Nacho
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Post by Nacho on Aug 29, 2012 23:11:03 GMT -3
~Campamento Mestizo~
El año es 2013 y el lugar, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El Monte Olimpo se mueve cada cientos de años de una capital a otra, y esta vez elige ubicarse sobre los cielos de la capital argentina. Los dioses griegos deben ocultar su propia existencia de los mortales, y lo hacen gracias a la fuerza sobrenatural conocida como la Niebla, que afecta cómo los humanos ven la realidad. Sin embargo, la tentación suele ser muy grande y más de una vez los dioses se juntaron con los mortales, dando así origen a los que conocemos como "semidioses".
Pero así como existen los dioses y semidioses, existen también las terribles criaturas que se les oponen, y muchas de ellas caminan entre los mortales a la caza de estos mestizos. En respuesta a ésto, y como castigo a ciertos crímenes que cometió, el dios Zeus envió a la tierra a su hijo Dioniso y le encargó crear un campamento para dar refugio a estos mestizos, y entrenarlos para sobrevivir a sus mayormente trágicos futuros. De este modo se formó el Campamento Mestizo, oculto actualmente en algún lugar de la provincia de Chubut.
Es quince de enero, primer día de campamento, y semidioses de todas partes del mundo llegan para buscar refugio. El mundo de los dioses disfruta de paz, pero la paz para ellos dura muy poco y algo terrible se acerca del oriente para generar caos. ¿Qué papel jugarán nuestros semidioses en este conflicto?Zeus: Mara (Nacho) Poseidón: William (Nitta), David (Heru) Ares: Takeshi (Nacho) Atenea: Evangeline (Nitta) Apolo: Vanina (Bachi), Nathan (Nacho) Artemisa: Arwein (Nitta) Hefesto: Nicolás (ev7e) Afrodita: Liliam (ev7e) Hermes: Guido (Harry) Dioniso: Mariano (Bachi) Hades: Bastian (Bachi) Eris: Kimberly (ev7e)
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 3, 2012 21:19:28 GMT -3
Takeshi odiaba levantarse temprano. Sabía que para mantenerse atento en combate, el guerrero debía dormir lo mejor posible, y así al otro día estar bien despierto. Para su fortuna, el campamento no tenía reglas muy estrictas con respecto a la hora de levantarse; excepto los quince de enero, día en que los semidioses nuevos entraban al campamento, y en el que regresaban los que sólo elegían pasar verano en el lugar. Eran las seis de la mañana, y los sátiros estaban yendo de cabaña en cabaña, despertando a todos los semidioses. El hijo de Ares abrió los ojos y reconoció a la figura en la puerta como Grotto, uno de los sátiros preceptores del campamento. Tenía nariz puntiaguda, ojos pequeños, y un par de cuernos diminutos que sobresalían sobre su cabello rizado. El sátiro sabía mejor que andar entrando a las cabañas así como así, especialmente a la de Ares, que tenía toda especie de trampas preparadas en caso de intrusos: desde paneles en el suelo que activaban ballestas en las paredes, hasta minas explosivas escondidas bajo las tablas de madera. Grotto se limitó a golpear una cacerola con una cuchara desde la puerta. — Están llegando los nuevos. Quirón va a dar un discurso en el parque frente a las cabañas. Asistencia obligatoria. Antes de que una flecha volara hacia la puerta, el sátiro se esfumó. Uno a uno, los hijos de Ares se levantaron de sus literas, se tronaron los huesos y tras vestirse, salieron por la puerta y hacia el parque. Si bien era temprano, Takeshi ya tenía una sonrisa dibujada en la cara. ¿Nuevos semidioses? El hijo del dios de la guerra necesitaba nuevos sirvientes. Una hora había tardado su madre en despedirse de ella. Una hora que había sido puro llanto, tristeza y algo de temor. Lo que Mara nunca habría admitido frente a su madre es que en realidad estaba completamente aliviada de haberse separado de ella, y de llegar al único lugar seguro en el mundo para gente de su tipo. Cuando el auto de su madre desapareció al girar en una curva, Mara no pudo evitar sonreír de oreja a oreja. Luego tomó a uno de los sátiros del brazo y juntos caminaron a través del umbral de la entrada. El lugar era tan increíble que tuvo que pellizcarse el brazo más de una vez para asegurarse de que no fuera otro de esos sueños raros que solía tener. Tenía que admitirlo, ella había leído los libros de Harry Potter y quizás se esperaba algo más parecido a Hogwarts que a una ciudad greca, pero lo que el Campamento Mestizo no tenía de mágico y medieval, lo tenía de fantástico y hasta casi paradisíaco. El sátiro caminaba bastante rápido, así que Mara no tuvo mucho tiempo para mirar alrededor, pero de camino al parque pudo distinguir una casa enorme, un pabellón al aire libre con columnas alrededor, unos establos en los cuales juraría haber visto un caballo con alas, y una inmensa forja que parecía una fusión entre el Partenón y el edificio principal de una feria steampunk. Finalmente, tras varios minutos, Mara y el sátiro llegaron al parque. El parque en sí tenía el tamaño de una cancha de fútbol, y estaba decorado con todo tipo de árboles, estatuas y fuentes, y en el centro se encontraba la hoguera más grande que Mara jamás hubiese visto. Sin embargo, lo que más sobresalía del lugar eran las enormes cabañas que rodeaban el parque. Estaban distribuidas de tal modo que, vistas desde el cielo, dibujaban la letra omega (Ω), con dos cabañas en la parte superior del parque, cinco a cada lado, y dos filas más de cuatro en la parte trasera, cuyos frentes daban al resto del campamento. Ninguna cabaña se parecía a la otra, aunque había algunas con diseños más complejos que otras: una, por ejemplo, era de color aguamarina y estaba decorada con corales. Otra era de color negro, con un patrón de calaveras dibujado en la parte inferior de las paredes y dos antorchas de fuego verde en la puerta. Mara pudo adivinar que había una para cada dios griego, pero su conocimiento no le hubiese permitido adivinar más de la mitad en cuánto a quiénes pertenecían. Por fin salió del trance. Se dio cuenta de que había cada vez más gente reuniéndose alrededor de la fogata, así que allí se dirigió. — Agh, di immortales! Nathan se encontraba apoyado en una de las columnas de la Cabaña Apolo, completamente ofuscado. Había estado toda la mañana intentando escribir su "Oda al mate cocido", pero las palabras simplemente se le esfumaban. Si a Pablo Neruda, también hijo de Apolo, se le había hecho tan fácil con las papas fritas, ¿por qué se le estaba complicando tanto a Nathan? Luego de un rato, el adolescente se conformó con un haiku simple, para no dar la mañana por perdida. Mate cocido Me hace sentir cosas Bendita infusión
El adolescente de cabello negro se sintió realizado. Con una sonrisa en la cara, igual a la de los dos anteriores, se colgó los auriculares del cuello, le guiñó amistosamente el ojo a una de sus hermanas y trotó hacia el parque, donde el centauro Quirón y el resto de los semidioses se estaban reuniendo.
