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Post by ev7e on Sept 10, 2012 18:54:31 GMT -3
Kimberly dió pequeños saltitos hasta llegar a su mesa, que era una de las más bulliciosas. Pasó entre risas y bromas pesadas que entre los propios hijos de Eris se hacian. Ese día estaban haciendo parodias de los demás semidioses. Uno de los mayores estaba practicamente parado sobre la mesa, moviéndose graciosamente, actuando como si se llevara elegantemente una copa de vino a los labios, pero luego lo transformó en una especie de borracho irremediable. -¡Los de Dionisio!- gritaron algunos en medio de risas. Por las imitaciones pasaron una Artemisa santurrona, un debilucho Hefesto y un Hermes apenas más rápido que una tortuga. -¿quien sigue? -yo- dijo Kim parándose valientemente sobre una silla. Con su mano hizo la imagen de un espejo y empezó a mirarse en todos los ángulos, haciendose mil caras, le posó descaradamente a los que recién llegaban a la mesa y finalmente hizo un gesto de idiotez mientras se enrulaba el cabello. - ¡Hijas de Afrodita! - estallaron algunos aplaudiendole. Kim sonrió orgullosa.
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Post by bachi on Sept 10, 2012 21:53:25 GMT -3
((¿¡PERO QUÉ!? DD8 Con ketchup, por favor (?) Todo sea por salvar a nuestro querido Nico y complacer un poquitito al bueno de Takeshi ( ) )) Pero Bastian había llegado a escuchar lo que Mara había dicho y esbozó una media sonrisa. Él también tendría que saberse pocos nombres por lo visto, en la mesa número trece había una chica de porte orgulloso con un libro entre las manos y otra chica, más pequeña, desparramada por la mesa y jugando con unas servilletas. Se acomodó las correas del bolso antes de volverse a la chica y asintió, manteniendo la media sonrisa. —Sí, dale —La saludó con la mano—. Buena suerte Mara —"Espero que no la necesites tanto como yo" pensó y esperó a que ella se alejara primero para emprender su deliciosa marcha fúnebre, sorteando con habilidad el resto de las mesas. Solo un vistazo le bastó para calibrar qué tal estaba la situación: La mesa de las despampanantes hijas (y llegó por ahí a ver algún que otro chico y se apiadó de ellos) de Afrodita era casi todo cuchicheos y sonrisas hermosas pero escalofriantes como sirenas; la mesa de Ares fue la primera que vio y la primera de la que decidió alejarse, con el ceño fruncido; y aquella otra mesa, de donde parecían provenir la mayor cantidad de carcajadas exageradas (descontando el bullicio en la mesa de Hermes y Dioniso) que pertenecía a Eris. No tardó en llegar junto a sus "hermanas" y suspiró aliviado. Desde ahí llegó a ver a Quirón y al desconocido Señor D. —Y hablando de amanecer, ya se nos hace espantosamente tarde —dijo Vanina con una sonrisa dulce. A los primeros que empujó por la espalda para que avanzaran más rápidamente fue a Guido y a Nicolas—. Daaale, no sean vagos —bromeó, asegurándose siempre que Arwein los seguía de cerca. Pero Mariano no se había movido, e impulsado por las risas que Nico había soltado aparentemente por su "ingenioso" comentario, se quedó donde estaba para llegar a la altura del lobo. —¿Reclutando sirvientes? ¿Vos decís, Nico? —El chico no le quitaba la vista de encima a las peludas orejas de Anuk— Ahhh, pero si Takeshi sabe que si quiere tratar con el mejor traficante de cosas en el campamento, tiene que tratar conmigo. —Mariano rano —lo reprendió la chica. —¡Qué! No hice nada, no hice naaaada —Se rió entre dientes—. Solo quería tocar al lobo antes que G. Obvio, si la señorita me lo permite —Se rascó la cresta roja y actuó como si se sacara un sombrero, con una sonrisa inocente. Un pelín, tan solo un pelo antes que Guido y le refregaría la victoria a su amigo durante una semana. Vanina se encogió de hombros sabiendo que Anuk no sería descortés, solo cambiaría si intentaban pasarse de listos con Arwein. Ya llegando al pabellón, la chica se volvió al hijo de Hefesto, con una sonrisita. —Ya me acordé de la canción —soltó de la nada— pero igual... ¿Para qué quiere Takeshi sirvientes? —Era normal en Vanina saltar de una cosa a la otra— eso sigo sin entender.
