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Post by bachi on Jul 30, 2012 22:48:33 GMT -3
No pudo evitarlo, no pudo contenerse. La sonrisa que se ensanchó en el rostro de Thomas escribía "Triunfo" en cada una de sus facciones, y se lo hizo ver. —¿Pero entonces aceptas? Tienes que aceptar antes de que te lo diga —Intercambió de refilón una aguda mirada con Lumiere y se echó a reír—. Muy bien, muy bien, solo porque soy bueno te lo dejaré pasar por esta vez... Se acercó a Derian, y sin quitarle la vista de encima a Nuria, apoyó un brazo sobre el hombro del otro. —Con permiso, Der. Voy a abrirle la jaula a la dama. Y cuando parecía que estaba por dejarla pasar adentro, casi con un pie dentro, mientras los tres leones esperaban con las panzas calientes al aire un par de caricias matutinas... Thomas cerró la puerta. —...Te lo dejaré pasar —continuó la frase que había dejado en el aire— y te diré las condiciones antes de que tengas que aceptarlas. Nuria era alta, pero el domador de leones le sacaba algunos centímetros y en ese momento los estaba empleando todos y cada uno de ellos, para mirarla desde arriba, tan divertido como sabía que estaría el diablo si hiciera un pacto con él. Porque era perfectamente consciente de que más adelante tendría que aceptar las consecuencias: Nuria no lo dejaría así.
—Sabes, estaba justo, a punto de hacerte notar lo mismo. Rufus, probablemente esté orgulloso de lo que acabas de decir —se rió la mujer. Dejó caer la ceniza dentro del cenicero que tenía en el regazo, mientras la habitación se llenaba de a poco de humo. Matilda entrecerró los ojos, pensativa, hasta que al final su voz cortó con la racha de silencio—. Eso haremos entonces. Saltó desde el escritorio y se puso a dar vueltas en la oficina. —Apuntaremos a su vanidad, que seguramente alguna debe tener. Lo convenceremos de que necesitamos gente nueva, y de que no se presentó aún ninguno, porque no son lo suficientemente excepcionales como para hacerlo —Sonrió y miró a su ayudante—, y roguemos al cielo que alguno se presente, porque sino nos tira el plan a la mierda, Alejandro. Pero prosigo, que me estoy desviando de tema —Espantó las distracciones como a moscas y cruzó los brazos detrás en la espalda—. Si conseguimos que Hauffmann se interese por poner él mismo a esos nuevos concursantes a prueba, lo tendremos donde queremos. Y si tenemos suerte... —Se quedó con la mirada perdida— Y si tenemos suerte conservaremos nuestras cabezas.
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Post by ev7e on Jul 30, 2012 23:04:12 GMT -3
Nuria se vio tentada a retroceder algunos pasos, pero en lugar de eso apenas se tambaleó un poco de donde estaba parada. intentó hacerlo pasar como si cambiara el peso de su cuerpo hacia su otro pie; sin embargo, sabia que el ojo atento de Thomas la descubriria. Levantó apenas la mirada, intentando controlar su cuerpo para no embestirlo a golpes. Ya era tarde para ella, había perdido y no sabía como cambiarle el juego. En esos momentos se sentia como una niña caprichosa que no consiguió lo que quería, había ido afanosa de burlarse un poco del domador y ahora parecía que este se divertía con tenerla en esa situación. -Dilo ya- contestó ella sacudiendose el largo cabello y dando un paso adelante- Deja el teatro para más tarde y para los payasos. A ti no te va bien.
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Harry
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Post by Harry on Jul 30, 2012 23:10:13 GMT -3
-Me gusta mi cabeza donde está.-Contestó sonriendo, y bebió el último sorbo de café. Continuó balanceándose unos segundos, cruzado de brazos. No le atraía la idea de tener que dejar que Hauffmann pusiese las condiciones de elección. Siempre le había gustado ser lo más laxo posible en las elecciones. Así como habían sido con él en su momento, en realidad. Toda la vida le había gustado tratar a la gente como lo trataban a él, y la idea de tener que faltar a ese principio le molestaba. Pero la necesidad es necesidad, después de todo. Cesó de hamacarse y se levantó. -Quizá Lumiere pueda darnos una mano extra. No tengo idea de como hace para no fallar nunca, pero a lo mejor nos orienta un poco en como convencer a Hauffmann. O con que postulantes quedarnos.
