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Post by bachi on Mar 12, 2013 2:10:18 GMT -3
((xDDDDD Yo estuve improvisando pasillos y despachos en todos los posts, sería una idea genialosa un mapita <3))
1890 Listo. Le habían dado el pase. —Yo no habría elegido la palabra "escurridiza" para clasificarla —Sonrió y su tono fue dulce y cortés—, sino más bien como alguien inalcanzable. Pero lo dejo a su juicio, señorita. En cuanto se abrió la puerta del despacho de Annette y las voces de los dos hombres les llegaron por el pasillo, Charlie se apresuró a desaparecer del lugar como si no quisiera importunar su charla con la mademoiselle con otros asuntos de negocios. —Si nos disculpa... Nos vemos más tarde —le informó a Ruso con unas palmaditas en el hombro y tomó la mano ofrecida de Teva entre las dos suyas con una delicadeza casi increíble en un sujeto de genio como el que al principio había demostrado, y sonrió mientras miraba al frente, conduciéndola y a la vez dejándose conducir por ella a cualquier lugar que tuviese que ir... Cualquier cosa era mejor que lidiar con la cara de Balthasar y su exceso de plumas rosas. —Dígame a dónde tengo que escoltarla —dijo animosamente mientras avanzaban a paso limpio cada vez más cerca del barullo del exterior— y si puedo estar pendiente de usted durante el transcurso de la velada sin resultar un descaro —Se rió ante el empleo de la palabra y la miró de reojo con inocente naturalidad— y correr en su auxilio en caso de extrema... No. En cualquier caso en el que necesite mi ayuda. Estaban a un paso de perderse entre los conmensales, bailarinas y meseros de Molino Rojo que revoloteaban en el cabaret al ritmo de la música, pero él se detuvo justo antes de perder la magia y la retuvo escasos segundos. Con una mano experta y cautelosa, acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja de la muchachita, absortos sus ojos en la humilde tarea hasta que terminó y, volviéndose a ella, no dijo más. Sabía que no tenía que decir más nada, simplemente la miró, impasible y sereno esperando la respuesta, embelesándose de a poco en aquella extraña que comenzaba a darle curiosidad. Deseaba medir la fuerza de su corazón y lo peor de Charlie es que sabía cómo ser un caballero y, cuando lo era, sabía cómo ser el mejor.
Julie observó la escena con una media sonrisa socarrona y entre risitas que aplacó con un par de cervezas repartidas bastante al azar. Lo que sí la bailarina no olvidaba ni por un minuto era la recaudación que, rápida y precisa como ella sola, lograba sacar de las manos viciosas en un santiamén. Dejándolos ser a aquellos dos fragmentos de un cuento dramático de Shakespeare (lo poco que conocía era drama y lo que no, nunca nadie se lo había contado), Lala caminó de tacones por la barra de un extremo a otro repartiendo los pedidos con ayuda extra del personal. Se volvió al escenario, se volvió al estrecho corredor y casi se atragantó con lo que vio. Ella había esperado ver a Daglia y a Matt salir de una vez por todas de atrás del telón (al parecer seguían ocupados) pero la pareja que tenía ante los ojos nada parecido a aquellos dos tenía... Ni Daglia era una mesera y obviamente Matt nada tenía que ver con LeCounce. Inmediatamente la mente sagaz de la mujer fue a parar a los otros dos que tenía a sus espaldas. —Dios mío —soltó anonada—... pero si de verdad estamos en cuento de Shakespeare.
2015 Rachel solo se dignó a negar con la cabeza cuando Frank la miró, preguntando y tal vez hasta incluso compartiendo el mismo pensamiento dentro de su cabeza. No, ella tampoco sabía cómo haría Mia para sobrevivir. Un bonito trasero evidentemente no sería suficiente esta vez. Logan no dijo nada. Ni expresó triunfo al verse el ganador ni hizo uso de su bien amado sarcasmo para enfrentar al resto de los presentes. Cuando atravezó el umbral al despacho de Blanc, solo ahí sí habló. —"Oh dios mío" te explicaré cómo y por qué. En cuanto al quién —El fotógrafo extendió el vestido sobre el escritorio del jefe, tomando ciertas precauciones. Al verse con las manos libres sonrió, desdichado, seco y desalmado—... de verdad, Benjamin, ¿hace falta que te diga quién? —La pregunta le salió entre dientes—. El "por qué" es idiota, y en parte bastante obvio también: Yo no puedo andar detrás de la vida de cada una de esas malagradecidas y drogadictas modelos, pero ALGO de seriedad suelo pedir. El "cómo" es innecesario. Mia solita y con sus manos podría haber decapitado este vestido tanto como tu cabeza o como la de mi propiedad... Y eso creo que acaba de responderte el "quién" aunque —Dejó caer los párpados y apoyó las dos palmas de la mano sobre el escritorio, mirando al jefe con hastío ante hechos evidentes—, vamos, Lestrade sin Holmes podría haberlo adivinado a diez años luz de diferencia. En ese momento se detuvo y chasqueó la lengua. Miraba al vestido perdido en batalla y pasó la mano por el corte del tejido varias veces, moviendo la tela sin cuidado. —Y no sé qué vamos a hacer con esto. Nos matarán. O bueno, a tí evidentemente no. Pero un fotógrafo que deja hacer esto a una modelo del diablo, sí que sale perdiendo —Se agarró el cabello y lo miró. Parecía impasible—. No soy nadie para decirte qué hacer, pero podrías mandarla a ella a devolverlo a la agencia personalmente y descontárcelo del sueldo, es lo más lógico. En cuanto a lo de despedirla... —Logan miró el vestido y sonrió— Es una modelo de lujo pero una zorra pretensiosa que no sabe de responsabilidad y trabajo, no la contratarían en otro lugar. Yo tengo una mejor idea que despedir lo necesario, si está dispuesto a escuchar. Arqueó las cejas. No tenía miedo de ser franco con Blanc, ya a esa altura del partido debía conocerlo.
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Post by Milly on Mar 13, 2013 2:53:59 GMT -3
1890
Repitió la palabra en su cabeza. Una y otra vez. Inalcanzable. Le gustaba, tal vez demasiado. Sonaba tan... poderoso. —¿Tiene usted por costumbre solicitar autorización de cada cosa que desea realizar, monsieur? —una risa suave y astuta escapó de sus labios, apenas un susurro que se perdía en la distancia a medida que continuaban su recorrido a través del estrecho pasillo, Teva cada vez más embriagada por cada nueva atención de la que se convertía en única destinataria. Tendría que ser persistente para recordarse no consumir más de lo que pudiera soportar de aquel licor de fantasía. En cuanto la realidad comenzara a distorsionarse, estaría perdida. Y esa no era una alternativa que pudiera darse el lujo de considerar. Entonces llegó el momento en que su entereza sería puesta a prueba. —Permítame que lo ilustre —Estaba perdida en la absorta mirada del caballero, pero comprobaba con alivio que luego de su cautivador detalle, su rumbo no se había visto trastocado. Acarició con inocencia el mechón que acababa de ser acomodado. La otra mano fue a posar su diminuto índice en el pecho del hombre, un tacto tan moderado que apenas podía percibirse. Ni por un instante dejó de atacarlo con la fijeza alegre de sus ojos pardos, alzando el mentón para poder apreciar su rostro—. Las presas difíciles son engañosas. Acudir a mi consejo podría ayudarlo... tanto como podría encaminarlo a un fracaso definitivo —volvió a sonreír, como el ser desposeído que sí era... y la criatura despierta que se forzaba a ser—. No se olvide que aún ignora si deseo ser atrapada. Confíe más en su instinto, menos en mis palabras. El depredador necesita un único movimiento, certero y definitivo, solo entonces gana. Su mano se había cerrado como un puño sobre la anterior zona de apoyo del índice. Apenas había reparado en ello cuando una visión no demasiado distante la arrancó de aquel montaje. Era la primera vez que observaba a una bailarina sin que la sonrisa se viera opacada. Solo le dedicó un segundo, tiempo suficiente como para dar a entender a Lala que había detectado el curso de su mirada, antes de volver a concentrarse en el hombre de LeCounce. —Le agradezco la escolta, señor. Desde aquí puedo seguir sola. Este es mi territorio, a fin de cuentas —encogió sus hombros—. Aquí estoy a salvo. Una última risa aguda y afinada... entonces se perdió por el pasadizo que llevaba a la barra.
No pudo contener una carcajada. Así que, después de todo, la joven Odaire no era la única que retrocedía pasos en los momentos decisivos. —Teva —interpuso su mano cerrada entre ambos, levantando uno de sus dedos al mismo tiempo que pronunciaba el nombre de la camarera— no tiene nada que ver en este asunto. Matt —levantó un segundo dedo— es tu problema, angelito. Deberás decidir cómo te las arreglarás con él. Y Charlie —levantó un tercer dedo, agitando la mano para enfatizar la idea— desde ahora pasará a ser mí problema, según parece. Y hasta ahora he podido arreglármelas bastante bien yo solo. Así que no tienes mucho de lo que preocuparte. Cerró su mano con deliberada lentitud, antes de pasarla por su cabello en un gesto inconsciente para desperezarse y tomar del estante nuevas botellas llenas de licor que llevaría para continuar sirviendo en la barra. —Pero... —retomó adelantándose hacia su objetivo— si quieres dejar en nada el retorcido plan de tu amiga —el retintín de su voz parecía invitarla -¿o desafiarla?- a retractarse de todo. Con un golpe seco depositó las botellas sobre la mesa, arrancando el corcho de la primera para volver a servir. La observó de reojo, expectante y divertido—, no hay problema. Créeme que voy a entenderlo.
2015
Una mano raquítica y microscópica, pero monstruosamente poderosa, se cerró sobre el hombro de Frank. —¿Se puede saber qué es lo que están planeando? —La mirada con que Alessandri interceptó a la secretaria y el reportero parecía echar chispas. Hasta entonces se había contentado desquitándose con las modelos que Casals había llamado, casi arrancándoles las pestañas al darles los últimos retoques. Pero el empujoncito de Delatore y la ausente disculpa posterior, la obligaron a prestar atención al alboroto que se respiraba por todas partes... y ver que Logan había sufrido ciertos obstáculos para finalmente lograr la audiencia con Blanc no contribuyó a mejorar su humor—. No irán a decirme que retrasaban a Delastair porque están de parte de esa... de esa... El solo hecho de recordarla la hizo enmudecer de cólera.
