil, porque Santiago había sido dotado con un talento especial para convertir la línea más simple en una pieza de color única; siquiera su falta de seriedad podía interponerse con aquel trabajo sublime. Luego volvió la silla hacia el espejo para juzgar el resultado de su inesperada paciencia. —¡Mira, Fin, mira! ¡Soy el universo completo! —exclamó emocionada, casi hipnotizada por el reflejo que el cristal le devolvía. Desde el mismo observó el rostro del payaso como si hubiera descubierto al redentor de sus inexistentes tormentos. —Si el señorito Santiago lo dice... —saltó al cuello del joven para adueñarse del labial que le recomendaba, sin preocuparse por acabar la oración—. Si nadie que reciba un folleto se inspira con esto... no lo harán con nada. A ver cómo combina con lo que te hagas. Pintó sus labios como si en ello le fuera la vida, alegrándose de existir al fin algo que podía hacer por sí misma... o casi. Ni siquiera había escogido el color.
El tono arisco en la voz de la mujer llevó a Derian a sospechar que por primera vez en el día estaba dirigiéndose a él. Sin verse afectado por sus modos evaluó el resultado final para luego sostenerle la mirada. —Sí, gracias. Estuvo a punto de apartar la mirada para decidir iniciar un nuevo quehacer... mas hubo algo difícil de precisar que se lo impedía. Entonces comprendió lo que Nuria pretendía. —Intentaba ayudarte solamente —Encogió sus hombros, alegando a la exageración innecesaria que la mujer daba al comentario. Él no alimentaría el fuego para otra ronda de rivalidades. Simplemente no podía.
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Post by bachi on Jul 31, 2012 23:23:43 GMT -3
((CONGRATZ POR LA TERCER PÁGINA < Soy feliz con poco xD)) Thomas no apartó la mirada de Lumiere, insistiéndole la respuesta con ojos acusadores, pero en cuanto escuchó la voz retadora de Nuria, desde adentro de la jaula, no pudo evitarlo. Era cosa de fuerza mayor con aquella bruja. —Déjala Derian. Está molesta porque tiene frío en las piernas pero me niego a darle su bonita falda. ¡Si después de todo —levantó un trozo de carne con ambas manos y empezó a acercarlo hasta la guarida de los leones— ella misma dijo que así trabajaba mejor! Vaya, Nuria... Parece que te ha faltado otro poquitín más. Sí, sí. Justo ahí —agregó al final mientras subía los escalones uno a uno, con una sonrisa de oreja a oreja. El hombre se paró frente a la otra sección de la jaula, donde los leones hambrientos no paraban de rondar en círculos, relamiéndose los bigotes. Para que la mujer no lo acuchillara por la espalda (cosa que tarde o temprano sería inevitable), decidió hacer una tregua y la llamó con un movimiento de mano, sin mirarla. —¿Quieres intentar darles de comer? Nena, sé que te mueres de ganas por hacerlo. En cuanto a tí —se volvió a Lumiere y lo señaló—, me queda esa respuesta pendiente. Santiago asintió con una sonrisita callada y modesta. —Me alegro de que cumpla con tus expectativas. Y para combinar, ya que tú pareces la noche, yo seré el día —explicó mientras daba media vueltita en el asiento y se miraba al espejo. No se había puesto peluca esa vez, si no que se había preocupado por ponerse el cabello de punta con gel. En cuanto terminara de maquillarse el rostro, le pediría ayuda a Fin para el cabello, él siempre era un desastre en esas cosas y la chica tenía maña para las manualidades. —Por cierto, pregunto por curiosidad... ¿Quién conducirá la moto? El quid de la cuestión.
