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Post by Milly on Aug 24, 2013 10:37:04 GMT -3
1890
—¿Y no hay tareas para mí? —la risueña voz sonó a espaldas de Matt cuando este terminaba el proceso de asignar labores. Sus ojeras, como era costumbre, daban fe de las escasas horas de sueño acumuladas en el cuerpo. Pero la sonrisa apostada en el mismo rostro pálido tenía un efecto mágico que disimulaba todo rastro de agotamiento. A kilómetros de distancia se percibía la energía del radiante humor que portaba Teva Attia esa mañana.
2015
—Puede que me equivoque... pero en mi opinión, Logan, es prácticamente imposible atrapar a alguien que se entrega voluntariamente. Cuando la picardía se apoderó de su sonrisa procuró tomar todas las precauciones para no contemplar a la mujer situada a su lado. Se le hacía más fácil captar la esencia de su reproche que el aroma frutal del vino aún servido en la copa de Frank. Sabía -más bien intuía- que más tarde debería afrontar su cólera. Pero Moncef solucionaba un problema a la vez y el que más le importaba ahora se presentaba justo en frente, no a su lado. Y por una cuestión de orgullo deseaba realizar a su acompañante un pequeño recordatorio de que también él sabía trabajar con motivos secretos. Si la nada amistosa expresión de Katia a su llegada lo había llevado a sospechar de haber realizado la jugada adecuada, no haría más que confirmarlo tras oír las palabras del fotógrafo. Y la enigmática afirmación de su colega acabaría de invocar su espíritu periodístico. Antes que alguien consiguiera mover un solo dedo el periodista ya había acercado dos nuevas sillas a la peligrosa mesa y tomaba asiento en la propia luego de ayudar a Rachel con la suya. —Otra vez, tengo que discrepar —inició con esa agudeza incómoda e imperceptiblemente intimidante que caracterizaba su meticuloso trabajo. Apoyó los brazos sobre la mesa—. Un periodista que no ambiciona dar con la verdad sencillamente no es periodista. Así que si ambos afirmamos serlo, indudablemente tenemos los mismos intereses. Al menos como fin último. Los motivos... sí, son discutibles —su mirada se concentró entonces en Delatore, cargada de una curiosidad que no pretendía disimular. No podía dejar pasar la naturaleza defensiva de su aporte—. En fin. ¿Qué clase de interesantes cosas son esas de las que debiera estar al tanto? —No te hagas el inocente Périer, porque no engañas a nadie —Katia soltó una risita maliciosa, pero no era al periodista a quien observaba. Era la única que parecía dedicar a Rachel todo el interés contenido en su mirada. Los ojos pardo la reprendían en silencio y reprobaban la compañía elegida para aquel almuerzo. Pero también brillaban inquisitivos. ¿Qué era lo que pasaba por la cabeza de la secretaria? ¿En qué momento había dejado de rechazar las conocidas insistencias de un reportero de comentada fama de Don Juan para luego dejarse ver por ahí con él? Siempre podía ser que la nueva táctica de Moncef de hacerse el misterioso hubiera dado resultado. Pero la maquillista -como siempre- tenía sus dudas. Dejó espacio en su cabeza para una nueva nota mental por resolver—. Tus informaciones clasificadas —evidentemente tardaría mucho tiempo en olvidarse de su exclusión en los planes del reportero y Logan— no te ayudan a fingir desventaja. De hecho me atrevería a apostar que fue con el mismo secretito que nos tiene a nosotros aquí que conseguiste arrastrar a nuestra pobre Rachel. ¿No es así, querida?
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Post by bachi on Aug 24, 2013 18:41:26 GMT -3
1890 Sentado en el borde de la cama, agachado atándose el cordón de los zapatos, Laurent Durand esbozó una sonrisa fugaz. Se había despertado casi una hora antes y ya estaba vestido. El humo de cigarrillo que flotaba en el ambiente era el único vestigio de los minutos que había estado dando vueltas en la cama, hasta que al final se había levantado para ir al baño y cepillarse los dientes. Sí. A pesar de lo impredecible de su relación, debía admitir que tenía un cepillo de dientes propio en aquella casa. —Lo siento, nena. Pero él —Se puso de pie para abrocharse los botones del chaleco y asomarse para mirar por la pequeña ventana. Suspiró— lamentablemente es mi jefe. Y ¿sabes? Los jefes pueden ser condenamante hijos de puta cuando de horarios se trata —De un manotazo tomó el abrigo que yacía perdido en el suelo para colgárselo del hombro y se volvió a mirarla, reparando en su desnudez. Con las manos en los bolsillos, Charlie sonrió de nuevo. —Puedo entender por qué los artistas se aguantan el hambre —Enarcó las cejas y caminó hasta Angie. La madera crujía suavemente bajo sus pasos, como si los calculara. Se detuvo justo frente a la mujer, la miró desde arriba—. Yo también me ahorraría el pan si todos los días tuviera la oportunidad de ver tal maravilla. Se inclinó para besarla y disimuladamente rozarle un pecho con la mano antes de que la bailarina pudiera proponerle quedarse más tiempo o el sencillo hecho de que podría tener esa vista esplendorosa todas las mañanas si decidiera comprometerse. —¿Bajarás a abrirme la puerta? —le susurró luego de morderle la punta de la nariz— ¿O me quedo yo con las llaves?
2015 Logan no pudo evitar una risita. Estaba profundamente divertido, solo le faltaba aplaudir, parecía un niño en un salón de juegos, acomodándose en la silla para observar mejor cómo se desarrollaba la escena delante de sus ojos. Périer era todo lo que había esperado, había avanzado hasta Frank y ahora lo obligaba a dar la contrapartida, poner más cartas sobre la mesa... Hasta que Katia intervino, y para satisfacción cósmica, kármica del fotógrafo, la situación se tornó mucho más interesante. Lo cierto es que una vez más la secretaria había pasado a un segundo plano muy poco relevante para interés del hombre, hasta que la maquillista la había arrastrado hacia el centro de esa masacre. Logan ni siquiera había visto cómo Rachel había tomado asiento junto a su anfitrión, muy lentamente, sin dejar de clavarle el par de ojos poco gratos de la nuca... No sería sorpresa ver a Moncef sudar en cualquier momento, inflamarse en llamas. Así que controlando la destilación de malicia que le brotaba de los poros (y tal vez solo dejándola entrever en los ojos), entrelazó las manos sobre la mesa y esperó como cualquier juez esperaría el dictamen de la defenza: Con una pequeña gota de desdén chorreándole de la comisura de la boca, color sangre metafórico. A Rachel esto no se le escapó. De hecho había perdido cualquier tipo de esperanza de seguir manteniendo el bajo perfil cuando Moncef arrastró una silla para "obligarla" a sentarse con toda la delicadeza de la que fue capaz. Cuando Alessandri fue finalmente quien la hizo partícipe de esa extraña reunión, se volvió a mirarla. —Debo discrepar —sonrió, consciente que usaba la misma expresión que había usado el fotógrafo—. No puedo confirmar la inocencia de Périer pero creo que es lo suficientemente capaz de salir adelante por su propia cuenta —El mensaje que dejaba entre-líneas era mucho menos amigable de lo que había sonado. Él lo sabría interpretar—. En cuanto a mí —se encogió de hombros, siempre cortés—, no tenía dinero para almorzar. La prostitución del alma es a veces necesaria —Esperaba que comprendieran la broma, pero por si las dudas se puso de pie—. A mí ya me están esperando en la oficina así que, eh, buena suerte con esa charla. Quería volar de ese nido de serpientes cuanto antes. Ya no tanto por su reputación, por lo que se diría a sus espaldas, si no más bien por los rumbos que estaba tomando la conversación, el tema en especial. Rachel tenía la incómoda pero persistente sensación de que esos cuatro pares de ojos, ahora que ya había "entrado en juego", intentarían leerle la mente, apuntar directo hacia eso que hacía minutos atrás habían estado hablando con Moncef. Eso y también lo otro que no le había contado y había preferido guardarse.
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Post by ev7e on Aug 27, 2013 20:38:34 GMT -3
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-Muy buenos días, señorita Attia- saludó Matt con una encantadora sonrisa cuando giró sobre sus pies para ver a la menuda mujer- La única razón por la que no le estoy repartiendo tareas al igual que a la plebe, es debido a su reciente ascenso (si es que asi podemos llamarlo) a la clase alta del cabaret. Mientras hablaba, él ya terminaba de limpiar una de las mesas más cercanas y le ofrecía una silla a la ex mesera. -Hace unos minutos Balthasar preguntó por ti, supongo que nadie esperaba verte tan temprano hoy. Desde ya te informo que al terminar la visita de LeCounce tendrás que reunirte con Veronique, ya sabes que ella será la encargada de no dejar que las fieras te pongan un dedo encima… el horario de las bailarinas es muy diferente al nuestro, pero eso ya lo debes saber- agregó con un rápido y cómplice guiño- Entonces… ¿Entusiasmada en tu primer día?
