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Post by bachi on Nov 15, 2012 2:58:29 GMT -3
((Soy feliz *^*))
1890 Pierre LeCounce esperó la respuesta con vino entre los dedos y con la otra mano hundida en el recipiente de maní. Ensanchó una sonrisa incrédula, dejando respirar aire de sorpresa ante lo asegurado y mil veces reafirmado por el drag queen, pero él no diría nada más. Pierre sabía que ambos llevaban bien las cuentas, y eso era lo que le interesaba que Balthasar supiera. Annette podía jugar todo lo que quisiese, a él le daba igual. Pero con Balthasar había que tratar y dejar las cosas en claro. Así que se río ante la desfachatez de su anfitriona y alzó la copa, brindando por aquello. Como en el ambiente comenzaba a olfatearse el inicio de lo bueno, Pierre dio media vuelta rápida y señaló a Rushmanok, aparentando recordarlo precipitadamente, aunque en realidad no lo había perdido de vista... a él. A Charlie no lo veía hacia rato, al muy hijo de puta. —Vamos, Ruso. Toma asiento, muchacho, y guárdate un poco de ganas de trabajo para más tarde. Vamos, vamos —Le apresuró, acercándole el trago preparado específicamente para él a una silla vacía—. Nada de "peros", si no te divertirás por tu cuenta, te daré órdenes para que lo hagas, merde. Andando, tómate ese bien merecido trago. Por Molino Rojo. Palmeó la mesa y echó la espalda atrás mientras escuchaba la presentación del siguiente estallido en el escenario. Con una sonrisa se tomó el último sorbo de vino y cerró los ojos, aguardando a que la voz de Cyrille le explotara los oídos en dos... en uno...
Lala Odaire tuvo que cubrirse la boca con una mano para evitar que una ardiente carcajada se le escapara sobre el escenario. —Cuando quieras, bruja. Cuando quieras —se rió y desvalorizó el comentario con un ademán, mientras daba media vuelta, dándole la espalda al público detrás del telón. Sabía que tenía que esperar a la señal de la voz de Cyrille, y luego de eso, que empiece el show. Le echó una rápida última mirada a Daglia y alzó un pulgar en algo, divertida. Todo iría bien, estaba segura. Nada de qué preocuparse. Y Cyrille lanzó las primeras estrofas y la cortina se abrió. Lala fue rápida. Un último guiño a su compañera con con abría la marcha antes de que la vocalista se les uniera y ellas la siguieran con el coro. Deslizó el tacón por el suelo negro, bañándose de música y simplemente todo salió como en el ensayo. El ritmo era contagioso y fácil de seguir, hacía que la sonrisa traviesa se mantuviera estática y burlona mientras giraba sobre sí misma, enfocando la mirada en los pares de ojos más cercanos para hipnotizar.
El show empezó antes de lo que había previsto y la tensión se le borró de los labios. Charlie rodeó los ojos hasta depositarlos en el escenario y ahí justo la encontró, abriendo el espectáculo con la voz hechizante, deslizándole directas indirectas justo delante de la cara con aquella letra, con aquel ritmo de piernas. El hombre se rió por lo bajo y negó con la cabeza. No era cuestión de ego, era cuestión de que ninguno de los dos se quitaba la vista de encima, pensó mientras se ponía de pie y recuperaba el sombrero, con un suspiro que lamentaba su partida precoz. —Esto no va a quedar así, Sylvain —Le soltó al intruso y le estrelló un billete en el hombro, para que pagara las cervezas pedidas, obviamente. Deslizándose entre las mesas y entre las bailarinas que recorrían el local, Charlie llegó justo a la mesa en la que Pierre y Annette se sentaban. El hombre fue directo hacia su jefe y le susurró cuatro palabras sencillas que la Roca comprendería sin ningún problema, aún a pesar de la música, los aplausos y el ritmo de la euforia del show. Justo mientras se erguía cruzó una sonrisa sencilla con el drag queen y la dejó en el aire. Obviamente no le estaba declarando ningún tipo de simpatía. Con total naturalidad, el hombre se desajustó la corbata y colgó el abrigo en el respaldo de la silla, antes de sentarse. Luego se volvió a Teva y la llamó con una sonrisa de ángel. —Dime —preguntó, mirando consternado a la mesa— ¿crees que podrías traerme una cerveza? Y aquello de lo que esté tomando mi amigo —Se inclinó más hacia la moza y la miró desde abajo, aunque por su altura casi podría haberle tocado el mentón con la punta de la nariz— ¿sería mucho problema, señorita? En ese momento, Pierre asintió a las últimas palabras dichas por Annette. —Oh sí, claro. Ya lo veo —Mantenía la sonrisa amistosa, el semblante amable, pero su tono de voz había cambiado y miraba al frente—. Tus pequeñas están bien entrenadas... Mis muchachos también, Balthasar. Mis muchachos también. Y, por ejemplo —Se encogió de hombros, lo siguiente no era la gran cosa—, no me gusta nada lo que vienen a contarme —Ahí sí se volvió a mirarlo—. Creo que ahora ya sé a dónde va a parar parte de mi dinero... Y me duele, Balthasar. Duele que después de tanto, después de nunca imponerte ningún tipo de "modo", usemos tus palabras; me entere de que justo, a escasas mesas de mi mesa, esté sentado Sylvain Tijeras, como quién quiere la cosa. "Los otros están aquí", le avisó Durand. Y daba por asegurado que, de hecho, Sylvain no se atrevería a ir solo a su local.
2015 Logan miró a Moncef como si hablara con un muerto. Un muerto muy idiota. —Agradezco tu preocupación por mí estado mediocre de los nervios, Perier, pero no. Te puedo decir que luego de varios años conviviendo con la cafeína —Sonrió. Justo detrás de la callada secretaria había visto una hermosa dispensadora de cafe—, uno aprende a subsistir con ella. ¿Qué mierda le hicieron a la cafetera de la cocina? Esta heladera da café en vasito de mierda, no en tazas, en café de plástico. No es café café —gruñó mientras se servía uno y mantenía el botón apretado. Se los quedó mirando a los tres, con sus párpados caídos y su semblante neutro... Y enarcó las cejas ante el repentino silencio. Los señaló con el vaso todavía vacío. —¿Qué mierda andan tramando ustedes tres, eh? ¿Le quieren robar el negocio a Blanc, hmm? —sopló el líquido caliente y se tomó la libertad de quedarse un ratito allí. En cuanto el café se le deslizó directo al estómago, lanzó una carcajada fría—. Si van a complotar, comploten en los baños, o por lo menos tengan la decencia de no matar a nadie en el intento por un poquito de información.
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Post by ev7e on Nov 18, 2012 2:02:23 GMT -3
1890
Cualquier rastro de amabilidad que pudo haber quedado en el maquillado rostro de Annette, simplemente desapareció. Posó sus ojos grandes y adornados con pestañas azules entre las mesas debajo de ellos, imposible no reconocer al enfermizo hombre casi escondido entre el público, cuando le obsequiaba unos billetes arrugados a la bailarina màs cercana. -Viene de vez en cuando-admitió con descaro, como si no notase el peligro que representaba tener a los dos bandos en el mismo local aquella noche- Quiere que trabajemos para èl-agregò mirándo a Pierre de reojo- Es una oferta tentadora ¿Sabes? Balthasar sabia de sobra que no podìa aceptar nada que no viniera de parte de LeCounce, para emepzar que el Molino Rojo le pertenecìa a la Roca. No al vulgar drag queen. -Obviamente no lo he considerado-se apresurò- Somos leales. "Y tenemos sentido comùn" pensó.
2015 -Un calmante- repitiò Frank soltando una carcajada- O tal vez algo màs que eso, estoy seguro que tus modelitos pueden ofrecertelo-añadiò sin borrar la sonrisa- Ademas, aqui el ùnico que esta tramando alg es Perier. Hace un rato fue a lavarle el cerebro a Blanc con quien sabe que cuento y ahora se hace el misterioso- se burlò y mirò el reloj- Vamos, Moncef, tienes tres minutos- soltò con sarcàsmo- ¿Cuesta tanto darnos aunque sea una pista?
-Que gracioso-comentò Benjamin con una media sonrisa- reporteros pidiendole respuestas a mis reporteros. Supongo que asi se iniverten los papeles en nuestro mundo- tamborileò los dedos sobre el escritorio, repasando mentalmente una serie de detalles que, si se le daba la oportunidad, les revelarìa a las dos personas frente a ellos- Quiero mantener esto en secreto- repitiò- mi gente nosabe nada del tema y preferirìa que quede asi. Uno nunca sabe quien puede ser un infiltrado de la competencia...Y hablando de infiltrados, me produce curiosidad saber sobre su mètodo de trabajo.
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Post by Milly on Nov 19, 2012 1:26:49 GMT -3
1890
La voz del recién llegado la ayudó a olvidarse por unos instantes del espectáculo que tenía lugar sobre el escenario. —El verdadero problema sería no satisfacer sus necesidades, mi señor. Para eso es que estoy aquí —En aquella ocasión, obsequiar una sonrisa luminosa y servicial le resultó mucho más difícil que antes de iniciado el espectáculo. Sin embargo se las arregló para indicar con soltura la segunda copa preparada por Méd que esperaba a ser bebida sobre el mantel. Retrocedió con disimulo—. Es lo que su amigo bebe. Y esta le pertenece toda a usted. Traeré su cerveza mientras disfruta de la preparación. «Y del espectáculo» -pensó con rabia antes de perderse nuevamente, tropezando con más de alguna bailarina en el camino. Todas las veces se contuvo de hacerles una buena zancadilla.
2015
A mala hora Moncef decidió que el chiste de las confabulaciones no había sido buena idea. —Ya sé lo que pasa aquí —Apretó el mango de su maletín en un intento para que la irritación repentina no hiciera mella en su trato cordial entre colegas. Nada le desagradaba tanto como dar explicaciones a quien no le correspondía—. Alguna buena metida de pata grave los tiene pendientes de lo que haga y no haga Blanc. ¿Es eso? Porque bastaría con que hicieran mejor su trabajo para no correr peligro en vez de incursionar en lo que hace el resto. Pero si lo que quieres son pistas, Frank amigo, que sea. No tengo nada que me averguenze ocultar. Se acercó a la máquina para disponer de su propia ración de cafeína antes de tomarse la molestia de satisfacer la curiosidad de los demás. Y no agregó una sola palabra hasta tener el vaso en la mano que le quedaba libre—. Tú no serás el primero, Delatore.
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Post by ev7e on Nov 24, 2012 9:22:34 GMT -3
1890
La fuerte música podía atrofiarle el cerebro y aquel momento no era el indicado para que sus caprichos de niño le hicieran salir a buscar un lugar tranquilo y silencioso. Peor le puso ver, a pocos metros, la cara amargada de Teva cada que se cruzaba con las bailarinas y menos aun a su pelirroja hermanita cantándole al tal Charlie. Sí, porque él sabía que ella solo tenía ojos para ese hijo de perra. En la mesa principal ya estaban los cuatro: Annette, LeCounce, Charlie y el nuevo, el tal "Ruso". Con razón la mesera traía aquella expresión, le hubiese gustado estar cerca para ayudarla. Pero uno de los que ayudaban a las bailarinas, habia caido enfermo un par de días atrás y ahora él tenía que cubrirle el lugar. Matt miró al escenario donde solo estaban las tres mujeres, Lala y Cyrille ya tenían su apoyo, él se encargaría de la pequeña Daglia. No pudo evitar una pequeña sonrisa y probablemente, el enrojecimiento de la cara. "Concentrate" pensó mientras esperaba el momento indicado para alzar a la bailarina por sobre su cabeza.