((Acá...Medio que asumí como funcionan los poderes de Lumiere. Si hay algún problema con esto, háganmelo saber xP))
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Post by bachi on Jul 30, 2012 23:32:42 GMT -3
Un relampagueo de picardía y una sonrisita socarrona le dio a entender a Nuria que, de hecho, sí. Ella había perdido esta vez. —¡Epa! —exclamó de golpe entre risas— Cuidado con el suelo, Nuria, está un poco resbaladizo hoy a la mañana. Así, comportándose como niños de prescolar, habían sido siempre. Incluso, ¿quién no les decía que alguno llevara la cuenta de cuántas veces ganaban y perdían? En el caso de Thomas, éste las contaba mentalmente, y al fin después de varias veces, había recuperado su tan prestigiado honor, cobrándose la revancha. Le guiñó un ojo antes de seguir y bostezó, aparentando desinterés. —Tendrás que ser amable durante una semana, nena. Y "amable" implica muchas cosas tales como: saludar —Las enumeraba con los dedos—, despedirse, pedir por favor y dar las gracias, de vez en cuando traer algún café —Se encogió de hombros y se apoyó en una de las barras de metal—... Ser toda una damita —Le enseñó los dientes en una sonrisa—. Se me ocurrirá más durante la semana, te mantendré al tanto. Sosteniéndose de uno de los barrotes, dio un saltito a los escalones de la jaula y la abrió. —Derian, te robo un rato una escoba. Adentro hace falta renovar un poco los aires. Ahora, mientras tanto —Se volvió a Nuria— adelante, señorita. Si estás conmigo, no te harán absolutamente nada. ((No soy Nit pero creo que no hay ningún problema, Jarra~)) Matilda cesó repentinamente cualquier caminata en círculos que pudiese haber estado haciendo hasta el momento. Muy lentamente volvió la cabeza para mirar a Alejandro, tan tranquilo, tan meditabundo sentado sobre la silla, su silla en la que antes se había estado hamacando. Pero antes de abrir la boca, antes de asesinarlo con la mirada, inspiró y relajó los músculos. Evidentemente todavía no aprendía a vivir con la ley fundamental que se había impuesto en el circo, o por lo menos de la que todos estaban enterados: Nunca hablar de Lumiere enfrente de Matilda. Así que armándose de la paciencia que tenía, se restregó los ojos y caminó hasta su asistente. —No es una mala idea —se aclaró la garganta, molesta de tener que admitirlo— en absoluto, Alejandro —Se rascó la barbilla disimuladamente, rogando al cielo que al pecoso no se le ocurriera preguntar, SUGERIR, de ir a buscar al adivino.
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Post by Pankeh on Jul 30, 2012 23:37:00 GMT -3
Rita recibió la pila de folletos en sus manos y, mientras escuchaba a Rufus, separó el primero del montón para examinarlo más atentamente. Sonrió ante el comentario final del hombre, devolviéndo el pedazo de papel a su lugar correspondiente y acomodándolo para que todos quedaran parejos- ¡Yo creo que tendremos suerte! Veremos varias caras nuevas por aquí, ¿quiere apostar? -dió unos pasos hacia adelante y esperó a que Rufus la siguiera- ¿A dónde iremos a repartir toooodo esto~?
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Harry
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Post by Harry on Jul 30, 2012 23:56:07 GMT -3
"Sabía que tanto café no podía no ser bueno." pensó "Estuviste lento, Suarez. Lento." Y es que, aún cuando se supone que el café tenga el efecto contrario, alguna explicación tenía que buscarle al momento de estupidez que lo llevó a sugerir buscar al adivino. ¿Como se le iba a ocurrir sugerir eso? ¡Nueve años de experiencia tenía! No dos meses, no un año. NUEVE años. Pero reprocharse no iba a ser útil. Ahora, lo relevante era buscar una salida. Una salida elegante y, más importante aún, que le permitiese salir vivo de esta. Dio un par de pasos para atrás, intimidado por la mirada de la directora (ahora es con la silla con lo que casi se tropieza) intentando con todas sus fuerzas disimular la cara de "Metí la pata".
-En fin...Creo que esto está cercado. Si me disculpas...Tengo un asunto matinal que resolver aún.
Y sin la más mínima idea de cual sería ese asunto matinal, comenzó a enfilar a la salida.