-Te acompaño- respondió Angie quitándose la sábana de encima y saltando de la cama en busca de una bata verde en el perchero cercano a la puerta- Si no me levanto ahora, no lo haré nunca. Más tarde dormiré un par de horas antes de regresar a Molino- agregó cuando cruzaba por sobre su cintura el cordón de tela. Y ahí se dio cuenta que ya no era la bailarina del cabaret que podía llegar media hora antes solo para vestirse y salir al escenario. -Anoche noté la presencia de Sylvain y sus hombres- comentó como quien habla del clima mientras salía de la habitación y cruzaba junto con Charlie el corto pasillo que separaba las habitaciones de los hermanos Dubois de la puerta principal- Han estado yendo muy seguido y no solo para ver a Marie- a la mierda la vieja cantante. Si era cierto lo que se comentaba, ella la ahuyentaría del local-Creo que a Annette le está empezando a gustar esa clase de compañía, ¿Quién sabe? Puede que solo sean chismes entre las bailarinas- le guiñó un ojo en complicidad antes de abrir la puerta-Au revoir, monsieur Durand.
2015
-Yo también debo regresar ya a la oficina, pero Moncef todavía puede ponerse al tanto con Katia y Logan pues en nuestra animada conversación ellos demostraron estar muy enterados de lo que sucede en Etiqueta Negra y podran satisfacer cualquier duda que él tenga. Katia, debes estar encantada- señaló Frank levantándose de la mesa y acercándose a Rachel- Pero no se preocupen, dejaré la cuenta pagada. Después de todo, yo invité este almuerzo- les dedicó una rápida sonrisa de tiburón antes de apoyar la mano en la cintura de la secretaria y llevarla lo más pronto posible hacia el encargado, a quien le murmuró unas pocas palabras y luego de que éste asintiera giró con su acompañante hacia la puerta de salida- camina rápido, no voltees por nada y vámonos de aquí- susurró
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Post by Milly on Aug 30, 2013 1:03:10 GMT -3
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En lugar de aceptar la silla que el joven le ofrecía prefirió colgarse de su cuello y estamparle en la mejilla un beso cargado de cariño y entusiasmo. —Todavía no se me suben los humos a la cabeza, ¿sabes Matt? Y creo que harías bien en sacar provecho de ello —ignorando de momento el asunto de tener que reunirse con una bailarina para intentar parecer una, se apartó de su amigo con sonrisa dulce y perversa, ya iniciando por inercia la tarea de voltear las sillas sobre las mesas que el mesero iba limpiando—. Tienes que admitirlo, tu hermana tardará siglos en acostumbrarse a hacer este tipo de cosas de una manera decente. Y hasta que aprenda, la ayuda te vendrá bien. Sobre mi primer día... —alzó la última silla antes de volverse a Dubois. La fuerza de su sonrisa constituía la contradicción perfecta a las dos palabras que se preparaba a pronunciar—: Estoy aterrada.
De haber sido por él hubiese dormido hasta que el sol volviera a ocultarse y llegara la hora de ir a organizar los licores en su barra. Pero durante su recorrido por esas conocidas calles parisinas se había consolado con la idea de estar realizando una buena acción. Eso, suponiendo que Angie se encontrase destrozada tras el drástico desenlace de la noche anterior. Porque en caso contrario... ... no tuvo que pensar lo que ocurriría entonces. Lo experimentó en carne propia cuando la puerta de los Dubois se abrió mucho antes que Médéric alcanzara el umbral para anunciar su inesperada llegada. Los primeros dos segundos se sintió tentado a reprochar el hecho de que Cyrille hubiera sufrido una recaída con aquel sujeto tan pronto, pero pasada la primera impresión tuvo que morderse la lengua para no largarse a reír frente a la pareja. Así que, después de todo, el juego de la bailarina había terminado mucho antes de iniciar. —Buenos días, al parecer —saludó con una pequeña reverencia, más para la dama que para su acompañante, al que poco le faltó para ignorar por completo.
2015
Imperturbable. Así se sostenía la sonrisa en los labios de Périer cuando al fin decidió volver el rostro hacia la secretaria que optaba por darse a la fuga. Así que, para variar, tendría que valerse de sus propios medios para llegar a un punto interesante. Eso no lo sorprendía tanto como comprender que Frank no era la única persona en aquella mesa que claramente ocultaba algo; la secretaria y sus jugadas inesperadas comenzaban a maravillarlo de un modo oscuro. Tendría que moverse con cuidado en aquella nueva partida si deseaba mantenerse dentro del juego. No existían demasiados motivos para sentirse mínimamente conforme consigo mismo y el panorama que veía venírsele sobre los hombros, no obstante era precisamente esa la imagen que exteriorizaba a sus compañeros de trabajo al seguir con la mirada la ruta trazada por Delatore y su invitada. Apostaba a una arrogancia juguetona, apenas irritante. Y mientras tanto, Katia acababa de concluir que todos estaban locos, demasiado como para que su ansiedad le permitiera pensar en tantas actitudes extrañas a la vez sin perecer en el intento... y que en realidad ninguno de los involucrados valía sacrificar su inestable tranquilidad. Por ahora. Antes que consiguiese cambiar de opinión, la voz de Moncef la obligó a volver a la realidad. —Solo para no llevarme más sorpresas —volvió a centrar su mirada en el fotógrafo y la maquillista cuando la otra pareja y sus secretos finalmente desaparecieron de su campo de visión—. ¿Debo prepararme para otra huida sospechosa, o alguien tendrá al fin la amabilidad de explicarme qué es eso de lo que están tan enterados? Alessandri contempló al hombre, incrédula ante su talento para hacerse el desentendido. —Yo paso —bufó.
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Post by bachi on Sept 1, 2013 23:38:00 GMT -3
((Tardé SIGLOS en escribir este post ;_; Perdónenme lo largo, tenía muchas cosas que poner! En los próximos ya no. LO JURO. EN MI DEFENZZZA DIRÉ QUE ES PORQUE TENGO MUCHOS PERSONAJES)) 1890 La siguió en silencio, omitiendo un profundo bostezo justo antes de que Angie comenzara a vomitar toda esa información. Charlie se frenó de golpe y detuvo la puerta con el pie. —¿Y por qué me dices esto ahora? —le preguntó, sujetándole el mentón con el pulgar y el índice—. De lo de tu encantadora “amiga” Marie ya estaba al tanto. Pff, no sé quién no… Pero si Sylvain la tiene de excusa para meter las narices donde no lo llaman, tendré que tener una seria charla de advertencia con la traviesa, no vaya a ser que la Urraca de tu jefe se acostumbre demasiado a la fea cara de Syl y caiga enamorado… Cosa que, por cierto, veo que a ti te molesta muchísimo —Sonrió, correspondiéndole a la complicidad a sabiendas de la rivalidad que Cyrille siempre mostraba con la otra bailarina. Aprovechó para arrebatarle un beso— ¿Algo más que deba saber? —susurró contra sus labios… …Justo antes de que le interrumpiera la inspiración una curiosa voz que no esperaba escuchar a esa horas del día y aún menos por esos lugares. Como si Charlie quisiera comprobar que se refería a ellos, miró el número de la casa y se volvió al recién llegado con un desconcierto frío. —¿Médéric Fa…? —preguntó, escudriñándolo. Charlie se alejó de la puerta, sacó un cigarrillo y lo encendió, volviendo a sonreír— No tengo buena memoria para los asistentes de Molino. Bueno, no todos —Le dio dos palmaditas y encogió los hombros— ¿Iban hacia allá? —preguntó y se volvió a la chica. Sus ojos al mismo tiempo le preguntaron y al mismo tiempo lo confirmaron. Evidentemente sí había otras cosas que debía saber—. Algo temprano para las bailarinas —Soltó el humo.
2015 Logan fue el último en hablar, pero decididamente el primero en reírse. Así que antes de responderle a Moncef, se tomó su tiempo para pedir un muy bien merecido (en su opinión) mousse de chocolate. —No te preocupes, no me iré hasta no terminar mi postre… que al parecer acaba de llegar —Sonrió, mientras preparaba una cuchara—.Verás, antes de que decidieras interrumpir con tu… ¿inoportuna? —Se fijó en Katia, a ver si estaba de acuerdo— aparición, Frank estaba deleitándonos con intrigas rondando alrededor de nuestro jefecito. Historia sobre Molino Rojo, Mia y sus “favores” extra además de modelar para la revista, el hecho de que Frank obtiene la información de fuentes poco fidedignas —Cada ejemplo, era un bocado nuevo— ¿me falta algo? Ahm, sí. Aparentemente Katia y yo fuimos lo suficientemente impacientes como para aguardar a que el propio Blanc nos hiciera conocer sus intenciones hoy en… ¿cierta reunión post almuerzo? El tintineo de la cuchara en la copa vacía tapó el sonido de la silla mientras el fotógrafo se ponía de pie y aguardaba pacientemente detrás de Katia, como todo un caballerito, para ayudarla también. —¿Vas a seguir queriendo esas fotografías que me pediste, Monti? Si es así, para hoy a la noche puedo tenerlas. En pendrive, obviamente. En papel será para mañana o pasado —Y dicho esto le dio dos palmaditas en el hombro, y se volvió a la única figura femenina de la escena—. Tengo tarjeta de metro, Katia querida, dado que nuestro chofer nos ha abandonado de manera tan vil. Y juro solemnemente que tardaremos menos de diez minutos en llegar a la oficina.