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Post by ev7e on Sept 10, 2012 22:53:48 GMT -3
-¿Traficando cosas...de nuevo?- rio Nicolás haciendo cierto peso para que Vanina lo empujase. Se sentia flojo a esa hora- Si tienes una lista de esas cosas puede ser que acceda a pedirte unas cuantas- le prometió entre risas al entrar al comedor. Sus ojos casi se desorbitan al ver el ajetreo alli dentro, logró escuchar las burlas desde la mesa de Eris, pero les resto importancia. Siempre se comportaban asi, tambien miró hacia la de Ares y el grupito formado alrededor de Takeshi. -¿Acaso no escuchaste lo que le pedía?-hizo un gesto con la cabeza indicándole a Arwein- quiere que le cumplan sus caprichos, pero él no se va a arriesgar. Necesita quien lo haga para él, necesita sirvientes... O ayudantes, como prefieras- agregó antes de mirar hacia su mesa donde parecian armar algo grande con los cubiertos- me escribes esa canción, le pones el ritmo y me puedes hacer una dedicatoria. Ya sabes: "para el mejor volcancito bla bla bla"- rio mientras le daba un toque en la frente con el dedo índice.
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Post by ev7e on Sept 10, 2012 22:55:58 GMT -3
((Envie doble post por error. Y como no pude borrar el otro, edite este :3 aprovechare para decir que los quiero a todos desde el fondo de mi hígado <3 y... Nada más, be happy. ))
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Post by Herunter on Sept 11, 2012 13:43:00 GMT -3
David apareció tarde, como de costumbre. Se había secado y cambiado pero toda su ropa era negra y parecida y no daba la sensación de que fuese ropa nueva y limpia. Tenía el pelo tirado hacia atras, y a medida que los mechones se le secaban, se acomodaban solos.
Se sentó en su mesa, sin necesidad de preguntar. Procuraba hablar lo menos posible por lo que retenía toda la información que podía. Gruñó, viendo su mesa casi vacía. Le molestaba la división de mesas guiadas por sus padres, la mayoría de los semidioses ni siquiera se llevaban bien con sus hermanos. Siempre acababan haciéndose amigos de otros que no tuviesen alguna relación de sangre. ¿O no? El nos sabía mucho, con suerte tenía conocidos y algún que otro amigo. Que no se tratase de un caballo, claro.
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nitta
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Post by nitta on Sept 11, 2012 18:13:17 GMT -3
Allí estaba William aguardando a su comida. Enseguida miró a David alzando imperceptiblemente las cejas por la sorpresa. Era uno de tantos veteranos del campamento y al verle tan solo, decidió sentarse junto a él. A pesar de su carácter no era un ogro. -¿Qué tal? -cuestionó una vez ocupó un lado de él vacío- ¿cómo ha ido el año? -le preguntó seguidamente.
La alegría de Vanina se le contagió a Arwein quien no podía hacer más que sonreír y ensanchar su sonrisa cada vez más, si eso era posible. La escuchó hablar de desayuno (lo que agradeció internamente pues se moría de hambre) y miró a todos lados para ver donde lo servirían pero, a la mención de más chicos se empezó a mostrar incómoda de nuevo, reacia a acercarse a ellos, incómoda incluso. La intimidaban. Anuk, en respuesta se volvió a poner alerta mirando a los recién llegados mientras su compañera y cazadora le tendía una mano a la joven hija de Apolo.
Por su parte, junto a su amigo Charles se acercó a su mesa y se sentó aguardando a la comida. Su amigo sacó varios trozos de periódico y le tendió un bolígrafo que ella aceptó gustosa. -Hace mucho que no practico, estoy desentrenada, Señorito Números. -Los Sudokus son fáciles, Ivy.-Protestó él casi, casi poniendo los ojos en blanco. -Si estas entrenado si. Sabes que lo mio es el tablero de ajedrez.-Protestó ahora ella y él se rió ligeramente.
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Post by Herunter on Sept 11, 2012 19:30:43 GMT -3
David miró a William con su seriedad tallada en su cara. Cualquiera que gustase del cine, hubiese opinado que deberían haberle agregado un cigarro en la boca a David y generar un personaje cliché. A David se le ocurrió que probablemente los productores de la película tendrían problemas con menores de edad fumando. -¿Por que todos tan interesados con mi año? ¿Pasó algo que debería haber notado?- le preguntó, defensivo.