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Post by ev7e on Jul 30, 2012 23:59:10 GMT -3
-De acuerdo- Se resignó.-Pero tendrás que dejarme acariciarlos cuando yo quiera y no me podrás poner mala cara. Si quieres que me comporte como dama...-Esto se le ocurrió al segundo mientras esbozaba una sonrisita traviesa- Tú tendrás que ser un caballero. Ya sabes..abrirme le puerta, ayudarme con los trabajos pesados...ya se me ocurrirá más durante esta semana y te mantendré al tanto-repitió ella-Es lo justo. Antes de cercarse, bajó las manos a sus caderas y dejó caer la larga falda llena de encajes. Debajo traia apenas un diminuto short de licra que solia usar para ensayar sus rutinas antes del show. Dejó al descubierto sus bien torneadas y largas piernas, avanzó unos pasos y amarró el faldón en uno de los barrones de la jaula. -No pensabas que subiría con eso puesto ¿Verdad?-le sonrió Nuria mientras le extendía una mano para que la ayude a subir-Ya sabes..un caballero.
-¿Por dónde?- se rió Rufus con fuerza, sus mejillas se volvieron coloradas y el sombrero de copa se resbaló, dejando a la vista sus cabellos blancos y verdes- Ay, mi niña. Estoy viejo, no puedo moverme tan rápido como antes. Yo debo quedarme aqui, de lo contrario la cojera podría atacar mis pobres piernas- rió con un tono cariñoso en la voz como cada vez que hablaba con Rita- Tu tarea sera ayudarme a repartir estos a cada persona que entre o salga de aqui sin uno. Quiero que TODOS tengan uno de estos, no me importa la edad. Todos deben verlos.- El anciano de pronto pareció recordar algo y empezó a buscar entre sus bolsillos- Yo tenía algo para ti- susurró mientras rebuscaba sin parar entre su ropa, pronto halló lo que buscaba y sacó un pequeño collar, brillante y con un dije azul en forma de ave- Esto lo usaras esta noche en el show. Era de mi esposa, pero no creo que tenga otra...asi que te lo regalo-le sonrió
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Post by bachi on Jul 31, 2012 0:24:10 GMT -3
—"Cercado" las bolas de mi abuela Rita, Suarez... Y mi abuela las únicas bolas que tenía, era las que colgaba en el arbolito de Navidad. Oh, sí. Cuando Matilda te llamaba por tu apellido, había que temer. —Ya que tú ofreciste la idea —Le cerró el paso antes de abrirle la puerta, con una sonrisa—, serás tú quien le informe al respectivo señor la nueva tarea que tiene. En cuanto a mí, me parece que va a ser mejor que reúna a los que no están trabajando para hablarles del plan Anti-Nazis-Tacaños —Se apartó un poco y soltó humo por la boca—. Sí, creo que va a ser lo mejor o a Rufus podría darle un paro cardíaco si lo ve aquí sin anunciarse —Se volvió a Alejandro, rápida como el rayo y lo señaló—. Luego te ocupas de tus "asuntos matinales". Andando. Empujó al asistente afuera y cerró la puerta detrás de ella.
Thomas parpadeó. Había estado apunto de replicarle las condiciones, ¿no era él quien tenía que dictarlas?, pero ayy qué lástima. Cierto short de licra le había asesinado con ametralladora las palabras a sangre fría y ahora se le resbalaban muertas a los costados. El hombre inmediatamente miró con los ojos entornados a la maldita mujer, y le sonrió, sí. Una sonrisa. —No sabía que los trucos de hipnotismo hubiesen caído tan bajo —suspiró, como si realmente lo lamentara, mientras desataba el faldón de los barrotes de la jaula y se lo colgaba al hombro—. Yo me quedo con esto. Lo usaré más tarde en mi espectáculo de payasos —Se mofó, refiriéndose a su comentario anterior y le extendió la mano para ayudarla a subir—. Como comprobarás rápidamente, yo siempre he sido todo un caballero. No le devolvería la falda, no se la devolvería ni aunque tuviese que luchar contra Mafuma. Quería verla cuando Matilda la encontrara demostrando sus bellos atributos por todo el circo, ¿quién podía culparlo a él? Él solo era una víctima inocente de los planes perversos de esa mujer hipnotista. Y para cerciorarse de que no la perdería, enroscó la bonita falda hasta volverla del tamaño de un cinto y se la ató a la cintura, satisfecho. Ya estaba hecho todo un gitano. En cuanto pusieron un pie dentro de la jaula, los tres enormes leones se abalanzaron a saludar a los recién llegados, comenzado por la extraña invitada y mirando recelosos a Thomas, casi como si sospecharan que había hecho pasar un mal rato a la dama.