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Post by ev7e on Mar 14, 2013 21:04:46 GMT -3
1890
La pelirroja cruzó las piernas sobre la barra mientras se metia un puñado de maní a la boca, lejos de estar hambrienta necesitaba unos segundo para notar si era una simple caballerosidad por parte de Méderic o era un reto. Si, definitivamente era lo seguno. Lanzó una rápida mirada por donde habia desaparecido Lala para luego volverse al barman y avanzar con paso felino hasta él, descubriendo que le aventajaba unos centímetros por el tamaño de los tacones más el volumen de su cabello. -¿Quieres que me retracte?- preguntó mientras le examinaba los ojos acercándose peligrosamente a su rostro- No pasara...esto sera tan divertido- juntó sus labios con los de él en un fugaz beso para luego retroceder con una sonrisa traviesa- que empiece el juego.
Subió las escaleras despidiendo asi a LeCounce y antes de que se decidiera salir a tomarse un par de tragos, Annette vio a Matt saliendo del vestuario de las bailarinas. -¿Y tú que hacias metido ahi?-le preguntó con los brazos en jarras- No me digas que ya estas detras de otra chica. -Yo...-Matt giró asustado por la voz del drag queen, pero sonrio tranquilizándose con la última frase- no, no...traje a Daglia para que descanse. Si quieres puedo ir a buscar a tu amigo el doctor, de verdad que el tobillo esta hinchado. Annette curvó los labios con malicia. -Si claro, hace una hora que sucedió aquello ¿Y recien la traes?-preguntó- Si entro ahi ¿la encontrare con la ropa puesta? -¡Annette! -De acuerdo, no dije nada. Primero, necesito que tu hermanita venga a mi oficina y despues, te vas a buscar al médico para que vea como esta el tobillo de la niña.
2015
Benjamin escuchó absorto todo lo que soltaba Delastair, apenas escuchó el quién pudo imaginarse el terrible escenario mental de Mia mientras hacia trizas aquel vestido. No estaba muy convencido de las razones, pero se daba una idea que, una vez todos detras de la puerta visitaran su oficina, tendría que confirmar con la propia modelo en una seria conversación. -Primero- levantó un dedo- deja de llamar zorras a todas las modelos, tal vez por eso resulta que terminan destrozando vestidos caros de diseñador y segundo- soltó un suspiro- no prometo hacerle caso a tu sugerencia, pero podria darme una idea de lo que pienso hacerle a la muchachita del demonio esa. Habla ya, satán.
Palideció bajo el agarre esquelético de Katia. -Tienes las manos frias- se quejó intentando soltarse con delicadeza pero logrando solo un extraño temblor como perro mojado- no, no. No estamos del lado de nadie, somos neutrales...-se apresuró a decir- aaaaaaunque- ahi iba- Rachel le prometió llevarle su ropa al recibidor porque esta usando mi casaca y, aunque le queda mejor que a mi, no podra tenerla para siempre. Pero tú tranquila, lo único que podriamos planear es una forma de que Logan no nos mate a todos- se estremeció- exactamente...¿Que paso?
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Post by bachi on Mar 15, 2013 0:11:59 GMT -3
1890 A medida las recomendaciones de Teva iban aflorando, la sonrisa de Charlie se ensanchaba. Llegó un momento en que su diversión claramente se mezcló con la de aquella mesera de mente despierta, y dejó que una risita cómplice se le escapara entre los dientes. Un poco del verdadero Laurent que era, salió a la luz en aquella mueca seductora. Y habría respondido, pero vio que la atención de la mujercita se desviaba en otra cuestión y la despedida que luego siguió fue rápida, corta y elegante. Decidió dejarlo así, parecía que al conservar el derecho de la última palabra Teva se desenvolvía con mayor naturalidad. Y aquello le gustaba. Durand suspiró y apoyó medio cuerpo en la pared mientras preparaba otro cigarrillo, siguiendo con los ojos el zigzagueante sendero que la mesera recorría entre las mesas y la multitud. —Estoy confiando en mis instintos… Se sonrió a sí mismo y aguardó los fuertes pasos del jefe que retumbaban justo detrás de él, seguramente escoltado por Alberti. —¿Y bien? Pierre preguntaba. Charlie sabía qué preguntaba así que encogió de hombros y chasqueó la lengua. —Nada —Para irritar un poco el ambiente, absorbió con ansiedad humo del cigarrillo y suspiró—. Tengo todo el terreno jodido —Miraba directo a la barra, donde no distinguía bien al personal. Pierre se rió y le dio unas fuertes palmaditas en el hombro. —Mañana temprano a la mañana te quiero con el resto de los muchachos. Alberti me acompañará a la reunión con Annette y el viejo Jeremy… —¿En serio está considerándolo, jef…? —Cierra el pico, Charlie. Sí, lo estoy considerando. Y Annette la va a pasar mal si mis consideraciones no resultan fructíferas —Casualmente eso es lo que yo espero. Como si no lo hubiera escuchado, LeCounce prosiguió. —… Por eso sé que lo va a hacer bien, no me preocupa —Se volvió a mirar a su empleado y carraspeó—. No te cae bien, no? El viejo sonreía. No hacía falta que él lo viera para saberlo. —No —Charlie fue tajante y se separó de la pared—. No sé cómo confía usted en un tipo que se viste de mujerzuela. Pero allá sus creencias —Pierre lanzó una carcajada—. Yo tengo las mías.
Lala intercambió fuego de ojos con la pequeña mesera en el momento justo y preciso en el que su cerebro analizaba la situación. Y lo que sacó como conclusión no le gustaba. Mientras giraba en la barra directo a sus dos amigos y saltaba al suelo, el cerebro de Odair recopilaba centímetros de distancia entre Charlie y Teva, sonrisas, parpadeos… Diablos. —Exacto, exacto —La bailarina atajó a la feliz pareja justo a tiempo y tomó por los hombros a Cyrille— “que empiece el juego” ¿Tú no tienes ningún otro show para presentar? ¿Nada? ¿Estás segura? No importa, vamos a ver por ahí, a buscar a Matt y ver a Daglia. La pobre debe sentirse fatal —Tenía que sacar de allí a Angie enseguida sino quería un volcán en erupción. Miró a Médéric—. Te la devuelvo al cierre —sonrió apresurada.
2015 Logan bufó. —Sí, jefazo… ¿Sabes, Blanc? Últimamente estoy considerando que eres muy aburrido, pero no importa. En cuanto a lo de “zorras”, yo no tengo la culpa. Mi cerebro es práctico, cataloga según carácter, gustos y nivel de materialismo y te puedo asegurar que todas entran perfectas en la categoría —Sonrió. Al cabo de unos segundos estaba paseándose por el despacho, con los brazos cruzados detrás de la espalda—. Bueno, si algo me tranquiliza es saber que SÍ piensas tomar represalias contra Mia. Bien, punto a favor. Lo que yo ofrezco es simple: Danos un número de la revista a los detrás de bambalinas —Se volvió para mirarlo y giró sobre los talones con gracia. Hablaba en serio— ¿Por qué no? Sería una manera de festejar los años de Etiqueta, sería una forma de agasajar a tooodos los pobres diablos que trabajamos detrás de escena y sería un lindo detalle. Y el ego de Mia tendría bastante con eso. Tú la conoces. Me parece justo —Se encogió de hombros. Probablemente a causa de la cafeína, el fotógrafo en un santiamén ya estaba sentado en un silloncito y jugaba con un adorno de Blanc, compenetrado—. Admítelo: Te sorprende que no te haya sugerido encerrarla en una celda de gorilas con lepra. ¿Ves? Yo también puedo ser aburrido cuando me lo propongo. Aburrido pero ingenioso. Y en extremo ”buen chico, George”.
A diferencia de Frank, Rachel mantuvo la compostura y sonrió algo apenada a la maquillista. —Tranquila: Delastair al parecer tiene un dios aparte para hacerse valer. Pasó primero —Y lanzó una mirada inquisidora al reportero—. En cuanto a lo de su ropa, es cierto. Demándenme. Pero no puedo comprometer mi recepción y mi área de trabajo por caprichos de modelos. La secretaria suspiró y se movió algo nerviosa de un lado al otro. No estaba muy segura de querer escuchar el terrible destino del vestido.
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Post by Milly on Mar 16, 2013 0:14:45 GMT -3
1890
En sus ojos marrones bailaba una astucia juguetona cuando la bailarina rompió el contacto breve entre ambos labios, reflejándose en su rostro la misma sonrisa que asomaba a las facciones de la asombrosa Cyrille. Ciertamente, ya no deseaba que se retractase. —Que empiece entonces, pero tengo que adver... ¡Lala! —Casi se llevó un sobresalto al reparar en la celeridad con que la otra bailarina bajaba de la barra y apartaba de él a Angie. ¿A qué se suponía que jugaba ahora? Intentó decir una palabra, luego otra, pero la joven Odair se adelantaba a cada una con sus atropelladas preguntas. Al final, cuando hizo su última promesa para luego marcharse ambas, no le quedó más remedio que soltar el bufido en que se habían convertido todas sus réplicas jamás pronunciadas—. Lo único que hacía falta. Un ataque de celos. Volvió a su labor cuando una menuda muchachita se acercaba a la barra, al mismo tiempo que las bailarinas se apartaban de ella. —A ver, Méd —Todavía con una sonrisa gigante en el rostro, Teva recargó su cuerpo contra la barra justo frente al barman, abriéndose paso sin demasiada dificultad entre los bebidos comensales—. Vas a decirme ahora mismo qué es lo que pasa aquí. —¿Tú aquí? Creí que a estas alturas estarías odiándome escondida en la bodega —No había evadido la pregunta adrede. Le sorprendía que la camarera retornase con un entusiasmo que rebosaba de cada poro de su piel. Le constaba que esa joven en particular no era de las que olvidaba fácil un resentimiento. —Te vi —insistió, alargando la última palabra como si se tratara de una tonada—. Con tus angelitos. ¿Qué se traen entre manos? —Dime, Teva, ¿qué te divierte de buscar conspiraciones en todas partes? —miraba a la mesera, pero sus manos seguían rellenando vasos sin perder un solo segundo—. Mi ayudante me abandonó, así que, si tienes un mínimo de consideración por este pobre hombre, me vas a dejar trabajar. —No creas que esto se va a quedar así. Lo voy a averiguar de un modo... o de otro. ¿Es que solo puedo confiar en Matt? Por cierto... ¿lo has visto? —Creo que está atendiendo a Daglia —la sonrisa maliciosa que entonces se instaló en el rostro del hombre, tentó a la chica a olvidarse de su maravilloso humor. —Traidores. ¡Son todos unos traidores! —lo fulminó con sus ojos pardos dos segundos. Pero de forma inevitable la sonrisa volvería a surgir, traviesa—. Tenía algo para ti... pero empiezo a creer que no te lo mereces. Lo pensaré mejor mientras hago una ronda. —¿Qué? ¿Cómo? ¿Es que ya terminaste con los amigos de Annette? —La respuesta nunca le llegó. Teva ya había dado media vuelta para perderse entre las mesas y acatar las peticiones de la clientela. Riendo entre dientes, se volvió al hombre que tenía más cercano en la barra—. Es lo que siempre digo. A las damas no hay que entenderlas... —... hay que follarlas! —farfulló exultante otro borracho que estaba prestando oído a la conversación. Otros dos lo apoyaron. Médéric suspiró.