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Post by ev7e on Jul 31, 2012 23:55:36 GMT -3
Nuria estaba a punto de aventarle por la cabeza la escoba llena de mugre, pero ante la tentadora oferta optó por dejarla bien puestecita a un lado de la jaula. Se acercó rápidamente a Thomas, distraida, se colocó a su lado. -No me arrancarán la mano ¿verdad?-preguntó mientras miraba fascinada a los tres leones que levantaron la mirada amarilla hacia el trozo de carne-¿No es este otro de tus trucos para hacerme salir corriendo de aqui? ¿Y cuando piensas devolverme mi falda?-agregó de pronto con la mirada un poco alarmada al recordar las constantes advertencias de Matilda sobre verla de nuevo "vestida" asi.
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Harry
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Post by Harry on Aug 1, 2012 0:04:50 GMT -3
((Perdón por la confusión con el post borrado n_nU Lo dejo así, que molesta menos y Alejandro puede entrar en escena cuando les parezca xP...Además de ir bien con su personalidad metida.))
Alejandro bufó. Eso había estado cerca. Muy cerca. Y su "castigo" era ligero. Muy ligero para ser Matilda de quien hablamos. Era seguro que, cuando estuviese menos ocupada, se tomaría su tiempo para descargarse bien. El pelirrojo se estremeció ante ese pensamiento, pero despejó su mente rápidamente para realizar su encomienda. "Lumiere...Lumiere...¿Dónde estaba?". Forzó su memoria unos momentos, pero no logró recordarlo. Luego de por segunda vez en el día hecharle la culpa de sus problemas al exceso de café matutino, se decidió por recorrer el circo, preguntando por el adivino en donde caía. Y encargándose de llevar la noticia del huésped germano y pidéndoles de ser tan cuidadosos con él como fuese posible, por supuesto. Le tomó su tiempo probar los alrededores de la jaula de los leones. Por algún motivo, quedó casi para el final del recorrido por el circo. Iba a anunciarse, pero ante la pintorezca escena que encontró, prefirió quedarse mirando de lejos un rato. Ya podría dar la noticia luego, el tira y afloja de Thomas y Nuria era más interesante.
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Post by Milly on Aug 1, 2012 0:19:22 GMT -3
Despertó con el periódico sobre sus piernas cuando los rayos de sol que superaban la altura de las edificaciones se encontraron con su rostro agotado. Para superar aquella vergonzosa escena y evitar las sonrisas disimuladas de los transeúntes que pasaban a su frente, se irguió rápidamente sobre la banqueta y fingió ojear las hojas del informativo. Un pequeño afiche publicitario captó poderosamente su atención. Porque ya lo había visto el día anterior. No podía comprender el motivo de su hambrienta intriga por simple anuncio. Pero quiso creer que se trataba nada más que de otra de sus extrañas manifestaciones de joven fenómeno. 'Seguramente en un lugar como ese, dejaría de serlo' pensó somnoliento, observando la magnífica carpa dibujada sobre el papel... antes de que su cabeza volviera a caerle sobre el pecho.
((No sé si se habrá decidido hacer publicidad en los periódicos, en realidad. Así que si voy por mal camino, por favor díganme para no meter la pata y editar T.T))
Le hubiese encantado quedarse a mirar con lujo de detalles la magia que el muchacho haría con su propio rostro, a escasos centímetros para no perderse nada. Pero ya la experiencia le había enseñado que nadie además de ella consideraba cómodo ese nivel de intromisión. Así que se largó a rebuscar cosas por el vestidor, esperando encontrar algún nuevo accesorio que le ayudara a volver aún más fantástica su tenida. Pero pronto descubriría que nada podía superar el grandioso toque final que era el maquillaje de su rostro. Calzó los zapatos que correspondían al vestuario y estuvo lista. —No lo sé... si hubiéramos hecho la carrera, habría ganado. Así que creo tener algo de mérito por eso —Hilaria no descartaba la posibilidad de que el puesto de conductor llevara horas asignado, y que no era ella la persona más adecuada para semejante tarea. Pero no perdía nada intentando sacar provecho de la situación. Imaginó con una risita silenciosa las caras que sus compañeros pondrían en respuesta a tan cortés ofrecimiento.
