nitta
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Post by nitta on Oct 28, 2012 8:48:17 GMT -3
(*Baila feliz* Segunda páaaaaaaaaaaaaagina Pra que luego digan xD) 1890Daglia observó a una y observó a otra y les mostró las plumas.-Creo que podrían ir ahí...-interrumpió tranquilamente su conversación de forma maquinal. Rara vez ocurrían discusiones entre esas tres pero aun así, la joven bailarina iba en cautela. Había escuchado la pregunta que le hiciera una de las dos y se encogió de hombros para luego negar.-No. No tengo a nadie... ¿por qué debería? -y ahí afloró su inocencia. ¿Era importante tener a algún hombre entre el público que cautivara tu corazón? Ella no lo veía así. Alberti nada más frenó el coche, saltó al suelo y, sino hubiera sido por la gente que había en el frente de la puerta, se hubiera arrodillado a besar el suelo bajo de él. Tierra, Tierra firme. Que gusto estar ahí. Ni marinero ni nada, amaba demasiado su vida como para jugársela encima de esa cafetera traqueteante. Ahora debería serenarse así que respiró hondo y aguardó a que bajara La Roca para ponerse tras de él, como guardaespaldas que era. ¿Cómo había llegado ahí? Nadie lo sabía pero las malas lenguas decían que había salvado in-extremis de un grave accidente al Don y que por eso ahora este le confiaba su vida. Quien sabe. Ruso no estaba ahí para desmentir nada así como tampoco para corregir esas ideas. 2015-Pues vayamos entonces.-Sabía que el despacho de la revista estaba cerca aunque tampoco le importaba andar y París no era ni la mitad de grande que Tokio así que no le importaba. Tokio, siempre se había movido en limusinas enormes sin dejarle tiempo a perderse por las calles y eso hizo que cuando llegó a París, conoció a Mathieu y se instaló allí, se comprara aquel coche de segunda mano y luego empezara a recorrer las calles de la ciudad a pie. Quería conocerlo y ahora sabía como llegar a la mayoría de sitios tanto a pie como con coche. Ventajas de los años. Tras poner sus ojos en blanco Albert se acercó a él y empezó a trabajar con las luces mientras dejaba a las modelos discutir y a Logan ser perverso con ellas. Hizo varias pruebas de luz y, tras pensar meditativo que ocurría finalmente lo descubrió. -Logan, haz el favor de conectarme los cables bien, maldita sea.-Quejó con absoluta calma y más que una reprimienda parecía un comentario extraño en medio de la pasividad; como un grito en el desierto, algo que no encajaba. Se agachó y empezó a conectar bien los focos para luego encender de repente los focos y sonreír.-Listo. Ya tienes tus focos.-Y regresó a donde estaba su trípode para colocar luego con sumo cuidado las lentes oportunas en el objetivo.
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Post by Milly on Oct 30, 2012 23:18:26 GMT -3
1890
—Si yo soy la jefa —Teva detuvo la mano del mesero antes de darle una última palmadita sobre su cabeza— tendría que ser la que te felicite —levantó con sus propias manos la que tenía apresada, utilizándola como eje para dar una vuelta delicada sobre sí misma antes de apartarse. Por enésima vez estiró los pliegues de sus ropas de trabajo, decidiendo que ya estaba completamente preparada para recibir a los invitados de Balthasar y lograr que se sintiera orgulloso de su desempeño. Cuando alzó la mirada para anunciar su pensamiento a Matt, lo descubrió escudriñando los alrededores. No le costó demasiado trabajo adivinar lo que estaba pasando por su cabeza, después de todo llevaban bastante tiempo de conocerse—. Annette tampoco se ve por ninguna parte —Apretó el brazo de su compañero con emoción antes de retroceder e instalarse como una estatua junto a la ostentosa mesa. Dedicó a Matt una última sonrisa—. Van a entrar en cualquier momento... mejor que vayas a tu puesto, mozo.
2015
No hubo un solo surco de su rostro que cediera frente al comentario de Mia. Movió el pincel sobre la piel en precisas formas circulares a medida que hacía del rostro de la modelo una representación sobrehumana digna de la envidia del mundo. Los sonidos a su alrededor ya se habían convertido en rumores difusos mientras se dedicaba a establecer los contornos sutiles de los labios con un pincel más delgado... hasta que un flash repentino la cegó por dos segundos. Los ojos pardo no se apartaron de su trabajo, sin embargo sus delgadas cejas se fruncieron hasta quedar casi unidas entre sí. —Primer aviso, Delastari —amenazó con voz impasible. El pincel trabajaba con toda celeridad sobre el rostro de Mia, sin un momento de descanso—. Me desconcentras —el siguiente flash la hizo parpadear—. Una foto más... y al que mate será otro. La mano libre buscó a tientas las pestañas postizas a sus espaldas. Si conseguía ponerlas antes de una nueva interrupción... podría expulsar el aire retenido.
Ocultó su decepción cuando tomó asiento en el sillón indicado. Había esperado que el hombre le siguiera el hilo, sin embargo no iba a ser difícil volver a encaminarlo hasta el punto en que pretendía instalarlo. —Más bien, vengo a abrirle los ojos, jefe —repuso sin alterar su sonrisa jovial—. Es cierto que las noticias pasan al olvido... pero también pueden hacerlo los medios que la publican, si no saben hacer bien sus jugadas. Dejando una marca, haciendo la diferencia... 'desplastificando' sin que pierda su esencia. Volvió a guardar silencio, a la espera de que esta vez Benjamin picara el anzuelo. Si no había interés... la propuesta no tendría sentido. Para dilatar el momento consultó su reloj. Dos minutos, era todo lo que le quedaba.
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Post by ev7e on Oct 31, 2012 1:41:43 GMT -3
1890 - No es que sea necesario- dijo Cyrille impacientándose un poco ante la salida de varias de las bailarinas, ella tambien quería un trago con urgencia- Pero si tuvieras aunque sea a uno en tus manos, sería un cliente fijo en el local y nos ahorrariamos las caras largas de Annette. Mirame a mi con Charlie- y volvía lo mismo para disgusto de Julie y para aburrimiento de Daglia- Cuando él viene, solo tengo que enfocarme en complacerlo y sé que al final de la noche me iré con él. No tengo que pensar en otras manos, otros comentarios vulgares de borrachos nisiquiera me fijo en quien entra o sal de aqui y...¿A qué hora iremos a importunar a Médéric?-soltó de pronto cuando la última bailarina abrió la puerta y huyó por el pasadizo.
Asintió con la cabeza y dejó a Teva dándole las últimas miradas a la mesa especial. Avanzó sin dificultad entre las sillas que empezaban a desordenarse y con un cuidado ejemplar lleno una bendeja con copas y jarras vacias que algunos clientes iban dejando. Escuchó comentarios referidos a las bailarinas y sobre quienes eran esas personas que entraban al local. Era obvio que resaltaban, se veian distinguidos a comparación de la gentuza normal del Molino Rojo. Matt frunció el ceño y no respondió a la última pregunta.
Annette soltó una risa aguda cuando Pierre LeCounce le saludó. -Siempre tan galante- ronroneó abanicándose el rostro con la mano libre para luego levantar los ojos almendrados a los dos hombre tras él. -Un gusto verte de nuevo por aqui, Charlie- saludó con un brillito juguetón y luego examinó de pies a cabeza al nuevo- Rushmanok- repitió- Un gusto conocerte, querido, desde ya te digo que el Molino Rojo siempre tendra las puertas abiertas y a las mejores chicas a disposicion de ustedes. Espero que no sea la última vez que te vea por aqui..pero ¡pasen! No se queden ahi afuera- ella entró primero, ahora era una dama y las damas siempre entraban a un lugar escoltadas por finos caballeros- Eres un pillo- rió al captar la insinuación de LeCounce- pasen, pasen...Teva les ha preparado una mesa especial para ustedes y Médéric los hará delirar con un nuevo trago- contó mientras los guiaba a su lugar donde la joven mesera permanecía impecable.
2015 Si bien no podía verlo, el sonido de la cámara y la voz de Katia lo delataron. Mia abrió uno de los ojos justo cuando un segundo flash impactaba sobre sus figuras, no pudo evitarlo. Era una modelo y toda buena modelo sabe cómo lucir bien ante una sesión improvisada de fotos. No lo importó mucho la cara de odio de la maquillista, ni que estuviera casi imposibilitada de moverse a riesgo de terminar como paleta de pintor. Dejó caer la rizada melena roja y lanzó un pronunciado beso a la cámara y al fotógrafo. Oh si, ya estaba lo suficientemente drogada para no importarle si Katia le metía las pestañas postizas bajo el párpado.
-Me la pasaría todo el día leyendo novelas y llamando a Taiwán para conversar con quien me conteste...igual no entendería nada de lo que dirian- comentó Frank mirando el reloj y tomando el tiempo que tardaba Moncef dentro del despacho- No lo se...tal vez Blanc podría cederme la primicia a mi, o nuestro Perier se nos adelantó y le descubrió el pastel. Tal vez por eso esta ahi dentro- dijo señalando con el pulgar el camino a las oficinas subterráneas.
Bejamin Blanc mantuvo la vista clavada en el titular del periódico, asintiendo a las palabras de Moncef y casi rogando que soltara de una vez lo que queria de él. El oficial no debia tardar, en realidad aun era temprano pero él era algo paranoico respecto a la puntualidad. De pronto alzó lentamente la cabeza, con ese brillo de interés que él sabía, el hombre sentado al frente esperaba. -Vaya cabecita que tienes- musitó curvando los labios en una sonrisa orgullosa- Supongo que tienes razón, si los medios no cuentan con los recursos para atraer un mayor público, no innovan y nos muestran las mismas caras y noticias que vemos en periódicos como este, en la televisión e insluso en la red...No tendria sentido comprar el impreso...-alzó una ceja cayendo en cuenta sobre la trampa a donde Monced lo habia llevado cual ratón- ¿Qué insinuas?- preguntó inocente.