2015
Frank rió sonoramente. -No es eso, Perier- continuó tranquilo- En mi opinión es imposible que Rachel haya hecho algo para sentirse culpable. A menos que, en una arrebato, haya arrancado una página del libro que esconde bajo la mesa- le sonrió a la secretaria- Y por mi parte...bueno, esa es otra historia. Le lanzó una mirada a Delastair, quien interrumpía su pequeña explicación con los sorbos de su amado café. -Moncef, tienes que RELAJARTE- sentenció- La nueva edición de la revista apenas salió ayer. Tenemos un mes para trabajar en la siguiente y apuesto que a Blanc ya se le ocurrirá algo. Solo somos un pequeño grupo de aburridos que espera que el jefazo termine lo que sea que haga ahi dentro con el oficial y la chica esa, para que nos de órdenes. Asi que sí..un café te vendría bien a ti tambien-agregó cuando el reportero ya le daba un par de sorbos al líquido oscuro.
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nitta
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Post by nitta on Nov 24, 2012 11:08:40 GMT -3
1890
Alberti se sentó donde le indicaban y miró su bebida como si de un alienígena se tratase. Sí, estaba acostumbrado a beber y le gustaba pero en ese momento... ese monento, no le parecía el más adecuado como para degustar una bebida alcohólica pero, por el otro lado... Suspiró. Lo haría. Así que agarró la copa que le habían servido y le dio un sorbo. Nada mal estaba. A pesar del trago siguió atento y cuando apareció Charlie de donde fuera que viniera y notó al don tensarse con sus palabras, él también se tensó, se puso alerta aunque por fuera pareciera todo lo contrario.
Daglia estaba arriba del escenario bailando pero, cuando vio aparecer a Matt se sintió desfallecer entre sus brazos mientras aguardaba el momento de ser elevada. Sentía su corazón martillearle en su garganta, gritarle y rogarle por salir de lo fuerte que bombeaba la sangre. Procuraba no perder el ritmo, no podía darse el lujo y entonces de súbito, sintió como era levantada por encima de la cabeza de su "pilar" y se puso en la posición que tocaba para luego bajar con tan mala pata que el tacón le resbaló y terminó en el suelo con el pie doblado y la sorpresa en el rostro. Estaba blanca como el papel. Acababa de arruinar el show. Intentó levantarse pero, al apoyar el pie izquierdo se sintió morir. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasarle eso a ella precísamente?
2012
Ajetreado y aburrido miró a la primera modelo y la llevó rápidamente al frente de su objetivo, hartísimo de esperar a que las jovenes se decidieran por sí mismas. La miró y se frotó las sienes. Entre el estrés y todo no se sentía para nada creativo, todo lo contrario. Se sentía bastante patata así que la miró, y soltó todo el aire de sus pulmones.-A ver, pon poses, no sé...-le pidió. Quería irse a casa y descansar. Aquel no estaba siendo un buen día.
La japonesa entendió al instante todo lo que se les pedía y así fue como dejó que ellos hablara mientras pensaba en diferentes opciones para meterse ahí. -Estudíe Bellas Artes por hobby... Podría entrar a trabajar en el sector de publicidad e investigar desde dentro.-Comentó, como de pasada.
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Post by Milly on Jan 4, 2013 0:29:04 GMT -3
1890
El trabajo con los bebestibles se había visto reducido a la nada cuando el vozarrón de Cyrille alcanzó los rincones más recónditos del Molino Rojo, en el punto más intenso de la melodía entonada. Y como cada noche de espectáculo, a Médéric no le quedó más opción que convertirse por unos segundos en un espectador más en tanto aguardaba que sus potenciales clientes escaparan del encantamiento que la cantante principal había desatado como una maldición de la que resultaba imposible escapar. Si era sincero consigo mismo, aquel fugaz y efímero valle en la fluctuación de sus actividades no le desagradaba en lo absoluto; jamás se cansaba de presenciar las presentaciones de sus crueles ángeles. Aplaudió a las bailarinas cercanas a su barra con el mismo entusiasmo de sus comensales arrimados en el largo mesón, limitándose a representar un papel que con frecuencia se tomaba demasiado en serio. Bien sabía que una vez finalizado el clímax de la primera función de la noche, la sed despertaría en cada hombre con fuerzas redobladas, y él no debía perder la perspectiva para atender con eficacia los pedidos que se agolparían en su barra. Pero fue difícil mantener el calculado punto de equilibrio entre su estado de alerta a los licores y su atención al espectáculo cuando la pequeña Daglia sufrió un traspié. La sonrisa jovial fue arrebatada de su rostro y su cuerpo sufrió una parálisis repentina en tanto decidía si la caída había sido lo suficientemente grave como para apurarse a prestar ayuda. Había estado a punto de saltar de su mesón para acudir al escenario cuando una risa suave y cruel nubló por un instante sus intenciones. Teva estaba de vuelta. —Al parecer tus bailarinas sí son estrellas después de todo, Méd. Estrellas fugaces y torpes —la siguiente carcajada fue perezosa e igual de perversa que la anterior. La menuda mesera se había detenido un momento para valorar la mejora inesperada de la presentación, pero se forzó a desviar la mirada de Daglia y su vergonzosa actuación para seguir con sus obligaciones, otra vez de un humor radiante apenas opacado por el hecho de que su amigo se viera directamente involucrado en el pequeño accidente; siempre cabía la posibilidad de que lo culparan... y la idea no la contentaba en absoluto. Dirigió al barman la más dulce e inocente de sus sonrisas—. Esperemos que las otras no caigan mientras estés demasiado cerca... parece una proeza peligrosa. ¿Serías tan amable de facilitarme un pichel de cerveza?
2015
Que su compañero reportero no hubiera captado el significado de su advertencia le produjo una diversión cómplice y perversa. Pero su sonrisa era una máscara magnífica. —Puedo asegurarte que jamás me he sentido más relajado que hoy, Frank —repuso luego de un breve trago de café. ¿Sería la bebida la responsable del calor, o se debía al placer de saberse poseedor de un pequeño secreto que el resto no conocía? Sabía bien que mientras Blanc no hubiera aprobado su proyecto ya teniendo un borrador entre las manos, se jactaba de una verdad aún inexistente. Sin embargo lo complacía el saberse un paso adelante—. Pero tienes razón. De momento hay bastante tiempo como para inclinarse al ocio, ¿no? Sin embargo, yo no puedo mantenerme quieto. Me volvería loco. Debieran saberlo. Seguro que es algo que nuestro amigo Delastair entiende muy bien —observó al aludido sin esperar realmente una respuesta, y de hecho se adelantó a cualquier posibilidad de recibirla. Comenzó a caminar en dirección a los ascensores, presto a encontrarse con su pequeña oficina de periodista en el área de edición. Tenía mucha información que ordenar para presentarla al jefe tan pronto como le resultara posible—. Ahora, si me disculpan, preciosa dama y distinguidos caballeros, tengo trabajo por delante. Jamás me ha gustado sentarme a esperar las órdenes.
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Post by bachi on Jan 7, 2013 20:19:38 GMT -3
((Uhhh, voy a tardar en acordarme todos los nombres de nuevo como hacía tan bien antes xDDD))
1890 —Si te pareció una oferta tentadora, Annette, definitivamente es porque lo has considerado —respondió Pierre LeCounce, completamente concentrado en el desarrollo del show sobre el escenario, sin siquiera desviar la mirada hacia su anfitrión. La charla ya lo había aburrido y no había sido tan productiva como la había imaginado. Evidentemente habían piedras sueltas en Molino Rojo, cosas que tal vez la Roca le comentaría más tarde a Balthasar. Esa era la verdadera razón para dejar a sus chicos (eran solo dos, después de todo, ¿qué tanto podían joderle la velada?) rondando por ahí. El ambiente era delicioso, el vino y los comensales ponían la vibrante sensación de estar en el lugar perfecto un sábado por la noche, pero… Pero siempre tenían que haber “peros” en el negocio. Como ese “pero” de sabor horrible y amargo que se le tensó en la garganta cuando Charlie a su costado se atragantó con el humo de su propio cigarrillo, haciéndolo ponerse de pie y golpear la mesa con el puño. Justo en frente de ellos, a unos metros (los necesarios para no tener un paro cardíaco), una bailarina acababa de caerse en el escenario. La música seguía, obviamente, pero el silencio sepulcral de fondo se mantenía intacto, dolorosamente intacto. —Oh, carajo… —susurró el muchacho y negó con la cabeza, ahora atorado por las risas— La cagaron. Las risas desaparecieron con los ojos terribles del jefe, quien había permanecido inmutable, y recuperó lentamente el asiento, no sin antes echarle una mirada a Cyrille. Conociéndola sabía que podría estallar en cualquier momento pero no en el escenario, ahí no podía. Y, a pesar de todo, a pesar de la imagen que tuviese que mostrar de sí, del desinterés o incluso de esa pizca de crueldad divertida… Charlie Durand cruzó los dedos debajo de la mesa, con una mueca en los labios y apretando bien fuerte entre los dientes la colilla del cigarrillo. ”Vaamos, nena. Concéntrate” Inmediatamente todas las miradas, tanto las de esa mesa, como las de todas las demás en la sala se volvieron a una única persona: Annette. Y Pierre no miraba exactamente con un cariño inconmensurable.
Para Lala todo sucedió terrible y devastadoramente tarde. Era mucho más difícil concentrarse en las demás cuando tenía que seguir el propio ritmo de la música, acompañar a Cyrille con algún coro y esperar la cooperación de sus compañeros masculinos para hacer las piruetas más arriesgadas y complicadas. Pero no hizo falta concentrarse mucho para escuchar el horrible golpe a su costado. Con los brazos todavía extendidos hacia el cielo y el jadeo propio del esfuerzo físico, miró de reojo. Daglia. Era Daglia y no podía moverse. La chica estaba pálida como la leche y aterrada como si estuviese ante la muerte misma, no le hizo falta pararse y preguntárselo para notarlo: Lo llevaba escrito con letras en la frente. La mente de la bailarina funcionó rápido y analizó la postura de Daglia, la posición de sus brazos y la distancia a la que estaba de Matt… Sin esperar nada, mientras su compañera principal mantenía el solo a todo pulmón, con un giro se dejó caer al suelo en la misma posición dolorosa y las manos arriba, esperando que la nueva captara la idea y la siguiera en aquello. Con unas muecas desesperadas llamó a su compañero de piruetas y le indicó que la levantara en el aire. —¡Matt! —le gritó entre dientes y al oído, al idiota que se había quedado estático, mientras ella era transportada en brazos— ¡Síguenos, bobo! —Señaló con la cabeza el escenario por la parte de atrás. Ahora Cyrille había quedado sola, y aunque aquello no fuera en absoluto parte del show, debería arreglárselas.