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Post by bachi on Aug 1, 2012 0:41:00 GMT -3
((De nuevo, no te preocupes Jarra que no hay problema :3 Y en cuanto a la publicidad, Milly, conociéndolos a Alejandro y Matilda, seguro no dejaron ningún cabo suelto y hasta publicaron en aviones XD)) La inseguridad en el tono de voz de Nuria le supo a gloria y se rió. —Ya te dije: Tu falda no voy a devolvértela —Se encogió de hombros, desinteresado—. Lo que se deja aquí, se queda aquí —Abarcó toda la jaula extendiendo sus brazos a los costados—. Y en cuanto a darles de comer... —Por un breve instante, Thomas se puso serio— Ni si quiera se te ocurra darles carne de la mano —Soltó una carcajada—, a no ser que quieras dejarles tu mano como caridad. Ve con Lumiere y saca un pedacito pequeño para que puedas arrojárselos, mientras nosotros cargaremos el resto dentro de la parte ya limpia. No vamos a estar dentro de la jaula mientras comen. Mafuma suele ser bastante territorial y Jerry se pone ansioso. El único no tan peligroso es Montesquieu, pero eso no quita que sean leones, que sean gatos grandes. Incluso yo, que he vivido toda sus vidas junto a ellos, me mantengo al margen mientras comen. Creo que me consideran otro hermano más —Sonrió cálido, mirando a los leones con cariño— y por eso mismo, por esa confianza, no dudarán en echarme a patadas si me acerco un solo milímetro a su comida. Derian —dijo al final volviéndose al escupe fuego y cortando con tanto discurso. Le encantaba hablar sobre sus leones, pero no se sentía cómodo abriéndose tanto frente a Nuria, y aún menos, ponerse sentimental— ¿nos ayudas con los trozos más grandes? Lumiere esta vez se ha pasado. Casi una res entera hay ahí. Aquellos dos eran, posiblemente, los únicos dentro de todo el circo a los que Thomas dejaba ayudarlo. A Lumiere lo consideraba un amigo de toda la vida y era además quien sabía dónde conseguir lo mejor para sus reyes. En cuanto a Derian, le tenía respeto. Él era un domador de leones, mientras que el otro era un domador de fuego, cosas muy diferentes pero igual de peligrosas e impresionantes. Por el momento no había descubierto la presencia de Alejandro, pero pobre de Nuria cuando lo hiciera. Thomas no tardaría ni un segundo en insinuarle al asistente que todos necesitaban hablar con Matilda seriamente. Todos. Además se llevaba bien con la directora, gajes del oficio y un poco de sonrisa encantadora. —Humm... Disculpa. El globo de tuti-fruti explotó justo cuando Lobelha, con todo el poco tacto posible, se había acercado a ese chico que parecía más abuelo dormido que chico, y lo miraba desde abajo. Había estado observando minuciosamente toda la plaza, pero al parecer esos endemoniados del circo se tomaban su tiempo con lujo y detalles extra. La chica incluso llegó a preguntarse si no sería la única allí esperando, hasta que por un comentario al azar de varios de los visitantes de la plaza, comprendió que había otros impacientes como ella. Así fue que dio, sin querer, con su pobre próxima víctima. Una víctima que dormía poco de noche, al parecer, para quedarse dormida sobre periódicos. Era el que le había parecido menos intimidante de todos los demás y aprovecharía eso para no esperar sola al espectáculo.
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Post by ev7e on Aug 1, 2012 0:54:10 GMT -3
Nuria se apresuró a bajar del vagón, dió un salto cuando estuvo en el último escalón y una vez que tocó tierra advirtió la presencia de Alejandro. -¿Tú que haces aqui?-preguntó la chica sonriendole a modo de saludo mientras caminaba hacia Lumiere y empezaba a desgarrar trozos de carne pequeños para los leones.- Esto les gustara- le susurró al adivino- Se ven suculentos. Le lanzó uno de los trozos a los tres leones, fue Jerry quien lo atajó en el aire ante la mirada indignada de los otros dos. Nuria sonrió y les lanzó 2 trozos más con lo que Montesquieu y Mafuma se tranquilizaron al sentirse queridos de nuevo.