—No te preocupes. No pensaba hacerlo. Le había sorprendido la rápida determinación de Frank por salir pitando del lugar, pero tras pensarlo un par de minutos, considerando con quiénes habían decidido almorzar, no le sorprendió. Katia Alessandri nunca la había tratado mal (casi podía decir todo lo contrario) pero conocía bien su carácter… Y en cuanto a Logan Delastair, bueno, eso era estiércol de otro costal. Una vez salieron al exterior, la secretaria no pudo menos que dejar caer los hombros y relajar los músculos de la cara con una profunda sonrisa. Se volvió al reportero y lo miró entre divertida e incriminadora. —Tengo que admitir que me salvaste ahí atrás ¿Ahora tengo alguna especie de deuda a muerte o pacto de sangre contigo, Frankie? Porque te aviso que no pienso pagarlo —Se rió, y sin pensarlo, le dio un rápido beso en la mejilla— Eso será lo máximo que sacarás de mí. Pero en serio, te lo agradezco. Pensé que me comían viva —Frunció el ceño e hizo una mueca. Antes de que pudiera agregar algo más, un celular comenzó a sonar junto a ellos. —Creo que te llegó un mensaj… Ups. Y a mí me están llamando. Aguarda —Revolvió en su bolso y contestó— ¿Diga?
“Tengo el papeleo de Blanc listo en la oficina. Lo habilitará a revolver archivos policiales “específicos”. En un minuto llamaré a su secretaria para avisarle. Sería bueno que le eches una ojeada si cae misteriosamente en tus manos. M.” Mathieu suspiró, se fijó en la lista de llamadas y guardó el número de Delatore. A continuación, marcó otro número. —Disculpe, ¿hablo con la secretaria de Benjamin Blanc? Quería avisarle que los papeles que me solicitó esta mañana están listos en mi oficina para retirarlos. Por cuestiones de fuerza mayor no puedo pasar yo personalmente a dejárselos, pero estaré disponible bien entrada la tarde en la comisaría por si quiere pasar a busc… Ah, ¿usted puede? En ese caso le dejo la dirección. Anote —Mathieu escuchó al otro lado ruido de papeles—. Si tiene alguna consulta, puede decirle que me llame más tarde. Los papeles están listos, pero la autorización del juez tardará un poco más, dígale. Eso es todo. Gracias. “Los pasa a buscar la secretaria” escribió lentamente y reenvió. Ya comenzaba a tener dolor de cabeza de nuevo.
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Post by ev7e on Sept 6, 2013 19:20:32 GMT -3
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Matt no intentó convencer a Teva de que Angie era quien mantenía el orden en la pequeña casa en que vivían desde que sus padres murieron y que aquello de la limpieza no era cosa ajena dentro de la pelirroja cabeza de la menor de los Dubois. Un tema MUY diferente era convencer a Cyrille de hacer lo mismo dentro de Molino Rojo, él asumía que ella llegaría a buscar un lugar cómodo para planear su regreso triunfal al escenario y dejaría que otros hagan el trabajo que le correspondía. Pero no le revelaría esos pensamientos a la pequeña mujer delante de él, no quería tomar ningún bando en un guerra que no le correspondía. -¿Aterrada?- preguntó en su lugar el mesero- Vamos, después de todo el tiempo que esperaste por esto, ¿Me dices que tienes miedo de subirte a escena a bailar en lugar de a barrer?- rió por unos pocos segundos hasta darse cuenta de que en realidad no tenía nada de divertido-No pasa nada, no estarás sola ahí arriba y, aunque esto te haga enojar, Marie no te dejará sola en las garras de nadie… Además, no puedes fallar. Te he visto repetir los pasos de las bailarinas cuando ellas ensayan antes de abrir el local, tú no cometes ningún error...esperemos que sigas así cuando crezcas unos cuantos centímetros con esos zapatos que usan- agregó con una rápida sonrisa antes de voltear la última pareja de sillas.
Algo temprano para todos- corrigió Angie apartándose de los ojos de Charlie para fijarlos en Médéric . Si bien en un principio había contenido el impulso de lanzarse a sus brazos en su habitual y muy cariñoso saludo, ahora (y no solo por la presencia de Charlie) reprimía las ganas golpearlo en la cara y borrarle el gesto burlón. Sí, ella ya sabía que había mandado a la mierda su bien elaborado plan. No tenía que recordárselo. -Y algo tarde para ti. A menos que hayas cambiado de opinión y decidas quedarte…- añadió girándose nuevo hacia el primero de sus acompañantes y dedicándole un guiño-…y escuchar los motivos por los que Med viene a tocar mi puerta a estas horas de la mañana. Un poco desconsiderado después de una larga y agotadora noche de trabajo en el cabaret ¿No lo crees?-preguntó a ninguno de los dos en especial.
2015
Leer nuevo mensaje, opciones y borrar. Genial, ahora tendría que buscar la misteriosa forma de que esos papeles cayeran en sus…pero que conveniente. Cuando Rachel terminó de hablar con LeCounce, claro que él tendría que hacerse el desentendido, Frank guardó el celular en uno de los bolsillos del pantalón y le dedicó una media sonrisa. -Siempre me llegan invitaciones para suscribirme al horóscopo chino- comentó antes de agregar, abriendo la puerta de su camioneta- ¿Quieres que te lleve a algún lado? Aun tenemos tiempo antes de volver a la oficina y la verdad, estoy buscando cualquier excusa para no volver a cruzarme con esos tres de ahí dentro a menos que sea estrictamente necesario. Puedes considerar esto como pago a mi pequeña misión de rescate- agregó desplegando una radiante sonrisa.
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Post by Milly on Sept 15, 2013 12:12:51 GMT -3
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Correspondió a la sonrisa de su amigo, conmovida al punto de quedar sin voz. No podía recordar una sola vez en que a Matt le hicieran falta las palabras adecuadas para animarla. —Tengo bastante claro de lo que soy capaz, Matt —suspiró apartándose por un momento del mesero para tomar una escoba de las que habían sido apiladas contra la barra de licores—. El público es lo que me preocupa. No sé si mi entusiasmo baste para ganarme su aceptación... ya oíste lo que tu hermana dijo ayer —señaló su cuerpo diminuto y escuálido como quien apunta a un leproso—. Esto es lo que he soñado toda mi vida, pero ambos sabemos que no soy lo que los comensales buscan ver en una bailarina de Molino Rojo. Ya estaba. Lo había dicho. Solo ahora comprendía las consecuencias de haber crecido tanto tiempo detrás de los escenarios, siempre a la sombra de su verdadera meta: finalmente había terminado por convencerse de que su lugar no eran los escenarios. Y a pesar de ello, continuaba anhelando su momento de fama con la misma intensidad de la primera vez en que hubo de solicitar un puesto como bailarina. Ahora que al fin lograba su objetivo la aterraba la idea de dejar escapar su oportunidad. Tendría que aferrarse a ella con uñas y dientes. Abrazó al joven de forma repentina. Cómo iba a echarlo de menos cuando horas más tarde debiera encerrarse en los vestidores subterráneos repletos de arpías.
Sin perder la sonrisa, Méd consultó su reloj. Y chasqueó la lengua. —A mí me parece que no hay tiempo para explicaciones —dedicó al amigo de Angie una mirada extraña y todavía divertida—. Estoy seguro de haber oído a Balthasar decir que hablaría con tu jefe a primera hora. Seguramente no querrás perdértelo —el retitín utilizado dejaba bien claro que los tres sabían que, más allá de no querer perderse parte del encuentro, Laurent no podía perdérselo. Donde La Roca iba ahí debía seguirlo su fiel secuaz. Estrechó la mano del hombre como si fueran amigos de toda la vida y luego se situó junto a la pelirroja—. No te preocupes, prometo que voy a cuidarla en tu ausencia. Supongo que nos veremos luego. ¡Y por cierto! —agregó asomando la cabeza que ya había hecho atravesar por el umbral de la puerta sin aguardar invitaciones de nadie—. Favre. Ese es mi apellido.