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Post by bachi on Sept 11, 2012 21:52:24 GMT -3
Vanina no dudó ni un minuto en tomarle la mano a Arwein cuando ella se la ofreció. Mientras, a su lado, todavía debatiéndose entre sí tocar o no la oreja de Anuk con una meditación despreocupada, Mariano se volvió a Nicolás radiante. —Pffff... ¿Lista? ¡Tengo unas DIEZ de esas listas! ¿Querés Coca-cola? ¿Papa fritas? ¿Tetris a pilas recargables? (en realidad de esas no porque son peligrosas) —Se rió— ¡Mariano te lo consigue! —Codeó disimuladamente a Guido, haciéndole saber que tal vez tuvieran allí un futuro comprador. Pero antes de esperar una respuesta, no pudo con su genio y le tocó, fugaz como un rayo, la punta de la oreja al lobo. Al otro instante el chico estaba corriendo entre las mesas, saludando con la mano a algunos cuantos, yendo directo a la mesa número doce. En cuanto uno de los enanitos bulliciosos se alejó, Vanina suspiró con una sonrisita. —Ya sée, Nico. Ya sée qué pretende Takeshi pero... No sé —Se encogió de hombros y lo miró, antes de reírse por su contestación. Antes de que pudiera retirar el dedo, Vanina enarcó las cejas—. Voy a pensarlo seriamente, Nico. Porque si se lo dedico a cierto "volcán" capaz le saque calidad —Se rió. En ese momento miró en dirección a la mesa donde estaban sus hermanos, algunos cantando despreocupadamente, y le urgió ir a sentarse con ellos. Miró a Arwein con una cálida sonrisa, casi desde arriba. —Mirá, ¿ves al sátiro de allá? Por ahí dice tú número de mesa... ¿Querés que te acompañe?
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Harry
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Post by Harry on Sept 11, 2012 23:45:59 GMT -3
((Perdón, perdón, perdón por tardar DDDD:))
Guido había cambiado su bullicio habitual por su (también habitual) abstracción de cuando algo le interesa. Se quedó todo el rato agachado, mirando el lobo tan de cerca como le fuese posible. ¿Incomodaba el lobo? Era lo más probable, pero Guido no lo tenía muy en cuenta. Tenía la mirada clavada en el pelaje del animal. Había estado todo el rato muy tentado de tocarlo, pero estaba esperando un momento de descuido del lobo, solo para evitar posibles mordeduras. Sin embargo, la pregunta de Mariano acerca de si podía tocarlo equivalía para él a un desafío: Ya veríamos quién lograba tocar el pelaje del lobo primero. Acompañó al resto a desayunar. Ante el gesto de Mariano, Guido sacó un chocolate, algo derretido, que venía guardando en un bolsillo para después del almuerzo. -Chocolates, caramelos...¡Lo que pidas!- Agregó riendo al comentario de Mariano. Y entonces lo notó. El chico de la cresta estaba a punto de tocar al animal. No lo dejaría hacerlo. No antes que él. Estiró la mano todo lo rápido que pudo, pero no logró ganarle a Mariano. El chico suspiró mientras veía al hijo de Dionisio irse: Ahora le tocaba una semana de que le resfreguen su derrota. Pero bien...Siempre hay revancha. Y si que la disfrutaría. Guido dio una última mirada fugaz al lobo y saludó a Nicolás, Vanina y Arwen con la mano antes de salir hacia su mesa. Nunca le había gustado mucho la hora de la comida, quedarse quieto hora y media no era lo suyo. Ya se escabulliría una vez haya devorado su comida.
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Post by ev7e on Sept 12, 2012 18:20:48 GMT -3
-¡Cuánta confianza!-exclamó divertido- Tal vez cuando seas una "superstar" pueda ganar mis quince minutos de fama. Nicolás dió una última mirada a las dos chicas frente a él antes de despedirse con un "te encargo a Bananina" en medio de una risita entre dientes. En la mesa de Hefesto había un pequeño caos. Casi al centro habian agrupado las cucharas y tenedores, haciéndolos encajar en lo que parecía una especie de dominó. Los platos hacian de muros de vidrio y uno que otro trozo de pan cubria alguna parte puntiaguda. -¿Qué hacen?-le preguntó a uno de los que arrimaba los cubiertos sobrantes. -Una especie de circuito de comida- explicó-¿ves a los que hacen fila? Pasaran uno por uno a... ¡Ahi va! Ambos fijaron la vista cuando una generosa cantidad de cereal hacia el recorrido, chocando con los plato/paredes, rebotando en el pan esponjoso y tomando vuelo en la parte curva de las cucharas para finalmente caer en la boca de un semidios. -¡yo tambien!- se paró y fue a ponerse en la fila para recibir la 5ta ronda.