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nitta
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Post by nitta on Aug 1, 2012 5:10:51 GMT -3
Lumiere había escuchado la respuesta y luego había mirado a la jaula mientras aquella conversa se desataba entre Nuria y Thomas. No había querido interrumpir y cuando su amigo inquirió aquello suspiró.-Lo pregunté porque tengo un mal presentimiento. Conozco a Matilda desde antes que subiera a la dirección del circo y esos pasos nerviosos, agitados y molestos me los sé de memoria...-tomó aire- creo que El Dictador está por venir.-Sentenció.-Por eso pregunté.-Observó como Thomas agarraba un gran trozo de carne y luego agarró él otro para darselo a los leones después que Nuria les alimentara con trozos más pequeños. Miró a Thomas una vez estuvo junto a él en la jaula.-Quizás hoy me pasé. Si ves que tienen suficiente alimento me llevaré al resto de vueltas, Thom.-Y fue ahí, con el rabillo del ojo que divisó al asistente de Matilda. ¿Malas noticias? Dejó el trozo de carne en el interior de la jaula, lanzándola como buenamente pudo, y luego se acercó a él.-¿Ocurre algo, Alejandro? -preguntó, preocupado.
Fin sonriendo observó el rostro de la chica y sonrió divertida por su alegría. -Te ves guapísima, Hilaria.-Alabó dándose los últimos retoques a su maquillaje. Una sonrisa gigante, una estrella gigante que abarcaba su medio rostro y varias estrellas más pequeñas en el interior para luego, en el otro lado, hacerse mejillas rojas y difuminar su ojo en el blanco que había en esa otra mitad para igualmente, ocultar sus cejas y dibujárselas ella hacíendose una expresión más cómica. Finalmente sacó tres narices y tendió una a Santi para luego tenderle una a Hilaria y colocarse ella la restante. -En cuanto a la moto... conduciré yo. Tengo carnet y soy me fio más de mi que de vosotros. -Luego se acercó a Santi, mirándole.-¿Te ayudo con el cabello? -le preguntó.
-Lo primero que haremos hoy será -Raissa miró con atención a su prometido, de unos treinta y largos, casi cuarenta años cuando escuchó su voz después de que hubieran estado en silencio mientras desayunaban- ir a pasear por el Foro Romano hasta dar a una plaza... -se levantó y rebuscó por una serie de papeles que sobresalían mal doblados del interior de una guia ajada y torturada por el uso hasta que encontró un mapa de Roma y donde tenía señalados en fosforito todo aquello que no debían perderse de aquella capital y luego se acercó a la mesa para mostrársela a la joven que sería su futura esposa- ... esta plaza -no supo pronunciar el nombre y miró a la chica quien esbozó una sonrisa de superioridad al saber que él la necesitaba. -Piazza Nabona-leyó y le miró- ¿qué ocurre en esa plaza? -Pues... habrá un espectáculo y... -¿¡¡Vamos a ir!!? -chilló ilusionada levantándose y abrazándole- pensé que no me querías llevar al circo. Él dejó que la abrazara y suspiró.-Terminate el desayuno, hoy el día será largo y andaremos mucho.-Mentira, tenían un chofer que les llevaba a todas partes pero eso era lo de menos.
Un taxi. Un hotel. Se baja un hombre que paga al taxi y luego entra. Pide la habitación. En frente... las ruinas romanas asisten mudas a su llegada. Mientras en una suite se respira la alegría, él más bien parece ser el portador de malas noticias.