2015
El cambio fue instantáneo. —¿Demandarte? —la joven maquillista soltó una carcajada tan delicada y dulce, que casi se percibía el olor a caramelo. Su mano voló del hombro de Frank al de la secretaria, dándole unos golpecitos afectuosos, empalagosos—. ¡Para nada, Rachel querida! Entiendo que tengas que cumplir con tu trabajo. Pero en este momento te ves bastante sobrecargada. Y yo, casualmente, ya he acabado con el resto de los maniquís. Casals está a cargo ahora —les sonrió a ambos con un encanto de ensueño, comenzando a retroceder mientras señalaba los papeles de Rachel—. Esperas tu turno, ¿no? Tómate tu tiempo, corazón. Yo me encargaré de entregarle a... de entregarle a... yo iré por la ropa. Luego te cuento lo que ocurrió, Frank. Lo prometo. No les dio la espalda hasta que se perdió de vista en dirección a los vestuarios.
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Post by ev7e on Mar 16, 2013 19:32:12 GMT -3
((XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD// Mia: OH NO! ALGUIEN QUE LA DETENGA! POR FAVOR!! MI ROPAAA!! D:))
1890
-¿Pero qué…?-Cyrille reaccionó cuando era arrastrada por Lala entre las mesas y con cierto esfuerzo pudo liberar el agarre para seguirla a su propio paso entorpecido por el licor del barman- Querida, debí presentar al menos unas cuatro canciones más-rió y luego, subiéndose al escenario, estiró los brazos para enseñarle el caos, solo por si no era obvio, que era el cabaret- no creo que a ellos les importe mucho y dado que Annette no está aquí, no tiene que enterarse. Y tú no serás la chismosa que se lo diga ¿cierto?-preguntó ahora siendo ella quien la arrastraba tras el telón para perderse en uno de los caminos secretos que conducían al sótano- Bueno, iremos a buscar a mi hermanito y a Daglia… ¿Crees que estén en una situación comprometedora? ¡JA! Como si eso fuera posible, necesitan un empujoncito, pero desde un precipicio- se detuvo y abrió la puerta del sótano, pero cuando iba a entrar se le ocurrió girar y divisó tres sombras masculinas que se alejaban en dirección al bar- Creo que los invitados ya se van. ¿Será muy tarde para…?- iba a decir algo así como buscar a Charlie y al recordar el nuevo pacto con Méderic se obligó a morderse la lengua y bajar las escaleras hasta la primera puerta, los vestuarios. -Después de usted, madame- dijo burlona mientras hacia una exagerada reverencia a su amiga- Es en serio, entra ya que se me congelan las piernas.
2015 Benjamín ni siquiera hizo el intento de una sonrisa, como para confirmarle a Logan la suposición sobre su sentido del humor. Cuando terminó de hablar, Blanc se levantó de su lugar y avanzó con paciencia hasta su cafetera donde el líquido oscuro y humeante cayó en la taza de fina loza. -Solo para confirmar, aprovechando que la revista salió a la venta hoy y que no hay un tema confirmado para el siguiente número, por lo que las sugerencias están abiertas…Tú decides usarlo como excusa para castigar a una de las modelos, que por cierto están bajo tu responsabilidad, y decides imponer una idea. Una idea que en el caso hubiesen propuestas más interesantes, y las hay, podría tardar unos cuatro meses en ser publicada ¿Tú sed de venganza duraría tanto, Delastair?- se permitió una mueca irónica antes de caminar hasta la puerta revolviendo el café como un elixir venenoso, que notó con satisfacción captaba la atención del fotógrafo- Y no solo eso, sino que también significaría un nuevo formato para la revista, dejar de lado el orden que siempre hemos tenido y arriesgarnos peligrosamente a perder lectores ahora que estamos alcanzando la cima - continuó con el gesto serio, indescifrable y podría decirse que hasta enfadado- siento que se están confabulando en mi contra- sentenció mientras abría su oficina para dar por finalizada su charla- Pon a Bourg al final de la fila y largo de aquí- despidió estirándole la taza- ¡El que sigue!- llamó.
-No creo que sea buena idea dejarla ir por las cosas de Mia- le susurró Frank a Rachel cubriéndose la boca con la mano por si a Katia se le ocurria voltear y pensar en más conspiraciones- Deberias...tal vez- se apresuró a decir- no se, ver que no quiera tomar represalias por sus propias manos...Mia aun tiene mi casaca y no creo que pueda devolvérmela si no tiene ropa que ponerse- se pasó una mano por el cabello como si estuviera angustiado- Si no lo haces por ella, haslo por mi ¿si? pondré mi mejor cara de perro solo para ti- sonrió. "El que sigue" -Puedes hacerlo mientras yo entro- soltó antes de apurar el paso hasta llegar a la puerta de Blanc, donde éste sostenía el cafe en lo alto para que Logan se fuera con un premio consuelo.
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Post by bachi on Mar 17, 2013 20:11:05 GMT -3
((XDDDDDDDDDDD Cuando leí eso, amé a Katie~ Logan: Fuimos dos >:C))
1890 La bailarina hizo una mueca cuando su amiga le presentó el caos reinante que se desprendía por todos los alrededores del salón e incluso llegó a preguntarse cómo haría Annette para echar a todos los rufianes esa misma noche al cerrar las puertas, ya que era evidente que la estaban pasando muy, demasiado bien. —Tsk... No es cuestión de chismoseos —Le hizo burla y se rió aparentando despreocupación. Pero en el fondo Lala estaba pensando a mil por segundo cómo haría para encarar aquel delicado tema de las suposiciones con Cyrille: Una Cyrille que parecía de momento tranquila, relajada y muy segurade sí mism... Hasta que escuchó el comentario al respecto del hombre de LeCounce y AGRADECIÓ de todo corazón que decidiera cambiar de tema. Se apresuró a bajar a los vestuarios incluso aunque su primer impulso fuese huir despavorida a perderse entre la multitud, a veces le daban esos arranques de delirio por más que no fuera propio de su conducta casi siempre autocontrolada. Una vez frente al espejo, apoyó las palmas de la mano sobre el primer tocador a la vista y se miró, tras un profundo suspiro. —Por un momento creí que echabas todo a perder y caias de nuevo en los brazos del "sujeto en cuestión" —Miró a Angie con una sonrisita por el reflejo y se dio vuelta. La sonrisa se le borró rápido, pero se obligó a actuar desinteresada—. Mira, de seguro no tienes ganas en entrar en detalles sobre el pacto con Méd, pero lo único que diré es que ambos no sean estúpidos y no terminen arruinando cualquier tipo de amistad extraña que haya entre ustedes —Se miraba las uñas. Aquello le estaba costando más de lo que pensaba—. No me gustaría verlos a ninguno de los dos herido y con el corazón descuartizado por el suelo, porque hay que admitirlo honey, tú eres una especialista en eso —Se rió con complicidad—. Pero igual... lo que quería decirte era que... No vayas a echarlo a perder ahora que, ejem, definitivamente todo parace irse al carajo —Era una forma HORRIBLE de entrar en el tema. Lala se tuvo que sentar, cruzar de piernas y rezar en secreto—... Después de todo tú y Méd hacen de verdad una bonita pareja. El par de ojos azules se clavaron en el rostro de su amiga con insistencia y ansiedad, pero de su boca no salió ni una palabra más al respecto. Ahora ella tendría que poner a trabajar sus neuronas y preguntarle. Atreverse a preguntarle de qué diablos estaba Lala hablando. Con suerte, Cyrille no captaría absolutamente nada y Julie podría irse esa noche a su casa a reflexionar tranquila con la almohada, porque cabía la posiblidad, la más probable, de que todo hubiera sido imaginación suya.
2015 —Las modelos no están exclusiv... —Logan había mirado cada uno de los pasos hacia el café como un halcón hambriento—... a mi responsab... Pero Blanc no le daba tiempo a interrumpirlo o a meter algún bocadillo de comentario de por medio. No debía olvidarse después de todo con quién hablaba, y particularmente el jefe de la revista Etiqueta Negra nunca había sido conocido por su idiotez. Nunca debían confundir amabilidad con idiotez, el fotógrafo los sabía mejor que nadie. Sin embargo a medida fue hablando, a medida cada una de esas palabras entraban en sus sistema nervioso y eran procesadas junto a gestos y más gestos, músculos de la cara en acción... a medida todo aquello iba pasando con una lentitud desgarradora para Logan, su temple comenzaba a enviciarse y el brillo en sus ojos se opacó y su mueca se tornó impasible, paciente. Para cuando lo despachó, él ya estaba de pie, mirando al vestido mientras hablaba. —Para poner a Bourg al final de la fila tiene secretaria, jefe —Su par de ojos inexpresivos miraron el café y luego miraron a Blanc—. Mi sed de venganza no es sed, sino más bien un hecho —Suspiró, melodramático pero en serio y hasta enojado—. Y recuerde que para los hechos y deshechos suelo ser una persona con una paciencia terrible y venenosa. Casi, casi hasta el punto de hacerme querer fumar de nuevo. Gracias pero no gracias por ese feo café de consolación. Son los peores tipos de café en el mercado. Probablemente solo él entendería aquella sarta de incoherencias y ni siquiera él entendería algunas (él nunca había fumado) pero lo que importaba en aquel momento es que Logan dio media vuelta pensando fríamente en encerrarse en su departamento un par de meses y fotografiar cómo le crecían las uñas del pie a medida pasaba el tiempo. Parecía interesante. Puf, yupi. Se moría de las ganas. —Tu turno, Frankie querido —Le dio unas palmaditas de consuelo, recordando de repente la cita previa con el pesado de Moncef y decidió esperarlo en la recepción. Hasta que recordó a Mia y tuvo ganas de arrojarse por la ventana— ¡Ojalá tengas más suerte que yo!