[[Pido perdón por las faltas ortográficas, por mi estupides y mi falta de hilacion... mi excusa es que tengo sueño <3 y NO, que ni se les cruce por la cabeza que editare *risa loca*]]
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nitta
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Post by nitta on Nov 1, 2012 19:05:21 GMT -3
1890
Daglia observó como se escabullía la última bailarina y empezó a ponerse nerviosa. Miraba por el espejo ahora una, ahora la otra todavía sosteniendo con la mano el par de plumas que quería que le pusieran en la cabeza. Pensó en regañarlas de nuevo pero ya no había caso. No tenía ganas. Solo tenía ganas que terminaran y salir. Salir a bailar y evadirse antes que los recuerdos de su vida volvieran a ella. Para ella el baile era una via de escape a su asfixiante pasado que no dejaba de torturarla por las noches. Y por eso siempre arrastraba ojeras pero las escondía con su maquillaje. -A este lado -lo señaló- con las dos plumas- enunció medio ordenando a ver si así se decidían de una buena vez.
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Post by bachi on Nov 3, 2012 13:31:59 GMT -3
((xDDDDDD No edites, te perdonamos <3 SÉ FELIZZ))
1890 Julie bufó y tomó las plumas que Daglia les ofrecía de sopetón. Su frustración iba dirigida a Cyrille. —Tú y tu Charlie —afinó la voz y sacó la lengua para pronunciar el nombre con sorna— ya me tienen enferma. ¿Así te parece bien, Da? —Se volvió casi con ternura a la otra bailarina, a quien con un movimiento rápido de manos, le había arreglado el peinado casi profesionalmente. Pero no le dio tiempo a que le respondiera, con cuidado la tomó por los hombros, la giró y la empujó hacia Cyrille, abrió la puerta, y colocó la cabeza entre los hombros de las dos bailarinas. Sonreía—. Ahora y ya mismo vayamos con Sir Médéric, antes de que Cyrille decida contarnos un cuentito de hadas sobre el noble Charlie y su batalla con el dragón. Las guió afuera, cerró la puerta detrás de ella y se unió a las otras dos con pasos rápidos.
Pierre iba al medio de la fila que Annette encabezaba, lo que Charlie aprovechó para escabullirse detrás mientras la Roca se divertía entre carcajadas y comentarios poco afortunados. —Este lugar tiene una atracción especial, ya lo sabemos Annette. Yo mismo personalmente se lo comenté a Rushmanok para introducirlo —Guiñó un ojo—. Verás, necesita un poco más de vida privada y tal vez, incluso, un poquitito de menos trabajo. Y no tengo dudas de que tu personal nos sorprenderá hoy, de hecho, eso espero —Dio unas palmaditas y, mientras avanzaban esquivando la gente bulliciosa del local, atisbó entre los lados para ver dónde se encontraba esa diminuta muchachita Teva, esperándolos para recibirlos. Si les habían preparado la mesa grande, Annette se ganaría sus respetos durante una semana y Balthasar se ganaría unos billetes extra. Mientras esos dos charlaban entre el ruido, Charlie encendió otro cigarrillo y esperó a que Rushmanok los alcanzara. —¿Y? Dime, ¿qué piensas del loco con vestido de mujer? —preguntó el hombre mientras le daba una pitada, sin dejar de mirar las espaldas de Pierre y Annette, unos pasos por delante de ellos. Si iban a trabajar juntos de ahora en adelante, Laurent quería saber si podía o no confiar en el Ruso.
2015 Entre risas, y sin despegar el objetivo de la maquillista y la modelo, Logan se arrastró por el suelo como una oruga. —Ya voy, Albert, ya vooy. No te frustres —bromeó y enchufó sin ver, intentando embocarlo en el aire, lo que sea que le habían pedido. En menos de un segundo, la salita de fotografía quedó totalmente iluminada y el fotógrafo miró al techo, como si tuviera una epifanía— ¡Y se hizo la luz, dijo el Señor Casals al primero día! Y todos sus súbditos posaron para la cámara de su enviado Delastair en la Tierra —Un flash ignoró la advertencia de Katia y capturó el beso volador de Mia en el momento justo. Con una risita diabólica, Logan se puso de pie de un salto y corrió hacia la espalda de Katia, se asomó con cuidado de no tocarla por sobre su hombro y enfocó el macro para fotografiar el ojo maquillado de Mia y en el momento justo en que estaba por sacar la foto, recordó el flash. Justo a tiempo lo sacó, con una sonrisa ancha detrás de la cámara. Fotos como esa eran las que de verdad disfrutaba.
Rachel se rió. —Coincidiríamos en parte, Frankie, lo de leer novelas es altamente recomendable —No pudo responderle lo siguiente porque tuvo que atender el teléfono. Tras unos tres minutos de insistencia, la secretaria cortó la conversación por lo sano y bufó—. Las secretarias de Nueva York están locas, eso sería algo que aprenderías siendo secretaria —Giró la silla y lo miró, y luego miró al pasillo por el cual se iba hasta la oficina de Benjamin—. Conociéndolos a ambos, Blanc llegará a un buen trato con Moncef y sí... Él seguramente ya le descubrió la primicia ¿Y tú? —Apoyó los codos sobre el escritorio, divertida— ¿Qué espera el excelente reportero para contarme de qué va todo?
La caminata fue tranquila, silenciosa excepto por algún que otro comentario que Mathieu dejó en el aire para hacer sonreír a Nana. Marcarle, por ejemplo, que a pesar de los años había palabras en francés que seguía pronunciando de forma divertida. —Algún día deberías intentar enseñarme japonés —comentó tras un par de cuadras—. ¿O es demasiado tarde ya para mí? Justo en ese momento se detuvo. Se habían pasado un negocio de más supo, y tras una disculpa a su pareja, retrocedió un par de pasos. —Llegamos —anunció con una sonrisa, de a poco recuperando la seriedad del semblante que adquiría cuando se trataba de trabajo. Abrió la puerta y se hizo a un costado para dejar pasar a su Nana primero.
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Post by ev7e on Nov 3, 2012 21:09:32 GMT -3
1890 Al salir del camerino las tres bailarinas se vieron envueltas en una masa de cortinas rojizas y una que otra mujercita disponiendo su lugar para saltar al escenario de mesas ruidosas y clientes casi borrachos. -Parece que hoy se llenó el local- dijo Angie esquivando a uno de los meseros que corria hacia el depósito- Annette estará feliz...¡OH! Querido Médéric- canturreó con voz aguda para llamar la atención del barman hacia el pasadizo escondido- No dejes que Balthasar nos descubra- le pidió obligando a las otras dos mujeres a esconderse - ¿Nos darias uno de tus inventos? Los más fuertes que tengas y que sea doble para la pequeña Daglia- guiñó un ojo con coqueteria- Anda, una pequeña travesurita para empezar la noche. Prometemos bailarte sobre la barra más tarde.
-Puedes tener por seguro que recordarán esta noche- dijo Annette con una sonrisa y apurando con un gesto, solo visible para Teva, que dispusiera todo para tomar las órdenes de sus invitados- Ya reconosco esa carita, Roca- sonrió en complicidad- En nuestra casa siempre tendras tus beneficios, ahi esta tu mesa preferida. El hombre-mujer avanzó derrochando elegancia y regalando brillos de lentejuelas y plumas hasta llegar al borde de la mesa arreglada. -Espero que sea de su agrado.
2015 No pudo evitar sentirse frustrada de ver la cámara frente a ella, por sobre el hombro de Katia y no poder moverse. Rogó con todas sus fuerzas que la mujer no le clavara las pestañas postizas en el iris o que la dejara en la misma posicion para irse a asesinar a Delastair. Otras veces ya lo habia hecho, dejarla ahi totalmente inmóvil para no arruinar el maquillaje. El problema era que el dichoso vestido empezaba a incomodarle y casi pude sentir como el encaje iba mascándole el diseño sobre la piel, cual tatuaje. "¿Podria hacerme un tatuaje?" pensó, pero al instante le dieron escalofrios del solo imaginar la aguja recorrriendo dolorosamente su piel y marcandola con una tinta imborrable. Que hipócrita.
-No te diré- soltó Frank ensanchando una sonrisa y tamborileó los dedos sobre la mesa- en todo caso dime tú ¿Cuál es tú interés? ¿Buscas arrebatarme mi puesto de periodista "estrella"? ya ya..no me mires asi, al menos intentó escribir decentemente- admitió al tiempo que escuchó la puertita abrirse y como si no fuese obvio para Rachel, se estiró un poco para ver quien entraba y encontrarse cara a cara (en realidad habia una cara femenina en medio, pero igual pudo verlo atrás) con el oficial LeCounce. Abrió sus ojos casi al máximo pero supo disimularlo con un fingido estornudo. -Vaya...parece que pescaré una gripe- murmuró sacando un pañuelo del bolsillo.
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Post by Milly on Nov 3, 2012 21:56:56 GMT -3
1890
No había despegado la mirada de la puerta de entrada hasta detectar el momento en que Annette y sus flamantes invitados ingresaban al local. Se había puesto de puntillas para verlo todo mejor, con una mirada de curiosidad a medio camino de la admiración; no sabía cuál de todos esos caballeros llamaba más su atención a pesar de no ser la primera vez que los veía poniendo un pie en Molino Rojo, al menos a la mayoría de ellos. La gran diferencia en esta ocasión es que estaría considerablemente cerca, una perspectiva mucho más alentadora que perder el tiempo contemplando los espectáculos de las bailarinas que ya comenzaban a aparecer por todas partes, <<como una plaga>>. Solo cuando el distinguido grupo estuvo a metros de la mesa preparada para ellos, Teva abandonó su posición estática para recibir a los invitados con sobra de elegancia. Su rostro era una máscara de respeto, apenas modificada por el atisbo de una sonrisa. —Buenas noches, mis señores —Inclinó apenas la cabeza, y liego tendió sus brazos para recibir todos los abrigos, sombreros y demases que los hombres quisieran entregarle para tomar asiento con mayores comodidades. En esa posición los siguió hasta el borde de la mesa, siempre servicial, como Balthasar le había enseñado hacía tanto tiempo—. ¿Con qué desean empezar los caballeros?