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Post by Milly on Aug 1, 2012 10:16:08 GMT -3
Presto al llamado, Derian se apresuró a tomar también entre sus brazos uno de los más grandes trozos de carne y se adentró silenciosamente al hogar de las salvajes criaturas. Pero antes de avanzar por el espacio indicado por Thomas, se preocupó de dirigir la mirada a los leones dueños de la impecable morada. Presentía que de algún modo comprendían el respeto que él suponía deberles, por lo que inclinó hacia ellos la cabeza respetuosamente, sin sentir vergüenza. —Saldré pronto... —Les susurró con una extraña pero cortés sonrisa. Cuando estuvo seguro de haber obtenido el permiso pertinente para compartir su espacio, llegó al medio del sitio opuesto donde los leones se hallaban separados, para depositar la carga. Era necesario todo aquel rito, en agradecimiento a la confianza que el fiel compañero de las bestias depositaba en él para realizar tan delicada tarea. Se volvió cuando el resto anunciara la llegada de Alejandro al lugar, pero no logró descubrirlo en los alrededores cercanos. Lo vería lejos, cuando siguiera el rumbo de las miradas de Nuria y Lumiere.
Uzeil despertó por segunda vez, ahora sobresaltado a causa de una explosión repentina. Su mirada consternada arrasó insidiosa por todo el perímetro hasta encontrarse con la provocadora de aquel alboroto. Al inicio creyó seguir dormido, pues el color de su cabello no contribuía a orientarlo. Pero estaba todo tan claro alrededor de la chica... que estuvo seguro de haberse retrasado para enviar de vuelta el periódico a casa, e incluso para llegar a tiempo a clases. Alzó su brazo derecho a la altura de sus ojos, descubriendo con desazón que había dejado el reloj en casa con el resto de sus útiles. —No pasa nada... ¿sabes qué hora es? —repuso asustado a la desconocida, pues ya presentía la respuesta que recibiría.
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Post by ev7e on Aug 1, 2012 11:11:42 GMT -3
[[ Nuria: Gracias, Fin. Ya se que me veo guapísima y todo eso, en especial hoy me siento más sexy y exótica que nunca *se rie y hace ojitos tiernos* peeeeeeeero, creo que te refieres a la constelación Hilaria <3~ ]]
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nitta
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Post by nitta on Aug 1, 2012 13:02:29 GMT -3
(Ahora me lo acaba de decir Bachi, fallo mio. Ahora edito xD Lo siento)
((Edit: Listo ^^))
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Post by bachi on Aug 1, 2012 13:39:32 GMT -3
((xDDDD Lo que pasa es que Nuria ya es tan famosa que quiere robarle el lugar a Hilaria también >:3))
Las palabras de Lumiere hicieron que la boca de Thomas se torciera en una mueca. —Por la carne no te preocupes, amigo, pero en serio... ¿Hauffmann? —El hombre suspiró y se limpió las manos con la punta de la bata antes de volverse a Nuria. La sujetó por los hombros y la encaminó fuera de la jaula—. Muy bien, señorita, si no quiere ser el próximo plato en el menú, afuera —Estaba tan entretenida lanzándoles pedacitos a las fieras que el hombre aprovechó la situación, y mientras bajaban los escalones de la jaula, saludó con alegría a Alejandro—. Déjame adivinar —bromeó—, Hauffmann viene a conquistarnos con su ejército de billetes. ¿Qué te parece, Lumiere? ¿Ya puedo dedicarme a la adivinación? Thomas no esperó la respuesta y se volvió con energía a la jaula. Los tres leones, sabiendo que los iba a liberar del segundo compartimiento, se apelotonaban ansiosos en la entrada. El domador fue rápido: Abrió la puertita y sin esperar, volvió sobre sus pasos para cerrar los barrotes de la segunda puerta. Ninguno de los gatos le prestó atención, su mirada se había concentrado únicamente en los trozos de carne que los esperaban al otro lado. —Bueno —Thomas se dejó caer en uno de los escalones de la jaula y se sentó— ¿alguna órden de Matilda? Aparte de no pasearse semi-desnuda por las afueras del circo, claro... Para algo sirven las faldas, obviamente.