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 13, 2012 6:30:43 GMT -3
((Esto es un atentado en contra de mi memoria para los nombres, pero como hay muchas cabañas y la mayoría están vacías -o tienen una sóla persona-, el que quiera puede hacerse uno o dos personajes más. Yo sé que a más de uno le quedó algún personaje en el tintero -o teclado-, así que go for it! Lo único, traten de no hacer muchos para Zeus, Poseidón y Hades. Por cierto, post de mala calidad a continuación. Mi excusa es que es tarde x3))
— ¡Bienvenida a la cabaña Zeus, Mara! —exclamaron sus dos hermanos tras presentarse. Ella saludó de regreso, quizás no con tanto entusiasmo, pero agradecida por la bienvenida. No tardó mucho en llegar a la conclusión de que esos dos eran hijos de una misma madre, quizás por el hecho de que ambos tenían nombres de procedencia francesa (él se llamaba Clément y ella Louise), o quizás porque, salvo por contadas diferencias, ambos se veían virtualmente idénticos. Ni Clément ni Louise parecían mala gente; de hecho ambos habían sido de lo más amables desde el momento en que Mara se sentó en la mesa. Lo que sí notaba mucho era la tristeza en los ojos de los dos hermanos, como si la vida los hubiera tratado de forma horrible. Mara no pudo evitar sentir curiosidad por sus historias.
La mesa Apolo era, sin lugar a dudas, la más ruidosa de las veintipico. La mesa estaba completamente llena, pero aún no de comida, sino de decenas de instrumentos musicales, libros, hojas sueltas de papel, botiquines de primeros auxilios y demás elementos, mientras asimismo los hermanos estaban repartidos por la mesa practicando distintas actividades. Uno, por ejemplo, trataba de sacar la introducción de una canción de Los Beatles en su lira, mientras una de sus hermanas practicaba la maniobra de Heimlich en un joven más mayor. Nathan por su parte se había cansado de los haikus, así que ahora recitaba cantos de la Ilíada junto a uno de los más jóvenes de la cabaña. Cuando se dieron cuenta de que el Señor D estaba por dar su discurso de bienvenida, los hijos de Apolo se apuraron a guardar sus cosas. En unos segundos, todo lo que quedaba sobre la mesa eran restos de goma de borrar.
Cuando los semidioses notaron que en la mesa 12 el Señor D se había levantado de su silla, el pabellón del comedor se sumió en completo silencio. — Bienvenidos, manga de delincuentes juveniles, a otro año en el Campamento Mestizo. —dijo el misterioso hombre con su voz ronca—. Para los que no me conocen, yo soy Dioniso, dios del vino y la locura, y director de este mugroso lugar. Algunos de los campistas nuevos se quedaron boquiabiertos al darse cuenta de que estaban frente a un dios. El director no pudo evitar esbozar una sonrisa vanidosa. Para ser un dios, el tipo se veía completamente descuidado. Entre su cabello rizado, su ligero sobrepeso y su nariz y mejillas coloradas, el tipo parecía una especie de Cupido alimentado con comida chatarra y sumido en el alcoholismo. — Tengo una lista de los nuevos en el campamento... uhm... Marisa Avilez... Sebastian Kuznair... Awarina Escalote... Meh, la lista es muy larga. Bienvenidos. No rompan nada. —el tipo estaba lejos de ser el dios de los discursos. Antes de dar por terminada su torpe introducción, Dioniso miró a Quirón, quien le devolvió la mirada y asintió con la cabeza. El dios del vino suspiró. — Antes de dejarlos con sus desayunos, tengo que darles noticias. El oráculo del campamento nos ha presentado una nueva profecía hace algunas semanas. Si fuese por mí, no les diría nada, pero Quirón cree que deberíamos hacerla pública en el campamento... Así que esta noche, a la hora de la cena, el director de actividades se va a encargar de leerla frente a ustedes. En fin, tengo hambre, así que sin más que agregar... Dioniso chasqueó los dedos, y las tazas de las mesas se llenaron mágicamente de café, chocolate y variedades de té. Decenas de sátiros y dríades entraron al pabellón desde el bosque y se mezclaron entre las mesas, repartiendo cantidad de panes, quesos, cereales, frutas y yogures, entre muchas otras cosas. Los vasos estaban encantados, y se llenaban de cualquier bebida que sus dueños pidiesen. Antes de comenzar a desayunar, los campistas se levantaron uno por uno de sus mesas, cargando sus platos hacia el centro del pabellón. Acto seguido, cada semidiós manifestaba una pequeña oración hacia su padre inmortal, y ofrendaba en las llamas del brasero una pequeña parte de su comida: el mejor trozo de pan, la porción de queso más deliciosa. Nathan debió explicar a uno de los nuevos que los dioses adoraban el olor de la comida en el brasero. Al chico nuevo casi le dieron arcadas, pero se llevó la mayor sorpresa cuando inhaló el aroma celestial que la comida quemada emanaba desde el fuego.