2015
Katia aceptó la ayuda de Logan, más que nada para hacer valer los beneficios de ser la única dama presente en el fin de la masacre que implicaba esa escena. Pero toda la dignidad de la que se había revestido para tomar la mano del fotógrafo se perdió al oírlo soltar semejante comentario en medio de tantas intrigas. Lo fulminó con sus ojos pardo. —¿¡Qué fotografías!? —se sintió colapsar de pura indignación. ¿Por qué endemoniado motivo ella era la única que no tenía secretos para presumir con el resto? Moncef la tomó del brazo, todo delicadeza y galantería para contener su evidente frustración. —Impacientes, ¿no?... ahora lo veo —rió meloso, desviando su atención de la maquillista a su compañero Delastair—. Desde luego que las quiero. No me gustaría alimentar la curiosidad de tu hermosa acompañante por más tiempo del necesario. No lo merece. Y hablando de cosas que no merece... en taxi tardaremos menos y será más cómodo. Es lo menos que puedo hacer luego de haber espantado a su chofer. —¿Es que no tienes automóvil? —consultó la mujer sin rastros de vergüenza, aunque ya sin atisbos de una furia potencial. Las alabanzas del reportero y la promesa de una futura revelación habían surtido algo de efecto. —No tiene sentido llevarlo al trabajo cuando se vive tan cerca —los llevó fuera del restaurante sin agregar más palabras, ni más preguntas. De momento ya contaba con suficiente información como para comenzar a trabajar.
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Post by bachi on Sept 20, 2013 12:16:40 GMT -3
1890 Angie le ocultaba algo. Fue lo primero que supo en cuanto vio la complicidad pactada entre los dos. Y no era tanto la relación que podrían tener lo que lo intrigaba, sino eso que aparentemente se le estaba escapando y que lo hacía quedar en desventaja. No se preocupó. Tarde o temprano se enteraría y tendría alguna excusa útil para enojarse con la bailarina y dedicarle tiempo a la mesera antes de que Pierre comenzara a presionarlo de más. Charlie arrojó la colilla del cigarrillo ya muerto al suelo y la pisó con la punta de los zapatos. Un poco hacia la izquierda, otro poco hacia la derecha. Se quitó el invisible sombrero que habría llevado en la cabeza si no lo hubiera olvidado la noche anterior en el bar y se llevó la mano al pecho. —“Favre” —Sonrió e hizo una pequeña inclinación—. La próxima lo recordaré. Lo prometo —Saludó al aludido antes de fijarse en Angie. La amenaza incierta y amable que había escondida en esas palabras serían solo moneda corriente para ella, porque no era Charlie de los que iban por ahí presumiendo. Una cosa era alardear poder, cosa de la que podía considerarse culpable, otra muy diferente, adjudicarse víctimas—. Bueno, me voy sabiendo que mucho no vas a extrañarme —Le dio un besito en la mejilla—. Au revoir belle dame sans merci. Y se escabulló a paso rápido, porque quisiera o no reconocerlo, en ese momento era el perrito mensajero de LeCounce y estaba llegando condenadamente tarde. Detuvo a un cochero en medio de la calle y de un salto se bajó para tocar timbre una vez estuvo en su destino. Desde adentro le llegó el timbre de dos voces bien diferentes. —Merde —gruñó. Había olvidado que también Louise LeCounce asistiría a esa reunión y que la endemoniada mujer era, tal vez, la principal causa de que Pierre mantuviese su palabra de contrato con Balthasar. Sería una mañana horrible para empezar.
2015 Rachel había empezado a suspirar cuando cortó la llamada y guardó el celular, pero en cuanto Frank se ofreció como chofer, el suspiro se le transformó en sonrisa. —¿Invitaciones al horóscopo chino? —Lanzó una carcajada—. Hagamos algo, tú me llevas hasta la comisaría cerca de la Torre y yo te doy de baja esa publicidad mientras caminamos hasta tu coche —Se acomodó la cartera y se ajustó la bufanda—. En cuanto a lo otro… Qué suerte la tuya —Hizo una mueca mientras se abotonaba la chaqueta—. Yo no tengo excusa. Voy a tener que verlos a la cara a los tres en cuanto entren en la recepción… Eso sin mencionar, pensó mientras caía lentamente en la cuenta, que se había quedado con el abrigo de Périer. Cualquier rastro que hubiese querido borrar del almuerzo, ahora era infranqueable. Con la poca dignidad que le quedaba, bufó y le tendió la mano para que le pasara el celular. —Bien, ¿dónde dejaste estacionada esa camioneta?
Al ver la expresión indignada que Katia tenía, Logan no pudo menos que reírse. —Ah, son solo fotografías comprometedoras que tomé de Moncef en ciertos lugares ilícitos —bromeó sin sonreírse. Los siguió hacia afuera en silencio y haciendo cálculos, y no volvió a hablar si no hasta que estuvieron dentro del taxi—. Son cerca de 103 tomas en total —Cuando alguien sacaba el amor de su vida en la conversación, Logan no podía menos que explayarse un par de minutos de más en la fotografía—. Encontrarás que solo 20 de todas son verdaderamente útiles, pero lo dejo a tu criterio. Descuida, Katia —agregó rápido, antes de posibles represalias, una vez estuvieron a pocas cuadras de la revista—, prometo contarte todo con detalle una vez estemos de vuelta en nuestro guarida secreta.
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nitta
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Post by nitta on Sept 20, 2013 13:45:51 GMT -3
((*Se cruje dedos -y algo más- y maquina poner post perdido y desubicado para al menos, mover a alguien*))
1890
Y a las apresuradas. ¡¡¡A LAS APRESURADAS!!! Era como se estaba vistiendo en su maldita habitación de su pequeño pero confortable piso antes de tan siquiera ir a buscar a su Jefe, a su Don, a quien tenía que estar protegiendo las malditas espaldas.-¡¡¡ESTÚPIDO!!! -se gritó cuando terminó en el suelo intentando ponerse el pantalón por encima del pijama mientras se lo medio pisaba con el otro pie. -¡¡¡JODER!!! -gritó, frustrado. Tras desnudarse, volverse a vestir y sentarse en la cama como persona civilizada para calzarse y atarse los zapatos, ocultó su pistola donde siempre y, sin mirarse en el espejo, se largó de ahí mandando portazo inquisitivo de su rabia. Una vez fuera se apresuró a andar hacía la casa del Don donde sabía sería recibido con reproches pero a la mierda. No pensaba montarse en un trasto de esos de cuatro ruedas; antes muerto que subirse a tamaña artimaña infernal. Una vez en el lugar -ya llegaba muy tarde-, tras los registros oportunos, los cacheos rudimentarios y los saludos de "buenas madrugadas caballeros", finalmente accedió donde estaba el Don aguardando por él. -Vine todo lo rápido que pude, Señor.-Se disculpó.
(no saben lo que me reí con este post xDDDDDD)
2015
Estaba en su apartamento tras ducharse, accedió con el albornoz al comedor y le dio al play para que sonara un poco de jazz para amenizarle la tarea de secarse el largo cabello. Mientras estaba en ello observó su ordenador -dejado en la barra de la cocina comedor y lentamente se acercó a él, lo volteó y recuperó la pantalla para observar que tenía un mensaje. Sabía de quien era. Bufó. ¿Podían dejarla en paz? Tenía su vida en París. No lo leyó, sin embargo, lo leería más tarde. Ahora se le había ocurrido hacer una llamada a su novio. Sonrió sabiendo cómo iba vestida y le dio al botón de llamada de Skype. Le veía conectado así que tampoco hizo mucho drama. De fondo el potente sonido de un clarinete se enroscó en sus orejas opacando ligeramente el molesto timbrazo de dicho aparato al realizar la llamada.
(Nana pícara)
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Post by ev7e on Sept 21, 2013 20:11:37 GMT -3
1890
Matt sostuvo en sus brazos a la pequeña mesera y acarició su cabello con la misma ternura que habría hecho un hermano. A veces incluso deseaba tener esa misma conexión con su verdadera hermana, pero ambos sabían que ese lazo se había quebrado muchísimo tiempo atrás. -Tienes razón, no es lo que los clientes buscan en una bailarina- admitió el joven cuando una pequeña parte de la conversación de Annette con LeCounce le llegó a la memoria y le golpeó como si le hubiesen lanzado una roca. ((¿Entienden? LeCounce, roca, jajaja….¿no? Damn it. )) -Pero tal vez y solo es una suposición, Annette tiene una carta bajo la manga que hará que muestres tu talento como bailarina y a la vez cumpla con las expectativas que ellos tienen cuando vienen a Molino Rojo. Vaya, ella de verdad te debe de tener en consideración para hacer algo como eso- agregó más para sí mismo que para ella- Tal vez por eso sea que tiene la reunión con LeCounce hoy en la mañana…¡TÚ!- la sacudió apartándola del abrazo que la tenía prisionera- ¡Él te quería ahí! Lo que significa que no falta mucho para escuches por ti misma lo que quieren esos dos y luego vengas corriendo y me cuentes todo. Annette no ha querido decirme nada aún.