Con magnífico disimulo Médéric había detectado el momento justo en que Annette y sus amigos habían ingresado, y luego de aquel pequeño momento de distracción se había dedicado a lo suyo, haciendo volar botellas antes de verter los contenidos en copas y grandes vasos, empeñándose en convencer sin muchos resultados a sus clientes de probar las últimas mezclas. Se había dado por vencido... y había una sola cosa que en aquel momento podía levantar el ánimo de un probre barman como él. —Los ángeles han venido a rescatarme de este infierno de hombres con pésimo paladar —rió cuando asomó su cabeza por el pasadizo, observando las plumas que resaltaban en el peinado de Daglia. Nadie le prestaba atención a él cuando había tragos y mujeres de sobra del otro lado de la barra—. Ustedes, mujeres perversas... son mi ruina —protestó—. Tres copas que saldrán de mi paga y me dejarán otra vez en la calle —el suspiro posterior, sin embargo, daba cuenta de su inexistente fuerza de voluntad cuando se trataba de las chicas de Balthasar—. ¿Pero cómo voy a negarme a una promesa como esa? Vienen tres travesuras fuertes para mis estrellas. Cuando se volvió a la barra, nada había cambiado mucho. Así que comenzó a trabajar en sus inventos.
2015
Entre los movimientos de Mia para posar a la cámara y la exasperante proximidad con que Logan fotografiaba a la misma, sintió que las pequeñas orejas enrojecían de pura rabia. Apenas llevaba la mitad de la primera pestaña postiza cuando llegó a la conclusión de que aquello era demasiado para la perfección que exigía su prolijo trabajo habitual. Retrocedió sin importarle tropezar contra el inspirado fotógrafo, haciéndose a un lado. —Ahí la tienes —le habló a Delastair casi ladrando, arrojando todos los pinceles y brochas contra la mesa cercana sin ningún cuidado. Más tarde se arrepentiría de tratar con tanta rudeza a sus adorados materiales—. Tómale todas las fotos que quieras ahora. Luego llamas a otra maquillista para que termine con ella —dicho aquello, comenzó a recoger sus pinturas enfurecida. Una mierda le importaba si no le pagaban por hacer su trabajo. No iba a hacerlo si no respetaban su humilde espacio para hacer magia.
<<Jaque>> —Insinúo que debemos recordar al público que detrás de la revista hay personas reales —sin perder el contacto visual con Blanc, su índice voló para señalar los titulares que reposaban sobre el escritorio—. Personas iguales a ellos, personas que pueden inspirarlos y a las que pueden admirar. El nombre de Etiqueta Negra tendrá mucha más fama si sus trabajadores también lo tiene, jefe. Desde la hermosa secretaria que recibe a todas sus visitas hasta los encargados del diseño de cada número de la revista. Imagínelo —paseó su mano frente a él, como invitando a su jefe a ver en el aire la misma imagen que pasaba por la cabeza del periodista—. Lectores que no sólo se impacientan por leer las novedades que la revista ofrece, sino que además esperan con ansia conocer el artículo de tal columnista, las fotos hechas por este fotógrafo, la propuesta protagonizada por esa modelo... tiene que presentar a su equipo al mundo y convertirlo en su fuerte. Y yo puedo hacerme cargo de eso, ¿sabe? —ya no tenía sentido dilatar los rodeos. Su reloj amenazaba con un minuto restante para el fin de su cita—. Con mis crónicas, jefe. Un profesional distinto en cada edición. Incursionaremos en su trabajo, su historia, su trayectoria... todo lo que haga falta para que el mundo se identifique con cada nuevo rostro, para que lo admire y lo siga. Nuestro trabajo y nuestros trabajadores serán al mismo tiempo nuestra ventaja competitiva.
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Post by bachi on Nov 3, 2012 22:04:53 GMT -3
((SHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIT!!! *se ríe y llora al mismo tiempo* Mierda, Millyyyyy xDDDDDDD Te compadezco, ya me ha pasado ú_u ))
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Post by ev7e on Nov 3, 2012 22:09:02 GMT -3
(( oooooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh WTF LUZ D: a mi tambien me ha pasado D: TRANQUILIDAAAAD! todo va a estar bien 8' Estas perdonada :') ))
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Post by bachi on Nov 5, 2012 1:50:44 GMT -3
((Me escapo de mis obligaciones y me pongo a postear un poco o moriré deshidratada (?)~))
1890 Julie sonrió, burlona, y asomó la nariz por el pasadizo para ver ella también hacia afuera. —Ya, ya, ¿qué tanto te quejas? Si al fin y al cabo, no tendrás que pagarnos los tragos. Annette los saca de nuestra paga, querido Méd —Parloteó mientras miraba distraída hacia el local, buscando exactamente lo que encontró al cabo de unos minutos. La mujer hizo una mueca de frustración y chasqueó la lengua sin disimulo cuando vio a Annette seguida de otros tres sujetos entre los cuales reconoció casi en seguida al Gordo Pierre y su gatillo loco Charlie. Frunciendo la nariz se estiró un poco más hacia afuera para ver mejor. Ya a esas alturas, sabía que no había remedio para Angie, que de todas formas vería al maldito sujeto tarde o temprano, así que estiró el brazo y señaló directo a la mesa. —Hey, Médéric, ¿quién es el nuevo rostro que se pasea por Molino Rojo? El rubio, digo. El que tiene grabado en la frente con grandes luces de neón un muy grande: "NO MOLESTES" —Se rió.
Escuchar que la mesa preferida estaba preparada fue como un deleite para sus oídos. El viejo Pierre no era idiota: Desde ese rincón apartado el bullicio tapaba la conversación privada y al mismo tiempo el show al otro lado del negocio se apreciaba espectacular. Las luces permitían un poco de intimidad derrochadora de confianza y apagaban el color rojo de alguna que otra nariz ebria; y todo eso sin mencionar a las chicas, claro. Desde allí aparecían estratégicamente las mejores siluetas que se paseaban entre los clientes del club, mendigando billetes y atención descarada. En definitiva, un paraíso. Cuando Teva le dio la bienvenida, el hombretón no se hizo esperar. Inundó a la jovencita debajo de una pila de abrigo tras saludarla con un beso en cada mejilla (la conocía desde hace bastante como a la gente de todo ese local, por más que no se supiera todos los nombres, y Pierre no era una persona que escatimaba en demostrar confianza) y se acercó a Annette para correrle la silla y aguardar a que la dama ocupara su lugar. La caballerosidad no debía perderse. En ningún momento se preocupó por comprobar si los otros dos lo seguían. —¡Que me aspen si no pido un champagne! Y un buen tinto, moza —Miró a Annette en seguida y ensanchó una sonrisa— ¿Tienes una botella reservada para mí? Ya sabes, me llegan los rumores: Una buena cosecha del 1789... Tal vez algo de maní y queso, por qué no. Ahh, y que ese zángano del barman le prepare dos de sus famosos tragos a mis muchachos. Tenemos una noche larga por delante.
2015 Pero Logan solo respondió con otro par de risitas endiabladas. —Ya vooy, Katia, ¡ya voy! —Se defendió sin alejar la cámara de Mia— No quieres que sea un Cupido cruel, ¿cierto? No me hagas romper el amorío entre esta chica y mi cámara tan pronto... O acaso será que... El fotógrafo no se hizo esperar. Mientras sacaba la última foto su rostro se volvió lentamente a la frustrada maquillista con una sonrisa de pura maldad, una maldad divertida (para él). Se acercó por detrás a la mujer tarareando una estúpida canción y simulando que bailaba ballet alrededor de Katia con la cámara todavía entre los dedos. Le quitó de un golpecito las pinturas que tenía entre las manos y la sacó a bailar también. —¿No te molesta arruinar mi felicidad? Esas fotos espontáneas me vuelven loco y ahora tendré que sumergirme de nuevo —Le dio una vueltita— en la monotonía aburrida del modelaje, bestia del mal. Ay, ay, ay —Se detuvo bruscamente, hincó una pierna en el suelo y le besó la mano—. Nada de otras maquillistas: Necesitamos a Katia. Ahora ve y termina con lo tuyo que yo me vuelvo a mi horrible callejón junto al amargado de Casals a contagiarnos la amargura. Las necesitamos a ustedes, bellezas divinas, para iluminarlos el día —Sonrió, dulce como un ángel, y se puso de pie y... La magia desapareció tan repentinamente como había sobrevivido. La expresión ojerosa y frustrada de Logan cambió de manera tan abrupta que podrían haber estallado los foquitos incandescentes—. Ahora trabajen. Que mientras más rápido me deshaga de ustedes, más rápido podré volver a mi casa y ahogarme en narcóticos para terminar con mi vida de mierda, brujas.
Rachel estuvo a punto, a punto de responderle a Frank... cuando la puerta se abrió. Inmediatamente volteó a ver casi al mismo tiempo que el periodista y enarcó las cejas en cuanto vio a los recién llegados. La mente práctica y detallista de la secretaria en seguida encasilló a los dos personajes en una lista de categorías mentales que tenía para las personas. El hombre le pareció apagado, algo demasiado callado y tranquilo, casi desprendía "paz" de los poros cosa que no le gustó; mientras que por otro lado la "chica" (Extrañamente le costaba definir su edad, cosa fácil para Rachel) parecía chispear. No supo si por su descendencia oriental o qué, pero Rachel sintió que, quien más adelante conocería como Nana Kurogawa, era una niña en el fondo. Recordando las palabras del jefe aludiendo a un oficial y una investigadora, Rachel reaccionó. No notó la incomodidad de Frank, pero sí su estornudo poco disimulado, que reprendió con un golpecito rápido. En seguida sonrió y se volvió a los recién llegados. —Buenos días, ¿son la cita que esperaba el señor Blanc? —preguntó directa, con el dedo ya apuntando el botón del intercomunicador. Al no ver ningún tipo de negación, marcó y llamó. "Bueno, Moncef, tuviste tu tiempo" pensó mientras esperaba al otro lado la respuesta—. Señor Benjamin, su visita acaba de llegar.