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Post by ev7e on Jul 31, 2012 0:39:58 GMT -3
La mujer sonrió con evidente satisfacción ante la sorprendida reacción de Thomas. Casi suelta una carcajada y se distrajo tanto que dejo pasar el hecho de que se robara su falda preferida. Avanzo un poco mientras era rondada por los leones que la olizqueaban y rozaban con su suave pelaje. Era el paraiso. -¿Hipnotismo?-preguntó Nuria- ¿Quien dice que lo hago ahora? No es culpa mía si estas perdidamente enamorado de mi, dulzura- se burló ella mientras acariciaba tiernamente la espesa melena de Mafuma-¿Lo ves? Ellos saben quien soy... y que nunca les haría daño-susurró más para los gigantes felinos que para Thomas. -Me encantaría ver tu show con los payasos-continuó-seria algo...hilarante-rió
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Post by bachi on Jul 31, 2012 1:03:43 GMT -3
—No tan rápido, nena —Thomas había agarrado una de las dos escobas que los aguardaban en el rincón, y se la lanzó a Nuria para que la atajara en el aire—. Aquí dentro, se limpia. Ahí afuera —El hombre chasqueó suave la lengua dos veces y señaló la otra sección en la que estaba dividida la cucha de sus mininos. Abrió una entrada e hizo pasar uno a uno a los leones, que ante el aviso se habían separado de Nuria con toda la paz del mundo—, se quedan las estrellas. Cerró la puertita y los tres reyes se los quedaron mirando sentados, dando bostezos, pero siguiendo cada uno de sus movimientos con ojos avispados y amarillos. —Ellos saben quién eres, sí —respondió mientras barría el suelo—: Eres la molesta que viene a despertarlos todas las mañanas, pero bueno. En realidad saben que vienes a verme mientras duermo con ellos, no te preocupes. No se pondrán celosos —Se rió, antes de ponerse serio—. Por otro lado, todavía no almorzaron y pueden ponerse... un poco pesados. En cuanto al show de payasos, ya quisieras —Acercó los desperdicios con la escoba al borde de la jaula y los arrojó directamente a unos fuentones ubicados en el suelo—. Sería tan bueno que el pobre de Santi se quedaría sin trabajo, incluso competiría con Hilaria —expresó, sarcástico y palmeó la falda que tenía atada, triunfante—. Pero no, soy generoso y solo me ocupo de mis muchachos. Por cierto... La semana empezó desde el mismo momento en el que pusiste un pie aquí. Estoy contando —La miró sonriendo con una amabilidad peligrosa.
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Post by Milly on Jul 31, 2012 1:15:50 GMT -3
—Como si yo necesitara cambiarme —Hilaria bufó con melancólica voz de niña reprendida, haciendo una seña explícita a toda su apariencia. Porque en verdad parecía una criatura cómica per se, con ese cabello apretado que tanto conseguía asemejarse a una verdadera peluca de payaso. Pero en el fondo sabía que el muchacho llevaba la razón. Siempre la tenía, después de todo. Y no tuvo más remedio que avanzar por delante, fingiendo ser llevada al matadero, no pudiendo dejar de pensar en la diferencia asombrosa y mágica que había entre el Santiago que la arrastraba en dirección opuesta a la que ella pretendiera, y el que sabía se manifestaría luego del proceso de vestuario y maquillaje. Repentinamente, se sintió impaciente. Estiró sus propios brazos hasta alcanzar los hombros de Fin, para atraparla en su lentísimo avance y saber qué se sentía controlar a alguien como lo estaban haciendo con ella. Luego apuró el paso en la nueva dirección trazada. —Fin, creo que el señor cabeza de chorlito necesitará pintarse una sonrisa especialmente grande el día de hoy —otra risita cantarina, sin frenar el paso.