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Post by bachi on Sept 14, 2012 0:55:20 GMT -3
((Pfff... "post de mala calidad" dice. No sé si vaya por alguna ficha x33 por lo menos por ahora no tengo ninguno entre dientes (?) pero me voy a encargar de mover de vez en cuando a las hermanitas de Bastian :3 ¿importa si no tienen fichas? Por el momento me conformaré con ver desde las sombras el "puesto vacante" en la cabaña de Démeter *cof*leones*coof*))
Justo en cuanto el Señor D se puso de pie, casi impulsada por un resorte Vanina avanzó a toda velocidad entre las mesas, con la manito de Arwein todavía firmemente aferrada. La soltó en el último minuto, tras dedicarle una sonrisa fugaz y apremiarle para que se ordenara en su mesa, señalándosela. No se movió del lugar hasta que no vio que la niña iba directo a la mesa ocho, cerca de la suya. Cuando Dioniso empezó el discurso, Vanina ya estaba entre sus hermanos, suspirando de alivio. Solo se entretuvo para correr de su asiento un montoncito de hojas con pentagramas improvisados.
Mientras su encantador padre soltaba desganado una bienvenida brillante entre sus mediocres, Mariano balanceaba las piernas debajo de la mesa con impaciencia. ¡Moría de hambre! ¿Justo cuando morían de hambre tenían que hablar todos? Pero se tragó los refunfuños en cuanto el discurso viró hacia temas más interesantes. De un salto se puso de pie junto con el resto de sus hermanos, escabulléndose entre la fila de pacientes. La mayoría murmuraba sobre lo mismo. —¡Oráculo! ¡Nuevas profecías! Eso tendría que haber traficado en vez de papas fritas —se lamentó mientras se despedía de un trozo de pan con mermelada de frutilla. Saber que ahora tendría que esperar hasta la noche para enterarse de la primicia, le daban ganas de llorar.
La chica que hasta hace un momento había estado leyendo un libro enorme, lo dejo a un costado para levantarse con el plato entre las manos. A juzgar por su portada, Bastian supuso que no sería muy interesante, menos si estaba en alemán. —En realidad no te llamás Sebastian Kuznair, ¿no? —Le preguntó de repente. Tanto ella como la otra niña lo esperaban. —Ehh, no. Nada que ver... ¿Dijo eso? —Se había distraído en el discurso. A Bastian solo le quedó grabada la última parte. Le respondió la pequeña de abultados rulos negros asintiendo con la cabeza pero sin dirigirle la palabra. —Siempre se confunde el Señor D —La chica más grande se acomodó unos lentes de lectura sobre la cabeza y se ajustó el chuflín que sujetaba su colita de caballo—. Es normal. Entonces, ¿cómo te llamás? —¡Ah! Sí... Bastian. Bastian Kuznir —Sin estar muy seguro de qué hacía, echó la punta de queso que le pareció más adecuada al brasero, imitando a sus dos hermanas. —Ana —respondió la niña rulosa rápidamente y le sonrió. —Y yo me llamo Erika —Hasta que no le respondió con una sonrisa, el chico no se relajó. Parecía que estaba delante de una futura profesora de matemáticas asesina. Eso, si alguna hija de Hades podía aspirar a un futuro como profesora de matemáticas.
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nitta
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Post by nitta on Sept 14, 2012 3:50:54 GMT -3
Y justo a tiempo llegó. Cuando observó lo que se decía, lo que hacían el resto de chicos pensó en si ella era digna de hacer una ofrenda a Artemisa. Por supuesto que lo era, la misma diosa se lo había asegurado así que cuando le tocó su turno, levantó rauda su plato y se acercó a la hoguera para luego mirar el brasero y, tras tragar saliva muy prieta junto a Anuk, abrió su boca consciente de que al parecer, era la única "enana" del campamento. -Gracias por elegirme, Artemisa-Susurró sintiendo las mejillas rojas y dándole la uva, una uva rolliza, de muy buen aspecto para luego voltearse y regresar a su mesa, embelesada con el olor que dejó su comida al quemarse.