Solo cuando vio su reflejo en una de las ventanas, fue consciente de la apariencia que llevaba esa mañana. -Ya vengo- dijo mientras pasaba de largo hacia su habitación se encerraba en ella- ¡Ponte cómodo! –gritó desde el otro lado de la pequeña casa Dubois. Dentro de las cuatro paredes, Angie llevó a cabo su transformación. De alguna forma logró domar su abultada melena roja hasta que ésta fue comprimida en un apretado moño sobre la cabeza, lavó su cara con tanta fiereza hasta remover el maquillaje corrido de los ojos y se vistió con sencillez. Ya no estaba en el cabaret, así que podría respirar con facilidad y sobre todo, comer. Ordenó lo más rápido que pudo su habitación, tendió la cama y abrió las ventanas para que entrase algo de luz. Repitió el procedimiento en la habitación de su hermano y salió a recibir al invitado inesperado. -¿Méd? ¿Quieres algo de tomar o de comer?
2015
-Entonces, tienes una cita con tu esposa en la noche. -Sip. -¿Y no le vas a llevar nada? -Llevar algo como qué. -No lo sé. Flores, chocolates… -Es alérgica. -Que triste vida. Benjamin Blanc aparcó el Mercedes frente a Etiqueta Negra. No veía los autos de sus empleados, pero no era novedad que aprovecharan hasta el último minuto de descanso para alejarse de la oficina. -Peor es empezar a llevar ropa de cambio al trabajo por si una tijera decide hacer un Harlem Shake sobre ti. -Ja-ja que gracioso. Debo admitir que tiene sus ventajas si se tiene un jefe tan generoso que te lleve de compras- Opinó Mia acercándose lo suficiente para darle un fugaz beso en la mejilla y luego darse vuelta para entrar al edificio- Te veo en un rato para la reunión. Benjamin dejó que Mia entrase primero y luego de unos pocos segundo lo hizo él, justo cuando escuchó frenar a un carro.
-No lo sé, pero ahí viene-respondió cuando el Valet salía de la camioneta y se acercaba con la llave en las manos. Frank le agradeció mientras éste le abría la puerta a Rachel y justo antes de que se fuera, el reportero le entregó unos billetes. -Me dijiste que a la comisaría, ¿cierto?- preguntó cuando doblaba en una esquina y salia a la avenida- Eso no queda muy lejos, con un poco de suerte no llegaremos tarde a la reunión que Blanc tiene planeada.
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Post by Milly on Sept 29, 2013 20:41:13 GMT -3
((¡Yo lo entendí! ¡Yo lo entendí! JAJAJAJAJAJA *corre en círculos*))
1890
Las últimas reflexiones de Matt se encargarían de aniquilar los resquicios de malos presentimientos que todavía atosigaban sus pensamientos y le impedían disfrutar de las promesas que ese día traía para ella. Como si jamás hubiera expuesto rastro de debilidad alguno ante su amigo se apartó para comenzar a barrer. Tampoco le convenía que su otrora compañero de labores pensara demasiado en el motivo por el cual ella estaba en la mira de Annette y su amigo Roca; no al menos mientras ella misma no tuviese demasiado claro lo que opinar al respecto. —Prometo contarte todo. TODO... siempre que tú me hagas otro pequeño favorcito a cambio —Teva sonrió con ese toque travieso y vivaz que anunciaba su instantánea recuperación anímica—. Nada es gratis en esta vida, querido Dubois.
La voz de Angie le hizo dar un salto sobre el sofá en que había tomado asiento. —Tengo una mejor idea —elaboró una sonrisa de medio lado al levantarse y caminar directo a la cocina; no era primera vez que visitaba la morada de los Dubois—. Yo te preparo algo. ¿Te gusta el omelette? Antes de recibir una respuesta satisfactoria ya se dedicaba a la meticulosa labor de buscar los ingredientes necesarios y, por qué no, encontrar algún elemento que le permitiese experimentar y escapar de la preparación habitual. —La verdad es que no vine aquí para comer —dijo luego de unos minutos, cuando al fin encontró un par de especias que no dudó en reunir con los huevos. Observó a la pelirroja, repentinamente expectante—. Quería saber cómo estabas, ya sabes, después de todo lo que ocurrió ayer...
2015
Katia no pudo contenerse. Rodeó el cuello del fotógrafo para dejar caer un beso fugaz en su mejilla. —Por eso siempre vas a ser mi favorito —sonrió con un nivel de dicha que llegaba a resultar enternecedor, pero que pareció desaparecer de su rostro apenas posó sus ojos en el reportero que los acompañaba—. ¿Lo ves, Périer? Así es cómo se trata a una mujer. Puede que cuando lo entiendas al fin consigas que tus citas no se te escapen. —Agradezco tu recomendación, Katia, de verdad —Moncef se volvió a observarla con una mueca divertida—. Pero hasta el momento, mi propia metodología ha dado muy buenos resultados... —la imagen mental de Lavalley le hizo fruncir el entrecejo imperceptiblemente—... la mayoría de las veces. El taxi lo liberó de agregar alguna otra acotación, pues acababan de llegar a su destino. Y su atención acababa de encontrar un nuevo objetivo. Luego de ayudar a la peligrosa maquillista a bajar del vehículo y dejarla en manos del fotógrafo, avanzó rápido para alcanzar a un director de revista que ingresaba tranquilamente a Etiqueta Negra. —Jefe —saludó al aludido con un par de palmadas amistosas en la espalda cuando finalmente estuvo a su lado—. ¿Qué tal su almuerzo? Desde luego ha sido mejor que el mío. Como sea... —hizo un gesto desdeñoso con la mano como para restar importancia a su comentario. Su mirada suspicaz se acentuó luego de atravesar el umbral—. Solo me preguntaba, ya que su secretaria parece retrasada —observó de reojo la mesa en forma de media luna—, ¿desea que lleve al personal a la sala de reuniones? A menos que planease la reunión para más tarde...
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Post by ev7e on Oct 1, 2013 20:51:56 GMT -3
(( *abraza a Milly como si fuera un panda solo porque se muere de ternura imaginandola correr en circulos*))
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Post by bachi on Oct 12, 2013 20:16:34 GMT -3
1890 Laurent vio a Ruso pasar como un torbellino junto a él, con la mano en el aire luego de haber tocado el timbre, y estuvo a punto de retenerlo, a lo sumo de saludar, cuando volvieron a cerrarle la puerta en la cara. Dentro de la casona, Pierre estaba bajando las escaleras alfombradas que daban a sus habitaciones, directo al recibidor, cuando la intrusión de su guardaespaldas lo tomó por sorpresa. En el living, se escuchaban las voces de aquellos que habían registrado a Alberti al pasar, los demás muchachos estaban tirando las cartas y el humo del cigarrillo se filtraba como niebla. LeCounce estuvo a punto de responderle a Ruso, con una ancha sonrisa, cuando desde atrás su mujer se le adelantó. Saliendo de la sombra de la figura de su marido, bajó el último escalón de la escalera que le quedaba, y avanzó. —Rushmanok, qué gusto volver a verte —Louise le extendió una mano, y sin esperar a que la saludara, le dio dos palmaditas secas en el hombro. Iba vestida tan elegante como si fuera a una fiesta de gala, con un largo vestido negro y mangas de encaje hasta las muñecas. Su cabello estaba recogido en un sobrio peinado, y estaba justo por abrir la puerta cuando Charlie irrumpió en escena. —Dísculpeme Monsieur —El hombre inclinó la cabeza y lanzó una mirada significativa a Alberti—. Estaba esperando afuera cuando su guardaespaldas irrumpió muy oportunamente. Pierra estalló en carcajadas. —Ya veo ya veo —Dándole dos fuertes palmadas en la espalda a Ruso al pasar, enarcó las cejas, expectante— ¿Ya estamos todos entonces? ¿Vamos al auto? Louise puso los ojos en blanco y salió al exterior sin la mínima intención de discutir con el barrigón. Charlie, en cambio, esbozó una media sonrisa. —Tengo un cochero esperándonos afuera, señor. —Bah, ¡poca alma de aventura veo aquí! —Se quejó Pierre mientras bajaba los escalones del pórtico y subía los del compartimiento del carro, cerrando la puerta detrás de él y su mujer. Arrojando el cigarrillo (otro) a la acera, Charlie trepó junto al asiento del conductor y se volvió a Ruso. —Espero que te hayas abrigado, porque nosotros vamos afuera —Dio dos palmaditas al asiento libre junto a él y antes de que pudiera sonreír, le dio la dirección al conductor. El hombre esperó a que el otro tomara su lugar y agitó las riendas para que los dos caballos comenzaran a trotar por las calles de París.
2015 —Ay Dios —Rachel se dio una palmada en la frente, mirando perdida al frente antes de volverse bruscamente a Frank—, es cierto. Me había olvidado de la reunión de Blanc… Sin esperar a que su compañero pudiera darle algún consejo o comentario tranquilizador, y mientras se mordía el labio con evidente frustración, Rachel agarró de nuevo el celular y marcó a la velocidad de la luz. Mientras esperaba a que le atendieran, observaba al pasar los locales del centro y la gente que atestaba las calles a esa hora del mediodía. Cuando el reportero giró en cierto lugar, la chica se apuró a llamarlo con pellizcos en el hombro y señalarle mediante mímica y desesperados ademanes, la entrada a un viejo edificio donde la bandera de Francia caía desde un mástil ubicado justo sobre la entrada de doble puerta. “Centre de Police 10e” se leía sobre la planta baja. Buscando estacionamiento con los ojos para volver a pellizcar a Frank, Rachel se mordió la punta de la lengua. —¿Señor Blanc?