2015 Por su parte, Logan había dejado de escuchar la conversación hacía rato. Disimuladamente había terminado la tercera taza de café y así le gustaba que fuese. —Bueeeno, melocotones —saludó al ver que Moncef se alejaba apresuradamente— yo también me despido. A diferencia de otro, aquí hay gente que de verdad trabaja. Sin la cual esta revista si iría al carajo —Se encogió de hombros y Rachel puso los ojos en blanco— Iré con mis bellas modelos, que son mucha mejor compañía que la de ustedes, si me permiten decirlo. Y sino, que les den. Les sonrió a secas, como siempre, y se escabulló por el pasillo de atrás justo desde donde veía la horrible expresión exasperada de Casals. —¡Ya veo que la inspiración y el arte me extrañaban! —comentó al ver a qué modelo estaba torturando ahora— Hagamos algo mi queridísimo amigo. Yo organizo a estas harpías y sus atrofiadas poses, y tu fotografías hoy. Pero no toques a mi nena —Le advirtió volviéndose a último momento, refiriéndose obviamente a su cámara— ¡A ver! ¿Dónde carajo están Mia y Katia? ¡Mia, corazón! —Le gritó desde afuera del vestidor, sin que ningún insulto de las desnudas modelos lo inhibiera— ¡Sales ahora o entro yo a buscarte! ¿Y Katie? Katie… preciosa —se volvió, buscándola con la mirada de un murciélago ciego— Necesitamos tu arte en todo momento y flash, sea donde sea que estés.
—Vaya a hacer lo que tiene que hacer entonces, Señorito Ocupado —saludó Rachel, omitiendo varias respuestas a varias acusaciones, sobre todo a la última tirada por Frank. ¿Ella arrancándole una hoja a algún libro? Ridículo. Sonrió, mientras el teléfono sonaba al otro lado de su escritorio y esperó a que Moncef desapareciera para arrugar el ceño. A ella no se le había escapado la insinuación y atando cabos sueltos como siempre hacía, supo en ese preciso instante que el periodista se traía algo gordo entre manos. Dejó la llamada en espera y, con una simulada curiosidad, se volvió a Frank. —Frankie, cariño, ¿hoy pasaron los del periódico a dejarnos el número de hoy? Sería buena que fueras a buscarlo, sino… Mientras yo voy y les llevo algo de café ahí dentro. Le guiñó el ojo esperando que captara la idea. Mientras él hacía investigación de campo, ella se infiltraba en el campo enemigo de Blanc para captar algunas pequeñitas palabras de la conversación.
—Bueno —Mathieu asintió, a pesar de estar a punto de contradecir algo dicho por la persona que los citaba— en realidad estos reporteros querrán hacerle preguntas a usted. Sería como cuando un médico necesita ser operado: Que sea un médico no impide que necesite otras manos más. Ustedes se convirtieron en el centro de una noticia y ellos no van a tardar en querer saber los cómos y por qués —Sonrió modesto y a los límites de la profesionalidad. Cuando preguntó por sus métodos de trabajo se quedó unos pocos segundos en blanco. Mathieu LeCounce era un tipo pragmático y acababan de tirarlo algo en lo que debía pensar con sumo cuidado antes de responder. La salida victoriosa de su novia le salvó el silencio incómodo y sintió que podría haberla besado allí mismo… si hubiera sido otra situación. Sonrió y le apretó la mano con cariño cuando terminó la respuesta. —Yo soy policía como usted bien sabe, Señor Blanc. Mi trabajo es custodiar a la gente o mantenerla apartada. Puedo acceder fácilmente a los archivos e historiales de casos que no han sido cerrados todavía, aunque usted claro que necesitará una orden para hacerlo. Ese papeleo se lo puedo facilitar. La oficina quiere deshacerse de las manchas en el legajo y contrataría a cualquier detective privado de poca monta para que le ayude a sacar la basura —Se encogió de hombros—. Eso a ustedes les viene como anillo al dedo. Y yo puedo ser su intermediario. En ese preciso momento alguien golpeó a la puerta y la secretaria pasó con un saludo fugaz, trayendo en sus manos una bandeja con café humeante, unas donas, sobrecitos de azúcar y servilletas. —Bon appétit. —Gracias —respondió antes de proseguir—… Por otro lado, señor Blanc, si alguno de ustedes necesita escolta, sabe que con un par de llamadas al cuartel puedo permanecer en la puerta. Luego de hacer unos mandados, claro —agregó rápidamente recordando algo que le había pedido Nana.
((Disculpen lo largo xDD es que después de mucho tiempo, perdí el hilo ><))
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Post by ev7e on Jan 9, 2013 19:25:22 GMT -3
(( te odio O.O..me disculparan si el siguiente post es un asco, desde que CIERTA personita se fue de viaje y nos dejo no he escrito nada, ni siquiera mi numero telefónico ¬¬))
1890
Annette estiró los labios en una sonrisa condescendiente solo por si a LeCounce se le ocurría mirar hacia su lugar. Acompañó la música con unos acompasados movimientos de cabeza y de vez en cuando indicó con una severa mirada a algunos meseros que llenaran los toscos vasos de los clientes, estiró el cuello disimuladamente y torció la nariz cuando el humo del cigarro llegó a él. Detestable Charlie. Girò la vista de nuevo al escenario, sus princesas sin principe volaban por los aires. -Mierda-musitó cuando la pequeña Daglia resbaló en las lustrosas tablas.
Giro, giro, giro, una movimiento de caderas por aqui, siempre manteniendo la vista clavada en el público aunque lo que en verdad queria hacer era irse a jugar con su adorado Charlie que habia desaparecido de su vista. Por suerte el final de la pegajosa canción estaba cerca, luego delegaría el acto a otra de las chicas y se escabullirìa por ahi... -Tough Lover- Cyrille empezó con el juego de voces mientras sus dos compañeras de escenario eran alzadas sobre su cabeza y a los pocos segundos solo percibió a una a su costado... Los ojos verdes volaron hacia Daglia quien, ahora junto con Lala, estaban en el suelo- I want him... Annette buscó a lo lejos a cualquiera de los meseros que estuviese cerca de los telones, ahora Julie tambien estaba en el suelo ¿Qué pasaba ahi?, y con un gesto le indicó que los dejara caer hasta el sorpresivo giro que daban esas cinco personas sobre el escenario.
¿Fue su culpa? Pues claro, debió asegurarse de no hacerlo tan rápido. Tonto, estúpido... Daglia estaba en el piso y habia sido solo su culpa, no de ella. En menos de un segundo vio el fuego en los ojos de su hermana, pero para su suerte la otra bailarina lo ayudó a escapar. Tomó entre sus brazos a la lastimada jovencita y como si fuera parte de la coreografía la volvió a levantar, ayudándola a moverse con gracia hasta esconderse, junto con Julie y el otro mesero, tras las escenario. Colocó a la bailarina sobre una mesa llena de utileria y le hizo estirar la pierna, donde el tobillo se veia hinchado. -¿Te duele mucho?- preguntó- Lo lamento..debí fijarme que estuvieses firme ahi arriba...
Cyrille se vio sola, rodeada de algunos meseros que habian logrado entender el plan de Lala Odaire y ahora estaban a disposicion de la cantante principal que en aquel momento terminaba la canción. Annette se movió con cierta incomodidad en su silla, no habia sido el final que esperaba y la pelirrojapudo notarlo aun a esa distancia. La banda bajó el ritmo de la música hasta convertirlo en una melodía sensual y casi similar a la de un burdel con cierta clase (si es que aquello era posible). Cyrille se apoyó de algunos camareros para descender del escenario de un saltito y caminó cual gata en celo entre las mesas, divirtiendose para sus adentros con la cara de Balthasar que en aquel momento solo podia confiar en su cantante principal. -Come here big boy-susurró al acercarse a la mesa donde "el jefe" estaba- You've been a bad bad boy, I'm gonna take my time so enjoy... Ahora no debía importarle más que alegrar a quienes estuvieran en esa mesa, conocía muy bien a Annette. A la mierda el resto, La Roca no estaba feliz con lo que habia pasado y tenia que dejárselo fácil al drag queen. Que casualidad que Charlie estuviese ahi y que suerte. Se paseó entre los tres hombres sentados y le guiñò un ojo a Annette, muy segura de lo que iba a hacer. Acercó los labios al oido de LeCounce y le ronroneó -There's no need to feel no shame, relax and sip upon my champagne- ahora una de sus manos se paseaba por la espalda de aquel hombre hasta que logró, tal como indicaba su canción, que se relajara en su lugar y se dejara llevar- Cause I wanna give you a little taste of the sugar below my waste, you nasty boy... Ahora ella tambien se divertia, Annette empezó a sonreir una vez que notó al público interesado en aquella improvisación. -I'll give you some uh la la..voulez-vous coucher avec moi?- La diabla se paseó delante de Alberti con movimientos insinuantes para luego aferrarse al borde de la mesa, justo delante de Charlie y soltar el rugido que, en la intimidad, habia descubierto que le fascinaba- Baby for all it's worth I swear I'll be the first to blow your mind...Now if you are ready come and get me, I'll give you that hot, sweet, sexy loving
(( posteare la cancion en el playlist :3 ))
2015
Estaba lista, en realidad lo estaba hace un buen rato. No dijo nada porque sentía la mandíbula endurecida, pero si logró mantenerse en pie sobre aquellos incomodísimos tacones para abrirse paso entre las espantosas (porque, a su parecer, ninguna la igualaba) modelos y ubicarse en el fondo blanco donde seria la sesión. Miró a Casals, como esperando que le indicara que hacer, pero el llamado hacia Katia la distrajo. ¿Por que siempre llamaban a la maquillista? Le alteraba los nervios, aunque secretamente disfrutara que el sentimiento pudiese ser mutuo. Solo le quedaba esperar a que Logan hiciese su "magia" de cegarla con flashes.
Bejamin asintió a cada palabra que decian mientras por su cabeza iban y venian detalles que debería ajustar para que todo fuese como él esperaba, perfecto. -Entonces esta arreglado, la ubicaremos en publicidad. Podra trabajar directamente con los fotógrafos y estoy seguro que alguno de los reporteros va a querer dar su opinión por ahi-rió justo al tiempo que la secretaria entraba en la oficina con la que era su segunda taza de café en lo iba de la mañana-Gracias- dijo mientras cogia la suya- Rachel, alcànzame el edulcorante porque sino se me subira el azucar y terminaré de nuevo en el hospital- comentó. -Si usted, señor LeCounce, puede ayudarme con todo aquel papeleo, tenga por seguro que lo tendre el cuenta para el final de este caso. No creo que necesite seguridad, al menos por el momento. Pero como le decia antes, quiero discreción respecto a este tema y..gracias Rachel, puedes retirarte- se detuvo al notar todavia la presencia de su secretaria.