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Post by ev7e on Nov 6, 2012 21:09:42 GMT -3
1890
-¿Cuándo te hemos hecho pagar nuestros tragos?-preguntó Cyrille intentando poner la cara más inocente que podía mientras le lanzaba un beso volado al barman, pero el inicio de su arte de seducción no duró mucho. Julie había tenido que señalar impaciente al grupo de hombres que seguía a Balthasar y, aunque Angie hubiese visto y reconocido de pasada a algunos, no pudo despegar la vista de Charlie. Sus gigantes ojos verdes estaban clavados en la espalda de aquel hombre y para evitar salir corriendo tras él, tuvo que sujetarse de los codos tanto de Lala como de Daglia mientras la primera empezaba con el interrogatorio sobre el nuevo visitante del cabaret.
Matt terminó de recoger las copas y atendió un pedido más de una de las mesas cercanas. -Dime muchacho...¿A qué a venido La Roca al Molino Rojo?-preguntó el esquelético hombre y con bigote perfectamente recortado al mesero, mirando hacia la única mesa que se alzaba imponente por sobre las otras-¿Annette sigue en tratos con su gente?. -No lo sé, señor- admitió el joven lanzando una rápida mirada hacia el mismo lugar, donde Pierre LeCounce se acomodaba como en su casa y Balthasar, aunque no se notase pero él lo sabia, temblaba nervioso bajo las plumas de su vestido- Han llegado de sorprensa. -A mi no me mientas, Dubois- bajó la voz- Tú eres el hombre de confianza de este lugar. Con nosotros estarían más seguros que con LeCounce. ¿Han llegado sin avisar, dices? Entonces no ha de ser bueno, ya le he dicho a Annette que si se trata de seguridad..nosotros podemos llegar a un trato... -¿Es todo lo que van a pedir?-cortó Matt, no porque quisiera. Sino porque algunos habian empezado a tomarle atención a su pequeña conversación. Que peligroso tener a dos leones en un cabaret.
-¿Qué esperas niña?- apuró Annette con cariño a la diminuta Teva, tomando asiento cuando el cortés LeCounce se lo ofreció y antes de que la mujercita desapareciera la jaló disimuladamente hacia sí- Dile a Médéric o a Matt que las bailarinas deben salir en diez minutos, no quiero que se descoordinen- le susurró para luego voltearse a su acompañante. Apoyó los codos sobre la mesa (para sus adentros recalcó el darle una propina extra a Teva por el excelente trabajo) y su fino mentón sobre sus dedos anillados. -Cada vez que vienes se llena el local- dijo con voz de canario- Más que de costumbre- se apuró- Digamos que se llena de cierta elegancia...¿Y dices que quieres cambiar eso?-preguntó al notar la ausencia de los otros dos hombres, aprovechó entonces para interrogar más tranquilamente a la Roca. Se sentía mucho más tranquilo sin los matones rodeándolo.- Debo admitir que me sorprendió enterarme de tu visita, hace tanto tiempo que no haces una de este tipo. Digo, por lo general no te anuncias tan pomposamente... Esperabas un recibimiento de los buenos ¿Eh?
2015 Una a una las modelos listas fueron pasando frente a las cámaras del amargado Logan y Albert. Posaban como ángeles muertos algunas y otras se perdían con el fondo blanco, tan drogadas como la última modelo que aun esperaba que Katia terminase su trabajo para poder huir de Etiqueta Negra hacia algun rumbo desconocido. Unas pocas dejaban al descubierto su naturaleza egocéntrica al acaparar toda la atención y con un poco de suerte, no llevarse los insultos de los fotógrafos sobre su evidente sobrepeso y lo horrible que le quedaba la ropa en aquel momento.
Benjamin Blanc siguió cada moviento de Moncef, hipnotizado por el poder de convencimiento del periodista frente a él. Se dejó ilusionar por la propuesta hecha, casi viéndola en físico frente a sus ojos. -Me gustaría saber más de eso- dijo acomodándose en su sillón giratorio- ¿Algo como las historias detrás de los escritores? ¿Y que abarque más allá de los periodistas, sino que incluya a Rachel, los fotógrafos y todos los demás? Sería estupendo..en realidad lo será y... <<Señor Benjamin, su visita acaba de llegar>> -Los espero aqui, Rachel- contestó ahora seguro de que funcionaba bien el intercomunicador-Lo siento, Moncef- dijo parándose y acompañándolo a la puerta- Game over. PERO, me interesa mucho eso que traes entre manos, se que eres muy capaz de hacerlo. Toma a quien necesites y te dejo encargado de ese asuntito con la condición de qué me tengas informado sobre los progresos.
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Post by Milly on Nov 6, 2012 21:46:41 GMT -3
1890
Disciplinada y servicial como solo Teva podía ser, hizo acopio de fuerzas para cargar sin dificultad toda la indumentaria de vestir que le fue encomendada. La sonrisa había reaparecido dulce y radiante en su rostro luego del afectuoso saludo de Pierre, y se mantuvo en su rostro pálido sin muestras de marcharse prontamente. Un elegante perchero próximo a la mesa se convirtió en el destino del abrigo encomendado, quedando bien a la vista de ella y los presentes para asegurar que la prenda no fuera a correr ningún peligro. Mientras estiraba las mangas con cuidado atendió a las órdenes de su comensal sin perderse ningún detalle, e inclinó la diminuta cabeza con energía para asegurar que cada solicitud sería cumplida al instante. Alcanzó a oír al vuelo las observaciones de Annette y asentir antes de perderse en medio de la multitud en dirección al bar abarrotado de gente. Todavía la separaba de su destino un buen número de pasos cuando distinguió al barman, que cargaba con tres llamativas preparaciones entre sus manos y las llevaba hacia el pasadizo. —Mi trabajo es preparar y servir tragos, pequeña Odaire —repuso Médéric con alegría al buscar el hombre que Julie le señalaba, olvidándose de todos los alegatos que las mujeres hicieran sobre quién correría con los gastos de los tragos—. Y es una suerte. No me iría nada bien haciendo averiguaciones de todos quienes entran al Molino Rojo y los pasos en los que andan. Aunque algo sí tengo claro —tendió una copa a cada bailarina con disimulo a través de la cortina, señalando luego con la cabeza a las visitas que no solo llamaban la atención de Lala—. Yo soy mejor partido que cualquiera de ellos. Más humilde quizás, pero... —Méeed —canturreó Teva desde la barra cuando finalmente la alcanzó, abriéndose paso con cuidado entre los hombres que consumían alegras sus bebidas—. El señor Roca quiere dos de tus inventos para sus hombres, más vale que lo sorprendas —se dispuso a pasar de largo al barman y su barra—. Algo más —se detuvo de improviso antes de llegar a la entrada del pasadizo—. En diez minutos tienes que salir las bailarinas, te agradecería que les pases el mensaje. Pero se encontró con ellas nada más descorrer los cortinajes rojizos... y la sonrisa desapareció de su rostro, como arrebatada por una ventisca imperceptible por el resto del mundo—. Mejor dicho, ocúpate de las copas. Me las llevo cuando vuelva —sin decir más, pasó por el lado de las tres atractivas mujeres y se perdió en la oscuridad que la llevaba directo al depósito. Médéric, que se había mantenido mudo y muy pendiente de las instrucciones de la mesera, volvió el rostro a las damas con su jovial semblante. —Ya escucharon, angelitos. Diez minutos. Será mejor que acaben pronto esos brebajes y me den su opinión antes que Teva regrese y se lleve los que prepare ahora.
2015
Fue inútil intentar librarse del ridículo baile al que Logan la sometía. —¿Por qué iba a molestarme arruinar tu felicidad —gruñó notablemente afectada por el circo de las vueltas y besos en la mano— si acabas de arruinar la mía? —se apartó todo lo rápido que pudo cuando al fin el fotógrafo se lo permitió, resignada a seguir con un trabajo que por el solo hecho de verse interrumpido, Katia ya no podría considerarlo impecable. Y nada la frustraba más que tener días donde su trabajo no resultaba impecable. Después de todo, la belleza dibujada en el rostro de las modelos era su firma... no quería demostrar flaqueza. No obstante, su rostro se tornó mucho menos tenso al mismo tiempo que el de Logan asumía el peso de un cansancio crónico. Era como si cada uno hubiera sorbido los ánimos del otro. Para entonces era ella la que sonreía con un encanto que pocas veces dejaba a la vista en presencia de las modelos. —Este Delastair me gusta más —rió, acercándose nuevamente para apretar con ternura las mejillas del hombre antes de volverse a buscar sus materiales y disponerse a retomar su deber con Mia—. Muévete una vez más antes de que termine —la amenaza hacia la modelo resultaba siniestra, considerando que la dulzura en la sonrisa de Alessandri aún flotaba en sus facciones— y ten por seguro que las únicas fotos para las que podrás posar por el resto de tu vida serán de piratas.
El intercomunicador interrumpió justo a tiempo, cuando el reloj de Moncef indicaba que sus tres minutos habían expirado. Se incorporó con la distinción que le era propia, mucho más satisfecho consigo mismo de lo que su rostro diplomático dejaba entrever. Estrechó la mano de su jefe—. Tendrá el borrador del primer personaje para incluirla en el siguiente número, si el trabajo le agrada. Tengo varios puntos en la mira. Tenga un buen día, jefe. Un minuto después, su perfil respetable resurgía de la puerta que llevaba al subterráneo. Dedicó una sonrisa tanto a la secretaria y su colega reportero como a los que sospechaba serían las esperadas visitas de Benjamin.