Ivy se levantó y con especial cuidado depositó una tostada con mermelada en la pira y sonrió. -A ti te venero, madre -susurró muy por lo bajo, por lo bajo antes de retirarse. Se cruzó con Bastian y sus dos acompañantes y les sonrió mientras luego ocupaba su lugar en su mesa. Charles había procedido previamente. El hijo de Poseidon sin embargo, se levantó cuando la marabunta de alumnos estuvo más calmada porque antes le contestó a David con una ligera sonrisa. -Solo me interesaba, eso fue todo. -Comentó para luego observar de nuevo el vaivén de alumnos. No se le había pasado por alto a la jovencísima cazadora y sabía, que daría de que hablar durante todo el verano, sería interesante.
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Post by ev7e on Sept 14, 2012 23:21:39 GMT -3
Al llegar el turno de Liliam, dejó un bizcochuelo dulce mientras musitaba su pequeña oración a Afrodita. Salió de la fila para cruzarse con Nicolás quien la detuvo a medio camino. -Que graciosa tu amiga- le comentó él- y que tolerante eres tú. -¿Por qué lo dices?-preguntó Lila desviando su mirada esmeraldina hacia Kimberly que en aquel instante separaba un trozo de pan blanco cubierto de miel para dejárselo a su madre, Eris. Nicolás alzó las cejas sorprendido. -Pensé que habias visto su pequeño acto hace unos minutos... Yo buscaría gente mas fiable- aconsejó el muchacho sin mala intención, aunque para la hija de Afrodita era todo lo contrario- No me parece justo que se burlen asi de una amistad. Si quieres podrias juntarte con nos.. -No es cuestión de amistad- le interrumpió Lila- es cuestión de quien esta sobre quien. Y donde sea yo estare por sobre Kim- finalizó sacudiendo sus largos bucles antes de caminar a su mesa, como si no le importara la traición de quien creia su amiga.
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 15, 2012 16:54:45 GMT -3
Al regresar de volcar algunas tostadas con mermelada en el brasero, Mara volvió a su mesa y oyó a sus hermanos comentar sobre la profecía que el Señor D había mencionado. Los dos se veían aterrorizados. — No, Clément. No nos pueden elegir dos veces seguidas para una búsqueda. —dijo Louise, negando con la cabeza, como si tratara de convencerse a ella misma. — ¿Pero y si lo hacen? No vamos a sobrevivir a dos profecías. Hera no lo permitiría. —aseguró él. Mara no pudo evitar mostrarse desconcertada, y los otros dos se dieron cuenta. ¿No era Hera la reina de los dioses? ¿Cómo habían hecho sus hermanos para que la reina del Olimpo los quisiera ver muertos? — Hera nos odia a todos los hijos de Zeus. —explicó Louise, como leyéndole los pensamientos—. Te imaginarás por qué. Mara tardó algunos segundos en entender, y luego se limitó a asentir. Claro, tenía sentido que la esposa del rey de los dioses estuviese celosa de los hijos ilegítimos de su marido. Jamás había considerado una cosa así, y ahora se preguntaba cuántos de los desastres de los que había escapado habían sido causados por Hera. — ¿Y qué es eso de las profecías y las búsquedas? —decidió preguntar, provocando que un escalofrío le recorriera la espalda a Clément. Mara estaba irritada, pero no por Hera, sino por lo poco que le había durado la paz en el campamento. Su hermana decidió resumir la explicación. — Es... básico y complejo al mismo tiempo. El oráculo recibe una profecía, o una visión del futuro, por así decirlo, y nosotros tenemos que cumplirla. Por ejemplo, si el oráculo dice que hay que matar a un monstruo o algo por el estilo, se envía a cierto número de semidioses en una búsqueda para hacerlo. —La niña se detuvo un momento, recordando la última profecía—. Igual nunca es tan fácil, y las profecías siempre son algo incoherentes... pero siempre letales. A Mara no le gustó esa palabra.
— Siete años en el campamento, Vani. —Nathan se había sentado junto a su hermana en cuanto la vio regresar del brasero—. Siete años, una profecía y tres búsquedas, y jamás me dejaron ir. Si en ésta no me eligen, me voy a rezarle a Thor. Nathan estaba algo más decepcionado que airado. La vez anterior, algunos campistas habían sido enviados a Córdoba a recuperar un carro de guerra. Si bien los semidioses habían logrado recuperarla, las pérdidas fueron terribles, principalmente porque no había ningún médico en el grupo. De haber habido un hijo de Apolo entre ellos, quizás nadie hubiese muerto. — Si se organiza una búsqueda dentro de poco, espero que no envíen a ninguno de los nuevos. Sin tiempo de estudiar sobre monstruos ni entrenarse, no creo que logren sobrevivir.