La respuesta de Fin hizo que Santiago suspirara de alivio. Se quedó con la nariz de payaso dándole vueltitas entre las manos. Sabía que una vez que se pusiera la nariz roja, ya no sería el mismo, siempre sucedía igual. Era como un ritual. —Me alegro de que alguien aquí tenga carnet —Sonrió mientras giraba en la silla hacia la trapecista para entregarle su cabello a sus habilidosas manos— y el día que Hil consiga el suyo, consideraré seriamente mudarme de ciudad —Bromeó echándole una mirada a la payasa por el espejo. Al final suspiró, miró la nariz roja y se la acomodó en el rostro. El brillo de sus ojos cambió cuando subió de nuevo la mirada hacia Fin y aplaudió una sola vez, decidido— ¿Listos?
Lobelha le sonrió. Todavía sin reparar en el espacio personal del otro, sacó el celular de su bolsillo y volvió a explotar un globo de tuti-fruti frente a la pantalla. —Pues, si tenías algo importante que hacer antes del medio día, vas tarde —le explicó. Guardó el celular y señaló un espacio vacío junto al chico para sentarse. Como si recién cayera en la cuenta de la extraña situación, chasqueó la lengua y negó con la cabeza y ademanes de la mano—. Olvídalo, puedo estar de pie. Hmm... ¿pero sería mucho pedirte el periódico? Solo unos minutitos, quiero comprobar algo.
Matilda sintió un nuevo escalofrío sacudirle toda la espalda y maldijo por la bajo. Del otro lado escuchó la voz de Rufus, apremiando a Rita, y antes de que la chica pudiese moverse, una mano firme salió entre los toldos y le sujetó la muñeca. Con un suave tirón, la directora atrajo a la joven acróbata y le susurró, sin esperar, al oído. —Escucha bien, Rita. Recuerda con cuidado cada una de las palabras y NO cambies ninguna, ¿entendido? No quiero que le de un ataque al viejo —Hizo una mueca. Para comprobar si la niña estaba prestándole atención, chasqueó los dedos a la altura de su nariz—. Estás despierta, ¿cierto? Bueno, bien... —Suspiró y relajó los músculos del cuello— Dile esto a Rufus: "El alemán viene en camino" ESO. ¡Nada más! No menciones ni su nombre, ni su apodo ni nada. Cuento contigo —Le pellizcó la mejilla con una sonrisa nerviosa y titubeó. Rufus era impredecible—. Mejor... por si las dudas espero desde este otro lado.
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Post by Milly on Aug 1, 2012 14:27:34 GMT -3
((xDDDDDD!!!! Y yo imbécil que ni lo había notado xDD))
Se contoneó ridículamente tras el alago de Fin, pero la alegría se esfumó al serle negada la conducción de la moto. —Par de aburridos. Cuando tenga mi carnet se arrepentirán de haber rechazado la propuesta, porque seré la mejor —replicó tercamente, nada segura de su premonición. Agradeció que Lumiere no estuviera cerca, porque seguramente habría concluido sin dificultad que esa realidad era imposible. Recibió la nariz con un resentimiento infantil, pero al acomodarla en el lugar adecuado, el mal humor se disolvió. A la pregunta del nuevo Santiago, Hilaria saltó a su encuentro para sujetarse de su brazo—. ¡Lista, señor payaso!
El chico jadeó. ¿Cómo podía haberse dormido durante tanto tiempo? Evidentemente no era su culpa, pero de volver a casa con semejante testimonio, sus padres no opinarían lo mismo. Así que optó por quedarse donde estaba. Había muchas formas para convertir un día en algo provechoso. Y ya que era justamente en esa plaza que había caído, le haría caso al empujoncito que le estaba dando el destino en favor a sus secretas ambiciones por mantenerse cerca del circo y sus noticias. Uzeil observaba con curiosidad a la muchacha y su peculiar forma de dirigirse a él, nada parecida a como un desconocido debiera dirigirse a otro. Pero la diferencia le agradaba. —Claro —le concedió el periódico—. ¿Qué buscas exactamente? Quizás puedo ayudarte.