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Post by bachi on Nov 7, 2012 2:08:10 GMT -3
1890 En seguida Julie puso los ojos en blanco y miró a Cyrille, negando lentamente con la cabeza. Si su amiga se salvó de un golpe en la cabeza, todo fue gracias a Médéric y su lamentable excusa de información. La bailarina se inclinó un poco más con una sonrisa divertida. —Ni tú te tragas aquello, Médéric. Y eso que siendo barman, debe ser difícil no tragar algo —bromeó y se rió—. Está bien —se corrigió rápidamente—, chiste malo. Horrible, lo sé, malí... La irrupción de Teva la tomó desprevenida. Digamos que en lo particular Julie Odair no tenía ningún tipo de problema con la mesera, pero que sí la mesera lo tenía con ella. Y el aire cortante se sentía en seguida en el ambiente cuando entraba esa señorita que, para ser tan pequeña, había que admitir tenía un "aura" imponente y hasta algo aplastante. Sin responder esperó a que el barman le entregara el trago y procuró tomárselo de un sorbo para desaparecer del lugar siguiendo las recomendaciones: antes que Teva volviese. —Descuida. Averiguaré por mis propios medios quién es el nuevo y vendré directo a cotillear a la barra —contestó, algo más distante pero manteniendo la amabilidad.
Pierre estaba con la vista perdida en los alrededores en cuanto la pequeña mesera desapareció (inconscientemente estuvo de acuerdo con Annete y se recordó dejarle una buena propina en la mesa), más bien saludando alegremente a toda cara conocida que se le cruzara de frente. Así, distraído, le respondió a su interlocutor. —Exacto, exacto —sonrió, bonachón. No había pasado por alto ese rápido cambio de palabras, pero decidió escavar más adelante en ello—, no hace falta que aparezca yo para que esto se llene. Es decir, míralo, Annete —Estiró los brazos y señaló los alrededores—. A decir verdad has conseguido cosas maravillosas, maravillosas con este pequeño espacio de París. Un poco de ayudita por aquí, otra sugerencia por allá y ¡voilà! Y la gente explota, la gente acude —Se rió, por lo bajo y la miró. Un ratito, dos segundos se detuvo a contemplar el curioso personaje que tenía en frente. Cuando había decidido por fin, entre otro grupo de gente, que Annette continuara en el puesto que tenía en Molino Rojo muchas malas lenguas lo señalaron indiscriminadamente. Pierre había sido rápido, sabía que aquello tomaría repercusiones pero... En el fondo no era un mal tipo y tampoco le gustaba que lo vieran como tal. Claro que muchas de esas malas lenguas dejaron de ser lenguas pegadas al cuerpo, pero los rumores feos e innecesarios cesaron. Y todos salieron ganando un poquito. Por supuesto, excepto la competencia. Haciendo gala de su autosuficiencia y confianza en sí mismo, se rió con ganas. —Por supuesto que esperaba una bienvenida, una de las grandes —Le guiñó el ojo—, ¿qué crees? Después de todo, no veo qué hay de malo en visitar de vez en cuando uno de los locales que subvenciono —Se encogió de hombros y se echó hacia atrás, acomodándose entre los almohadones. Su vista se perdió entre la gente y su semblante se endureció—. No es que yo quiera cambiarlo, Annette, lo sabes. Pero cuando las cosas no funcionan como uno espera, hay que apretar, lo entiendes, ¿cierto? Es lo que tú haces con tus empleados por ejemplo. Si uno no funciona, lo pones de aviso, lo pones a prueba durante un tiempo —Hizo una mueca despreocupada— y luego das el dictamen. No es como si fuéramos indispensables, cada cual cumple su rol durante cierto tiempo y luego baja la cabeza sabiendo que lo que hizo, lo hizo bien. Hay gente y gente, claro —Se rió—. Algunos viven para brillar, Balthasar. Otros, se quedan y se estancan. Siguiendo el ritmo de la música con un tamborileo de dedos en la mesa, esperó una brillante respuesta del otro lado. Tenía ganas de jugar a una guerra de palabras desde hacía tiempo y, tal vez, esa era una de las razones principales por las que de repente había decidido ir al Molino. Pierre lo estaba diciendo claro y conciso: Si quieres salvar tu negocio y tu pellejo, discúteme. Peléame y demuéstrame que soy un idiota... o bueno. Perece en el intento.
Charlie se quedó mirando a Rushmanok un rato. Un minuto, dos... Y poco a poco sus cejas se enarcaron. Al ver que no respondía, perdió la paciencia y bufó. —No te preocupes por el jefe, está justo ahí, delante nuestro, ¿ves? —Le señaló la mesa y dio media vuelta para mirar, expectante, el bullicio que le ponía la piel de gallina. Inhaló un poco del aire revuelto del local y se fijó en la barra. Y se le ensanchó la sonrisa. Imposible no notar esos brillantes faroles verdes al otro lado de nombre Cyrille. Charlie se hizo el idiota. Hizo que miraba a los costados, comprobando a ver si esa despampanante chica se fijaba en él o en verdad miraba a otro, y la volvió a mirar. Ahh, ya lo había comprobado, le decían sus ojos. Levantó muy lentamente una mano y la saludó, quebrando los dedos. Pero la sonrisa se le borró casi de inmediato al perder interés en la chica y posarlo en una mesa en especial. Los ojos le brillaron, ansiosos, y tuvo que contener la sonrisa cruel al reconocer el bigote al otro lado, lo pómulos hundidos y la cara de calavera. Su corazón se aceleró rápido y se abalanzó bruscamente hacia la mesa que Matt (no tenía ni idea del nombre del camarero) atendía. Sabiendo que el Ruso lo seguiría porque así la Roca se lo había indicado, robó una silla de otra mesa y, violento, se sentó en ella. Radiante, no le quitó la vista de encima al comensal. —¡Oh, no! —respondió chasqueando la lengua, sin siquiera mirar al mozo—. No, no es lo único que vamos a pedir. Una cerveza más, ¿te parece? Tres, dice que quiere tres el señor... Disculpe, ¿cómo dijo que se llamaba?
2015 Logan se frotó las mejillas, fastidiado. —Claro, ¿así se supone que quieres verme? Amargado, hundido —se fue quejándose mientras se acoplaba junto a Albert y disponía a su bella amante cámara para prostituirla, como él decía, con las malditas modelos—. A ver, niñas, si me sonríen un poco... No. No, zorra. Tanto no o me arruinarás el lente nuevo. ¿Es que nadie entiende de sutileza? Un poco de tacto pido —Flash, flash. Bla, bla—, no de TALCO BLANCO. Sí, no se crean que soy idiota. Y... necesito café. El fotógrafo dejó colgada a una de las modelos y se puso de pie. —¿Alguien más quiere una taza? ¿No? Bueno —dijo sin esperar que nadie le respondiera.
Si Mathieu Le Counce reconoció o no a Frank, lo supo disimular muy bien. No le dirigió ni una mirada en los escasos minutos que aguardaron Nana y él en la recepción, con un bonito silencio de fondo hasta que apareció un reportero, aparentemente despachado por Blanc. —Ya pueden pasar —los invitó la secretaria con una cálida sonrisa, y el oficial asintió devolviendo el gesto—. Es por... —Sí, ya sabemos. Gracias —se apresuró a agregar el hombre, para no sonar descortés. Rachel se los quedó mirando hasta que desaparecieron de su vista y se desplomó en la silla. —Bueno —enarcó las cejas—, saben dónde queda la oficina —comentó, más para sí misma que para los demás, casi decepcionada. No era como si tuviera muchas cosas que hacer últimamente que llevaba los papeles al día. Descontando ese cajón del cual no encontraba la llave, todo la tenía tranquila y relajada.
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Post by ev7e on Nov 8, 2012 1:48:01 GMT -3
1890 Cyrille no escatimó en dedicarle a Teva una mirada de superioridad cuando la miniatura de mesera pasó por su costado, asi como tampoco dudó de tomarse de un solo trago la copa que Médéric le ofreció. Ahi estaba Charlie y su satisfacción se le hizo incontenible cuando este le mandó un saludo especial para ella. Estuvo a punto de devolvérselo pero el hombre tuvo que castigarla con su indiferencia, mirando hacia otro lado y cuando la bailarina asomó la cabeza...su querido hermanito Matt estaba ahi. -Terminate eso rápido- le dijo con voz seca a Daglia mientras casi le vaciaba el licor en la garganta- Gracias, Méd... ya sabes, ten tu barra libre por si alguna se anima a subirse-le guiñó un ojo y desapareció por el mismo camino que Julie- ¡Daglia, apura!
Annette alzó lentamente una ceja mientras se acomodaba sobre la silla, con la espalda recta y el cuello sutilmente estirado. No apartó la mirada de Pierre LeCounce pues significaría que asumía lo que este le decía y no era asi. Para Balthasar, el Molino Rojo era muchísimo más que un negocio, más que un sucio cabaret. El Molino Rojo era su alma, era su propia escencia la que iluminaba como sangre las calles del Montmartre y si aquel hombre se atrevía a decir una vez más que carecía de aquel brillo, lo echaría a empujones de ahi con o sin ayuda de sus bien disciplinados meseros. -Corrígeme si me equivoco-empezó con una sutil sonrisa en los labios pintados, sabiendo que asi mostraría cierta paz que no necesariamente era lo que sentia en aquel momento- ¿Estas insinuando que mi local se esta quedando atrás? ¿Que ya no estamos funcionando como antes? Te invito a mirar a tu alrededor, a preguntarle a tu gente (si, en especial a ese Durand) las buenas noches que se pasan aqui. Balthasar jugó con sus anillos siempre atento por si alguien se acercaba de más a escuchar la conversación que recien iniciaba en esa mesa apartada. -Sabes que no me gustan los rodeos, a mi me vienes con las cosas directas y claras. Yo no soy un delincuente traicionero como esos de los que te encargas- Con la última frase bajó la voz casi en un susurro grave, dejando de lado por un momento su tilde agudo de mujer que no tardo luego en recuperar- Y tampoco planeo serlo. A diferencia de otros (porque me he enterado de buenas fuentes) yo sigo las órdenes, siempre y cuando tengan sentido. No porque un día reciba menos gente voy a cambiar toda la forma de dirigir el local y menos despedir a todo el personal. Son gente de confianza y no hablan con nadie ajeno a nuestro círculo. Cumplimos con nuestro rol y lo hacemos de manera impecable, asi que no me vengas con el cuento de que algunos brillan y otros no- ensanchó la sonrisa- ¿Acaso no se nota?-preguntó por su propia apariencia- No estamos con la última tecnología, lo admito, pero para muchos este cabaret sigue representando una apuesta segura para pasar la noche.