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Post by ev7e on Jul 31, 2012 1:19:30 GMT -3
Nuria sujeto la escoba y comenzó a barrer, no le molestaba la limpieza. Pero si el hecho de estar encerrada junto com Thomas en el mismo lugar, se preguntó si las fieras ahi, solo por esa vez, no eran los leones. -No te preocupes-dijo ella- Puedo ser amable..incluso con indeseables. ¿Podrías echar esto ahi, por favor?-pidió extendiendole un recoger lleno de desechos con una sonrisita perversa señalando los fuentones-¿Ves lo educada que puedo ser? Y por favor, no ensucies mi falda, es mi favorita-agregó
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Post by bachi on Jul 31, 2012 1:37:57 GMT -3
Y así fue que los tres caminaban cual trencito, abriéndose paso entre la gente para meterse dentro de la carpa del circo, directo a los vestidores. Santiago evitó hacer comentarios durante todo el trayecto, porque en parte sabía que Hilaria tenía razón. La apariencia y la actitud de la chica rayaba más con lo extraordinario, con un payaso de verdad, mientras que él, sin maquillaje y sin traje, era un Santiago gris. Con un gran suspiro, se adelantó para cederles el paso primero a las chicas y luego pasó él detrás. —Hilaria, ¿tienes en mente qué quieres esta vez pintarte en la cara? —preguntó mientras avanzaban— Fin suele encargarse ella misma de su propia cara, luego podría ayudarme con unos retoques en la mía... Pero tú, decididamente, piensa qué quieres antes de volver a hacer lo mismo del otro día. No puedo pintarte una Mona Lisa en la cara bajando por un arco iris. No era exactamente lo que Hilaria le había pedido, y sabía que la chica podría recriminárselo más tarde, pero la idea le hizo esbozar una pequeña sonrisa porque expresaba, según él, con bastante fidelidad las exigencias extravagantes de su compañera.
—No te preocupes, tu falda estará más a salvo conmigo que contigo —le contestó satisfecho, dejando caer al costado de la jaula los restos de huesos, heno y heces que Nuria le pasaba en un balde. Eran "Las tres H" que había que limpiar casi a diario dentro del mini reino de los leones—. Como verás, yo no ando dejándola caer por ahí —Le dio la espalda y se puso a silbar un rato, sin soltar la escoba.
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Post by ev7e on Jul 31, 2012 1:48:56 GMT -3
-No vas a dejar pasar esto asi de fácil ¿no?-se rió con ganas- ¿En serio pensabas que entraria con semejante ropa aqui? No lo tenía planeado, iba a practicar un poco antes...pero luego tus leones me miraron tan lindo que ya ves en qué termine-le explicó ella.- Ademas a ti te encanta. Ahora tienes ayuda en tus tareas-agregó-Por cierto...Escuche a Matilda un poco molesta hoy- dijo- ¿Sabes que esta pasando que todos corren de un lado a otro?
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nitta
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Post by nitta on Jul 31, 2012 13:30:43 GMT -3
Lumiere tan normal y correcto como siempre, aguardó pacientemente a que esos dos dejasen de tirarse truenos por la cabeza para luego admirar con asombrosa sorpresa como Nuria cedía tan fácil -y no tan fácil como pudo comprobar después- a los caprichos y mandatos de su amigo Thomas. -Les preparé un combinado de cordero y ternera que se lameran los dedos.-Sonrió.-Ya lo traigo, de mientras aprovecho que limpiaís.-Y se marchó para ir en busca de aquello que ya tenía preparado para esos tres caprichosos que Thomas mimaba con tanto ahínco. Realmente nunca entendería la relación establecida entre su amigo y la joven Nuria. Cuando llegó al congelador sacó la dosis que tenía preparada y la puso en un carro para arrastrarla puesto que pesaban lo suyo y no estaba dispuesto a cargarlo a pulso. Era adivino, no forzudo. Una vez lo tuvo listo, se aseguró de cerrar bien el congelador y luego salió en busca de aquella jaula.
Fin por su parte, atendió muda a todo eso que se hablaba pero asintió enseguida cuando escuchó las órdenes de Matilda y enseguida encaró el vestuario. En un momento dado, Hilaria la agarró por los hombros y ella, risueña se dejó guiar de esa forma hasta que llegaron a los vestuarios y Santi les cedió el paso. Se rió cuando comentó los gustos de la otra y, negando, fue a cambiarse de ropa. Pasó de su atuendo cómodo y sencillo a uno complicado donde combinaba colores y formas. Una vez estuvo lista y con el cabello recogido, empezó a mirar y trastear entre las pelucas.