Logan bajó del taxi riéndose con soltura y verdaderas ganas. Moncef solo se había salvado de su comentario mordaz porque ya estaban de nuevo en casa, solo por eso. Sin tardar a ofrecer el brazo a su ya proclamada compañera de maldades, atravesó el umbral de Etiqueta Negra detrás de los tres recién llegados. El fotógrafo silbó por lo bajo y, sin quitarle la mirada de encima a las espaldas de Mia y Benjamin, se inclinó hacia Katia para susurrarle al oído. —Al parecer, Montie no fue el único en plan de seducción hoy. Nada más que al jefe parece haberle ido bien a diferencia de nuestro querido compañero —Se mordió la punta de la lengua para no reírse y saludó al pasar, esperando por las indicaciones de Blanc.
—Hey. Bunny. Hey. Mathieu apartó la mirada de la pantalla que tenía en frente y cerró la ventana. Giró en la silla de rueditas y puso los dos pies sobre el escritorio detrás de él. —“Le Counce”, merde. O Mathieu. El policía que tenía en frente sonrió. —Prometo no llamarte Mierda. Lo juro —Al ver que su compañero hizo una mueca, se rió y tomó el abrigo que había sobre una de las sillas—. Hay una amenaza de bomba en la Eiffel. Apresúrate. —¿Otra vez? Es la segunda esta puta semana —Mathieu se puso de pie de un salto y mientras cargaba las armas en las sobaqueras, bufó. Un sonidito en la computadora captó su atención. No recordaba haber dejado encendido el Skype. No recordaba ni siquiera tener uno. Hizo click— ¿Y quién se supone que nos lleva esta vez? —No sé —llegó la voz desde el corredor—. Pero si no te apresuras, nos dejan, Bunny. —Ya ya —Mathieu bostezó. “Responder videollamada” Click—. Sólo diles que estoy en camino y… El oficial LeCounce se cayó hacia atrás llevándose la silla con él en cuanto vio a Nana (o partes de Nana) saludándolo al otro lado de la pantalla. Escuchó los pasos de su compañero, retrocediendo al lugar y se puso de pie rápidamente para minimizar la pantalla. —¿…Qué mierd…? —Una mini pantallita había aparecido y no se cerraba. Tardó cerca de dos eternos minutos en echar al otro policía antes de volverse huracanadamente a la Nana que veía en la computadora. —Mon amour… ¿qué carajo?
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nitta
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Post by nitta on Oct 17, 2013 5:59:03 GMT -3
1890
Cuando vío el carro trado por caballos miró a Charlie y asintió. Con las prisas se había olvidado agarrar algo más abrigado pero eso ahora ya poco importaba pues no era una de esas cafeteras del demonio, sino un saludable, seguro y sano carro tirado por caballos. Subío tras su compañero y su rostro se mostró relajado mientras el "clock" de las pezuñas de los caballos atestiguaban su marcha por París. Ocultó un bostezo y miró a su compañero.-¿Dónde vamos esta vez? -cuestionó, totalmente serio.
2015
Roja como pimiento, tanto que desapareció de la pantalla del ordenador y solo se escuchó su vocecita avergonzada desde un lado.-Lo... lo siento mucho, Mathieu-san -se disculpó hacíendole una reverencia, aunque él no la viera- estoy muy avergonzada de mi comportamiento y pensé, pensé que todavía estaría en su casa.-Se levantó de la reverencia.-Espero mi falta sea perdonada, lamento mucho este momento vergonzoso, lo lamento mucho y estoy muy arrepentida.- Todavía seguía roja cuando su rostro, solo eso, asomó frente a la cámara de nuevo. -Ahora colgaré no, no es momento de hablar.-Y aguardó a las palabras de él, solo eso esperaría hasta darle al botón de colgar. Jamás en su vida había pasado tanto bochorno como en ese momento, jamás.
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Post by ev7e on Oct 22, 2013 21:30:36 GMT -3
1890 Angie sostuvo la mirada de Médéric solo por unos pocos segundos antes de arrastrar una silla donde sentarse mientras esperaba por el desayuno. -Estoy perfecta- dijo al tiempo que esbozaba una sonrisa y apoyaba la cabeza sobre el dorso de la mano- Lo de ayer no fue más que un pequeño desliz mío, lo acepto. No debí reaccionar así ante la rápida decisión de Annette.- Hizo una pequeña pausa para dejar que su acompañante entendiera y se convenciera de lo que trataba de decir- Fue solo eso, una decisión apresurada. Estoy segura de que se dará cuenta de su error y me pedirá que regrese con las bailarinas, no creo que Teva pueda aprenderse todas las coreografías en tan poco tiempo y aunque así fuese… dudo que al público le guste mucho alguien tan diferente.
Matt se metió detrás de la barra y empezó limpiar los frascos y rellenarlos con maní y pasas para servir en las mesas más tarde. -Eso de favor por favor me da un poco de miedo, sobre todo cuando lo dices con esa cara- admitió el joven sin quitar la sonrisa- No digo que no vaya a ayudarte en los que me pidas, pero dejaré en claro que sólo lo haré si no involucra sabotear a nadie…que trabaje aquí- agregó solo por si la pequeña bailarina necesitaba apoyo con algún tipo de problema exterior a Molino Rojo.
2015
Frank giró violentamente para doblar en cada esquina que Rachel señalaba en último momento y, a pesar de todo, no pudo reprimir un gesto de alivio cuando divisó la estación de policías y un lugar libre que la secretaria no dudó en mostrarle cuando le pellizcó tan fuerte que frenó el auto de golpe y luego retomó la marcha con un ahogado “lo siento” cuando ella habló por teléfono.
-Es muy amable de tu parte encargarte del trabajo de mi secretaria, lo tomaré solo como eso. Simple amabilidad y solidaridad entre compañeros de trabajo- dijo Benjamin con una media sonrisa y un casual gesto de saludo con la cabeza cuando vio a Delastair- Pero preferiría que todos estén aquí antes de pasar a la sala de reuniones. Lo que sí podrías hacer es mostrarme si tienes algún avance de ese…pequeño asunto ((estuve tentada a escribir “asuntirijillo”)) del que hablamos en la mañana. ¿Lo tienes?-preguntó, pero antes de que nadie pudiera decir nada el celular empezó a timbrar.- Dame un momento….Dime, Lavalley- contestó.
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Post by Milly on Oct 27, 2013 22:17:30 GMT -3
1890
—Puede ser —la voz del barman, aunque condescendiente, no sonaba tan convencida como la de su interlocutora. Volteó la tortilla sobre la sartén antes de observar a la joven pelirroja—. Pero de todas formas... —dudó si sería conveniente continuar... hasta que pensó que no había llegado hasta ahí ni se había levantado más temprano de lo que llevaba por costumbre solo para dejar el tema a medio camino—... ¿y si ser tan diferente acaba jugando a favor de Teva? ¿Has considerado esa posibilidad?
Negó con la cabeza, inocente como una pequeña niña que no pasaba de su primera década de vida. —No quiero sabotear a nadie, tonto —rió, y por un momento pareció seguro que semejante supuesto era absolutamente incompatible con esa escuálida y malnutrida muchacha—. Me atrevería a decir que es todo lo contrario, de hecho. Me preocupa que nuestra gente pueda estarse involucrando en asuntos que pueden resultarles peligrosos —apoyó su cuerpo sobre la barra para que su amigo consiguiera comprender los susurros que Teva elaboraría a continuación—: Solo me preguntaba... bueno. Tú viste a Odaire ayer, ¿no? Cuando se marchó con La Roca...
2015
—¿Y qué otra cosa podría ser, Jefe, además de simple camaradería profesional? —Periér esbozó una sonrisa cálida y divertida, impregnada de ese carisma que difícilmente alguien conseguiría imitarle alguna vez. Separó los labios para anunciar a Blanc que podía leer los borradores en el momento que estimase conveniente, cuando alguien a quién sabía cuántos metros de distancia de la revista interrumpía la apresurada conversación mediante una llamada telefónica. Oír la mención de aquel apellido fue todo cuanto requirió para mantener su silencio, ampliar la sonrisa... y aguzar el oído.
—Al parecer, Montie tiene mucho mejor gusto que el jefe —Katia puso los ojos en blanco. Pero algo en su tono daba a entender que su desdén en torno a la observación realizada por el fotógrafo se limitaba a las apariencias. Pasó de largo a Blanc y Moncef sin soltar el brazo que Logan le había tendido. Su objetivo estaba un poco más lejos... por ahí por donde se divisaba la figura de cierta modelo de apellido Bourg. Algo en su apariencia le había llamado la atención, algo que resultaba tan alarmante como las circunstancias de su llegada—. Mia... —la saludó al alcanzarla, con sonrisa encantadora y tonito dulzón—. ¡Qué bonito conjunto! ¿Es nuevo?