Rachel fulminó a Frank con la mirada. Cuando Logan pasó destilando frío y humor negro a su lado, la secretaria gruñó por la bajó y meneó la cabeza, aceptando a regañadientes. Definitivamente ella no quería entrar a hablar con Blanc si acababa de sacar a patadas verbales a un fotógrafo de su oficina. —Eres insufrible y egoísta —le soltó mitad en burla mitad en serio— ¡Tu casaca! Suerte Frankie, aparentemente de verdad vas a necesitarla. ¡Iré por las cosas de Mia! —exclamó mientras daba media vuelta por el corredor— ¡Pero ni creas que correré o te dejaré pasar esta! ¡Mia igual no va a aceptar salir contigo a comer! —Se rió más en broma que con maldad, y huyó detrás del rastro de Katia para intentar... intentar detenerla.
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nitta
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Post by nitta on Mar 18, 2013 17:40:00 GMT -3
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Daglia miró a las mujerzuelas desde la mesa en la que estaba tumbada gracias a Matt. -No puedo andar.-A duras penas sí logró hablar, mirándolas entre sus risas y coqueterías.-¿Me escuchaís? -A veces Daglia se sentía extraña entre tanto furor exacerbado y alocado. No entendía como podían ignorar sus súplicas ni sus explicaciones aunque al mismo tiempo quería saber qué se cocía en aquel tugurio que se había convertido en su trabajo, hogar y familia.
Alberti por otra parte se había pasado toda la reunión en silencio, con los brazos cruzados frente al pecho y detrás en todo momento de su Don. En ningún momento había parecido que se moviera lo más mínimo y cuando la reunión se dio por finalizada el rostro seguía imperturbable como al inicio de la noche. ¿Sabía divertirse? Quizás no distinguía entre diversión y trabajo y era todo un pack para él.
2015
-Ya está.-Le sonrió mirándole para empezar a andar hasta la salida del lugar. Una vez fuera le miró.-No te gustó que me ofreciera para trabajar, ¿cierto? -le preguntó seria pero con esa voz dulce que era tan característica de sí misma. -Sé que te preocupas por mí pero...-empezó a andar hacía su destino pues debía entregar esos bocetos cuando antes- ... sé que puedo apañármelas sola, Mathieu-san.-Le recriminó frunciendo ligeramente el ceño.
(A la porra los posts gigantes t.t)
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Post by Milly on Mar 19, 2013 0:01:57 GMT -3
2015
Pero ya era demasiado tarde. Para cuando Rachel alcanzaba los vestuarios de las modelos, Katia salía de ellos como una exhalación, con un par de prendas cuidadosamente dobladas entre sus manos, la mirada en alto y una sonrisa de incuestionable triunfo adherida a su rostro. Cargaba telas y accesorios con un recelo excesivo, pero a simple vista todo parecía intacto. Parecía. Al tropezar con la secretaria, su sorpresa por haber sido descubierta con las manos en la masa fue completamente fingida. —¡Mon dieu! ¡Hoy estás en todas partes! ¿Ya no vas a esperar a Blanc? —una armónica risita escapó de sus labios, tan azucarada como todos los modos que hasta hacía poco hubiera adoptado—. Mejor, mejor. Así me acompañas a entregar estas cosas, querida. No me vendrá mal algo de público. Tomó por un brazo a Rachel, haciendo malabares con el otro para no llevar al suelo ninguna de las pertenencias de Mia. Tenían que llegar a sus manos... y a las de nadie más. Solo un instante después la radiante maquillista arrastraba a su acompañante escaleras arriba para ir a la caza de su objetivo. Y cuando lo encontró al finalizar el ascenso, el aspecto angelical de su sonrisa sufrió una leve perturbación cuando por sus ojos cruzó un destello de diabólica perversidad, pero fue un gesto tan fugaz que resultaba imposible asegurar si había sido real. Se soltó de Rachel cuando estuvo frente a la modelo. —Mia, mira lo que te traje —entonó con alegría al tiempo que mostraba la indumentaria a la pelirroja, acercándolas lentamente hacia ella. Cualquiera hubiera dicho que se dirigía a un niño de tres años—. Aquí siempre se hacen corrientes de aire, preciosa. Deberías ponértelas pronto... antes que te pegues un resfriado y no puedas seguir trabajando. Toma. Sin remordimientos.
Había acabado... en un tiempo récord. Lo que constituía otro motivo para justificar su bien controlada soberbia. Completamente satisfecho por su trabajo cerró su laptop con la satisfacción que le proporcionaba saber la magnífica obra que había obtenido para tratarse de un insignificante borrador. Más tarde copiaría la información para entregarla a Blanc y ver si así este consideraba su propuesta con mayor detalle. Ahora debía darse un merecido descanso antes de que Delastair decidiera aparecerse para incluirlo en el motín. Los gritos llegaban claros desde el piso inferior a su oficina y deseaba hacerse una idea de cómo se había desarrollado el desastre tras su partida. Bajó los ascensores y llegó hasta la máquina de café. Estuvo a punto de dar el primer sorbo a la caliente bebida cuando un sonido lo distrajo, el de una voz conocida, pero poseída por un timbre tan meloso... que le produjo escalofríos. Atravesó la sala de descanso en dirección al ostentoso hall, donde no tardó en ver a Mia y Rachel... junto a una nueva acompañante que se mostraba visiblemente recompuesta. Algo ahí le olía mal. Pero solo por morbo, prefirió ver antes que intervenir, reclinándose sobre la mesa roja y a buena distancia de las tres señoritas.
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Post by ev7e on Mar 21, 2013 20:30:04 GMT -3
1890 La pelirroja se acercó al espejo para acomodarse los rizos y retocar un poco el color de los labios, luego se acercó a Daglia y le acarició con cariño casi maternal los cabellos mientras Lala empezaba a hablar de alguna forma tan diferente a si misma que Cyrille no pudo evitar ignorarla y en cambio, le clavó los ojos verdes como fiera al acecho. El nerviosismo, el cambio radical del tema, la manera en que evitó despotricar contra Charlie resultaron en una luz parpadeante de alerta dentro de su cabeza. Ella no era tonta, aunque a veces se sintiera así cuando Julie la iluminaba con sus genialidades, pero algo no estaba cuadrando del todo en la poca información que le daban. Se le estaba escapando un dato importante, pero no haría suposiciones reales hasta averiguar esa pieza clave. -¿Linda pareja?- rió lanzándole varias estolas de plumas multicolores - ¿Qué te sucede hoy, Lala? Primero te inventas un admirador secreto- la miró casi con reproche- y me terminas de convencer para meter a Méderic en este juego. Pero ahora resulta que te preocupa su tierno corazón…¿O acaso quien tiene una admiradora secreta es él? Cyrille se volvió hacia Daglia y le regaló una de esas sonrisas dulces que sabía dibujar en su rostro. -Y usted señorita…¿Se puede saber de qué tanto se queja si le he prestado a mi hermano por casi una hora? A ver ese tobi…ouch-la mujer hizo una mueca de dolor- Esta bien…escondamos esto- sugirió colocando un vestido liviano sobre la pierna- igual que Julie esconde los celos que me tiene por seducir a su barman.
Matt recorrió el tramo del sótano a la barra sin necesidad de usar las gruesas cortinas rojas, aquello era solo para estrellas, enviados especiales de Annette (que por un motivo, desconocido para él, siempre era Teva la elegida) y visitantes especiales. Él no era una estrella, Annette nunca le pidió atender sus asuntos exclusivos (aunque le confiaba otra clase de tareas) y mucho menos era un visitante en aquel cabaret. Matt era un simple mesero que por alguna jugada extraña del destino conoció a Annette, quien resultó ser Balthasar y entonces dentro de su cabeza se formó tal lío que consideraba al drag queen como dos seres diferentes que despertaban cada vez que el sol salía o se ocultaba. Por otra extraña jugada del destino, llegó a Molino Rojo y con el tiempo se convirtió en la mano derecha de Balthasar (no de Annette) conociendo luego a quien sería su amiga más cercana y compañera de trabajo, Teva, quien perdía los estribos cuando una de las bailarinas se acercaba mucho a su espacio personal. También por alguna otra extraña jugada del destino tenía una hermana muy ambiciosa que no se media en nada de lo que hacía, que era bailarina y en consecuencia una rival directa de Teva, que ahora tenía problemas con la dueña del cabaret y él no quería ser quien dijese: “Debes hablar con Annette” Sorteó a un par de borrachos justo cuando uno alzaba la voz por sobre los demás y soltó tal frase que a Matt se le enrojeció la cara de vergüenza ajena. -¿Dónde está Angie?- le preguntó a Méderic mientras colocaba varias copas sobre una bandeja vacía y esperaba paciente a que el barman las llenara- Debería estar ahí arriba- señaló el escenario- y ahora Annette quiere intercambiar unas palabras con ella.
2015 Frank se revolvió incómodo en su lugar cuando Logan pasó por su costado y por un momento lo imaginó como un dragón resoplando fuego. -Las personas pueden volverse tan irritantes cuando no obtienen lo que quieren-dijo Benjamin cerrando la puerta tras el periodista- o cuando piensan que es así. Delatore se sentó en el mismo sillón que antes habría utilizado el oficial y hasta hace pocos segundos, el fotógrafo. -Bien, ¿Cuáles son tus quejas? -¿Quejas? No, no. Yo venía para traerle la llave que estaba pidiéndole a Rachel- comenzó Frank- Al final no tuve necesidad de darle el encargo, uno de los de limpieza la había tomado para sacar los útiles de aseo que le faltaban-se inclinó un poco hacia adelante, cruzando las brazos sobre la mesa- le rogaría no decírselo a Lavalley, no podría soportarlo. Blanc lo miró confundido. -¿Soportarlo? -Ya sabe lo obsesiva que puede ser con su trabajo- sonrió con inocencia- no tengo idea de por qué no estaba en su puesto cuando usted llamó, pero debió ser de urgencia. Por eso, me sentiría culpable si ella siente que no cumplió con su deber. Digo… es solo una llave, nada importante. El director de la revista se le quedó mirando perplejo ante la cara que Frank le ponía. Él no estaba al tanto de las relaciones que mantuviesen sus empleados, salvo las que escuchaba en medio de los gritos por encima de su cabeza y tal vez por eso confiaba en que las intenciones del reportero eran las mejores para su secretaria. Y si, él sabía de lo serio que tomaba ella su trabajo. -Bien, ni una palabra acerca de la llave. -Señor…¿Puedo hacerle una pregunta?