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Post by Milly on Jan 10, 2013 0:25:30 GMT -3
1890
Aunque el barman mantuvo un semblante austero, resultaba claro que el comentario de Teva lo había ofendido, pues no había rastro en sus ojos de aquella jovialidad que lo caracterizaba. En cambio alzó una ceja de severidad cuando tomó una jarra de vidrio de sus reservas y comenzó a pulirla con una pequeña tela. El pedido de la pequeña mesera lo obligaba a mantenerse firme tras la barra en lugar de prestar su ayuda en el escenario. —A mí no me hace ninguna gracia, y me parece que no soy el único que lo piensa —con un gesto de su cabeza indicó la mesa que a Teva le correspondía atender aquella noche, donde el invitado principal exhibía una expresión que se contraponía con todo tipo de sonrisa existente en el mundo. Pero en lo único que pudo concentrarse la chica fue en las risas del hombre junto a La Roca, al que debía llevarle su cerveza. —Pues está claro que yo no soy la única que se divierte —canturreó mientras Médéric se retiraba a llenar el pichel recién sacado. Pero cuando decidió volver a mirar el escenario su sonrisa se convirtió en la sombría expresión de la decepción: las bailarinas ya se las habían arreglado para escapar del traspié y continuar con el espectáculo. Al regresar, Méd captó su repentino cambio y consultó el escenario, donde Cyrille se hacía cargo de hacer olvidar el repentino momento de tensión sin acompañamientos. Entonces rió él. —Creo que lo verdaderamente peligroso es subestimarlas —depositó la cerveza fría en la bandeja que la mesera traía consigo—. ¿No te parece? En lugar de responder, ella se marchó a toda velocidad... pero se mantuvo a distancia de su mesa cuando estuvo a unos pasos de la misma y cayó en la cuenta de que la cantante había llegado antes para incordiar a sus importantes comensales. Intentó que la furia no la llevara a derramar su pedido, y mientras aguardaba a una distancia prudente que la pelirroja diera término a su teatro, se entretuvo pensando en el reproche que más tarde obsequiaría a su amigo Matt por no cumplir los términos de su compromiso. Si se acercaba ahora no podría resistirse a hacer quedar mal a la protagonista del número... y no podía. Hoy no podía.
2015
El descanso duró para Katia menos de lo que había esperado. Luego de proceder con su meticuloso arte en la distraída última modelo del teléfono celular, soltó un suspiro de alivio. Y antes de tener tiempo para un breve relajo, Delastair volvía a perturbar el ambiente con su particular humor. Entornó los ojos y se puso de pie ante el llamado del fotógrafo. —Sé que me necesitan por aquí —repuso sin una pizca de humildad cuando estuvo junto al set en que las fotografías serían tomadas, con brochas y pinceles dispuestos para retocar a las modelos entre una pose y otra. Sonrió a Logan con suspicacia traviesa, más bien perversa e insinuante—. Si fuera de otra forma, me habría largado a tomar café. Se interpuso entre la cámara y Mia para unos últimos arreglos antes del primer flash—. He conseguido que te veas hermosa —susurró al tiempo que difuminaba un poco más la dramática gradiente de sombras en los ojos de la modelo, muy cerca de su rostro para no cometer errores. Cuando retrocedió, dejó entrever el típico gesto dulce y despiadado que acompañaban sus típicas palabras que precedían cada sesión fotográfica—. Haz que valga la pena semejante esfuerzo, corazón.
Moncef no perdió tiempo cuando llegó a su puesto de trabajo. Depositó el maletín sobre la mesa y tomó asiento frente a él. En su interior, un sinfín de documentos y fotografías contenían la marejada de información recopilada durante la última semana. Había sido un trabajo arduo, sobre todo porque debió hacerse con cada nuevo dato sin levantar sospechas sobre el uso que pretendía dar a los mismos. Sin embargo, ahora le correspondía dar un orden lógico y atractivo al increíble amasijo de conocimientos acumulados... y sabía que en realidad sería aquella la parte realmente difícil, así como la más placentera. Comenzó a extraer una carpeta tras otra, pensando que los planes secretos del jefe Blanc no podían haber iniciado en un mejor momento; no imaginaba una mejor forma de desviar la atención de su trabajo para avanzar sin interrupciones.
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Post by bachi on Jan 13, 2013 1:29:58 GMT -3
1890 Julie no perdió el tiempo y con un salto ágil se deshizo del camarero y cayó justo junto a Matt. Su semblante no era ni amable ni esperanzador. Mientras examinaba junto a él el tobillo de Daglia, bufó. —Pero-qué-carajo-estaban-pensando —gruñó entre dientes. Estaban detrás del telón, lo que no aseguraba que sus voces no se escucharan del todo. La chica rápidamente se volvió al mesero y sus ojos echaban chispas. Su mano se estampó en el hombro de Matt y uno a uno sus dedos comenzaron a apretarlo—. Podríamos haber dado por terminada nuestra carrera aquí y en todo París si les hubiéramos dado razón. ¡Quién sabe! Tal vez a la Roca todavía la idea se le esté cruzando por la cabeza y… oh dios mío. Voy a asesinarlos. Cerró los ojos y alzó una mano para evitar que cualquiera de los dos abriera la boca. Estaba escuchando cómo seguían las cosas detrás de ello. Una lenta sonrisa se le formó en los labios. —Uuuu, nasty naughty boy —tarareó y soltó una risita—. Con esa nos salvó el trasero a todos. Les daré un beso a todos los músicos luego por seguirle el ritmo —Se rió de nuevo y abrió repentinamente los ojos— ¡Qué estás esperando, tú! —exclamó al mesero más cercano— ¡Ve y trae algo de hielo para ese pobre pie! Yo tengo que irme YA a ayudar a Méd con su molesta y pomposa clientela, a ver si le vacío un poco la barra repleta de dormidos. Tú —señaló a Matt y entrecerró los ojos— te encargas de ella. La seriedad desapareció bajo una sonrisa divertida y un guiño fugaz que escondió de Daglia. Ahhh, los tortolitos… Ahí en la privacidad tendrían tiempo para consuelo y era mejor dejarlos solos. Julie se escabulló hacia el vestuario donde tenía preparado el traje de camarera (demasiado corto y escotado para serlo en realidad), porque cuando ellas terminaban normalmente todas las demás bailarinas que paseaban por el salón iban a presentar su propio show. Cyrille era la estrella principal y era la que normalmente tenía que mantener la compostura durante toda la noche en el escenario, pero por suerte para Daglia, ellas no volvían hasta que los telones no se cerraban tanto como Molino Rojo. ((Si hay algún problema con esto, Ev, regálame choco y lo solucionamos :3))
El hijo de puta del drag queen se había salvado. De nuevo. Eso fue lo que pensaron casi, casi al mismo tiempo LeCounce y Charlie. El primero no a gusto, molesto, irritado y con un repentino dolor de cabeza tenue… Lo que era todavía mucho más molesto. En cuanto al segundo… ¿Qué podía decirse? Decidió compartir solo por hoy el triunfo con Balthasar, Annette o como quiere que se llamara ese sujeto patas de araña porque lo estaba pasando muy bien. Muy bien. Había seguido de reojo a Cyrille desde que había llegado a su mesa. Primero una caricia pequeñita y juguetona en la espalda del Jefe, un cotoneo atrevido con el frío y seco de Alberti, y el premio grande para él, obviamente. Sonrió de oreja a oreja enseñando la dentadura, con el cigarrillo entre los dientes y se recostó por completo en el respaldo de la silla. Sopló el humo por la nariz y se limitó a mirar a los ojos a Angie. Oh, Angie angiee. La llamó con la mirada, sin pestañar, sin desviarla. Era una invitación pero una advertencia también al mismo tiempo: Si quería jugar, jugarían. Esa era la insinuación. Y también era el aviso.
2015 A Logan no se le pasó por alto la bromita y entrecerró los ojos devolviéndole la mirada perversa mientras observaba cada uno de sus movimientos. La maquillista podría hacer todo lo excelente que quisiera su trabajo, pero luego de eso… Ohh ha ha há. Luego de eso le haría sudar a gota gorda, se le entumecerían los dedos de tanto pintar. —Qué lástima que no tengamos peluqueros decentes por aquí —comentó mientras se inclinaba a los costados para observar cómo Katia le daba los últimos toques al bello rostro de Mia—. Eso sería algo que tal vez tuvieses que estudiar más adelante… Ahora bien —Dejó a un lado la inactividad y marchó a paso seguro hacia las damas. Tomó a Katia sutilmente de los hombros y la hizo caminar a un costadito. Tomó a Mia y la hizo avanzar hacia la cámara. —Muy bien Casals. Quiero que vayas sacando las fotos progresivamente mientras Mia modifica la pose. Katie, corazón, ve preparándome a las demás modelos y que salgan a medida estén listas. Quiero que se acerquen de a poco, que Casals pueda hacer su magia y que parezca que con cada ráfaga de flashes las chicas caminan hacia Mia —Ya estaba concentrado de nuevo, con los ojos bien abiertos mirando pensativo a Mia como si se tratase de un objeto. Chasqueó la lengua y se alejó para dejar que su compañero hiciera su trabajo.
—Me tomé la libertad de ponerle dos gotitas de edulcorante, señor, como siempre. No se olvide de la pastilla de las 10 —contestó Rachel antes que nadie e inclinó la cabeza para retirarse sutilmente del lugar. Había captado pocas palabras, pero su mente rápidamente comenzó a echar humo para conectar las ideas mientras volvía a su respectivo escritorio para atender ese maldito teléfono que sonaba una y otra vez. Luego decidiría qué contarle a Frank y qué no. Mathieu observó a la secretaria marcharse y volvió su par de ojos al hombre del otro lado. No podría decirlo abiertamente, pero la idea de que Nana se metiera de lleno en el asunto lo inquietaba. —Gracias, sr. Blanc. Creo que puedo hablar por los dos cuando de discreción se trata —dijo, jugando con su tacita de café entre las manos— de todas formas no puedo asegurarle que el papeleo no capte la atención de algunos policías. Creo que, por lo menos, dentro de la jefatura habrá cierta idea al respecto. Me ocuparé de mantener a los chicos con la boca cerrada. Y sorbió un poquitito. Estaba caliente.
—Dile a tu jefe que mantenga las narices fuera de esto, ¿escuchaste, perra? Rachel parpadeó. —¿Disculpe? —soltó incrédula. La mano que sostenía el tubo del teléfono le sudaba. Al otro lado escuchó una risita y varias toces. Y luego cortaron.
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Post by ev7e on Jan 15, 2013 21:41:52 GMT -3
1890
Matt escuchó cada palabra que Julie le decia con la cabeza baja, preocupado y sintiendose la peor persona del mundo por dejar caer a Daglia, culpable por lo que pudiese pasar cuando el último cliente se haya marchado y quedaran todos a merced del drag queen. Por lo menos ese sentimiento duró hasta que escuchó la voz de su hermanita detras de las pesadas cortinas y rogó que eso sirviese como paños frios para su accidente. Esperó a que el otro mesero trajera una cubeta con hielo junto con una venda improvisada para luego retirarse junto con Lala, dejàndolos solos. -Lo lamento- repitió Matt arrodillándose delante de la muchacha, envolviendo el hielo con el trapo y colocandolo con delicadesa sobre el tobillo de la bailarina- No fue intención, no se que fue lo que paso...pensé que estabas bien parada. ¿Duele mucho?-le preguntó levantando los ojos verdes hacia ella.