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Post by bachi on Oct 31, 2013 1:39:25 GMT -3
1890 Charlie no le contestó al instante a Ruso, iba perdido en sus propios pensamientos. Habiéndose ajustado el cuello del abrigo lo más que podía, no podía dejar de darle vueltas a... cosas. —¿Hm? —respondió al final, cuando la voz del imponente guardaespaldas lo quitó de su ensoñación. Laurent Durand dio la calada final al cigarrillo y decidió que no habría más por la mañana, o a ese ritmo se gastaría el sueldo de un año en un mes—. A ningún lugar interesante, así que no te preocupes: No habrá acción en absoluto. Si no, habría traído más hombres —Con un movimiento de cabeza señaló hacia dentro del carruaje y volvió la vista al frente—. Un minuto más o dos, y podrás ver con tus propios ojos el cochino lugar en el que la urraca de Balthasar planea meternos mientras se gasta el sueldo del jefe en sus condenadas remodelaciones... Ah, mira. Hogar dulce hogar. El hombre se puso de pie antes de que el carruaje disminuyera la velocidad, y saltó a la acera cuando aparcó a un costado para abrir la puerta. Charlie sabía de antemano que cuando Louise comprobara el lodo que había en las calles, su humor descendería drásticamente, y cualquier cosa era mejor a andar de ronda con Annette, la esposa de la Roca y la Roca en persona en un mismo lugar encerrados. —Si tenemos suerte... —habló en voz alta, todavía dirigiéndose a Rushmanok— Annette nos estará esperando puntual y terminaremos esto cuanto antes. —¿Terminar qué y cuándo? —preguntó Pierre cuando asomó la nariz al salir del vehículo, expectante.
2015 Logan comprendió demasiado tarde que estaba siendo arrastrado en contra de su voluntad con aquella diablesa a la que definitivamente se había propuesto evitar e ignorar el resto del día. No solo eso, si no que aparentemente lo que cuchicheaba Moncef ahora con Blanc era algo "importante" que más tarde (si lo recordaba. Logan no podía darse el lujo que recordar nimiedades) reprocharía a la maquillista. Pero por supuesto. En cuanto comprendió hacia dónde, quién se dirigía la tigresa, todo cerró. Sin poder contener la sonrisa, y como otra zorra más del cuentito de Cenicienta, el fotógrafo ladeó la cabeza. —Pero Katia, ¿qué dices? Por supuesto que son nuevos... Considerando las condiciones en las que dejaste su conjunto anterior... Ejem. Buenas tardes, Bourg.
((Oh cielos, acabo de notar que pusiste "Matt" en vez de "Frank" en el post, Ev... Con razón ya me los mezclo a todos con Presidente Banana ¿CÓMO PRETENDÉS QUE ME LOS ACUERDE? *drama, corre en círculos, se choca y cae*)) Pero Rachel ya estaba afuera del auto, ya estaba dirigiéndose a la puerta de la comisaría con ese andar decidido e imperioso que la dominaba cuando tomaba el carácter profesional que la había hecho ganarse su puesto. —¡Hola, sí! —Una sonrisa aliviada le iluminó el rostro mientras aguardaba a Frank en los escalones de la entrada. Por un momento había creído que el hombre ya estaría inmerso de lleno en la reunión y que no tendría tiempo de excusarse—. Disculpe mi ausencia, señor Blanc —habló animadamente, más relajada—, pero sucede que durante el almuerzo me llamó, hace menos de unos minutos, el oficial LeCounce para avisarme que ya tenía los papeles en marcha. Dijo algo de que solo necesitaban una última firma oficial, de un juez, ¿puede ser? No importa, en todo caso quería avisarle que llegaremos más tarde porque pasamos a buscarlos por la comisaría en este momento —Sonrió—. Pensé que los querría cuanto antes. Olvidándose de mencionar a quién más incluía ese "llegaremos", mientras sostenía el celular con una mano contra la oreja, con la otra rebuscó en su cartera por alguna identificación.
Antes de que Nana desapareciera por completo de su vista, Mathieu logró distinguir el enrojecido tinte que había adquirido la piel de la mujer. Segundos después, la oyó disculparse en un torrente de balbuceos y, sin poder evitar la sonrisa, se desplomó contra el respaldo de la silla mientras se cubría la frente con una mano sudorosa. La dejó hablar hasta su última palabra sin cortarla, examinando la habitación aparentemente vacía que la cámara le mostraba en la pantalla y al final, volvió a inclinarse hacia el escritorio, cerca de los parlantes. —¿Nana? —la llamó antes de que volviera a asomarse, y los ojos del hombre viajaron de la biblioteca situada al otro lado de la habitación en cuanto la vio allí, profundamente consternada. Si Nana no era un mar de lágrimas en ese momento era solo por su carácter fuerte y determinado, supuso, porque debía considerar aquel pequeño desliz demasiado grave a juzgar por su ceño preocupado. Pero Mathieu simplemente enarcó las cejas, entrelazó las manos sobre el escritorio y le sonrió, mientras cerraba con lentitud los ojos. —...Solo dime que no te disculpaste con reverencias a la computadora—Se rió y volvió a mirarla—. Ya. En serio. No es como si no te hubiera visto desnuda ya otras veces, es solo que no creo que lo consideren muy ético aquí en el trabajo —bromeó—. Agradezcamos que no había nadie... ¿Es Armstrong eso que escucho de fondo? —preguntó, deteniendo la oreja para pasar la tensión—. No importa. Debería haberte avisado que hoy me llamaron temprano. Estaré hasta tarde aquí dentro, si vas al conurbano no pases por la Eiffel. O bueno, a no ser que quieras verme trabajando —Volvió a sonreír—. De todas formas aprovecho que llamaste para avisarte que tal vez quieras darte una vuelta por Etiqueta Negra esta tarde. Conseguimos los permisos para que revisen los archivos y tal vez Bejamin Blanc te quiera en el asunto... Mon amour, ¿estás escuchando?
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Post by ev7e on Nov 6, 2013 20:37:56 GMT -3
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-¿Acaso crees que eso es posible? Angie sostuvo el pedazo de pan cerca de su boca, como si quisiera darle un mordisco pero pronto lo dejó caer de nuevo sobre la mesa y cruzó los brazos. -No se supone que sea así- continuó- Y tú no deberías recordármelo. Lo único que hice fue ayudar a Annette para que LeCounce no cierre el local. ¿Y qué es lo que obtengo? A Teva como reemplazo. No sé qué es lo que vieron en ella, pero te puedo asegurar que no es la indicada para el trabajo. No se comporta como una de nosotras, no luce como una de nosotras. No es parte del escenario. Tú deberías saberlo, escuchas todo lo que hablan los clientes cuando llegan y te piden que les sirvas algo, nos miran a nosotras. Somos un producto y están dispuestos a pagar el precio por una noche de diversión. ¿De verdad crees que escogerían a Teva? Cada vez hablaba más rápido y cuando mencionaba a la ex mesera, Angie perdía la máscara que había preparado un momento antes. -¿Crees que ella pueda pagar el precio?
Matt tuvo que acercarse para alcanzar a oír la vocecita de su amiga, aunque solo habían un par de meseros al fondo del cabaret, la expresión de Teva le hizo pensar de que cualquier información que se le estuviera dando era solo para él y no debía compartirla con nadie más. Pero no esperaba aquello. -¿LALA?- preguntó sorprendido en voz lo suficientemente alta como para que unos cuantos voltearan a observarlos- Lo siento- agregó rápidamente y bajando el volumen- ¿Lala y LeCounce? ¿Estas segura de eso? Ayer vi cuando se despedía y salía de los vestuarios. Pensé que había pedido permiso para regresar a casa antes, pero luego cuando ocurrió lo de…bueno, cuando Cyrille te quería comer viva- se animó a bromear- La vi conversando en la barra para luego despedirse de Annette…de nuevo.
2015
La inesperada pregunta la tomó por sorpresa, la verdad era que no esperaba que llegara nadie a la oficina en...miró el reloj de la pared, no, Benjamin había tenido razón cuando la acusó de tardar en hacer las compras. -Podría agradecerte por esto- dijo Mia- hace días quería ir de compras y no encontraba la oportunidad. Ahora, gracias a tu ataque, pude hacerlo. Hola, Delastair- saludó. -¿Vienen juntos? Que sorpresa- agregó- Bueno, supongo que no tardarían en darse cuenta que son el uno para el otro.
-Si, Lavalley, muchas gracias-respondió Benjamin saludando con un gesto a más personas que llegaban de almorzar. Mirando el reloj de pared se dio cuenta de que habían pasado 10 minutos desde que el almuerzo terminó, por lo que todos deberían estar ya en Etiqueta Negra- Si necesitas algo no dudes en llamar, la reunión comenzará a las 3. Los necesito a todos aquí. ¿Con quién estas?- preguntó cuando cayó en cuenta del uso del plural- ¿Necesitas que envíe un taxi?