Mia pasó la última hoja de la revista con mucho cuidado de no arrugarla antes de colocarse los auriculares de animal print en los oídos. Siguió el ritmo de Love Song con el tamborileo de sus dedos sobre la rodilla derecha y deseó tener aunque sea un triángulo musical con el cual sacar las notas. Por lo general no tenía tiempos libres dentro del trabajo para sentarse a descansar. Lo suyo en realidad era muy rápido: Vestuario, maquillaje, flash y a casa. Pero aquel día las cosas no habían salido tan normalmente como siempre y por primera vez disfrutaba del cómodo sillón, las revistas y música a un volumen no muy saludable que la hacían sentirse fuera de la realidad (más que el shot de cocaína en la nariz), dándole cierta libertad de tararear la letra y, en sus partes favoritas, cantándolas. -And your twisted words, your help just hurts. You are not what I thought you were… hello, to high and dry- no tuvo dificultad alguna en el juego de voces que variaba entre rugidos, agudos y un ronroneo final hasta que de casualidad vio sombras acercándose. Se detuvo de golpe, se quitó los auriculares y esperó como una niña buena, deseando que no hayan escuchado. Pero cuando reconoció a la figura de Katia frente a ella estuvo a punto de subirle al máximo a la música y desaparecer lo más pronto de ahí…si no fuera por su ropa tan cuidadosamente doblada en sus brazos. Y si recordaba bien, había dejado los jeans en el piso, la polera en una silla junto a la ruma de zapatos y las converse (que no estaban ahí) dentro de su cartera en el casillero de otra modelo. Levantó la mirada, sabiendo que la venganza de la maquillista solo necesitaría un gesto suyo para ser consumada. Y no la dejaría tener ese placer. -Que dulce de tu parte- dijo mientras se levantaba y tomaba las ropas en sus propios brazos- Supongo que esto dice mucho de ti-agregó antes de lanzarle una rápida mirada a Rachel. De alguna forma sentìa que ella no tenia nada que ver con lo que fuera que Katia hubiera hecho-Ire a arreglarme- se despidiò mientras hacia un pequeño rodeo a las dos mujeres, mirò sorprendida al mostrador cuando enconstrò a Moncef pero aun asi no detuvo su marcha a los vestuarios.
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Post by bachi on Mar 21, 2013 22:52:12 GMT -3
((¡Y a la porra las porras! *revolea choco* )) 1890—Ow, Daglia... Julie esquivó el par de ojos llameantes de Cyrille con un rodeo magistral, aprovechando que la bailarina principal se había acercado a la otra y se sentó junto a ella para consentirla también. No sabía qué sería de Daglia cuando Annette hablara con ella al respecto, pero si todo iba como parecía, al parecer nadie había reparado en el pequeño traspié y eso era lo importante. Pero cuando una lluvia de plumas le cayó en el rostro, Julie estornudó y se esforzó en reír y mirar a su amiga. Ahí venía el verdadero reto. —Lo del admirad... —Pero tuvo que detenerse ante la inesperada acusación y las mejillas se le enrojecieron. No por el pudor ni por la certeza o no que tuvieran aquellas palabras, sino porque la conversación había girado en torno a un rumbo que ella nunca habría esperado— ¡Pero qué dices! —Juntó pluma por pluma y las sopló en el rostro de aquella bruja desalmada— ¡Celos, YO! Ouch, Daglia querida... —Había tenido que desviar la atención al ver la terrible conclusión de la caída— ¿estás segura de que te pusiste hiel...? ¡UN MOMENTO, ANGIE! —La última acusación había ido demasiado lejos, tanto que Lala se había puesto de pie con el dedo índice en alto, casi jadeando—. Entre Médéric y yo no hay nada más personal que el hecho de ser compañeros de trabajo, ¡no saques conclusiones precipitadas que casualmente de lo que quiero hablarte es otra cosa que nada tiene que v...! Tres golpecitos tímidos en la puerta la interrumpieron y, como si hubiera sido descubierta con las manos en la masa, Julie se tapó la boca. —Abre tú —le insistió a su amiga mientras ella corría a cambiarse. Como si repentinamente hubiera recordado algo... Dos palmadas fuertes y llenas de energía se descargaron en la espalda tanto del guardaespaldas como del empleado y Pierre rió por lo bajo, socarrón y aparentemente satisfecho. El hombretón se restregó las manos, ocultando un bostezo y asintió. El alboroto que reinaba alrededor parecía normal para él. —Muy bien, muy bien. Creo que ya es todo por hoy —Miró el reloj de bolsillo y asintió de nuevo, antes de volverse a Charlie— ¿Por qué no vas a buscarla, Charls? Dile que la espero en mi auto. Alberti, amigo mío, por hoy puedes descansar dado que tengo una cita. Ten, págate con estos billetes el viaje de vuelta y tíralo al muchacho por donde te diga. Recuerden que los espero a los dos, temprano en la Casa. Y Charlie... Nada de entretenimientos. —Seh. Ya se estaba alejando y escuchó eso a duras penas por entre el bullicio. Un giro y luego otro, una sonrisita divertida a un par de bailarinas y una propina de regalo, y si mal no recordaba la explicación de Angie, los vestuarios de las bailarinas deberían estar justo... Golpeó la puerta tres veces, con educación y bostezó. Casi parecía inofensivo. —Busco a la señorita Odai... Oh —Sonrió dulce. Con la guardia baja, nena—. Cyrille. Detrás una voz respondió a su llamado. —¡Voooy! —Julie pasó zumbando junto a su amiga y le susurró rápida, esquiva. Su ropa era totalmente distinta—. Más tarde te cuento. Dile a Annette que pesqué al Pez ¿Ves que yo no invento cosas? —Le guiñó el ojo, le dio un besito fugaz y se volvió al hombre de LeCounce con una sonrisa— ¿Pierre me espera en la puerta? —Ah, sí —Los ojos de Laurent se habían quedado prendados en la cabellera pelirroja—. Adelántese, mademoiselle. 2015Mathieu se cerró el cuello del abrigo y esbozó una media sonrisa perezosa. —No es eso, no es eso —desmintió, algo divertido. La clase de diversión tranquila que destilaba su voz, en contra posición con la ardiente determinación de Nana a su lado. La miró—. Sé que eres perfectamente competente para lo que te proponen, es más... Yo diría hasta incluso que eres mucho profesional para esa sencilla tarea —Se encogió de hombros—, en realidad es el ambiente lo que me preocupa —Se puso un poco más serio y continuó caminando junto a ella—. Un hombre de negocios importante como Blanc no llama a la jefatura de policía simplemente por ayuda con archivos, sino también para tener sabuesos cerca en caso de que algo... vaya mal. ¿Entiendes a lo que me refiero? —Ehhh... Sí, yo... Pero no creo que, Mia... Oh... No... En toda su corta existencia Rachel nunca había visto a Katia con la jovialidad (descontando el brillo propio que tenía a la hora de elegir su guardarropa y andar por la vida destilando confianza y seguridad) con la que ahora la veía. Pero todo le supo mal, todo le supo terriblemente a limón, y de hecho arrugó la nariz recordando el cítrico y comparándolo con aquella escena bizarra, cuando Mia aceptó de buena gana la ropa ( se imaginaba las condiciones de las prendas) y desapareció. La siguió hasta que sus ojos chocaron con los del reportero metiche, a quien le dedicó una rápida mirada de reproche casi maternal por su curiosidad infantil, y hasta que una voz a sus espaldas silvó. —Qué mierda...? Logan parecía haber deambulado perdido por la revista hasta terminar por extrañas cuestiones de la vida donde menos quería estar. Y vaya coincidencia. Miró a la secretaria (¿Era él o parecía en estado latente de sorpresa?), miró a Moncef y finalmente a Katia. —No me digas que abandonaste a Casals —lloriqueó en susurros—... Se pone como cactus si no hay nadie alrededor que le pinche energía de vida. Ya me imagino todas sus fotos: Pies de modelos y... ¿No se supone que aquí estuviera esa horrenda modelo del demonio para torturarme? —Algó no le cerraba y frunció el ceño.
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nitta
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Post by nitta on Mar 22, 2013 7:29:09 GMT -3
1890
Revuelo aquí, revuelo allá. Palabra aquí, palabra allá. La cabeza -pero sobretodo los ojos de la pobre Daglia- no paraban de ir de un terreno a otro y luego de nuevo al anterior para volver a perderse en una mar de acusaciones y dobles intenciones. Estaba completamente perdida, desubicada. ¿De qué estarían hablando? ¿Era tan inocente que ni de esos asuntos del corazón se percataba? Cuando dijeron aquello de que había pasado casi una hora con Matt los colores de su mejilla aumentaron a tonos indescriptibles prácticamente por la mayoría de personas del mundo real. Aprovechó la manta para cubrirse con ella hasta que el rubor disminuyó. ¿Qué narices le pasaba con ese chico? Cuando fue a decir algo los golpecitos en la puerta la detuvieron y el revuelo de su amiga dejó en segundo plano sus preocupaciones. Sabía donde iba pero aun así...
Ruso se encontró con esos billetes en la mano y se lo guardó en el bolsillo. Luego miró a Pierre con preocupación. -Señor con todos mis respetos no creo que sea prudente quedarse sin escolta en este sitio.-Le advirtió. No era que sin Pierre se quedara sin trabajo, eso no le asustaba sin embargo temía por la vida de aquel hombre que tanto había significado para él. Pero sobretodo, ¿dónde estaría Charlie y por qué tardaba tanto? ¿Debería ir en su búsqueda? Solo le faltaba eso.
2015
Asintió.-Desconozco que sucedió aquí en el pasado pero por la urgencia del director...-frunció el ceño, era mala para los nombres europeos y todavía le costaban un tanto de recordar- Blanc-san... parecía que algo grave sucedió y que posiblemente se pueda repetir en la actualidad.-Siguió andando en silencio tras torcer una bocacalle y seguir recto pasando entre empresarios pegados al móvil y ejecutivos desalmados prácticamente rezando por ir a la velocidad de la luz mirando con exasperación a la gente con quienes tropezaban como si esos pobres inocentes fueran la causa de sus eternos retrasos. -No creo en las coincidencias como tampoco en el destino. Puedo llegar a creer en la reencarnación pero se lo dejo a los hinduistas principalmente. -Negó con la cabeza.-Hay algo que no encaja, Mathieu-san.