El mesero por poco y suelta lo que tenia entre las manos, se giró un poco para verle la cara al nuevo cliente y todo gesto de amabilidad que su rostro habria estado irradiando segundos antes, se esfumó. Si no lo agarró a golpes era porque Annette estaba mirando desde el fondo del local y porque su hermanita armaría un escándalo acusándolo de abusar de un "indefenso" hombre. Matt clavó los grandes ojos verdes en Charlie, aunque sabia que este no lo reconocia aunque estuviese solo en una habitación vacia y toda de blanco, él si que hubiese podido reconocerlo entre la multitud. -Ya vengo con su pedido, señor- acentuó lo último en dirección al hombre con quien habia empezado la conversación interrumpida. El esquelético hombre levantó sus ojos oscuros en la figura de los dos hombres que habian llegado. Sabía quienes eran, pero Sylvain no tenía del todo claro si estos lo habian reconocido. Estaba conciente de que los buenos tiempos lo habian abandonado hacia algunos meses y su apariencia no era tan saludable como la de antes. Sintió un poco de pena por si mismo, pero no por eso dejó de examinarlos. -¿Me esta hablando a mi?-preguntó con voz pausada, dejando notar sus casi cincuenta años- No se si tenga problemas de vista que me confunde con alguna otra persona. Yo he venido solo y planeo estarlo esta noche.
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nitta
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Post by nitta on Nov 8, 2012 20:44:06 GMT -3
1890
Ruso había visto como Charlie se sentaba junto a Sylvae pero él decidió tomar otro rumbo e ir junto a su Señor, Pierre LeCounce para protegerle ya que nunca se sabía. Cuando llegó se situó detrás del don serio y para nada relajado ya que no se fiaba de ese recién llegado indeseable para él a pesar que se había sentado solo en otra mesa. No sabía a qué jugaba su compañero pero él no iría a averiguarlo pues lo último que quería que La Roca sufriera algún accidente por su descuido. Olvidó a Charlie y todo lo de alrededor. Que no le engañasen. Había cambiado de apariencia pero seguía siendo el mismo pero, ¿qué hacía solo y tan?... ¿demacrado? Aquello sorprendió al guardaespaldas de LeCounce y se puso en posición defensiva. No se fiaba ni un pelo del enemigo, nunca. Era algo que había aprendido en las calles de París. Nunca te fies ni de tu sombra y así era él, todo un profesional a la hora de proteger a su señor a quien tanto debía. Ya podían estar en un lujoso local donde las señoritas se exhibían prácticamente desnudas para deleite del público asistente que él lo podía dejar de lado y actuar en consecuencia.
Daglia ingirió más de lo que en otra ocasión hubiera podido admitir de un solo trago y luego se apresuró a seguir a Cyrille. "Daglia, apura" pensó en su interior, molesta "claro, Daglia siempre es la última malditas harpías" se quejó interiormente mientras seguía a la otra hacía donde tuvieran que ir y, con eso su interior se le retorció las entrañas haciendo que sintiera mariposas al ver a Matt. Nunca sabía que le ocurría con él al verle. Pero rápidamente tuvo que apresurarse a seguir a sus dos amigas dispuesta ya a hacer el show con la mejor de sus sonrisas. Miró a Julie y a Cyrille y las abrazó fuertemente deseándoles de esa forma, suerte en el baile como siempre hacía.
2015
Nana había sido respetuosa en todo momento y, cuando Mathieu despachó de esa forma tan poco ortodoxa a la secretaria ella se detuvo y le hizo una reverencia entre agradecida por haberles querido enseñar el camino, para pedir perdón por el comportamiento de su novio y educada porque Nana era siempre así. Luego se apresuró a seguir a Mathieu por el corredor no fuera a perderse pues no lo deseaba y quería causar buena impresión. Enseguida alcanzó a su pareja y, una vez accedieron los dos juntos al despacho, hizo una reverencia al hombre de saludo. Llevaba mucho tiempo en Francia pero aun así, la costumbre es la costumbre y nunca terminaría de acostumbrarse a los quehaceres costumbriles de Francia. Luego, aguardó a que ambos hombres se dieran la mano y se saludaran.
Por su parte Albert suspiraba tras hacer cada foto, se masajeaba las sienes y solo hacía que disparar flashes a la par que soportaba los comentarios burlescos y satíricos de su compañero. Era en esos momentos en que deseaba perderse por la mismísima sabana africana ya que los animales eran mucho más agradecidos que los humanos si bien tenías que tirar la foto y a veces correr por tu vida, era mucho más gratificante que vivir haciendo aburridas fotos a modelos que se creían lo más de lo más y, en su humilde opinión solo eran un amasijo de carne y huesos mal cuidado que jugaban a ser Afrodita con modelos enfundadas en vestidos y diseños en demasia excéntricos para sus pintarajeadas caras. Claro, se cuidaría muy mucho de que se enteraran mientras disparaba ahora a una ahora a la otra, ahora de cerca ahora de lejos.
(Post de Alberti editado)
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Post by Milly on Nov 9, 2012 21:54:28 GMT -3
1890
El barman despidió de la barra a sus bailarinas preferidas con una amplia sonrisa en el rostro, apenas consciente de que ninguna había tenido una pizca de consideración para realizar alguna opinión crítica a sus preparaciones. Afortunadamente, cada vez se resignaba más a que los buenos paladares alcohólicos escasearan. Luego de ver marchar a las despampanantes estrellas de la noche en medio de promesas y recomendaciones se ocupó de trabajar en los encargos indicados por la menuda camarera. Y cuando la vio pasar nuevamente a través de las cortinas portando una gran bandeja con todo tipo de aperitivos y una botella bajo cada brazo, Médéric apenas acababa de agregar el último de los coloridos licores que daban vida a su creación. —Cualquier queja de los señores —comenzó a decir mientras la ayudaba a depositar las copas sobre la bandeja, guiñando un ojo al final—, los envías directo a mis dominios. —Claro —repuso la muchacha, evidentemente más concentrada en explorar los alrededores que en atender a las palabras del hombre. Solo al comprobar que las bailarinas habían desaparecido de la vistas con sus plumas y brillos, sonrió aliviada y con dulzura. La actitud no pasó desapercibida para el encargado de las bebidas. —Esas actitudes resentidas acabarán por secarte el corazón —su mirada de complicidad fue tan cálida como divertida cuando cargó su peso sobre la barra, de lado opuesto a Teva. Aún cuando Médéric fuese una de las adquisiciones más recientes, conocía tan bien como todos los demás la historia frustrada de la muchachita—. Sería mejor que te olvides del pasado y levantes la mirada al frente. A mí al menos me ha dado resultado. —No sé de qué hablas —repuso ella, haciéndose la desentendida con una sonrisa inocente antes de perderse nuevamente entre la gente, haciendo equilibrio con la bandeja y su contenido. Apenas un segundo se distrajo buscando sin resultado a Matt antes de alcanzar la mesa. Silenciosa y delicada como una sombra depositó las botellas de champagne y vino sobre el mantel con sus respectivas copas, seguido de contundentes raciones de queso, entremeses de salazón, maní y aceitunas. Al final depositó las copas de Méd. Tanto empeño avocó a conseguir pasar desapercibida y no importunar la conversación que estaba teniendo lugar, que a ratos incluso de olvidaba de prestar oído a las palabras que pudieran darle una pista de lo que se discutía. Mientras abría la botella de tinto y servía el aromático líquido para que LeCounce diera el visto bueno, observó con un disimulo curioso al hombre que se situaba detrás de la silla del señor. A ese no lo había visto antes, se apostaba lo que fuera. Una mirada desconfiada y gélida como aquella no era sencilla de olvidar.
2015
Ignorando con sobra de talento los reproches de Delastair, Katia volvió a sumergirse en la concentración rigurosa de su trabajo con manos deliberadamente menos amables de lo habitual en castigo al mal rato que la modelo le había hecho pasar. En un par de minutos Mia estuvo lista, de modo que la maquillista retrocedió para permitirle apreciar su rostro en el espejo y luego acudir con el resto de las modelos. No le dirigió una sola palabra. En cambio organizó por enésima vez sus materiales, tornando apenas la mirada al contemplar la repentina desaparición de Logan. Con un movimiento muy lento y grácil se fijó en Casals—. ¿Será tan difícil que se le pegue una milésima parte de tu buena educación? —la queja se confundía con un alegre tono bromista iniciado con su breve carcajada—. Luego se queja de que una quiere verlo hundido... —Se dejó caer sobre una de las sillas para maquillar con un suspiro, dispuesta a darse un momento de descanso.
Consiguió reprimir una grave risotada, mas no su mirada de evidente diversión. —Ya vendrá otro detrás con menos sentido de orientación, preciosa —la consoló, aproximándose más a la mesa cuando perdió de vista a la curiosa pareja que el jefe estaba esperando. Tomó el maletín que había abandonado junto al puesto de la secretaria antes de reunirse con Benjamin. Solo entonces cayó en la cuenta de que Frank seguía ahí. Enarcó una ceja astuta que hacía juego con la sonrisa—. ¿También ustedes trabajan en confabulaciones?