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Post by ev7e on Aug 1, 2012 17:30:17 GMT -3
"El dictador esta por venir" fue lo último que llegó a captar antes de entrar en alguna especie de estado vegetal. No habló, no se movió, apenas y parpadeó un par de veces mientras su mente viajaba a velocidad luz sobre las mil y un advertencias de Matilda sobre verla vestida asi. Una cosa era la gente del circo y otra MUY diferente era el tataranieto de Hitler. "Una falta de respeto" le había escuchado decir alguna vez hace ya varios años acompañando sus palabras con un gesto de desprecio. Nuria relajó los músculos, tal cual lo hacia antes de dejarse llevar por el ritmo de la música, su rostró abandonó la expresión vacia y pasó a una especie de máscara algo más animada pero tranquila. -Bien..creo que ire a buscar a Rufus-dijo casi en un ronroneo mientras ponia la mano encima de su falda y hacia el ademan de desenredarla de la cintura de Thomas- Y necesitaré esto, por favor.-agregó con una sonrisa cortés.
[[Y envidienme porque me voy al circo de los horrores, o bueno..Manicomio. Pero es lo mismo <3]]
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Post by Pankeh on Aug 1, 2012 17:38:42 GMT -3
- ¡Ay! -Exclamó Rita, sorprendida ante el inesperado tirón, y varios folletos calleron al suelo cuando ella la jaló hacia adelante. Escuchó con atención lo que la directora le decía, algo mosqueada por la brusquedad con la que era tratada. Arrugó la nariz ante el pellizco y se liberó de Matilda tan pronto como pudo, asintiendo con la cabeza energéticamente. Dio media vuelta y se dirigió corriendo hacia Rufus, sin comprender bien qué estaba ocurriendo y con la mejilla aún doliéndole. - ¿Rufus? El...el alemán viene en camino.
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Harry
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Post by Harry on Aug 1, 2012 18:02:25 GMT -3
Alejandro aguardó a que todos terminasen de preguntar para responder. -La noticia es...Eso- Exhaló, haciendo un gesto con la mano a Thomas-¿No te cansas de arruinar las sorpresas ajenas?-Bromeó El colorado se rascó la barbilla y continuó, mirándolos a todos. -En cuanto a órdenes...No hay nada en específico. Aunque es claro que tenemos que mantener todo lo más limpio y ordenado posible. Ya saben como es el tipo... "Siempre me pregunté que clase de infancia tendría alguien que pretende ver un circo ordenado como un oficina" se le cruzó por la cabeza en ese momento. -Pues bien...Es eso. ¿Alguna pregunta?- Concluyó.
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Post by bachi on Aug 1, 2012 19:01:45 GMT -3
((XDDDD!!))
Santiago pegó un brinco cuando Hilaria le aferró el brazo y miró a Fin. No se tomó el trabajo ni siquiera de mirarse en el espejo para verse el cabello porque confiaba rotundamente en ella. En cambio, le ofreció su otro brazo libre para que los acompañara a la salida. —Muy bien señora payasa. ¿Señora Fin? Cualquiera que los hubiese visto, habría dicho que eran un trío raro. Luego se habrían detenido, habrían mirado de qué circo salían, y habrían comprendido todo. —La ciudad espera —insistió con un brillo ansioso en los ojos y una sonrisa radiante.
En cuanto Uzeil accedió al préstamo, Lobelha tomó el periódico y se puso a ojearlo casi desenfrenada. —Busco... —dudó y se mordió el labio, enfocada en las páginas y pasando los ojos como rayos sobre las publicidades— Una propaganda, sí. Del Circo... ¿Circus Maxium? —Lo miró para comprobar si la entendía y ahí se detuvo. Lo señaló con el dedo índice y frunció el ceño pensativa— ¿También esperas el espectáculo?