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Post by Milly on Mar 24, 2013 1:13:49 GMT -3
1890—¡Matt, amigo! —volvió el rostro hacia el mesero, todavía riendo de algún comentario realizado al interior del nuevo grupo de distinguidos caballeros que Médéric atendía. Ya habiéndoles entregado sus pedidos se separó de ellos con un gesto de disculpa para aproximarse al hombre que lo llamaba. Le dio unos golpes amistosos en el hombro, demostrando una efusividad que desapareció al oír las últimas explicaciones—. Intercambiar unas palabras, claro —rió con un aire macabro—. A mí me huele a problemas. Así que, mientras antes vaya ella a solucionar sus asuntos... mejor —se inclinó a rellenar hasta el borde cada una de las copas dispuestas en la bandeja que Dubois le tendía—. Y según entendí iban a buscarte a ti, justamente, además de ver cómo se encontraba... —con la botella todavía inclinada se detuvo de llenar el último recipiente, recordando. Le sonrió con picardía—. ¿No se suponía que tú estabas con la pequeña Daglia, donjuán? ¿O es que ya tuvieron suficiente por una noche? 2015—Dice mucho de mí, desde luego —rió con ligereza e inocencia, sin perder de vista a la modelo hasta que finalmente desapareció del hall. Dedicó un saludito coqueto a Moncef cuando lo divisó a la distancia y luego, con toda la gracilidad que su escuálido cuerpo le permitía, extrajo del interior de sus sujetadores -la escandalosa tenida que lucía carecía de bolsillos- unas pequeñas y filosas tijeritas que fue a guardar en la mesita de trabajo de la desconfiada secretaria. Soltó un suspiro de relajo. Mia solo tendría que desplegar sus bonitas prendas de modelo para descubrir en los pliegues que no habían quedado al descubierto, todo el impulso artístico que Katia podía llegar a conjurar en un breve lapso de tiempo, con un poco de creatividad y una buena pizca de sed de venganza. Quizás hasta terminaba agradeciendo las miles de formas abstractas que había recortado en las telas hasta dejarlas como coladores, a la maquillista no le importaba demasiado. Ya había disfrutado de su desquite. —¿Puedo preguntar...? —Lo siento, tesoro —atajó ella al reportero con tierna perversidad al verlo inclinarse hacia ella—. Esto es... ¿cómo lo habías llamado antes? Oh... sí. 'Información clasificada'. Se volvió justo a tiempo para captar la llegada del fotógrafo y percibir la frustración de su desconcierto. Pero el placer que le producía haberse cobrado resentimientos por partida doble constituía una energía mucho más poderosa que el constante pesimismo de Delastair. —No lo abandoné, lo dejé a cargo —repuso sin perder el ánimo radiante cuando se acercó a Logan y estrechó cariñosamente uno de sus brazos—. Si no empiezas a confiar en nuestro querido Casals, nunca va a poder a arreglárselas solo. —Mia fue a cambiarse —Périer también se había acercado al grupito, café en mano y sonrisa ancha. Intuía que la maquillista había eludido adrede aquella contestación—. O va a intentarlo —observó de reojo y con gracia el lugar donde Alessandri había ubicado las pequeñas tijeras antes de concentrarse en el fotógrafo—. ¿Tienes ya alguna idea de a qué hora podremos charlar? ¿Tal vez antes del almuerzo? Necesito organizarme, Delastair. No eres el único asunto importante que debo programar hoy —evitó a toda costa observar a Rachel. —Y tus argucias tampoco son el asunto más importante para él, Périer —agregó Katia con suavidad de seda, no tardado en buscar anhelante la mirada de Logan—. ¿Cómo te fue con Blanc?
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Post by ev7e on Mar 24, 2013 21:03:29 GMT -3
1890
Todo sucedió tan pronto. En un segundo se preparaba para los reclamos de Julie y al segundo era apurada para abrir una puerta (y deseó no haberlo hecho) que era tocada por nadie más que su Charlie. Se volteò y regresò junto a Daglia mientras Lala le susurraba algo sobre un pez y ella solo atinó a sacudir la cabeza diciendo que sí. Estuvo a punto de empezar con el ataque de preguntas sobre lo que había pasado entre ella y su hermanito, pero un movimiento en la puerta le hizo girarse a ver y notar al hombre todavía ahi. -¿Deseas algo más?- le preguntó sin parecer interesada, felicitándose internamente por ser una buena chica- Sabes que este no es lugar para ti- agregó con una sutil sonrisa avanzando hacia él, una mano en la cintura y la otra sujetando la perilla de la puerta.
-¿Por què todos dicen lo mismo?- preguntó Matt retirándose a repartir las copas entre las mesas. Un par de cervezas por allá, uno de los tragos de Méderic por aqui y ya estaba de vuelta con el barman. -Yo respeto a todas las mujeres que trabajan aqui y jamás intentaría pasarme de la raya con ninguna...asi como espero que nadie quiera hacerlo con mi hermana- agregó mientras limpiaba la barra con un trapo húmedo- Entonces, si me estan buscando deben estar en los vestuarios- regresó al tema- y ahora ya no quiero ir a buscarla después de que confirmaste mis sospechas, por cierto...gracias- dijo con cierto sarcásmo- Voy y vengo, tengo que ir a buscar al doctor para que revise a el tobillo de Daglia.
(( en otro postie pondre lo del 2015 porque tengo que pensarlo mucho :c))
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Post by bachi on Mar 25, 2013 0:37:41 GMT -3
1890 La preocupación casi fraternal que Ruso expresaba en sus palabras le robó a la Roca una alegre sonrisa en la que arrugó la nariz y le puso una mano enérgica sobre el hombro. —Amigo mío —dijo, enseñando la dentadura debajo de la redonda punta de la nariz que inspiraba tranquilamente el aroma a juerga en el ambiente—, no debes preocuparte por este vejestorio. A donde vamos tengo buenos conocidos y me hallaré entre colegas —Le guiñó un ojo—. Te puedo asegurar que no me quedaría a comer aquí en compañía de la señorita a la que pretendo invitar a cenar. Pero te agradezco el gesto —Con la mano libre le dio unas palmaditas en la firme mandíbula del guardaespalda justo antes de volverse. La señorita Julie Odair los observaba con una sonrisita y sus chispeantes ojos azules destilaban confidencia. Pierre LeCounce inmediatamente se separó de Ruso y con una elegante inclinación digna de cualquier joven 20 años menor que él, le besó la mano ofrecida. La dama meneó el corto cabello en el aire con elegancia. —Está usted radiante hoy, mi querida señorita. Le presento a mi guardaespaldas, Alberti Rushmanok—lo señaló mientras la mujer saludaba con una mano al presente— ¿Le parece si nos vamos? Creo que nos esperan en otra reunión. Annette hoy no va a extrañarla. Julie se rió, con una modestia delicada que parecía de otra persona y no de esa bailarina que antes había desgarrado el escenario. La ropa cara se ajustaba al papel que en ese momento pensaba jugar. —Lo sé. Está muy ocupada hoy. Vámonos, Pierre. Y un gusto, señor Rushmanok —Al pasar sujeta al brazo del hombre, le guiñó el ojo.
La indiferencia lo desilucionó. Charlie bajó la mirada directo a la mano que la bailarina tenía sobre la perilla de la puerta y en seguida clavó el par de ojos en aquellas deslumbrantes esmeraldas que lo estaban echando a todo pie de letra. —Aparentemente no —Hizo una mueca con la boca y se encogió de hombros mientra se separaba del marco de la puerta—. La dama de la que quería un beso de despedida me lo niega y ahora estoy seguro que es porque la gatita que ahora la suplanta ya encontró otro ratoncito con el que jugar —Se irguió en toda su complexión y estiró un brazo para pellizcar fugaz y dolorido la barbilla femenina que lo echaba—. Bonne nuit. Y así tal cual echó su cuerpo y alma de aquel lugar antes de que el Ruso perdiera la paciencia. Lo encontró aguardando justo cuando Pierre y su pareja se alejaban hacia la salida del Molino, y aprovechó para sacar un cigarrillo... del bolsillo vacío. Su malhumor se hizo notar. —Merde —gruñó—. Esta ha sido con todas las letras una noche miserable, amigo mío. ¿El jefe te dejó algo de dinero? Vámonos. Volemos de este cochino lugar.
2015 Rachel enarcó las cejas y miró al suelo mientras rodeaba la escena en la que claramente ella no pensaba inmiscuirse. Con pulcra delicadeza dejó a un costado los horarios de Blanc y recuperó las tijeritas que Katia había usado para realizar su obra de arte y acomodarlas en el lugar adecuado. La chica no pasó por alto el comentario de Moncef, pero sabiendo que ya nada tenía que hacer ahí, decidió poner en orden el escritorio y huir a esperar en el pasillo a que el jefe le diera turno. Mientras tanto para Logan todo aquel despliegue de palabras no había pasado desapercibido. Atando cabos con esfuerzo y un par de miradas inquisidoras, volviendo una y otra vez de la tijera a Katia, de Katia a la tijera y finalmente al reportero, el fotógrafo al final lanzó una exclamación de entendimiento. —Ahhh... —comentó mientras se le encendía el par de ojos antes muertos y miraba con algo de extrañeza la dulce muestra de afecto de la maquillista aferrada a su brazo. Pero eran demasiadas preguntas como para poder responder al mismo tiempo y terminó mirando al reportero con una mueca de incredulidad hasta que cayó en la cuenta— Ahhhh —repitió—. Eso, sí... Pues —Iba a contestar pero Alessandri no dejaba de adelantársele—...Mujer, déjame terminar al menos una miserable oración —contestó con la solemnidad de un padre actor mal pago—. Con Blanc me fue para el diablo así que comienzo a creer que o Mia le hace "favores" si entiendes a lo que me refiero, o es alguna maniática hijastra suya de la que no puede deshacerse. Y yo voto por la primera opción. Al otro lado Rachel se rió. —En cuanto a tu reunión, Périer, si tienes café negro y en grandes cantidades, no me molestaría charlar contigo cualquier asunto relevante que tengas en mente ahora mismo. Katie, corazón, a pesar de todo ve y dale un par de manos a Casals —Se separó de ella con una sonrisa cómplice—. Y ni se te ocurra fugarte para la hora del almuerzo que tengo en mente invitarte cualquier capricho que quieras como recompenza por haber salvado mi alma de Caronte con tan buenos tijeretazos. Ese mismo día Alessandri acababa de ganarse un buen lugarcito de confidencia en el inexistente círculo privado de Delastair, por más que Bourg fuese la del físico implacable y la personalidad despampanante, ese día el ring había sonado a favor del sigilo y la venganza común. Rachel ya lo veía venir, dos ángeles caídos queriendo combatir contra el Diablo en tacones y un Casals de por medio. Vaya día...