Aeropuerto de Roma. Un avión aterriza. Bajan pasajeros pero uno solo no sonríe. Está serio. Pasa a recoger una maleta y sigue poniéndose las gafas de sol. Se pierde entre el gentío.
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Post by bachi on Jul 31, 2012 14:22:08 GMT -3
—De hecho —Thomas rió por lo bajo, mientras se secaba el sudor de la frente con el antebrazo— ya contaba con ayuda —Señaló a Derian, calladito trabajando—, mucho más eficiente y menos petulante. Cuando la mitad de la jaula en la que él estaba limpiando estuvo casi lista, pasó la mano por las rejas que separaban a sus tres leones, mientras éstos se apresuraban a refregar las melenas, melosos. —¿Escucharon eso? Nuestro amigo Lumiere, sabe lo que les gusta, muchachos —les habló mientras esos ojos amarillos lo escrutaban impacientes. Se apoyó en la escoba y se volvió a Nuria. Seguía carburando la pregunta que le había hecho—. A decir verdad, yo también lo noté. Pero no, no tengo idea... Creo que tiene que ver con los nuevos integrantes que nunca se presentaron —sonrió y se hizo sombra a los ojos con una mano. El sol ya empezaba a salir fuerte a esa hora de la mañana—. Aunque, si nos ponemos a pensar, Matilda casi siempre tiene ese humor "especial"... Espera a que te vea sin falditas —Soltó una carcajada.
Santiago pasó por debajo de las pesadas cortinas y se deslizó silencioso entre los biombos que separaban el tocador donde se vestían las chicas. Aprovechó la intimidad para relajarse un poco, tomándose su tiempo sentado en un banquillo y mirando el pequeño armario de la ropa, pensativo. Como si su elección fuera cuestión de vida o muerte. Al final, con la decisión calcada en su mirada, atravesó el espacio que lo separaba del casillero. —Hmm... ¿se puede? —preguntó al final, desde atrás de las cortinas, ya vestido. Su tono de voz había cambiado, parecía más animado. Esperaba a sus dos compañeras con la caja de maquillaje y pinturas debajo del brazo, y se miraba la medias de colores.
Casi como si corriera contra el tiempo, como si un sexto sentido le avisara, Matilda recorría las distancias desde una punta de la carpa a otra, directo a la entrada donde sabía que encontraría al abuelo de Circus Maxium. Conocía a Rufus, y conocía, de igual forma, su relación de perro y gato con Hauffmann. Si bien el alemán se mantenía bastante indiferente, el abuelito tenía su tierno carácter aguerrido. Además era una excusa perfecta para no acercarse a la jaula de leones, donde estaba segura que estaría Lumiere, dándole de comer a los leones de Omaia. Contaba con que Alejandro comentara los planes a los demás y hablara con el adivino: Esa semana, todos harían papel de chupa-medias de Hauffmann. Matilda suspiró y se pasó una mano por la cara. Ese día haría un calor asesino, para colmo, estaba segura. "Me tomaré unas vacaciones en la Antártida algún día" pensaba, sabiendo que era mentira "Rodeada de pingüinos estables y calladitos" —¡Rufus! —Desde atrás del toldo de la entrada, Matilda susurró el nombre del mago, rogando porque los gritos de emoción de los niños al otro lado, no le impidieran escucharlo. Si el anciano no lo escuchaba, optaría por el plan B...— ¡RITA!
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Post by ev7e on Jul 31, 2012 14:43:40 GMT -3
-Uso cosas más pequeñas cuando bailo-señaló con una sonrisa socarrona- Y si esto le molesta...tú me las vas a pagar-advirtió- Quiza te guste participar en uno de mis bailes, hace taaaanto que no tengo una pareja decente. Nuria avanzó hacia el otro lado de la jaula, asegurándose de estar lo más lejos posible del domador, paso la escoba por el piso arrimando gran parte de desperdicios a los contenedores. -Hace un rato...fui a dejarle unos folletos a Rufus para que los reparta-comentó mientras seguía con la limpieza- Estaba con un niño, bueno..a mi me parecio un niño. Creo que tenía una idea de las invitaciones, de toda formas use mis encantos-rió- y le vendi una entrada. Si tiene suerte podria quedarse aqui y yo me divertiria un poco con él.