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Post by Milly on Nov 17, 2013 19:33:21 GMT -3
1890
Depositó cada omelette en un plato distinto, sumido en un silencio intranquilo e incapaz de cuestionar las palabras de la otrora bailarina de Molino Rojo. Eran afirmaciones lanzadas al aire con evidente resentimiento, no obstante eso no las volvía menos ciertas. La pequeña Attia provenía de un mundo muy distinto a ese del que pretendía formar tarde. En eso Angie tenía razón, nadie observaba a la escuálida muchacha del modo que hacían con el elenco de bailarinas, e incluso, con algunas de las otras meseras del cabaret. Teva deseaba volar demasiado alto... y probablemente caería en el intento. Deseaba con todas sus fuerzas estar equivocado. La pregunta de la pelirroja interrumpió el curso de sus pensamientos. —Si algo tengo claro es que ella pagaría cualquier precio —medio rió, medio suspiró su respuesta, acercando a la joven el plato destinado para ella. Aquel supuesto resultaba tan divertido como escalofriante y prefería no darse más vueltas en torno al tema. El tiempo se haría cargo de hablar por ellos, y su misión por tanto sería la de conformarse con observar el curso natural de las cosas. Vació su propio plato en apenas un minuto—. Como sea... ¿qué me dices del lazarillo de La Roca? —sonrió divertido ante la mención del nuevo apodo de Charlie. Acababa de inventárselo, pero le agradaba—. Se suponía que trabajabas en una ofensiva distinta. ¿O ya lo olvidaste? No es que vaya a reprochártelo, después de todo eres una persona adulta y sabes lo que haces. Pero al menos me gustaría estar al tanto para no hacer el ridículo.
—¡SHHH! Dejó caer un inofensivo puñetazo sobre el hombro de su amigo para castigarlo por el inadecuado volumen con el cual mantenía la conversación, pero lo dejó pasar al comprender que incluso él reparaba en su error. De todas formas no podía darse el lujo de enojarse con Matt justo ahora, o desperdiciaría su posibilidad de acceder a la información que él poseía. Pero no tardaría en comprender que su información no existía. —Así que no sabes nada —bufó decepcionada antes de incorporarse y volver a tomar su escoba—. En ese caso y solo por esta vez, no me eres útil, amigo. Y eso significa que no podré prometerte mantenerte al corriente de lo que suceda hoy, espero que lo entiendas. A menos que... —el sonido de un cacharro infernal que parecía aproximarse por las calles de París interrumpió sus palabras, obligándola a pegar un salto repentino de alegría—. ¡Están aquí! Un segundo después corría como una estrella fugaz hacia el pasadizo tras las cortinas para irrumpir como un torbellino en la segunda puerta sin perder el entusiasmo. —¡BALTHASAR! ¡LeCounce acaba de...! Pero el dueño del local no se encontraba ahí.
2015
—¡Oh, por favor! —fingió sentirse halagada, realizando un humilde ademán con su mano que restaba importancia al irónico agradecimiento de la modelo—. No tienes que agradecerme nada, querida. Me encanta hacer feliz a la gente, es para lo que vivo. Respecto a por qué vengo con Logan —la siguiente sonrisa se notó forzada; odiaba dar explicaciones, sobre todo cuando debía otorgarlas a personas como... cuando debía dárselas a Mia. Pero no dejaría pasar aquel último comentario así como así—, teníamos que dejar ir el vestido que destrozaste con la solemnidad ceremoniosa que un diseño así merecía. Pero ahora que ya lo lloramos como correspondía y ha quedado claro que estamos a mano... bueno. Debiéramos olvidarnos de los resentimientos, por hoy. ¿Qué te parece? Y creo que una buena forma de romper el hielo que se percibe por aquí... —se separó del fotógrafo sin perderlo de vista—.... no sé, Delastair, ¿se te ocurre alguna idea sobre lo que podríamos charlar en tanto aguardamos a que la reunión de Blanc inicie?
—Eso no será necesario —Moncef se aproximó a Benjamin como si en realidad formara parte de la conversación, como si deseara ser escuchado desde el otro lado del teléfono—. Quiero decir, lo del taxi —rió—. El día de hoy su secretaria cuenta con un chofer particular. Mientras aguarda a que ellos lleguen... iré por el avance que del que hablábamos. A una persona como usted no se la puede hacer esperar. Dicho aquello, se alejó. Estaba claro que no conseguiría escuchar nada de utilidad, de momento. Y debía optimizar su tiempo.
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Post by bachi on Nov 23, 2013 2:26:32 GMT -3
1890 A Julie Odair le gustaba llegar temprano a trabajar, pero ese día en especial, al levantarse y recordar la hecatombe de sucesos, hechos y deshechos que habían surgido el día anterior, por primera vez en su vida recordó lo que era querer hundir la cabeza en la almohada y no despertarse nunca más. Fue más la inercia y su sentido de la responsabilidad lo que la hizo desistir de su suicidio profesional, cocinarse un mediocre desayuno y salir al aire exterior con cara de... de nada. Fue la inercia una vez más, la que le permitió pasar por al lado del carruaje, ignorar sustanciablemente a un LeCounce que tampoco hizo mucho intento por reconocerla frente a su mujer, y entrar al fatídico Molino Rojo, que más bien podría llamarse Macbeth, si hubiera sabido lo que eso era. Adentro encontró a los mismos de siempre (y por suerte no a la "nueva" del elenco. Interiormente Lala cruzaba los dedos por que Marie ya estuviera allí), y tras saludar con un bostezo al aparente desconcertado Matt (no quiso preguntar), señaló con el pulgar hacia afuera, de donde acababa de venir. —¿Ya se enteraron que están, ehm, La Roca y sus súbditos afuera, esperando o... no sé?
Los ojos de Charlie no habían dejado pasar la reconocida figura del nuevo entretenimiento de tacón, como él le llamaba a las bailarinas que salían con su jefe, pasar delante de ellos. Instintivamente miró el reloj. Era temprano para que Angie entrara. Era temprano en realidad para Angie, pero volvió la vista al frente, más molesto sin saber por qué. Oh, sí que sabía por qué. Y ese por-qué tenía nombre y empezaba con F. Charlie arrojó el cigarrillo al suelo, lo pisoteó con el talón del zapato y prendió otro. —¿Quiere que entremos? —le preguntó a LeCounce, que estaba distraído riéndose entre diente de cosas que Louise le susurraba al oído—. Yo y Rushmanok digo, jefe. —¿Hm? Oh no, no. No... De hecho, estoy comenzando a pensar —respondió distraídamente el aludido— ¿Balthasar nos había citado aquí o en el destino directamente? —¿Eso importa? —Charlie fue lo más delicado posible—. Usted es el jefe, después de todo. Los dos intercambiaron una breve mirada.
2015 Mientras Benjamin le hablaba al otro lado, Rachel ya había ingresado a la comisaría. Con una mano sosteniendo el celular contra la oreja, y con la otra haciendo malabares y usando a Frank de asistente, sacó del bolso y desparramó en el recibidor un par de libretas y dos libros de bolsillo antes de dar finalmente con el documento de identidad y mostrárselo al encargado. —Ah, no! No hace falt... —Había comenzado a responder con una sonrisa, que rápidamente se borró. ¿Era ese Moncef? ¿Era Moncef ahí, al otro lado cuchicheando y... y diciendo QUÉ!? —Gracias, Señor Blanc, pero no hace falta. Estaré ahí en cinco minutos —El tono frío cortó por ella, le arrebató de las manos al oficial la orden de la investigación y se la estampó en el pecho a Frank mientras metía todo de nuevo en el morral, despotricando por lo bajo saliendo por donde habían entrado—. ¿Puedes sostenerlo unos minutos mientras ordeno la cartera, Frankie, si? Y hazme un favor, vayámonos rápido. Y cuando estés manejando, si ves a un sujeto con aires de grandeza cruzar la calle, rubio, de ojos café, bien parecido —agregó a regañadientes, cada vez arrojando con mayor fuerza las cosas en la cartera—, aplástalo. Aplástalo.
Logan había desviado la vista hacia otro campo de visión más interesante como... como aquella maceta, sí; cuando repentinamente Katia lo llamó, lo arrastró, de nuevo a la conversación horrible que tenía frente a ella. El fotógrafo lentamente se acomodó los anteojos, y se rascó la nariz. —¿Hm? ¿Alguna idea? Oh —Miró a Mia—. Oh, sí, ya veo. Katia, querida, no veo por qué razón tenemos que forzar esta charla desagradable y falsa en cosas que no van a llevarnos a ningún lado a ninguno de los tres, cuando es obvio que aquí entre nos, se cometió un acto infame que rompió el poco hilo que podríamos haber... —Hizo las comillas con los dedos— "compartido"... ¿Café? —ofreció de repente, con una sonrisa.
((Diría "Pobre Frankie" si no fuera porque el muy hijo de puta se quiere robar esos archivos <3))
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