Su dificultad por los nombres occidentales no pasó desapercibida para él mientras andaban y sonrió. Pero la expresión se borró con disimulada sorpresa ante la última confirmación que su novia acababa de soltar. ¿Repetirse había dicho, acaso? En eso Mathieu no había pensado... ¿Podía ser acaso que la verdadera urgencia de Frank y sus matones metidos en esto tuviera un giro como aquel? ¿Qué diablos estaban planeando y qué ganarían terminando con esa revista? No era como si Etiqueta Negra fuera el primer foco contra el crimen, nada que ver... Pero aprovechando que Nana seguía con sus divagaciones, espantó el pensamiento de la cabeza y decidió cambiar de rumbo en la conversación. Mientras menos se interesara por aquel tema, mejor sería. Le tomó la mano disimuladamente mientras andaban entre aquel mar de trajes e indiferencia y habló. —Pues yo sí puedo creer en el destino si no creo en las coincidencias. Creer en uno sería casi como descartar al otro. La coincidencia aleja lo predeterminado por un fin superior, mientras que el destino reafirma la "causa-consecuencia" como fuerza de ese algo mayor. Son casi como contrarios... ¿Acaso crees que si no nos hubiéramos cruzado aquel día en el que no sabías exactamente qué metro tomar y no te hubiera invitado a comer, nos conoceríamos hoy? Podría ser una coincidencia o podría ser cosa del destino. Pero no creo que ninguna no haya intervenido en nuestro encuentro.
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Post by ev7e on Mar 27, 2013 19:47:18 GMT -3
((Ahi va ♥))
2015
-Adelante. -¿Usted quiere averiguar todo lo que sucedió aquí?-preguntó Frank revolviéndose en su lugar- ¿Absolutamente todo? Benjamin se apoyó en el respaldar de su silla giratoria y jugó con sus dedos a la altura de sus lentes sin medida. -Ese es el plan- le confirmó decidiéndose al fin- Aunque me sorprende que no lo sepas ya.-arqueó una ceja. -No es eso- contestó el reportero- Lo que no entiendo es el por qué… -Las razones son muy simples, Delatore. Nos falta tan poco- hizo un gesto con los dedos mientras achinaba los ojos- asi de poco para llegar a la cima. Un artículo como esto nos catapultaría…nadie remueve el pasado de nadie si ello no conlleva un beneficio, pero es mucho más pesado remover el propio pasado. Son muchas preguntas y hay poca información. Además, todos saben lo que pasó con Molino Rojo…al menos piensan conocer la verdad. -¿Y usted tiene alguna idea? -Nada seguro- admitió con una ligera sonrisa y el brillo en los ojos almendrados- pero para eso están los archivos de la policía, ha pasado tanto tiempo que no dudo se haya podido encontrar más pistas de lo sucedido aquella noche. Y aunque no encontráramos nada, serviría para recordarle a nuestros lectores quiénes somos y la historia que hay detrás…sucede hasta en las mejores familias- se atrevió a bromear. Benjamin escudriñó el gesto poco convencido de Frank Delatore. -¿Cómo lo sabes? -Oh, no fue difícil- rió- Bastó con saber que la policía estaba aquí, la última vez que vinieron fue… -Hace ocho años, cuando nació Etiqueta Negra- recordó el director. -Exacto. Y bueno…siempre tuve debilidad por la historia del cabaret, la conozco completa. Si se unen algunos puntos y se saben asociar no era tan complicado el descifrar lo que se trae entre manos-explicó- la única duda era el por qué. Supongo que ser los mejores es una buena razón. -¿Algo más? -No, gracias por su tiempo…eh…señor. -Dime. -Sobre lo de Rachel… -Ni una palabra. -Gracias. -Te pediré el mismo favor que a Delastair, porque creo que se encaprichó con una respuesta y me mandó al cuerno. Frank ahogó una risa casi infantil. -Necesito hablar con Bourg sobre el incidente del vestido- dijo serio- Ponla al final de la fila. -Uh…señor, si me lo permite…no creo que sea para tanto. -Lo es. Ahora, llama al que sigue y haz lo que te he dicho. -Si señor.
Cerró la puerta, asegurándose que las otras modelos estaban afuera para que nadie interrumpiera mientras se desahogaba sobre sus ropas, que ya sabía, nunca más podría ponérselas. Mia desdobló cuidadosamente los jeans y la polera oscura. Al principio no notó nada, pero algo debía haber ahí para que la maquillista estuviera tan feliz…si, justo ahí. En las costuras…o lo que solían serlo. El delgado hilo que sostenía los brazos, los cierres, los bolsillos, todo terminó de desmoronarse a los pies de la pelirroja dejando solo un montón de trapos hechos pedazos que ella pateó furiosa. Mia apretó su mandíbula intentando reprimir los gritos que en su garganta comenzaban a acumularse y a hervir con desesperación. Maldito Delastair, maldita Katia, maldito edificio, maldito todo el mundo. A la mierda la discreción, la perra se las pagaría.
Frank salió de la oficina y subió los escalones hasta llegar junto al escenario, donde estaba esperando la secretaria. -¿Conseguiste mi casaca?- le preguntó con una sonrisa- Blanc dice que ya puedes pasar y yo tengo que buscar a…-pero no pudo terminar. Como un torbellino rojo, la modelo había salido disparada de los vestuarios en dirección al recibidor, pero antes de que llegara a subir los tres escalones que la separaban de su presa, el par de brazos de Frank la levantaron en el aire y la cargaron hasta el escenario. Solo entonces se dio cuenta que nunca antes había estado en verdad tan molesta con alguien como para querer golpearlo en la cara y lo peor es que no solo era Frank, sino que también Rachel, Albert y el resto de las modelos presenciaban la escena y el mismísimo diablo de lentes chillones estaba al otro lado del edificio donde no la dejaban ir. Sus muñecas comenzaron a dolerle a pesar de que sabía que él estaba ejerciendo la presión mínima sobre ellas, quizá no se habrían irritado si ella no hubiera estado forcejeando para liberarse de su agarre. -¡Dejenme ir!- les gritó a los dos con los ojos al borde de las lágrimas caprichosas y dignas de una actriz de novela. -¡CALMATE!- levantó la voz el reportero intentando esquivar los golpes de la mujer y lanzando miradas suplicantes a la secretaria para que no lo abandonara en ese preciso momento, él no sabía controlar situaciones como aquellas y lo ponía nervioso el hecho de que los ojos de Mia empezaban a parecerse más a pequeños dragones arrojando fuego.- Estas armando una escena y Blanc no estará más feliz de verte de lo que esta ahora. La pelirroja comenzó a escupir todas las blasfemias que podía recordar, incluso algunas que no sabía que conocía y otras cuantas más de las que no estaba segura de su gravedad. Todas dirigidas a la menuda mujer responsable de que ahora no tuviese con qué irse a casa.
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Post by Milly on Mar 30, 2013 1:59:24 GMT -3
1980
—¿Y quién mencionó nada sobre pasarse de la raya? —Médéric sonrió con la inocencia traviesa de un niño al ver que Matt volvía tras su breve repartición de bebidas. Desvió disimuladamente la mirada hasta el par de copas que otro camarero esperaba que fueran llenadas para no tener que sacar a colación un tema que sabía Cryrille tendría que arreglar con su hermano. Luego del sarcástico agradecimiento recibido se recargó en la barra para observar con detenimiento a Matt—. No me odies a mí por lo que sea que te pasara allá abajo —señaló con un índice el escenario que ambos sabían ocultaba los vestuarios de las bailarinas y reprimió una risa socarrona para no alimentar la ligera irritación que percibía proveniente del Dubois mayor—. Angie puede con cualquier cosa, así que te asustas en vano con tus sospechas... —Hubiera seguido conversando un buen rato de no ser por la interrupción con la que su interlocutor excusaba la repentina retirada que emprendería en busca de un doctor. Con las palabras atoradas entre sus labios observó al mesero alejarse, pero de golpe su atención pareció desviarse hacia la pareja que no pasaba demasiado lejos de su barra en dirección a la salida...
... y Teva también los vio. Escondida entre la clientela había procurado espiar al trío que se dirigía a la salida solo para confirmar que habían finalizado por esa noche sus tareas en Molino Rojo. Pero al apreciar cómo el trío se disolvía y al final resultaba siendo Odair la que se marchaba con Pierre, su nivel de sorpresa alcanzó tal punto que se olvidó de su impecable servicio como camarera. Acomodando bajo su brazo la gran bandeja en la que había transportado los últimos vasos siguió a la pareja hasta perderlos de vista cerca de la salida, frustrada ante el hecho de no haber conseguido oír una sola palabra de las que intercambiaban en medio de cómplices sonrisas. Las finas cejas de Teva se juntaron al fruncir el ceño, señal de que su cabeza comenzaba a sacar conclusiones. Dudó que aquel misterio tuviera que ver con el que el barman estaba ocultándole, pues al observar la barra encontró en el rostro de Médéric la misma impresión que se maquillaba sus propias facciones. Iba a llegar al final de todo, como fuera. Tarde o temprano lo haría. El silencio con el que dio la espalda a la extraña escena y pretendió retornar a su labor era el símbolo que cerraba el oscuro pacto para consigo misma. A la joven Attia no se le escapaba nada.