Thomas estaba todavía sentado y relajado en los escaloncitos de la jaula cuando Nuria se le acercó. Hizo un gesto de sorpresa inocente y aferró con fuerza la falda que todavía llevaba atada a la cintura. —¿Pero se va taan rápido la dama? —Sonrió enarcando las cejas y señaló a Alejandro— Todavía debes tener alguna pregunta que hacerle, ¿o no que sí? Además Rufus debe estar ocupado. Descuida —sin esperarla, se volvió al asistente—. Yo sí tengo una pregunta, ¿Hauffmann viene por lo de los nuevos integrantes?
Matilda cerró los ojos con fuerza y cruzó los dedos al otro lado de la entrada. Desde allí le llegaba el barullo, el incesante griterío de la gente al pasar entre los puestos de la feria, pero había podido escuchar claramente la vocecita de Rita mientras repetía cada una de sus palabras. Incluso ella, en silenció, llegó a modularlas mientras la niña las decía, algo insegura. Hizo una mueca... y esperó el estallido.
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Harry
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Post by Harry on Aug 1, 2012 19:54:13 GMT -3
Alejandro nunca había entendido como hacían para estar en la misma sala al mismo tiempo sin matarse esos dos. Quizás ambos pensasen que los leones sufrirían demasiado si el otro desaparecía de repente, o algo similar. Pero no se le ocurría una explicación lógica y coherente. Se apresuró a responderle a Thomas. -Esto...-Comenzó, arrastrando las vocales-La verdad que no sabemos bien a qué viene. Sabemos que viene y que seguro que tiene algo que ver con dinero. Y también que representa un problema para que ingresen los nuevos. Pero no sabemos más que eso. De hecho,-agregó, encogiéndose de hombros- ni siquiera sabemos cuando va a caer por aquí. De ahí el apuro para tener todo listo lo antes posible. Acto seguido, dirigió la mirada a Nuria, esperando la posible pregunta.
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Post by Milly on Aug 1, 2012 22:39:26 GMT -3
Era absurdo, pero el llamativo cabello de la muchacha había motivado a Uzeil a suponer que era justamente eso lo que buscaba. Sonrió complacido al corroborar sus especulaciones y se levantó de su lugar para ayudarla a encontrar el anuncio, deteniéndose en la página adecuada a tiempo para pensar en lo que responder. —Eso creo... —susurró, recién convenciéndose de ello ahora que contaba con un día libre. Su mirada volvió inevitablemente hacia la publicidad de la carpa y sus inquietantes letras—. Debe ser un mundo tan... distinto.
—¿Habremos tardado quince minutos? —el trío ya se hallaba próximo a la entrada del circo. Hilaria, que encabezaba la marcha a saltos, no dejaba de buscar en medio del gentío el sitio donde la motocicleta estaría ubicada—. ¿Y qué se suponía que teníamos que preguntar a Rufus? ¿Y por qué cuando en el norte es verano hace frío al sur? —Tan concentrada estaba en su búsqueda que siquiera prestaba atención a lo que preguntaba. O tal vez sí, nunca se sabía con la payasa.
Derian sintió que su estómago de pronto adquiría el doble de su peso habitual como resultado de las nuevas noticias, que coincidía con los presentimientos que lo asaltaran esa mañana. Ya le era bastante difícil adaptarse a los episodios de histeria típicos de Matilda. El inversionista implicaba un asunto mucho más delicado, no por sí mismo, si no más bien por la facilidad con que podía alterar la atmósfera anímica de todo el circo con su sola presencia. Y si podía existir algo que tornase aún más incómoda aquella visita, era dar motivos al alemán para criticar la apariencia del circo... de su casa. —Los alrededores de la carpa están en orden —agregó a la conversación, haciendo recuento del trabajo que llevaba concluido—. El interior... no del todo.
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