-Hush now, don't say a word I'm gonna give you what you deserve - continuó la pelirroja sin despegar los grandes y ahora brillantes ojos verdes de Charlie, le regaló una sonrisa mientras se acercaba con movimientos felinos hasta tomar del borde de la corbata que traia el hombre y jalar con cierta firmeza de él para que se levantara y la siguiera a donde ella queria. Las bailarinas se apuraron en ocupar lugares estratégicos entre el público para ayudar en el coreografía que ya habían decifrado con la pequeña muestra que Cyrille habia dado ahi arriba. Los meseros habian colocado una silla justo en el centro del escenario donde ahora, la siniestra mujer invitaba a Charlie a sentarse-I got you breaking into a sweat got you hot, bothered, and wet you nasty boy - continuó mientras le daba una vista panorámica del público y el resto de las mujeres que ahora, sobre las mesas, le ayudaban a subir la temperatura del cabaret.
Annette observó con cierta seriedad a la mujercita que se contoneaba de un lado a otro delante de la mesa, que en algun momento empezó a susurrarle quien sabe que a LeCounce y que de pronto se llevaba a uno de ellos al escenario. Prontó el resto de sus bailarinas le siguieron el paso entre el público y cuando estaba pensando seriamente en tener una charla que aclarara ciertas reglas que tenia dentro de su local con Cyrille, todas las demás se subieron sobre las mesas mientras la cantante principal se acomodaba descaradamente sobre las piernas del tal Charlie. -Oh give me that hot, sweet, nasty boy don't you make me wait- rugió Angie casi jalando del cuello de la camisa del hombre, siempre sin despegar los ojos de él-Now you better give me a little taste put your icing on my cake you nasty boy - Su voz subia y bajaba junto con la música, regalaba sonrisas, sacudía y cabello e incluso se contoneaba sobre Charlie, sabía que probablemente Annette le regañaría por eso, pero no podia culparla si es que aquello la libraba del enojo de LeCounce.
2015
Mia le devolvió la misma mirada que Katia solia dedicarle junto una sonrisa insolente. -Si tan solo supieras como hacerlo en ti misma- le siseó poniendo cara de lastima antes de que Logan la llevara frente a Casals. No era dificil lo que el fotógrafo pedía, solo se concentró en el lente de la cámara, como si esta le devolviese la mirada y tras el primer flash ella empezó a moverse tal como habia practicado frente al espejo. Conocia sus ángulos, sabía en que dirección debia estar su cara para que la luz diera con ella y si no era lo demasiado perfecta, ahi estaban los que daban los retoques a sus fotos.
Frank se sentó en el sillón de su despacho, sacó la llave que le había robado a Benjamin Blanc de su propia oficina aquella misma mañana, irónicamente con la misma excusa que le habia dado Rachel para entrar. Aquella pequeña llavecita le seria muy útil tanto a él como a LeCounce, si es que seguian del mismo lado. No necesitaba información que delatase a nadie, si lo que Blanc queria era revelar la historia tras las paredes de Etiqueta Negra, lo harian. Pero no se lleveria el caso completo, no podia permitirselo. Su celular sonó cuando un texto llegó: "Mensaje entregado, asegurate que Blanc se entere" Mucho más tranquilo y sintiendo cierta pena por Rachel, Frank se recostó en el respaldar y guardó la llave en el bolsillo de su pantalón.
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Post by Milly on Jan 17, 2013 0:31:33 GMT -3
1890
Respiró hondo, contó hasta diez, hasta cien, hasta mil... hasta que por fin pudo enterrar su mal humor, cuando la cantante retornaba al escenario con uno de los hombre de LeCounce como su feliz prisionero. Le revolvía el estómago reconocer que Cyrille tenía talento y desplante, pero en momentos como aquellos resultaba imposible negarse ante lo evidente. Se acercó muy lentamente de vuelta a su mesa de servicio, muy consciente de que el sujeto al que la pelirroja había escogido para formar parte de su insinuante espectáculo era el mismo que había pedido la cerveza. Para nada le angustiaba pensar que a su retorno, él se encontraría con una bebida desagradablemente tibia, pero su instinto de mesera la obligaba a dejar de ignorar la posibilidad de que el pedido se perdiera y al mismo tiempo, destinar a nuevas manos la jarra fría que aún reposaba en su bandeja. No tardó en encontrar al mejor candidato. —Nuestro invitado de honor no parece a gusto —comentó su observación cerca del oído de La Roca para hacerse entender por encima de los instrumentos y el vozarrón de fondo. Depositó el pichel de cerveza sobre la mesa y frente a Pierre antes de retroceder con una sonrisita pícara, pero sin olvidarse de su porte respetuoso y sumiso. La dulzura ingenua en su voz contradecía por completo lo que sus expresiones daban a entender en cuanto a su entendimiento sobre la situación comentada—. Espero que no sea el desempeño de esta humilde servidora el causante de sus incomodidades.
2015
A palabras necias, oídos sordos. Cuando Logan se hizo cargo de la modelo, Katia ya se había olvidado de su existencia. Sin haber perdido un ápice de su dignidad y orgullo, fue al encuentro de las modelos que aguardaban por los últimos retoques... y se sintió agotada con solo verlas a todas juntas. En momentos como esos odiaba más que nunca lo inútiles que podían llegar a ser un montón de chiquillas con cara de plástico. Pero luego de un bufido quedo, estuvo lista para seguir el ritmo con que Casals debería hacer las fotos. —A ver, tortugas. Una hilera frente a mí ahora —Al menos, la mayoría del grupo era bastante más disciplinado de lo que Mia sería jamás. Sus herramientas de belleza se movían con destreza sobre los rostros de cada muñeca de porcelana a medida que les correspondía turno con Katia—. Lista. Siguiente.
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nitta
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Post by nitta on Jan 18, 2013 10:50:30 GMT -3
(Siento los chotopost que vendrán a continuación. Estoy algo desubicada en este rol >>)
1980
Daglia, roja como la sangre y aferrada a Mat, dejó que este se la llevara del escenario mientras las otras la cubrían. En un momento apoyó su frente al hombro de él y dejó que las lágrimas corrieran todo el maquillaje y salaran sus mejillas. -Me echarán...-susurró por lo bajo, de forma entrecortada y con lágrimas en los ojos- me van a echar...-y se aferró más a él. Mucho más fuerte.
Alberti por su parte aguardaba a que algo pasara practicamente ignorando su bebida mientras el resto se reía y pavoneaba. Él seguía serio. No era que no supiera divertirse, que sí pero aun así la presencia de la otra mafia no le hacía ni pizca de gracia desconfiado como era.
2015
Albert Casals andaba perdido obedeciendo órdenes ahora de él ahora mirando a las bailarinas... Estaba agotado física y psíquicamente hablando. Extenuado y su mente embotada por tanto flash no asimilaba ya si una foto era válida o no, simplemente se dedicaba a disparar una y otra vez, sin detenerse tan siquiera a pensar si tenía un buen encuadre o no. -Ya verás la mierda de fotos que saldrán hoy- vociferó en catalán asqueado después del último flash.
Nana agradeció que Mathieu le agarrara la mano pero no volvió a inmiscuirse en la conversación. La verdad era que la aparición de la secretaria en el despacho le supo cuanto menos a mala educación pero lo dejó pasar porque eso no era Japón ni su severa y recta casa. Cuando se fue miró el café y lo agradeció con una reverencia de cabeza para luego ponerse el azucar y removerlo distraída. Cuando escuchó la oferta se detuvo lo justo para pensarlo. Miró a su pareja y luego al jefe de la revista.-¿Puedo darle una respuesta definitiva mañana, Blanc-san? -le preguntó con toda la educación de la que fue capaz. Había notado a Mathieu algo tenso y por eso había decidido hablarlo antes con él. No quería posteriores malentendidos.
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Post by bachi on Jan 19, 2013 2:15:28 GMT -3
1890 Julie fue rápida y sigilosa como una serpiente. —Qué tal, muchacho —soltó con un actuado acento sureño norteamericano, mientras aparecía desde debajo de la barra cerca de donde estaba Médéric. No esperó a que le respondiera, y mientras le seguía el ritmo con el taco del zapato y la cabeza, se deslizó para recoger vasos vacíos y propina picarona que robó de la mano con un par de guiños juguetones. Al volver, bufó como si estuviese agotada. —Vaya nochecita, hum huum? Creo que desde acá viste perfectamente el desliz pequeño de nuestros dos bailarines —Hizo una mueca mientras veía a Cyrille y Charlie caminar hasta el escenario. Su mirada rápidamente buscó aquello que había quedado en la mesa: El drag queen, un pez gordo y su escolta y… ¿Aquella era Teva? Julie rápidamente hizo una mueca y se acomodó el corset porque sentía que le estrujaba los senos—… Y estoy segura de que nuestra pequeña Teva pagó primera fila para verlo.
La tensión había desaparecido rápidamente dentro de Molino Rojo, donde la música ahora invadía de a raudales como una cascada músical mezclada de risas libertinas y esa voz de seducción de fondo que empalagaba los sentidos… Y si bien Pierre LeCounce tenía sobre cada una de sus grandes piernas una jovencita emplumada en bandeja que sonreía y le tironeaba la oreja, el hombre no podía evitar pensar que eso en cualquier momento se le iría de las manos y al traste. No le hizo falta comprobar con un reojo la situación de su guardaespaldas porque, conociendo a Alberti, él habría apostado un dedo a que estaba seco como una estatua y sereno como un padre de palabra. Perfecto. Por lo menos en alguno de sus muchachos podía confiar para mantener la cabeza dentro del juego… En lo que respectaba a Laurent Durand, no había remedio que darle. El soldadito podía divertirse de noche, siempre y cuando el resto del día rindiera. Se volvió a mirar al otro lado, disimulando una sonrisa, un beso y una copa de champagne… Y ver los ojos fijos de Annette en Cyrille y esa extraña calma suya antes de explotar, por fin le robaron la sincera carcajada que lo liberó del dolor de cabeza. Para cuando Teva le ofreció la cerveza, LeCounce estaba recuperando su sentido del humor, y la pequeña sensación de complicidad de apoderó de él. —En absoluto, querida —comentó entre la música mientras echaba a sus dos pajaritos a volar hacia otra mesa— ¿De qué puedo quejarme si resulta que me traes una cerveza bien fría y sin haberla pedido? —Rió y bebió— Recuérdamelo porque lamento que a esta edad las cosas se me olvidan: ¿Me dijiste tu nombre? Completo, cariño. Porque se necesita nombre y apellido para recomendar gente en esta ciudad.
Charlie no opuso resistencia. Más que alguna u otra risa, alguna vuelta picarona a su pareja de “baile” mientras avanzaban entre las mesas, no hubo nada que lo retuviera de seguirle los pasos felinos a la especie de dama que lo guiaba. Sus ojos se desviaron más de una vez siguiéndole la curva de las piernas, donde algunas lentejuelas la salvaban de ojos caníbales como los suyos, y alguna que otra sonrisa jocosa con la que liberó el cigarrillo y se olvidó del humo por primera vez en el día.