((Si se suponía que nadie debía reparar en la salida de Pierre y Lala, me avisan y así edito de inmediato o.o))
2015
La sonrisa angelical se desvaneció tan rápidamente como hubo de aparecer tiempo atrás. Katia había elaborado su venganza procurando enmarcarse dentro de un supuesto contexto en el cual Blanc decidía buscar la más dura represalia en respuesta al imperdonable crimen cometido por la imputada Bourg. Pero las aclaraciones de Logan habían sido un duro golpe de la realidad que consiguieron malograr su humor. Sin un merecido castigo para la modelo, su venganza personal no constituía más que un triste y fútil intento por equilibrar la balanza de la justicia. Pero si algo le había enseñado la vida tras años de camino, era que aquel principio fundamental no hacía más que constituir una utopía inalcanzable. Ahora simplemente lo confirmaba. Melancólica y sin confirmar las suposiciones sobre sus maniobras con las tijeras abandonadas, asintió al fotógrafo cuando se separó de él, ya avanzando con la ligereza delicada de una pluma impulsada por sus propios suspiros de vuelta al escenario para hacerle compañía a Albert. Sin embargo, al bajar los pocos escalones que la separaban de aquel gran espacio abierto y escuchar los improperios que volaban en el aire hasta situarse en sus oídos siempre alertas para sonar como la más dulce de las melodías, albergó la esperanza de que su artimaña hubiera afectado a su objetivo mucho más de lo que podía haber imaginado hasta ahora. Con fuerzas renovadas avanzó hasta donde divisaba la guerra entre Mia y el reportero que intentaba contener su ira. Frank no estaba teniendo demasiado éxito, y ahora que Katia estaba ahí para avivar el fuego, cualquier nuevo intento por calmar las aguas acabaría en desastre. —¿Con esas palabras te diriges a la mujer que se encarga de dejarte hermosa todos los días? —se llevó una mano al pecho en una fingida expresión de dolor— ¿La misma que se preocupa de que no agarres un resfriado? No hacen falta más groserías, Mia. Bastante claro me queda lo poco que se valoran aquí las buenas intenciones —el dramatismo de su angustia resultaba increíblemente convincente para cualquiera que no comprendiera los motivos de Mia. Ya estaba de vuelta junto a Casals cuando dedicó una última mirada triste a la furiosa pelirroja para acabar de hacerla explotar—. Ni siquiera has querido ponerte las ropas que te llevé.
Al recibidor los gritos llegaban apenas amortiguados, pero Moncef no estaba dispuesto a perder nuevamente de vista a Delastair para que fuera a resolver sus asuntos. Sus propios intereses eran mucho más importantes, y estaba seguro de que el malhumorado fotógrafo estaría de acuerdo cuando finalmente las cartas estuvieran sobre la mesa. No había tiempo para escabullirse hasta su oficina y exhibir el pulcro borrador del artículo recién acabado; la tensión estaba en el aire, hecho que le garantizaba un muy breve intervalo de tiempo en que tendría asegurada la atención de su interlocutor antes que la curiosidad lo llamara al escenario. Así que no desperdició un solo segundo. Apenas comprendió que las otras dos damas los dejarían solos, rodeó los hombros de Logan en un casi genuino gesto de camaradería con el cual lo arrastró hasta la máquina de café, para otorgarle a su principal oidor las grandes cantidades que solicitaba de aquella bebida al mismo tiempo que conseguía apartar su concentración de cualquier potencial nueva catástrofe que comenzaba a organizarse cerca del escenario. Se separó de él. —Iré al grano —inició, llevándose una de sus manos al bolsillo al tiempo que con la otra daba el primer sorbo a su propio café. En realidad, Périer jamás se iba con rodeos, pero no era momento para hacer esa aclaración—. Estoy peleando para conseguir una nueva sección en la revista. Al jefe jefe pareció agradarle la propuesta... pero necesito material para dar el golpe definitivo. Tengo el relato, pero necesito las imágenes —los ojos que hasta entonces habían estado concentrados en el contenido ya tibio de su vaso, se concentraron con fijeza en Logan—. No tengo la menor idea de lo que pretendieras hacer con las fotos de Alessandri y tampoco deseo saberlo. Prefiero creer que todo responde a una inocente coincidencia. El punto es... —dudó por un momento, pero sabía que no contaba con mayores opciones. Si Delastair se negaba a ayudarlo, existirían otros métodos—. Necesito esas capturas.
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Post by ev7e on Apr 1, 2013 20:24:32 GMT -3
(( Tengo un nuevo personaje, miren la ficha y conozcan a la nueva jefa ...o algo asi o.o))
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Post by bachi on Apr 1, 2013 21:12:44 GMT -3
((Checada la bella dama *u* Y por cierto, Milly, no te preocupes! La idea casualmente era esa que vieran a Julie)) 2015—Tu abrigo está justo... Una ráfaga agitó el cabello de Rachel desde atrás y tuvo que acomodarlo rápidamente detrás de la oreja para que no se le fuera todo al frente. De un soplido se acomodó el flequillo y miró la escena que tenía enfrente con los ojos bien abiertos. Y como la cereza del postre, Katia hacía una aparición triunfal en escena para echarle más leña al fuego. Instintivamente la secretaria se puso entre las dos mujeres (aunque una de ellas estaba muy compenetrada asfixiando al inocente reportero) —Katia, mejor... Casals —tartamudeó mientras intentaba separar con toda la delicadeza de la que era capaz a la modelo del cuelo de Frank—, creo que te necesita más que nosotros en este momento. No querrás a Logan de peor humor aún, y menos que Blanc los pille a todos deambulando por ahí... ¿Por favor? —Agregó con una sonrisa forzada. La maquillista tenía que entender que en todo aquello ella ya estaba tan metida como los demás. La mente de Rachel viajó de las lista de horarios para Pierre, al oficial de policía y la nueva reportera, a la llamada de amenaza, a la hora del almuerzo... y explotó. Con un tirón certero separó a la modelo y la acompañó hasta su escritorio. Con un movimiento rápido descolgó su propio abrigo de la silla y se lo puso sobre los hombros y como a una muñequita de trapo cascarrabias y caprichosa, la guió directo al pasillo no sin antes tomar la carpeta de horarios entre los dedos. —Me debes diez mil, Delatore. Diez mil después de este día —le soltó la secretaria al pasar mientras guiaba a una Mia aletargada y extrañamiente sumisa a su cita. En cualquier momento el volcán erupcionaría de nuevo, pero ella esperaba que fuera dentro de la oficina de su jefe, o recurriría a los modales rudos si era necesario. Dios le daba paciencia, pero no tanta. Café. Oh dichoso café. Y ese sí era uno bueno. Era el café de los tratos. Cuando el fotógrafo dejó caer dentro de su garganta un poco del líquido caliente sintió que la sensación de repentina enfermedad se evaporaba tan rápido como la cafeína surtía efecto. —Imágenes, lo tengo —respondía a medida hablaba el otro, no del todo concentrado. La mente de Delastair divagaba entre las hojas de las plantas de decoración, de vez en cuando rascándose el piercing con somnoliencia... Hasta que mencionó la sesión de fotos anterior y esta vez toooda la curiosidad infantil que Logan podría haber tenido años atrás para llevarlo a estudiar fotografía lo embargó. El par de ojos voló de las plantas al rostro serio y en faceta profesional de Moncef y allí se clavó. Frunció las cejas y alzó la barbilla, astuto. —¿...Para qué querrías tú esas fotos? La mayoría son juegos de luz y color con llas herramientas de Katia. Y las pocas que llegué a sacar de ella en sí, se deben total y completamente a tu interrupción y la de la bruja modelo por igual —Una sonrisita peligrosa y suficiente entró en escena antes de lanzar una carcajada—. Te las daré, qué mas da. Pero que te quede claro que en serio: no las conseguirías de ninguna otra forma porque están en mí cámara, mía (Vaya lastimoso juego de palabras) pero a lo que iba es que... Moncef, sabré si tocaron mi cámara para robarme las fotos, oh sí lo sabré. Claro que te las daré —Se encogió de hombros y sorbió un poquito más—, solo te lo advertía. Y Casals no es de los que venden a sus compañeros, puedes estar seguro. Pero un fotógrafo siempre debe saber para qué van a usar su material. Por lo menos los profesionales preguntamos... Y yo todavía me considero lo suficientemente digno como para no andar fotografiando putas y venderlas a pajeros. Todavía. Así que me temo que debo preguntar y la respuesta debe ser de mi agrado.
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Post by ev7e on Apr 1, 2013 21:29:34 GMT -3
1890 Cyrille cerró la puerta apenas Charlie se despegó de ella y con una sonrisa triste se dirigió a Daglia. -Y asi es como utilizamos nuestros últimos recursos- le dijo mientras la ayudaba a sentarse y le desajustaba las tiras del corsé para vestirla con su ropa normal- Solo espero que no tengas que hacer lo mismo con mi hermano. Y no me pongas esa cara- agregó- yo podría ayudarte con él si tú aceptaras que te gusta. Solo con sus compañeras se permitía mostrar a la Angie dulce y maternal que tenía dentro, era común verla ayudándolas con los trajes ajustados y los peinados, asi que no tardó mucho en desvestir y vestir a su nueva muñeca, aunque se le complicó un poco con el tobillo hinchado de ella y sus ahogadas quejas de dolor. -Al menos ahora estarás decente para que el doctor te revise…
-¿Matt?- llamó la rubia entre las cortinas. El mesero interrumpió una vez más su recorrido, no sin antes cederle la tarea de buscar al médico a uno de sus compañeros. -Marie- saludó el con una sonrisa y acercándose a la mujer que parecía no querer ser vista- ¿Sucedió algo? -Estoy buscando a Sylver- confesó sonrojándose- Una de las bailarinas me dijo que tú habías tomado su mesa…pero no quería acercarme con Annette mirando. -Claro…ehm… Lo vi al principio de la noche, pero la gente de La Roca… -¡Oh no!- exclamó ella cubriéndose los labios rojos con ambas manos- No me digas que le hicieron algo… -No, no- se apresuró- no lo sé. Estuvieron un rato con él, no se veían amistosos…pero no llegaron a nada más. ¿No te envió nada en toda la noche? -Si lo hizo- confirmó ella- como siempre lo hace… pero quería agradecérselo, él es tan bueno conmigo… desearía poder encontrarlo antes de que se vaya. ¿Prometes avisarme si lo ves? ¿O al menos decirle gracias de mi parte? -Se lo prometo, madeimoselle.
2015
La pelirroja abrió la boca, pero no emitió ningún sonido. Estaba asombrada del descaro que la maquillista mostraba y le echaba en cara. Apenas pudo liberarse de las manos de Frank, fue capturada por las de Rachel y con ella ya no se atreviò a pelear. Cosa que causó cierta indignación en el reportero. -No la provoques más-le pidió Frank a Katia cuando las otras dos mujeres desaparecieron- al menos no cuando tenga mi cuello en sus manos- se atrevió a sonreir y se acercó donde la maquillista- ¿Qué le hiciste?
-Gracias- se atreviò a decir Mia apropiándose del saco de la secretaria y luego, cuando estuvo cerca, arrojàndo el de Delatore a su dueño. No lo perdonaría tan fácilmente por impedir golpear a la menuda mujer-Parece que una de nosotras esta subestimando a la otra- le espetó y siguió su camino junto a Rachel hasta la puerta tras el escenario, ella esperaría su turno oculta de los demás. -A mi me culpan de todo- se quejó el reportero colocándose casualmente delante de Katia para evitar otro posible ataque.
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