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Post by ev7e on Nov 10, 2012 1:15:17 GMT -3
2015 Miró atentamente cada detalle en su rostro hasta comprobar, contra su voluntad, que Katia hacia su trabajo de manera impecable. Aunque hubiese preferido más cuidado a la hora de delinearle los ojos pues habia sentido en más de una ocasión la presión del lápiz como si fuese un puntiagudo cuchillo que rugia por clavarse en su ojo izquierdo. Se levantó del banquito que en seguida fue ocupado por otra modelo con el móvil entre las manos, aparentemente enviando cientos de mensajes. Mia subió al escenario y se plató frente a la cámara en frente, pasó el peso de su cuerpo hacia la pierna derecha mientras llevaba sus manos a las caderas. -¿Quién se supone que tomará las fotos?-preguntó con cierta impaciencia para luego girárse a Casals- ¿Serás tú? ¿Es que Delastair ya se fue a dejar drama por todo Etiqueta Negra?
Frank levantó la vista hacia Moncef. -¿Confabulaciones?-preguntó dándole una mirada cómplice a Rachel- En realidad nos preguntábamos qué estas planeando. Debió ser algo de extrema urgencia, pediste apenas tres minutos que muy facilmente se pudo hacer una hora incluida un cena, pagada por Blanc, a la salida del trabajo- el hombre mostró una sonrisa- ¿Qué planea el reportero estrella? ¿Me quitaras el trabajo o fuiste a negociar un aumento? Si es lo segundo, dime que puedo hacer yo para conseguir uno- rió- Hay un par de cosas que me gustaria adquirir lo más pronto posible y un dinero extra no me caería mal...Y no, Rachel, no me mires asi. Ya se que me repites una y otra ves que deje comprarme corbatas- señaló la de cuadros que tenia en aquel momento- Es mi manía. Tú eres la loca de los libros y yo el de las corbatas. Déjame ser.-volvió a Perier- Entonces...¿Nos dirás o tendremos que someterte a una tortura extrema? Ve sacando los grilletes...
Benjamin abrió la puerta desde que Rachel avisó su llegada, esperó casi como un niño impaciente a que ambos aparecieran para saludar primero a la dama, de la misma forma que ella lo habia hecho. Luego, estrechó la mano del oficial y los invitó a pasar, cerrando la puerta detrás de si. -Supongo que sabrán el motivo por el que busqué esta pequeña entrevista con ustedes...¿No? Cielos...pensé que les habian iformado- comentó- Como ya deben saber, se estan reabriendo los casos que quedaron archivados. Usted debe saber a qué me refiero oficial...¿LeCounce? Cuando la policía llamó a mi secretaria, preferí guardarlo en secreto. Todo Paris conoce la historia del Molino Rojo, saben por ejemplo que era uno de los locales más visitados en sus tiempos y no faltan las malas lenguas que suponen un "suicidio" del propio jefe por la repentina crisis que pasó. Lo que me interesa, y en esto pido extrema confidencialidad, es conocer la verdadera historia de este cabaret. Quiero detalles, quiero saber que es lo que realmente sucedió....Señorita ¿Kurogawa? ¿Lo pronuncié bien? Me informaron que usted es investigadora, ¿estoy en lo correcto? Como director de Etiqueta Negra, estoy dispuesto a pagarles la suma de dinero que ustedes impongan y ofrecerles todas las facilidades para que reunan toda la información necesaria-Blanc se detuvo un momento y los miró desde su sillón, tomando rapidamente nota mental sobre cada gesto que aquellos pudiesen tomar.
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Post by bachi on Nov 11, 2012 23:49:11 GMT -3
((Me siento feliz, al fin pude responderles en todo xD)) 1890 Para cuando las otras dos la alcanzaron, Julie recibió un sorpresivo abrazo de Daglia. Todavía no se acostumbraba a esa clase de afecto tierno y repentino por parte de la joven bailarina, pero le devolvió el estrujón como si fuera una amiga de toda la vida, cosa que en realidad ya comenzaba a considerar seriamente. —Bien —comentó suspirando. Tenía la vista al frente, llamando a la concentración que en realidad no le costaba demasiado llamar, pero los nervios se la alejaban. Nunca, nunca había subido al escenario sin una pizca de ansiedad, nunca había llegado a estar lo suficientemente pasada de copas como para. Y con ese pensamiento, se volvió inmediatamente a Cyrille con una sonrisa malévola — ¡Dime, Angie! —exclamó, aprovechando que la música y el bullicio tapaban su voz— Pregunta de último momento, ¡es de vida o muerte! —Se rió mientras estiraba un poco las piernas con agilidad elástica— ¿Alguna vez te has subido al escenario lo suficientemente ebria como para caer? ¿O nuestra querida y profesional Cyrille, aún ebria, mantiene la compostura?
“Corrígeme si me equivoco” Ahh… el tono de voz, la clara expresión que podía imaginar, sin verlo todavía, en el rostro de Annette, hizo que Pierre se volviera a verlo. El siguiente discurso lo obligó a mantener los ojos clavados, el brazo sutilmente flexionado sobre la mesa y evitar, con todas sus fuerza, una especie de sonrisa mezcla de orgullo mezcla de admiración. ¿Le gustaba provocar a la gente? Nahhh. No seamos niños. Lo que a Pierre le gustaba eran los retos, y cuando él los presentaba sobre la mesa, le gustaba que fueran bien respondidos, que lo desarmaran a cuchillazos con una perfecta utilización del lenguaje. Esas eran cosas por las que uno pagaba bien, no por trajes y anillos que, en realidad, se conseguían donde fuera. Pero no pudo evitarlo. A medida el discurso de Balthasar avanzaba, pues ya había quedado fuera de toda duda que quien hablaba ahora era él, a LeCounce se le fue formando una sonrisa que tapó disimuladamente mientras picoteaba aquello que la buena de Teva acababa de dejarles sobre la mesa, enarcando cada vez más las cejas. Ni siquiera pudo fijarse en la repentina desaparición de Charlie, en la tensión detrás de él de Rushmanok… Para Pierre LeCounce la verdadera batalla se estaba librando ahí. En ese momento. Cuando Annette terminó, Pierre se limpió las manos en la servilleta de tela que tenía sobre el regazo y asintió con energía, entre risas sinceras. —Annette —soltó encogiéndose de hombros, divertido— ¡Pero Annette! Nadie —Lo interrumpió una carcajada—, nadie nunca dijo que la tecnología faltase en este lugar, querida Annette ¡Pero si estamos por entrar al siglo XX después de todo! ¡Si yo apenas tengo un coche! —carcajeó, sosteniéndose la barriga. Tomó una pausa que sació con un poco de vino y queso, y negó con la cabeza para volverse al dueño de Molino Rojo—. En ningún momento sugerí eso, mademoiselle, no me malinterprete. Este lugar es un lujo, un espléndido lujo —Sonrió satisfecho— pero a veces los negocios no funcionan, cariño. Tenemos empleados, por supuesto, pero un negocio como este, un show no funciona exactamente como hoy en día hacen las empresas. Los ajustes también tienen que ver con la gente, y los gustos cambian, Annette querida —En todo momento la miró con una sonrisa calma y comprensiva. Pero un brillo peligroso dio vuelta aquella expresión, casi imperceptiblemente—. Si no quieres que te vaya con rodeos y lo haga más crudo para ti, excelente querida, pero —Se acomodó en la silla, inclinándose hacia delante— no será más fácil para ti. Esta noche está excelente. Mañana podrá estar aún mejor, Annette. Mis muchachos podrán venir y llenarte la barra de dinero… pero aún así los números no están funcionando. No soy yo quien lo dice, Annette, ¿tengo pinta de contador? Claro que no. Tú sabes bien que no soy un contador, pero también manejo números, muchos, de todas clases… —Se quedó un momento callado para evaluar su mirada y ablandó el semblante— Esto no es por recriminar tu trabajo, Annette, ni el de tus muchachos ¡mira nada más este lugar! Pero los números, querida, los números hablan y me están diciendo que las cosas no andan… “positivamente”
Charlie notó un poco tarde que Rushmanok había desaparecido detrás de él, y cuando se volvió para mirarlo, frunció el ceño, puso los ojos en blanco y bufó. Bien, ya tenía bien en claro que era un perro faldero impecable de La Roca, le daría aquel crédito, pero ahora… El hombre se volteó de nuevo a Sylvain, sonriendo mientras se inclinaba un poco más sobre la mesa. —Por supuesto que le hablo a usted, Silvein —pronunció mal el nombre con sorna pausada y calculadora—, no le quepa ninguna duda de que podría reconocerlo a lo lejos. Tengo cierto don especial para reconocer gente que no es bienvenida —Sonrió a secas y volvió desinteresadamente la vista al escenario a metros de donde estaban—. Lo que en realidad no llego a ver con mis, ¿cómo dijo?, “problemas de vista” es qué, qué por amor a todo lo bello lo trae a usted por aquí, territorio de LeCounce.
2015 Mathieu estrechó la mano con una sonrisa fugaz una vez que entró al despacho del director de Etiqueta Negra. —Sí, sí —respondió con su calma natural—, Oficial LeCounce, pero por favor, tómese la libertad de llamarme Mathieu. Apartó la silla para que se sentara primero Nana, con cuidado de no rallarle el fino piso del despacho a su anfitrión, y luego ocupó él mismo el otro lugar junto a la mujer. El escritorio inmenso de Blanc los separaba pero las palabras les llegaban claras y directas desde donde estaba, y a cada punto nuevo que añadía, Mathieu asentía, dando por entendido el tema. —Por supuesto, sí. Estoy enterado de la reapertura de casos en París. Hoy mismo lo informaron en la prensa —Se aclaró la garganta—. No me extrañaría, Señor Blanc, que rápidamente fuese abordada su oficina por un grupo de periodistas y reporteros buscando lo mismo que usted. Dispone de mi tiempo si de algo puedo resultarle útil, por supuesto que estaré limitado por mi propio trabajo, pero puedo tomarme ciertas libertades en la oficina —Sonrió, cortés. Esperó a que su pareja respondiera antes de proceder a contarle algunos pequeños inconvenientes que tendrían con aquella investigación, mientras su mente volaba directamente a la sala de recepción, donde claramente había distinguido a Frank Delatore.