2015 La buena onda que había en la sesión de fotos de esa mañana definitivamente terminó por colmarle la paciencia. Logan dio media vuelta en cuanto escuchó las palabras de Casals, directo hacia el interruptor de las luces y lo apagó todo. Y cuando se dice todo, fue absolutamente todo lo que apagó. —Vamos. Afuera todas, brujas —gruñó, todavía dándoles la espalda a todos y refiriéndose obviamente a las modelos. Rápidamente se dio media vuelta y señaló con las dos manos a Katia y Mia—. Las dos brujas mayores se quedan. Y el perro amargado de Casals obviamente que también. Tenemos que hablar. Sus ojos chispearon silenciosos y su rostro parecía peligroso sin una mueca irónica a la vista. Tal vez por primera vez en la mañana Logan se olvidó de la cafeína y le saltó el empresario que llevaba oculto adentro.
Rachel colgó el teléfono con cuidado y respirando apacible. Se sentó tranquila en la silla y miró al frente. Ni recordaba dónde había dejado el libro, pero de repente muchas cosas hicieron click dentro de su cabeza y se mordió el labio y se puso de pie de un salto, casi corriendo hacia los ascensores. Justo cuando estaba por llamarlo se detuvo. Y apretó. Solitario el ascensor se le presentó y cuando entró dudó de nuevo. Su primera idea fue acudir a Frank. Pero no había vuelto a la recepción y… ¿Y qué? Cerró los ojos, frustrada y se masajeó las sienes. No. Lo primero que haría sería molestar definitivamente a Moncef. —Y que se joda por hacerse el misterioso —gruñó apretando con furia el botón que daba a su piso. Ni siquiera esperó a que se abriera completamente la puerta cuando llegó. La atravesó zumbando y golpeó con energía la puerta—. Périer, abre la puerta. Sé que estás ahí.
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Post by ev7e on Jan 19, 2013 21:23:29 GMT -3
1890
Matt solo pudo acunar a la chica en sus brazos hasta que esta pudiese calmarse, le acaricio con ternura el cabello que ahora estaba algo desarreglado y le levantó el rostro tomándola con cuidado del mentón. -No te van a echar-prometió mirándola fijamente en sus bonitos ojos- Annette no es asi. Ella te perdonara esto porque alli afuera han sabido como reaccionar...por cierto, le debemos un gracias gigante a Julie- le sonrió- Yo hablaré con él- agregó refiriendose al dueño del Molino Rojo- Para que la reprimenda no sea tan severa...lo único que me preocupa es tu tobillo, si esta en verdad lastimado no creo que puedas bailar por un tiempo...Y necesitaran que alguien tome tu puesto por unos días..pero no te preocupes ni te martirices más- se apuró en secar sus lagrimas- Solo fue un accidente..
Para cuando Annette logró respirar con normalidad las bailarinas se repartian por todo el local dando saltitos, subiendose descaradamente sobre las mesas y unas otras tomando el lugar de los meseros como excusa para repartir alcohol entre los clientes. Era un caos, tal vez no para todos, pero si para ella. Apenas le prestó atención a la vocecita dulce de Teva cuando se acercó a LeCounce, pero apenas éste dijo "recomendación" al drag queen se le helaron hasta las plumas de la cabeza y se giró con una sonrisita y la copa de vino hacia los dos. -Se llama Teva Attia- se apresuró en contestar- Y creo que ya la conocen en varios lugares pues ella intentó entrar al grupo de las bailarinas, pero no lo consiguió hasta que llegó aqui- su intención no era humillarla, tampoco sonaba venenoso. Pero la chica era buena y temia que La Roca intentara separar y repatir a su personal en otros lugares- si bien es cierto que no esta dentro del grupo, como veras hay muchas, Teva es una excelente anfitriona y creo que no equivoco al afirmar que le gusta trabajar aqui ¿Cierto, querida?- Annette le revoloteó las largas pestañas negras a la jovencita esperando que comprendiera el momento de tensión por el que acababa de pasar.
Le gustaba tener el control, sobre todo porque ahora las miradas ya no estaban puestas sobre ella, sino sobre las otras bailarinas. Cyrille dejó que la música llenara el local y por primera vez en la noche ya no quiso ser perfecta para nadie más que no fuese aquel hombre que la sostenia sobre sus piernas. -¿Te gusta tu canción?- le susurró al oido- Te raptaré apenas dejen caer le telón. Ella lo sabia, lo habia adivinado por la cara de Annette. No podría continuar con su show despues de eso, pero le sacaría el máximo de provecho a su rato libre. Repitió el coro, jugó con la voz como si conversara con el público que ahora apuraban al barman pidiendo más licor, más cosas para picar y dejaban caer el dinero o los colocaban en los porta-ligas de las señoritas. -Give me that hot, sweet, nasty, baby don`t make me wait- ronroneó ella acercándose al final- I'm gonna give you what you deserve, oh my nasty boy... Pudo ver el gesto de Annette, la vio mover la mano de esa forma rapida para que solo el chico del telón la viera y justo cuando las gruesas cortinas rojas bajaban sobre las cabezas de Charly y ella, los aplausos estallaron para luego ser opacados por la alegre melodia que comenzaba la banda junto con el taconear de las bailarinas expuestas. La pelirroja se separó de su acompañante no sin antes despeinarlo un poco. -Entonces...-comenzó ella dandose una vueltita ahora que estaban solos- ¿Te gustó ser parte del show?
2015
Una vez que se hubo asegurado de no ver la sombra de su secretaria tras la puerta, Benjamin Blanc pudo hablar con mas confianza. -Como dije, todo aquello del papeleo lo dejo en sus manos oficial LeCounce. Se que sabrá como manejar a su equipo para que en este tema haya discreción- empezó- Por mi parte, debo confesar que cuando compre este local yo conocia una parte de la historia de lo que fue el Molino Rojo, la misma que todos en Francia deben conocer. Sin embargo, me di el lujo de hacer mis propias investigaciones una vez que comenzaron con las remodelaciones y encontré algunas cosas interesantes que, creo yo, la policia de entonces no consideró relevantes o simplemente no las pudo hallar en medio de todo el caos. Benjamin Blanc abiró el cajón de su escritorio y revolvio algunos papeles, buscando la llave del depósito. -En su mayoria son cartas- explicó- estan muy gastadas, pero todavia se pueden leer. Las tengo guardadas en el sótano, pero no encuentro la llave- musitó dándose por vencido- No lo puedo probar, pero por el contenido (que por cierto no es fácil de entender debido a su jerga antigua) parece que estaban siendo amenazados por algo o..alguien. No lo se-suspiró- Le entregaré las cartas junto con algunas cosas que los de la construcción hallaron apenas encuentre esa llave y señorita, tomese la libertad que desee para confirmar el puesto de trabajo.
Las modelos desaparecieron al instante, primero porque estaban frente a sus superiores y no podian arriesgarse a quedar mal ante ellos pues significaria ningun contrato en los próximos meses y segundo porque no querian ser llamadas con alguno de los mil insultos disponibles en el vocabulario de Delastair. Mia estaba a punto de irse con el grupo hasta que fue señalada por los dedos acusadores del fotógrafo más indeseable de toda su existencia. -¿Asi que ahora me meten en sus problemas?- preguntó ella adivinando en medio de sus delirios de drogadicta por donde iba la cosa- No es culpa mia si Casals no tiene ganas de trabajar hoy, nadie quiere hacerlo. Y bueno...la compañia tampoco es muy agradable- comentó mirando a Katia de pies a cabeza- empezando por cómo se ha disfrazado hoy hasta el genio de perra que trae, aunque eso ya es comun en su querida colega- sonrió ella sacudiendo su enrulado cabello rojo.
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Post by Milly on Jan 20, 2013 18:51:33 GMT -3
1890
El barman dejó escapar una carcajada profunda, sin dar muestras de sorpresa ante la repentina aparición de la joven Odaire ni desviar su atención de la interminable hilera de preparaciones que debía rellenar mientras otros pedidos se acumulaban ahora que el acto principal llegaba a su fin. La había estado esperando para su siempre eficaz ayuda de mantener a raya al gentío. —No te haces una idea de cómo lo disfrutó —confirmó antes de voltearse para entregar tres mezclas de whisky—. Pero a mí me hizo más gracia cuando se puso verde al ver que conseguían salir del apuro. Creo que no veré llegar el día en que nuestra mesera admita que ustedes son más brillantes de lo que quiere ver —suspiró, intentando hacerse con algunas propinas antes que los comensales quedaran al alcance de Lala y su encantador estilo de servicio—. ¿Qué hay de Daglia? —de pronto su rostro se empapó de la preocupación que hasta entonces había ocultado con éxito—. ¿Fue grave la caída?
La palabra 'recomendar' causó en ella un efecto muy distinto al que habría de sufrir su jefe. Se había apresurado a ofrecer los datos solicitados, pero Annette había sido más rápida, mostrándose mucho más atenta a la conversación de lo que Teva pensaba. Ocultó su sorpresa tras una sonrisa que dejaba a la vista todos sus dientes, tan pequeños como lo era todo en ella, apretando la mandíbula con fuerza al llegar al tema de su infructuosa carrera como bailarina. Balthasar podía tener todas las buenas intenciones del mundo, pero eso no alejaba el hastío que le producía rememorar aquel episodio frustrado de su vida. Aún así, entendía perfectamente lo que el jefe pretendía. —Gustar es decir poco. Me fascina —De su extenso arsenal de sonrisas, decantó por el gesto dulce que mejores propinas le otorgaba en las mesas—. El Molino Rojo es el cabaret de mayor prestigio en París, la envidia de todo establecimiento existente. ¿Dónde podría encontrar mejor gusto si no es aquí? Sin mencionar que contamos con visitas célebres como la suya y sus acompañantes, mi buen señor LeCounce. El solo hecho de que me dirija una palabra es para una simple empleada como yo todo un honor —Dio por finalizado su discurso con una pequeña refinada reverencia, digna de los restaurantes más lujosos de Francia. Si se le pedía un buen trabajo, a lo mínimo que Teva aspiraría sería a un desempeño magnífico... mucho menos de lo que se podía decir de las bailarinas aquella noche.
2015
Katia no podía distinguir figura alguna en medio de la penumbra invocada por el fotógrafo, pero dio por hecho que ella era una de las dos brujas mayores y se mantuvo firme en su lugar, aún con pinceles y brochas entre sus delgadas manos. Quedar a mitad de trabajo siempre sumaba una cuota de irritación a su humor a veces delicado. Pero nada más hacía falta captar el timbre que teñía la voz de Logan para entender que ese no era el momento más apropiado para arrojar protestas a la mesa de juego. La voz de Mia, en cambio, le pareció un zumbido molesto. —Imagino que no lo sabías, preciosa, pero las excusas agravan las faltas —musitó con un tono suave, acomodando sus lentes con una tranquilidad que por sí sola resultaba inquietante—. Pueden decirse mil cosas contra mí, pero nada que hable en contra de mi trabajo... que es para lo que estamos aquí. Si no puedes defender el tuyo... —intentó buscar a la modelo entre las sombras, pero fue inútil. Así que prefirió olvidarse una vez más que compartía el mismo aire con ella—. Entonces, ¿de qué tenemos que hablar? Había perdido la costumbre de estas reuniones espontáneas.