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Post by bachi on Sept 17, 2012 17:04:58 GMT -3
El chiste con Thor la hizo reír, aunque Vanina no estaba segura si eso se consideraría un insulto o no. De todas formas, ella se lo tomó en gracia y le clavó una cucharada al yogur con cereales que tenía en frente. Cuando su hermano terminó de hablar, la chica tenía el ceño preocupado. Sabía a qué se refería Nathan. —¿Vos creés que van a mandar a los nuevos? ¿Vos decís? —La chica se tocó los labios con la cuchara un par de veces, pensativa, antes de volverse al chico—. Yo no estuve en el campamento tanto como vos, Nat, por eso supongo que no tengo tanto apuro por una misión. Pero… no sé… Esta vez tengo un presentimiento. Los llamados “presentimientos” de Vanina eran en su mayoría cosas que nunca sucedían o terminaba sucediendo justo lo contrario. Como aquella vez que había asegurado que le ganarían a Takeshi en uno de aquellos típicos entrenamientos que Quirón solía armar… La odisea había terminado con varios brazos facturados y una linda canción plagada de ironías. Vanina al final le sonrió y le dio un par de palmaditas. —Y si no te elijen, no te preocupes. Ya veremos qué inventarnos para ir con ellos por lo menos en sus bolsillos —Le guiñó el ojo. Ella ya daba por asegurado que no estaría en el grupo de privilegiados—. Cremas, pociones curativas, algún curso rápido de entablillar brazos… ¿Quién dice que no podemos ayudar con eso?
—No entiendo —repitió por segunda vez consecutiva Bastian. Su hermana Erika parecía perder la paciencia. —A ver, Bastian, ¿qué es lo que no entendés? —Bueno, básicamente todo —Hizo una mueca— ¿Cualquiera puede participar de esas…cosas? Profecías, digo. ¿No importa la edad, de dónde vienen, nada? —Sí, ya te dije, cual-quie-ra. Ana fue el año pasado con otros chicos más, por ejemplo —Miró de refilón al resto de las mesas, pero evitó hacer más comentarios. Y Bastian se dio cuenta y frunció el ceño. —No hablamos de eso —Erika se encogió de hombros, restándole importancia—. Y no molestes a Ana, ella literalmente no habla de eso. Al parecer era cierto. La niña no había abierto la boca en ningún momento y ante la insistencia con la que parecía rondar Bastian el tema, la chica más grande bufó y dejó el libro a un costado. Había terminado de desayunar hacia un ratito. —Mirá Bastian, ¿nunca hablaste con —Erika blasfemó por lo bajo—… vos nunca les preguntaste nada a los…? —¿Los…? —A los muertos, Bastian, a los muer-tos —La chica había perdido la paciencia. Se acomodó los anteojos y se puso de pie—. Intentalo. Dicen las cosas más claras que los vivos a veces.
Y de Mariano Ponce no había mucho que decir. El hijo inquieto de Dioniso ya había terminado de desayunar (se había tragado todo lo que había podido tan rápido como le había entrado) y se movía de un lado a otro en la mesa de sus hermanos y hermanas intentando sacar cosas de la profecía en limpio. Al final terminó “tirando” las cartas con dos de sus hermanas, y haciendo bromas respecto a las cosas que les salían. Al rato se les habían unido cinco más. El 1 de copa por ejemplo, significaba que tendría que regalarles a todos chocolates. El 1 de basto significaba que derrotarían a la casa de Ares con mamporras. —¡Siii, claro! —se reía a carcajada limpia, esperando que dieran por finalizado el desayuno.
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Harry
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Post by Harry on Sept 17, 2012 18:58:02 GMT -3
Guido se había sentado, había devorado su comida y no había hecho mucho más. Mientras el resto de los hijos de Hermes hablaban, jugaban e iniciaban guerras de comida, el pelilargo se alternaba entre devolver los proyectiles de carne y quedarse mirando el techo, divagando, entre pensamientos de lobos y hormigas. Naturalmente, no le puso mucha atención al discurso de Dionisio. Bueno, no lo hizo hasta que oyó una palabra. "Profesía". Y se le iluminaron los ojos. Desde que se enteró de que existían había querido ir a una. ¿Por que elegían solo a un par, aparentemente al azar? ¿Que era lo TAN peligroso que hacían? TENÍA que saberlo. Y comenzó a maquinar planes para infiltrarse, aún si no salía elegido. Hizo su ofrenda a su padre, pero no volvió a su mesa. En su lugar, se puso a buscar a quién sabía que podía ayudarlo en esto.