El veterano, de hecho, no escuchó nada en medio del griterio de los niños que lo rodeaban. -¡Hey! ¡Tú, el de los globos graciosos!-gritó el viejo levántando la vista y llamando a un tipo larguilucho que vendia muy cerca de él- Aqui hay algunos clientitos. Rufus se disponia a agacharse y recoger el sombrero de copa que una vez más habia caido al suelo, fue ahi donde escuchó el segundo llamado hacia su pequeña asistente. -Corre-le dijo a Rita para que vaya en dirección de la directora- Anda rápido antes de que nos vuelen la cabeza a los dos, y creeme, yo amo mi cabeza.
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Post by Milly on Jul 31, 2012 16:57:10 GMT -3
La expresión en el rostro de Hilaria se torció para cambiar de la alegría rebosante a un amargo gesto de ofensa, a saber si por el hecho de verse limitadas sus creativas ideas de maquillista amateur o bien porque consideraba un insulto esa suposición ruin en torno a lo exigente que podía llegar a ser con las pinturas. La primera opción parecía mucho más obvia para alguien como la muchacha, pero decidió no aclararlo mediante comentarios. Con una media vuelta dolida y dramática se marchó hacia sus vestidores para sumergirse en una marea fabulosa de colores y pelucas. Tanto la entusiasmaba ese proceso de hacer la elección correcta para conseguir el mejor atuendo, que acababa escogiendo lo primero que divisara antes de volverse loca. Así que rápidamente estuvo lista. —¡Adelante! —Arrastró a Santiago al interior de los vestuarios femeninos apenas escuchara su llamado. Corrió a tomar asiento frente a los espejos, acomodando la peluca turquesa con suma precisión sobre la mata de cabello aprisionada bajo una delgada malla—. Hoy quiero verme estrellada y sonriente —señaló su atuendo de coloridos motivos espaciales para justificar su decisión. La sonrisa posterior fue malévola—. La Mona Lisa y el arco iris podemos dejarlo para la función de la noche. Llegada a esa etapa no podía evitar reprocharse el ser un desastre para las pinturas... o cualquier otra cosa distinta a causar gracia.
Derian no podía evitar sentirse algo incómodo. Y el motivo no era en realidad ese conflictivo tira y afloja que llegaba hasta sus oídos desde el interior de la jaula. Inevitablemente sus ojos se desviaban hacia la hipnotista y su trabajo con la escoba. Jamás había reprochado su trabajo en el circo e incluso lo admiraba profundamente, pero a ojos de sus obsesivas reglas de limpieza, la charla comenzaba a distraerla bastante de su nueva tarea. De pronto ya no pudo contenerse. —Nuria... falta esa esquina —apuntó el sector involucrado y siguió con lo suyo, a punto de acabar. A juzgar por las arrugas que surcaron su frente, había perdido una batalla fenomenal contra sí mismo. Era sabido que detestaba dar indicaciones.
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nitta
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Post by nitta on Jul 31, 2012 20:48:42 GMT -3
Aunque a golpes logró llegar sano y salvo con el carretón lleno de comida para los tres famélicos "hijos" de Thomas. Llegó justo cuando Derian ordenaba eso a Nuria y sonrió negando.-Thomas, ya tienes aquí la comida. ¿Se la doy ya o espero? -preguntó para estar seguro. A pesar del tiempo que hacía que ayudaba a Thomas en la alimentación de los leones, realmente le daban cierto frente esos tres cuadrúpedos melenudos. Sin tanto desperdicio por el medio, casí hacía mejor olor y todo. Sonrió por el trabajo.-¿Han visto a Matilde por aquí? -preguntó como de pasada- la vi corriendo de lejos.
Encontró la peluca que buscaba y frente al espejo se la ajustó sobre su cabello mientras observaba por el espejo como Hilaria arrastraba a Santi y luego tenían esa corta conversa. Se rió ligeramente cuando Hilaria se sentó frente al espejo y, ella se acercó a Ian tras dibujarse con un lápiz de ojos, como iría el diseño de su rostro ese día. -¿Puedo coger las pinturas o la señorita Hilaria las acaparará todas? -le guiñó un ojo a Santi para luego arreglar el cabello de su peluca a su antojo.