Rachel negó con la cabeza, divertida, mientras veía a los otros dos en una especie de esgrima de palabras y preguntas dignas de cualquier reportero. —De hecho —comenzó sin quitarle la vista de encima a Frank—, este de aquí está desesperado por saber detrás de qué anda el Gran Perier, y yo intentaba convencerlo de que indague sutilmente pero veo que eso para Frankie, es perder tiempo precioso que podría estar “gastando” en comprar sus ridículas corbatas. De todas formas —Se puso de pie y rodeó el escritorio para salir al encuentro de los otros dos. Les pasó por al lado y se detuvo frente a una dispensadora de café, mientras jugueteaba con una vasito descartable—, no estaría mal saber detrás de qué andas. Es decir, somos todos compañeros al fin y al cabo. Satisface nuestra curiosidad Como si estuviera respondiéndole a Mia desde otra dimensión, Logan andaba refunfuñando por todo el pasillo, alterado. La secretaria llegó a verlo antes que él a ellos y dio un paso al costado de la cafetera. Solo por si las dudas. —Hablando de sentidos de orientación —Irrumpió en la recepción claramente irritado, frotándose los ojos. Aquello era lo único que había escuchado de toda la conversación aburrida entre los dos novelistas y la chica de biblioteca, como les decía él—, ¿alguien en su puto sano juicio puede decirme dónde mierda movieron la cafetera? ¿Es que no se supone que debería estar en la cocina? Rachel le echó una miradita cómplice tanto a Moncef como a Frank, sosteniendo con ambas manos los bordes del café para no quemarse. Divertida y bruja, ella no diría ni una palabra.
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Post by ev7e on Nov 12, 2012 2:22:10 GMT -3
1890
El drag queen frunció los labios y se llevó la copa de vino tinto a la boca, tomando un sorbo de pasada que apartaba la mirada hacia el escenario, donde todo parecía estar en órden y a pocos minutos de empezar. -Los números no andan positivamente- refunfuñó por lo bajo, olvidándose de la dama que aquella noche encarnaba y apoyándose varonil contra el respaldar de la silla- Si quieres que elevemos las ganancias, de acuerdo. Lo que soy yo, no he notado ninguna diferencia en los meses pasados- MENTIRA, una gran mentira que Balthasar sabía ocultar con descaro y plantándole los grandes ojos marrones en la cara a LeCounce-Oh, espera- agudizó la voz y dejó entrever una sonrisita- Tal vez hice unos pequeños gastos en la vestimenta de las muchachas y, como debes haber notado, rellené el bar para que Médéric pueda experimentar con los clientes nuevos.
La mujer se sacudió el cabello y lo llevó hacia atrás con violencia, dejándolo caer libre como una rebelde melena de rizos rojo fuego. Hizo un suave quiebre de voz, que al no gustarle, lo corrigió por un ronroneo. -Dime- hizo caso del llamado de Julie mientras buscaba con la mirada a uno de los meseros, quien tenia la gruesa cuerda de las cortinas entre las manos, listo para abrirlas cuando le dieran la señal-Ebria, nunca. Al menos no cuando abro yo el show- le guiñó un ojo- Es diferente cuando Marie- se refirió a la otra cantante- lo hace, entonces puedo darme una escapadita. La música afuera bajó lo suficiente para escuchar a Matt. <<Bienvenidos sean al Molino Rojo. Una noche de encanto es lo que les espera hoy, nuestros más estimados clientes saben de qué hablo>> risas <<No los quiero aburrir, todos aqui sabemos a quienes quieren ver. Nuestra adorada Annette, ahi arriba, los conoce muy bien>> -¿Listas?- preguntó Cyrille con una rápida sonrisa para luego girarse y empezar a vocalizar con fuerza. El micrófono estaba del otro lado de las cortinas, pero ella muy segura de la potencia de su voz en ese espacio que producia un bonito eco, siempre prefirió empezar sola. Dándole pequeños rugidos al público antes de presentar a las bailarinas. Hizo una seña con la mano al mesero quien de a pocos empezó a abrir las pesadas cortinas rojas, por donde lentamente Cyrille avanzaba cobre el escenario, cual pantera. -I need a tough lover, yeah yeah yeah - soltó con voz aguda, tapando el micrófono con las manos para no empezar demasiado pronto- I need a, a tough lover, woo -repitió. Esperó unos segundos en silencio, mirando a las personas presentes, notó con satisfacción que muchas conversaciones se habian callado y sonrió coqueta. -When he kisses me, I get that thrill, when he does that wiggle I won't keep still- y las cortinas se abrieron de golpe, revelando a las dos fantásticas bailarinas a quienes Cyrille igualó pronto en el baile aunque concentrándose más en no olvidar la letra-I wanna a tough lover- rugió con sensualidad lanzándole miradas furtivas a Charlie cuando aparecieron como sombras felinas el resto de bailarinas, quienes rodearon las mesas, sacudiéndo sus atuendos con desfachatez, insinuantes y descaradas como solo una verdadera bailarina puede ser- The seven sisters got nothing on him I'm talking about a lover who's fast as the wind, everyone will talk about how he got me fixed . La banda tocaba tan fuerte como podía y a Cyrille le encantaba aquello, pronto el público empezó a enloquecer con las luces rojas, el movimiento de plumas y lentejuelas. Matt y el resto de meseros que apoyaban el baile de las bonitas bailarinas estaban cerca, esperando el momento indicado de alzarlas por el aire y repartirlas a cada una por un lugar diferente, dejando a las tres principales a buena vista de los presentes.
-¡Ahi!-exclamó Annette, y de no ser por los silbidos del público, la banda y la confusión de colores que se daba justo debajo de donde ellos estaban, probablemente todos hubiesen volteado a observar y escuchar la peculiar conversación-Ahi, justo ahi. ¿Ves a la de corsé con flores?-le preguntó a LeCounce señalando sutilmente a una de las bailarinas que se sacudía sobre las piernas de un hombre más que ebrio. Una bailarina que de pura casualidad bajó una mano al pantalón del hombre y entre sonrisas coquetas robó un par de billetes, para luego retirarse regalándole sensuales movimientos de cadera a quienes la mirasen- ¿Y a dónde crees que va?- volvió a preguntar Annette para señalarle ahora la barra donde Médéric servía con velocidad las órdenes que los clientes el enviaban con los meseros disponibles. La pequeña ladrona, como si estuviese amaestrada, se subió a la barra motivando a las personas a dar palmas mientras Cyrille destruía el escenario con su voz y en un momento, dejó caer los billetes detrás para que una mesera los guardase en la caja- Ahi esta tu dinero- concluyó el drag queen con una sonrisa satisfecha. Puede que te pareca bajo, pero mis pequeñas cuando ven la oportunidad saben como aprovecharla. Eso que acabas de ver, es dinero que probablemente de a parar en tus bolsillos más tarde. ¿No te gusta? Pensé que el gran LeCounce- optó por el sarcásmo, aunque sabía que entraba a un peligroso territorio- quería eso, el fin justifica los medios ¿no? ¿O a caso me impondrás, también, un modo de darte lo que deseas? Volvamos pues que esos "números" sean positivos- rellenó su copa.
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Post by Milly on Nov 14, 2012 22:54:17 GMT -3
1890
Había retrocedido para mantenerse a una distancia prudente de la mesa en caso que alguno de los presentes en la mesa dispusiera de sus servicios. Fingía observar con absoluta concentración la escena que se desarrollaba allá abajo en tanto todo se preparaba para el ingreso de las bailarinas principales, pero lo cierto era que su oído no perdía ninguna palabra que escapase de labios de Annette o de su invitado. Teva sabía menos que todos sobre números, nadie lo pondría en duda, pero no le hacía falta entender de operaciones para que el desenfado en ambas voces consiguiera inquietarla al punto de ponerla impaciente por saber lo que La Roca se traía entre manos... porque su instinto le anunciaba que la discusión estaba muy lejos de encontrar un punto de acuerdo y la amabilidad de ese hombre importante la perturbaba tanto como la apariencia de su protector. Pero la concentración se perdió cuando Matt anunciaba en el escenario el inminente inicio del plato fuerte de la noche. Entonces el buen humor se apagó como se haría con una pequeña vela, y para cuando Cyrille tenía cautivado al público en su totalidad, la pequeña mesera retorcía entre sus manos la bandeja que sostenía, ahogándose en la envidia enfermiza que la descomponía cada nueva noche de función. Aquel sentimiento no era grato, sin embargo resultaba mucho más agradable que la angustia que la poseía en sus primeros meses de trabajo. Desde lejos contempló el entusiasmo con que Médéric dejaba espacio para que una de las bailarinas convirtiera la barra en una pequeña pasarela, y lamentó no tener a Matt cerca para desahogar su rabia como solía hacer tantas veces al día. Volver el rostro de vuelta a la mesa fue difícil, pero al final lo consiguió. El vozarrón de la cantante, sin embargo, llegaba a sus oídos igual se claro, convirtiéndose en el recordatorio doloroso de uno de los innumerables motivos por los cuales ella no tenía derecho a formar parte del gremio. Simplemente no estaba a la altura.
2015
Moncef, solemne y caballeroso, se encogió de hombros como si nada. —Este reportero estrella se limita a hacer su trabajo, que es para lo que le pagan —Soltó una carcajada suave y pausada al tiempo que recargaba una mano sobre la mesa y observaba a la secretaria preparar su café—. Pero pronto acabarán enterándose —su sonrisa fue atravesada por el destello de un algo enigmático y divertido—. Entonces me darán las gracias. La escena de misticismo que de pronto había decidido interpretar se vio drásticamente interrumpida con la aparición de Logan. El reportero lo contempló tras encontrarse con la mirada de Rachel, pero lo que brotó en su rostro se pareció mucho más a la preocupación que la complicidad. —¿Estás seguro que lo que quieres es café? —a pesar de no ser la primera vez que descubría al fotógrafo con los nervios de punta, el reportero parecía contrariado—. Un tranquilizante te vendría mucho mejor.
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