Pegó un salto cuando el alboroto en la puerta corrompió la quietud que albergaba el interior de su oficina, mas procuró recomponerse antes de iniciar su camino hacia la entrada, de modo tal que al abrir la puerta volvía a ser el reportero seguro que todos conocían. Su máscara de formalidad distinguida se hizo trizas al comprobar quién solicitaba con tanto apremio de su presencia, y sonrió con un gesto notablemente obsequioso. —Lavalley —su voz era apenas un susurro galante y risueño—. Sabía que tarde o temprano ibas a caer... pero esto se adelanta mucho más de lo que tenía previsto en mis planes.
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Post by bachi on Jan 22, 2013 0:03:55 GMT -3
((Esto es solo culpa tuya, Eve, por hacerme tener SEIS personajes... *risa esquizoide*))
1890 —¿En serio se puso verde? —soltó Julie. La sonrisa cómplice se le borró rápido. Con Teva nunca sabía qué pensar y suspiró—. En realidad es la... Bueno, pues es el trato cordial que se tienen con Angie. Teva nunca admitiría algo así, lo sabes bien. Se sentó en la barra mientra esperaba que terminara el trago que tenía entre las manos, balanceando las piernas en el aire. Tras dedicarles un par de guiños juguetones a cierta concurrencia que la rodeaba, se volvió a Médéric, arrugando la nariz. —Mira... Yo simplemente espero que no sea nada, pero la chica no podía levantarse, ¿entiendes? Es decir —Se enderezó para mirarlo—, fue parte shock y miedo también, pero por favor crucemos los dedos porque no sea nada grave. Una semana de descanso y Annette —Miró a la aludida a lo lejos— estallará —Repentinamente su sonrisa se volvió pícara y sus ojos peligrosos—. Pero de todas formas está en buenas manos ahora. No hay nada que un poco de amorío casual y escenas clichés no pudan remediar —Lo miró y enarcó las cejas pensativa, ladeando la cabeza mientras empujaba a un sujeto demasiado ebrio hacia su grupo de amigos poniéndole el zapato en el pecho— ¿Tal vez tú necesites un poco de uh la lá cliché también?
La intervención rápida de Annette no le pasó desapercibida, y sin embargo escuchó toda la explicación con una sonrisa entre complacida y petulante como si allí nada hubiese sucedido. Cuando la jovencita terminó, Pierre LeCounce lanzó una carcajada. —El buen gusto se puede encontrar a lo largo de todo el mundo, querida. Excepto en Japón. Los japoneses no tienen ni una idea del buen gusto —Enarcó las cejas—. En cuanto a lo de "visitas célebres"... Estamos rodeados esta noche —Sonrió la Roca, extendiendo los brazos—. Muy buenos amigos míos, yo incluído, de Molino Rojo han venido aquí esta noche ha presenciarlo —Sus ojos brillaron y se rascó la barbilla, conciente de la insinuación con Daglia y su caída—. Sin embargo, Annette, no vine solo por eso. Se volvió al hombre detrás del maquillaje con ambas manos sobre la mesa, como si estuviera a punto de levantarse. —Necesitamos un lugar más... "privado" para hablar de lo que realmente nos atañe. Y no tendría problema alguno en que la señorita Teva aquí presente —Le sonrió y le tomó la mano para besársela—, nos proporcione las bebidas correctas mientras charlamos de negocios. ¿Le parece, Chevalier? Ya se había puesto de pie con el cambio de show y el hermoso final de Cyrille para aplaudir y sonreír, sin esperar respuesta por parte del drag queen. Se volvió a Alberti con una sonrisa ancha. —Ruso, hazme el favor de ir por nuestro amigo Durand. El chico tiene que estar presente. Lo quiera o no, esto le interesa.
Charlie se sentó y apoyó los codos sobre sus rodillas mientras encendía otro cigarrillo que había sacado del bolsillo del pantalón. Uno nunca sabía cuando podía quedarse en camisa y sin traje, de ahí su paquete extra. Cuando alzó de nuevo la mirada a la pelirroja, sonreía. —Pues... —comenzó con un tono de voz algo aburrido, algo meditabundo— En realidad no sé. Me han dicho por ahí que no pagan muy bien por actuar —Ensanchó la sonrisa y la miró divertido. Se puso de pie lentamente y liberó el humo por la nariz antes de acercarse a ella y observarla, a penas, desde arriba. La condenada Angie era alta. Jugueteó con un mechón de cabello—. Pero... Hubo dos cosas en particular que captaron mi atención: Primero, no sé si la conoces, una pelirroja radiante —Se acercó a su rostro—. Ruge, ¿sabes? Es alta, como de esta estatura —Puso su mano sobre la nuca de Cyrille— y tiene... —Se rió por lo bajo—. Tiene un "algo" peculiar. Segundo, la idea de un secuestro. Muy tentadorr... A esta altura de la conversación, Charlie se había acercado lo suficiente a Angie como para tomarla por la cintura con una mano. Con la otra mano, no importaba la mujer, juguetearía siempre con el cigarrillo. —Solo que yo cambiaría los roles —susurró en su oreja, antes de sonreír.
2015 Mathieu iba asintiendo a medida Blanc desarmaba su discurso. Mentalmente armaba una escena de los hechos: Había una llave, extraviada por cierto, con la que se accedía a material que la policía podía usar para la investigación. Su novia estaba implicada hasta las rodillas en el asunto... La miró un segundo antes de desviar la mirada. Y, lo más importante e inquietante tal vez, el maldito de Frank Delatore tenía algo que ver en esto... Y LeCounce podía jurar que él, al contrario que Nana, estaba metido hasta el cuello. Si bien aquello que encontrasen en Etiqueta Negra Blanc se lo facilitaría a Nana, él podría tener acceso al material también, después de todo por y para eso estaba él allí. —¿Alguno de sus empleados tiene acceso a ese tipo de información? —preguntó tanteando el terreno—. La llave es un impedimento momentáneo, pero hay formas menos... —Se encogió de hombros— o más bien "más" drásticas para obtener los documentos. La policía cuenta con esa clase de recursos, Sr. Blanc, aunque tal vez prefiera recuperar la llave antes que ver la puerta de su sótano destruída —Esbozó una media sonrisa y dejó la taza vacía en la bandeja. Quisiera o no, tenía que hablar con Delatore ese mismo día.
Había abierto la boca para hablar pero Mia había seguido bla bla blá... Y cuando lo había intentado DE NUEVO esta vez Katia había comenzado bleh bleh bleh y ahí todo se le fue al traste. Conteniendo la explosión de nervios se volvió al inmóvil, al zombie, al MUDO de Casals y casi... casi sintió ganas de ahorcarlo en ese preciso momento. —¿¡ES QUE NO PIENSAS DECIR NADA!? Suerte para él que todos ya conocían sus arranques y su humor especiall. Sabía que Albert no perdería los nervios, es más, tal vez ni siquiera se mosqueara por su estallido... Aunque por otro lado una muestra de vida habría estado bien. —¡Esto! —rugió y dio vueltas alrededor de los tres—. Casualmente de ESTO es de lo que tenemos que hablar y... —Se volteó hecho una furia para mirar al vestuario donde varias modelos se asomaban. En seguida huyeron despavoridas y Logan tuvo que hacer un esfuerzo con las manos temblorosas para ocultarse el rostro con una—. Llévenme inmediatamente, los tres, a nuestra mierda de sala de reuniones sino quieren una masacre. Ya puedo imaginar el título... Tengo directo en la mente a los dos simios de Delatore y Périer dándome vueltas... "Psicótico estallido de fotógrafo termina en nueva novela de Agatha Christie".
Rachel soltó una risa amarga, pero no le dio tiempo a más preguntas. Se metió dentro del despacho y cerró la puerta detrás de ella. Si bien sus nervios eran claramente visibles, la mujer dejaba salir tan solo una pequeña parte de ello. Por dentro estaba aterrada. —Iré al grano —contestó cortante y suspiró, mientras se pasaba una mano por el cabello, mientras iba de un lado a otro de la habitación. Cuando lo miró, sus ojos eran la personificación de la decisión—. Necesito saber de qué va tu nuevo artículo. ¿Qué te dio Blanc? Sé que tiene que ver con el oficial y la reportera. Los escuché... —Se mordió el labio, aún no soltaría nada. En cambió, se dirigió a él con los puños cerrados herméticamente y dejó caer sin ningún atisbo de fuerza uno sobre su pecho—. Acaban de amanezarme —soltó, a penas un susurro—. Es decir —se corrigió rápidamente—, a Blanc. A la empresa. No tengo idea.
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Post by ev7e on Jan 22, 2013 20:02:33 GMT -3
1890
Balthasar, porque era él quien estaba ahora, se levantó de la mesa y le dio el último sorbo a su copa antes de guiar a su invitado por un camino hacia el área del bar, donde claramente vio a Méderic y Julie haciendo de las suyas. En una noche normal, probablemente él hubiese estado ahi, conversando con la gente y tal vez paseandose de mesa en mesa para darle un aire más...familiar. -Lamento decirle que el lugar privado que desea, se encuentra en mi camerino y como no esperaba este momento... "Por algo lo senté en un lugar público" pensó -Me temo que vera algunas plumas y pelucas por ahi- rió cual cascabel una vez que pasó junto a sus empleados e hizo a un lado la gruesa cortina roja que revelaba su pasaje escondido- Teva-llamó- Necesitaremos más alcochol y algunas cosas para picar. Estaremos en mi camerino, ya sabes...toca la puerta antes de entrar. Y querido Alberti, creo que sé donde puedes encontrar a tu amigo- dijo mientras entraba por el corredor junto con los otros dos hombres- A estas alturas no me sorprenderia que la bailarina del demonio lo este entreteniendo un rato detras del escenario.
Angie le dedicó, junto con el revoloteo de pestañas negras, la mejor de sus sonrisas. Aquella que no se podia pagar. Dejó correr el silencio y se acercó a Charlie, sosteniendo su mirada, pegando su cuerpo al de él mientras una de sus manos, imitandolo, se deslizó por el cuello del hombre. -Y ese algo peculiar- comenzó siguièndole el juego, siempre hablandole cerca pero manteniendo el agarre (ahora en su cabello) para no perder el control de la situación-¿Te gusta? Debe gustarte para que sigas tan interesado en venir a este lugar- sonrió y le brillaron los ojos cuando una loca idea le cruzó la mente. Julie le habia dicho que se haga de rogar, pero ella sabia que Charlie no era de aquellos, sin embargo...- La verdadera pregunta y por supuesto, que le daria un giro inesperado a este acto es...¿Te llegaría a atrapar? No hablo de un secuestro- aclaró- Hablo de que si el atractivo Charlie, seria capaz de rendirse y ser atrapado por una mujer. Cyrille alzó la mirada curiosa por conocer la respuesta- Puedes verlo como la escena de tu proximo acto.
2015
-Solo hay una llave- dijo Blanc mientras presionaba el botón del intercomunicador- Y la tengo yo. O al menos eso creia hace cinco minutos, aparecerá lo se. En el depósito solemos guardar muchas cosas que pensamos no necesitaremos en algun tiempo, por eso dejé ahi lo que encontré pues no llamaría tanto la atención como si estuviese puesto delante de aquella pescera- señaló la que estaba justo detras del oficial y su acompañante- La única persona que tiene permitido entrar ahi, simplemente porque no armará un caos detro, es mi secretaria Rachel. La cual no contesta- comentó mientras volvia a presionar el botón del teléfono- Probablemente ella la haya cogido para sacar algun material de los fotógrafos, quienes deben estar afuera trabajando con las modelos y el material del próximo mes.