En otro lugar, en una suite un hombre miró a una joven mucho más joven que él. -Ve al baño.-Le ordenó. Y ella fue, bufando. Pensaba que aquello era exagerado. Estaba vestida pero se cerró igualmente y escuchó como su prometido le daba la propina al botones y luego entraba él el carro al interior para cerrar luego la puerta. Ella salió y le miró. -No hacía falta, voy vestida Hassan. -Por si acaso. Puso sus ojos en blanco. -Tú y mi padre sois... insoportables. -Finalizó por no decir nada más grave. Se acercó al desayuno y lo puso sobre la mesa con ayuda de él. En eso sí que le gustaba. Era servicial y no le dejaba todas las tareas a ella sola pero eso del máximo ocultismo. Había ciertos extremos que simplemente no iban con ella. Pronto se pusieron a desayunar y Raissa notó en su piel que el sol ya empezaba a despuntar sobre los edificios de Roma. ¿Cómo sería el circo? Pero sobretodo... ¿sería verdad lo de la nota?
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Post by bachi on Jul 31, 2012 21:39:19 GMT -3
—Ya escuchaste, Nuria —La sonrisa de Thomas intentó ser inocente— te falta en esa esquina. No hizo falta decirle más. Él ya había terminado con su parte, y aprovechó el comentario de Derian para soltar su escoba, abrir la otra sección de la jaula y sentarse entre sus leones a mirar como trabajaba la mujer. Las fieras rápidamente se lanzaron sobre el domador, quien tenía que empujarlos lejos para que no lo aplastaran con sus enormes barrigas y cabezas. A veces el amor podía ser mortal, pero el hombre se lo tomaba con calma y entre risas cálidas dejó que Mafuma le lamiera con lengua de lija el bigote, que Jerry le aplastará una pierna y que Montesquieu le bostezara su aliento carnívoro en la cara. Justo en ese momento escuchó la voz de Lumiere y asomó su cabeza entre los leones, con algo de esfuerzo. Antes de poder decir cualquier cosa, los felinos ya habían saltado al otro lado y rondaban ansiosos. El olor de la carne fresca les llegaba desde allí. —Sí, mejor ahora antes de que me arranquen una pierna. Pero comerán aquí, mientras la dama termina su trabajo del otro lado —dijo Thomas y se puso de pie lentamente. Abrió la jaula para salir, aprovechando que los leones estaban concentrados en Lumiere y salió para ayudarlo con los grandes trozos de carne. La pregunta le llamó la atención y lo miró de reojo—. La estaba buscando Santiago, y al parecer otros más... Y les dio un par de indicaciones pero... —Se paró y lo miró, con curiosidad— ¿a qué viene este repentino interés? ¿Viste algo? —Los ojos de Thomas brillaron y se alineó el bigote.
El Santiago en proceso de ser payaso sonrió algo más divertido. —No te preocupes, Fin. Lo único que voy a necesitar son colores "estrellados" para la señorita Mona Lisa. Ahora, Hil, intenta aunque sea por unos breves minutos quedarte quieta. Sabía que tal vez en ese momento era en el único en que la chica podía mantenerse concentrada en ser una estatua, pero Santiago ignoraba si por respeto a él, o porque solo quería lucir radiante. El payaso acercó una silla al tocador y se tomó la libertad de dar media vuelta al asiento de Hilaria, para que lo viera de frente. Casi sin mirar, solo concentrado en el rostro y las facciones de la muchacha, revolvió distraído con una mano el cofrecito y sacó dos lápices para delinear, uno dorado y otro plateado, y pinturas espesas de color azul oscuro, púrpura y blanco. Ese debía ser el único momento en el que Santiago podía acercarse completamente desinhibido al espacio personal de otra persona. Le levantó el rostro por la barbilla y comenzó cubriendo con plateado y destellos dorados esos dos pequeños hoyuelos que se le formaban en las mejillas de Hilaria al sonreír. En lo particular, siempre le gustaba remarcarlos, eran como su rasgo especial. Al cabo de unos minutos silenciosos, y sacando la punta de la lengua en una mueca típica de concentración, Santiago se separó y la examinó crítico. —Hmm... No sé. Más que estrellada, eres toda una galaxia —comentó un poco inseguro, para que se mirara en el espejo. De hecho, eso era lo que había intentado, había marcado con firuletes el contorno de sus ojos hasta que estos se volvían más grandes y difusos. Solo había pintado la mitad del rostro de la payasa, dejando que la otra parte quedara con puntitos plateados disimulados. De esa manera resaltaban sus ojos verdes. —Y... —Esta vez sí rebuscó en el estuche—. Te recomiendo un color violeta para los labios.
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