-Che, Mariano.- Lo llamó, agachado, para pasar lo más desapercibido posible. -¿Oiste lo mismo que yo? ¡Profecía!
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Post by bachi on Sept 18, 2012 3:35:51 GMT -3
((Acabo de terminar dos parciales de Antropología de un saque y tengo el cerebro deliciosamente derretido y... solo pasaba a quejarme y dejar muchos posties para complacerlos a todos~))
La voz de Guido no pareció sorprender el chico de parcial-cabello-rojo. En cambio, se volvió con una sonrisota radiante y gigante a su amigo, primero, para recordarle que él había tocado primero al lobo, claro, y segundo para escucharlo. No era el único que prestaba atención. El resto de la mesa de Dioniso que hasta hacia un rato había estado jugando a las cartas con Mariano, se acercó a escuchar perezosamente y con algunas sonrisas peligrosas de por medio. No sería extraño que entre sus hermanos se encontraran algunos amantes del caos amigos de hijos de Eris, hijos de Ares y hasta, en contrapartida, hijos de Apolo. Ponce era uno de aquellos "imparciales". Se escudaba bajo el lema de que "Los negocios son negocios y no le hacen mal a nadie si dos partes de tres salen beneficiadas"... vaya paradoja. —¿Que si lo escuché? ¡Guido! ¡Nunca se me habría escapado un dato ASÍ de grande! —Asintió emocionado haciendo el gesto de cuán grande era la noticia— ¡Un notición, la pucha! Tienen que elegirnos —Frunció el ceño de repente—, no puede ser que no nos elijan de nuevo. ¡La mesa de Dioniso y Hermes merece más protagonismo! —dio un saltó y se puso de pie sobre el banco, dejándose llevar por algunos chiflidos de aliento. El pabellón del desayuno pronto estaría embriagado de una alentadora sensación de locura irracional, de adrenalina injustificada y ganas de hacer monerías.
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nitta
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Post by nitta on Sept 18, 2012 5:34:58 GMT -3
Aburrido. Sí. Aburrido se dedicaba a beber de forma especial el agua de su vaso. Llevaba la mano a él y tiraba con delicadeza hacía arriba, sacaba una burbuja y la llevaba a sus labios de forma metódica y contundente. Quería diversión y el hecho de que hubiera habido una profecía le encantaba. ¿Sería él seleccionado? Se puso a pensar en esa opción mientras una perfecta y regordeta gota de agua bailaba frente a sus ojos fijos en ella. Sí, estaría bien. Era uno de los veteranos, ¿por qué no contar con su ayuda? Sería de estúpidos. Él podía hacerlo, estaba seguro. Él era mucho mejor que el resto y sí, debía quedar seleccionado. No era una opción. Era un deber.
-¡¡OH BENDITO JUEGO DE AJEDREZ MAGNÉTICO, GRACIAS POR HACER TU APARICIÓN DE FORMA TAN REPENTINA. NOSOTROS TE ADORAMOS!! -E Ivy golpeó con su mano a Charles entre risas. Todos estaban expectantes. ¿Quién ganaría ese año a la Evangelique? Ella ya era todo un reto en sí misma; un reto que aguardaba a cumplir los 20 años para meterse en el círculo profesional de jugadores de ajedrez. -DINOS HORÁCULO, ¿QUIÉN GANARÁ ESTE AÑO? -¡¡¡Charles!!! -protestó entre risas.
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 18, 2012 14:59:22 GMT -3
((El próximo post va con más ganas. Ando estudiando que mañana rindo contabilidad x) ))
Nat se encogió de hombros, se llevó una cucharada de cereal a la boca y miró a las mesas de alrededor. — Supongo que algo es algo, ¿no? —Le sonrió a su hermana, agradeciendo el consuelo—. Igual volviendo al tema, es como muy raro todo ésto. Yo también tengo un presentimiento medio bizarro. —dijo, terminando su taza y estirándose—. Al menos el señor D no parece muy preocupado al respecto. Pero el señor D no tenía tiempo de andar preocupado, con tantos pre-adolescentes dándole vueltas alrededor. — ¡Di immortales! ¡Saben que moverse de mesa en mesa está prohibido! —gritó, golpeando su copa contra la mesa y derramando vino sobre un ancho de basto—. ¡Bah! ¡Bah! ¡El que terminó de desayunar se puede ir!
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