¿Qué es ese ruido?- se quejó Mia con los repetidos "bip" del intercomunicador- ¿Es que acaso Lavalley se suicidó para no atender el maldito teléfono?- preguntó mientras tanteaba, en medio de la oscuridad los escalones para bajar del escenario-¿Y a qué se debe esto de las luces? No puedo ver nada salvo el desquiciante chillon de los lentes de Katia, hasta un ciego podria notarlos. Toda ella era un mar de quejas, no se molestó en seguir las órdenes de Delastair de ir los cuatro a la sala de reuniones. Primero, porque apenas podia consigo misma y segundo, porque él ya tenia dos ayudantes que bien podian ayudarlo en la mierda de oscuridad que él habia creado.
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Post by Milly on Jan 24, 2013 10:22:31 GMT -3
1890
—Lo sé, ¡claro que lo sé! —resopló en medio de una carcajada amarga, dedicando solo un segundo a lamentarse por la obstinación enfermiza de Teva antes de perderse entre vasos, licores y manos apremiantes que reclamaban sus pedidos. Pero se permitió un minuto de pausa durante las explicaciones de su encantadora compañera, impedido de reprimir una risa malévola cuando las escenas clichés se convirtieron en el tema de la conversación—. Matt —adivinó sin necesidad de pensárselo demasiado—. Eres una pequeña y peligrosa alcahueta, ¿eh? Será mejor que... —guardó silencio al descubrir el aire reflexivo que repentinamente se había apoderado de la bailarina. Apenas oírla debió elevar el cejo, desconcertado—. ¿Tengo cara de necesitarlo? —Acercó a la joven un arsenal de vasos de cervezas recién preparados antes de tener que oír una respuesta. Estaba más acostumbrado a lanzar comentarios de ese tipo que a recibirlos—. De momento solo necesito que mi brillante Lala piense en menos uh la lás y más en repartir alcohol, antes que el público de mi barra comience a inquietarse. Se volteaba a preparar otra carga de licores cuando divisó la solemne procesión que Annette y sus invitados realizaban hacia los pasadizos de Molino Rojo. Cerrando la marcha, una Teva otra vez radiante atendía las instrucciones del drag queen. —De inmediato, Annette —Casi cantó las palabras, desviándose de la ruta para ingresar a la barra y tomar un par de las botellas que se almacenaban en los muebles, dejar los vasos recogidos en la mesa privada y escoger otros para el nuevo sitio de reunión, limpios y relucientes. Su mirada tropezó con el mesero y su cuasi-ayudante al acabar—. Si tienes la receta de algún elixir milagroso, este es el momento de prepararlo, Médéric. El barman parpadeó, volviendo a fijar su mirada en el grupo que desaparecía tras los cortinajes, luego a Lala, luego a Teva—. ¿Algo va mal? —Puede —Teva sonrió enigmática, sin prestar demasiada atención a la bailarina presente en la conversación, como hacía siempre que una de las estrellitas del barman estaba cerca.
2015
A la sarta de amenazas disparadas por Delastair, Katia respondió con una risa queda. —Si piensas llevarnos a reunión cada vez que la atmósfera se torne un poquito tensa —Tomó el brazo del fotógrafo con delicadeza para guiarlo hasta el destino indicado, todavía tanteando a su alrededor—, terminaremos con esta sesión para mucho después de la edición del siguiente número de la revista. No había sido difícil hacer oídos sordos a las mil y una quejas de la modelo, a pesar de haber oído el escandaloso llamado del intercomunicador. Si algo Mia sabía hacer con sobra de talento, más que hacer poses soberbias, era rezongar hasta el hartazgo. Y cuando iniciaba con la ronda de maldiciones, la única forma de frenarla era fingir que nada había escapado de esa boca de cotorra—. ¿Oyen esos bips? —comentó como si en realidad Mia jamás hubiera pronunciado palabra—. Rachel debe tener algún problema con su juguete.
Sostuvo a la intranquila secretaria por las muñecas, llevándola cuidadosamente a tomar asiento en la silla dispuesta frente a su mesa de trabajo. La sonrisa pagada de si misma había tardado un segundo en volverse la expresión del desconcierto, de la preocupación y el interés por entender algo de lo que Rachel le informaba. —¿Quién lo hizo? —Se inclinó frente a ella cuando estuvo sentada, recurriendo al tono concentrado y confidente que requerían sus entrevistas más delicadas—. ¿Cómo, Rachel? ¿Te hicieron daño? ¿Qué fue lo que te dijeron? Se sostuvo de una de las barandas del asiento, atento a cualquier información que le fuera proporcionaba. Una amenaza a la empresa era un tema serio y confirmaba la falta de discreción de Blanc. Pero lo que en realidad le importaba, independiente de lo que el jefe se traía entre manos -y que dudaba tuviera que ver con su artículo-, era que Rachel se viera injustamente involucrada.
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Post by bachi on Jan 25, 2013 19:33:22 GMT -3
1890 —No tengo ningún problema —soltó la Roca con una sonrisa. Un par de pelucas y exceso en maquillaje no eran exactamente las armas más intimidatorias que el conociera. Tampoco en eso se volverían esa misma noche. Con un asentimiento consintió que su guardaespaldas fuera en busca del extraviado antes de separarse por el corredor y seguir al dueño del cabaret. A medida avanzaban uno habría creído que el sonido desaparecía, que las risas y la música se las tragaba el diablo una vez detrás de los camerinos, pero no era así. No se gastó en hablar sabiendo que podrían tener toda la noche en ello pero sí miró el reloj del bolsillo con una mueca. Su esposa, porque evidentemente tenía, a esa hora estaría en cama de un tal "John", si lo que le contaban sus fuentes era cierto. Soltó un suspiro en honor al pobre John que en un par de días dejaría de visitar a su esposa y guardó el reloj en el bolsillo. Aquello era una especie de tire y afloje por ambas partes, entre hombre y mujer. Llevaban varias "bajas" por ambos lados y casi se había convertido en una especie de juego marital para llevar la vida diaria a algo así como una tragedia cómica. Pierra no sabía si podía decirle "diversión" pero le ayudaba a pasar el rato en su destartalado y extraño matrimonio.
Julie se rió, coqueta, y aceptó de buena gana esa tanda de cervezas que le alcanzaba. Mientras las repartía entre el bullicio eufórico de la clientela, se volvió a él. —¡Como si Lala nunca pensara en todo! —se cotoneó, sabiendo que en cierto sentido aquello era cierto, y le guiñó el ojo antes de desaparecer al otro lado donde veía jugosa propina. Al volver, mientras se limpiaba las manos en el delantal de puntillas, no notó la presencia de Teva hasta que no estuvo de nuevo sentada sobre la barra. La mujer también intercambió un par de miradas con el barman y se decidió al final a hablarle. —¿Cómo que "puede"? —Miró hacia donde habían desaparecido Balthasar y LeCounce. Se inclinó más en la barra para escrutar a la mujercita— ¿Qué quieres decir?
Ahh, la pregunta. La "santa" pregunta... Charlie desvió su mirada a un costado para darle una pitada al cigarrillo antes de volverse a responderle. A averiguar qué le respondería a esa joya de ojos verdes como esmeraldas. Con una sonrisa procuró aplacar la inquietud de la mujer y con una caricia en la mejilla, con un beso en los labios, supuso que la enredaría. Se detuvo particularmente en esos labios antes de fundirse en los ojos de nuevo. Sus siguientes palabras no tendrían atisbo de duda. —¿"Atractivo Charlie"? —Se rió— Pero qué tenemos aquí... Pareciera que Cyrille se las está jugando todas, absolutamente todas —Le tomó una mano y mantuvo la otra en su cintura para sacarla a bailar—... Angie sabe que si sigo viniendo aquí es porque me retiene algo más que su peculiaridad y que se llama "trabajo" —Le sonrió, le dio una vuelta y la atrajo hacia sí, atrapándola de espaldas—. Tú sabes bien que yo no soy actor. No hay próximo acto, no tengo necesidad de ese papel —Pegó su mejilla a la de ella y cerró los ojos. La música los acompañaba, un poquito más rápido de lo que ellos iban—. Y sin embargo... Sin embargo —Se detuvo. Le dio media vuelta para mirarla—, aquí estoy, ¿no? Actuando —La atrapó entre sus brazos— y yo soy un actor pésimo, tú lo sabes bien —mintió— ¿Necesitas algún tipo de prueba más, nasty girl?
2015 Agradeció hondamente y de todo corazón el gesto de Katia y se aferró a su brazo, aunque se sintió como un abuelo con diarrea al que hay que llevar de urgencias para dormirlo y que no importune más a la familia. —Dios mio... —soltó exhasperado y palmeó dos veces para que las luces se prendieran. Solo ahí, parpadeando con dificultad, fue capaz de ver a la modelo en dirección contraria a donde había dicho él y la fulminó, la asesino con el par de ojos antes de volverse infantil y desequilibrado como siempre— Mia, das un paso en falso en otra dirección y juro... juro por mi cámara y mi par de ojos que te puedes dar por muerta. Tu carrera al drenaje. Me encargaré personalmente de eso, será mi pasatiempo de los domingos por la noche. Me importan tres cominos y medios qué mierda esté haciendo Lavecheey con su maldito trasero, o vienes aquí o te suplanto... Ya sé —soltó de repente—. Me parece que esta semana haremos un número especial de la reviste, Casals, y fotografiaremos a todo el personal. Katie, querida —La miró y sonrió con dulzura, tocándose distraídamente el arito de la nariz— ¿te molestaría posar para un par de fotos para la portada? No tiene que ser nada antinatural, puedes enseñarme tu estudio y tus queridas pinturas. Yo encantado —ronroneó antes de besarle la frente.
Rachel tardó en captar con total atención las palabras de Moncef porque un sonido lejano le atrapó la atención y se quedó prendada de la pared que tenía enfrente. Tuvo que sacudir la cabeza para reaccionar y mirarlo. —Yo no... —Frunció el ceño— No tengo idea de quién lo hizo, era un número desconocido así que probablemente fue una llamada de un teléfono público —Su mente iba rápido— ¿Hacerme daño? No, claro que no. No pueden hacerme nada a través de un tubo y... Me dijeron —Perra. Sus puños se cerraron con fuerza y la testaruda secretaria tuvo que controlar la furia— que debíamos mantener las narices apartadas de... Un bip. Lo tenía. El sonido que escuchaba a lo lejos era un bip, su bip y Blanc la mataría. Se puso de pie inmediatamente y se separó un poco del periodista cayendo en la cuenta de su cercanía. —Fuera de esto. Ahora tengo que irme, me matarán si no atiendo. Es decir, Blanc —agregó rápidamente para no preocuparlo y se volvió a la puerta. Se detuvo antes de salir y lo miró—. El jefe está hablando con un policía, ¿crees que deba hacerle saber de esto? ¿Hacer la denuncia? —Gruñó y alzó la mirada. El bip le trinaba el cerebro y no esperó la respuesta—... Gracias. N-no te preocupes. Ya veré qué hago. Una corta sonrisa y voló escaleras abajo.
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