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Post by ev7e on Sept 3, 2012 23:07:53 GMT -3
Se observó una última vez en el espejo, acomodándose sus bucles castaños que ya casi rozaban sus caderas y miró satisfecha sus uñas perfectamente pintadas de rojo. Liliam caminó hacia la salida de su cabaña, igual que otras hijas de Afrodita recien llegadas. (compitiendo silenciosamente en quien era la más bella), para encontrarse con Kimberly, su mejor amiga e hija de la diosa Eris. Ambas habian llegado apenas hacia media hora. -Se te hace tarde- reclamó Kim sacudiendo un mechón morado que le caia sobre el rostro- los nuevos estan viniendo. -No tenia ganas de esperarte- contestó Lila, caminando un poco más adelante de su amiga y dedicando un par de coquetas sonrisas a algunos semidioses- ¿Y? Tampoco tengo ganas de esperarlos a ellos. -Pero todos se estan reuniendo con Quirón- objetó con cierta satisfacción al notar que la muchacha estaba a punto de tomar otro camino. Con ese pequeño despiste de la castaña, ella aprovechó para apurar el paso y caminar a su lado, como debía ser. Ya no estaban en el internado.
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Post by ev7e on Sept 3, 2012 23:34:33 GMT -3
Nicolas se estiró aun con los ojos cerrados, si por él hubiese sido, se hubiera quedado dormido todo el día esperando la noche para seguir durmiendo. Por fin el ruido de los semidioses poniéndose en marcha lo animaron a levantarse a arreglarse la maraña de pelos que tenía en la cara. Se limpió el rostro moreno y amarró el cabello en una coleta. Una musiquita rara rondaba en su mente (obra de Vanina), pero no lograba recordar la letra, por lo que se limitaba a mover la cabeza con lo que creía seria el ritmo correcto o al menos lo más parecido posible. Se vistió con lo más ligero que pudo, le gustaba el intenso calor de verano y sobre todo que, a diferencia de muchos otros en el campamento, él podía soportarlo sin ningun problema. Cuando al fin salió de su cabaña, siguió al primer grupo de jóvenes que vió. Como era costumbre, irian a recibir a los nuevos, lo único que deseaba era no toparse con alguno de los problemáticos. Vamos, era un gran día y no había razón para arruinarlo con discuciones absurdas.
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Post by bachi on Sept 4, 2012 0:28:51 GMT -3
Mariano estaba levantado hacía rato, haciendo nada, como siempre. Nada bueno. En realidad no había estado haciendo nada... Sentarse bajo la sombra para intentar modificar unos auriculares y hacerlos "antenas de largo alcance" era algo que no estaba bien dado para él. No era hijo del dios adecuado pensó y se los guardó en el bolsillo con una sonrisita idiota adormilada. —Ey, Ponce, chst —Un sátiro lo sobresaltó curioseando desde arriba, a ver qué estaba tramando esta vez. Ja, demasiado tarde Tumk, Marianito ya había guardado los auriculares en los bolsillos. —¿Siiii? —preguntó sonriendo— ¡Ay, cierto! —Se palmeó la frente, exagerando y poniendo cara de sufrimiento— ¡15 de enero, por las barbas afeitadas de los dioses! Quirón está solicitando mi presencia, ¿no? Soy indispensable, lo sé, lo sé... El sátiro puso los ojos en blanco, con una sonrisa cómplice. —Sí, seguro. ¡EH! ¡Se supone que me dejes terminar de habl...! —¡Nos vemos máas tarde, PERDÓN! —Mariano se alejaba corriendo a toda velocidad, agitando un brazo arriba de su cabeza. Desde ahí podía ver la fogata y a la gente acercándose, pero lo que en realidad le interesaba encontrar a él era a Guido, o por lo menos refugiarse bajo el ala protectora de Vanina y el musculoso Nicolas Flyn. La primera actuaba como madre a veces y el segundo era una buena oportunidad para no cruzarse con Takeshi. Ya le debía varios favores y no quería cruzárselo precisamente ese día. Pasó zumbando junto a dos "veteranas" (como les decía él a los chicos con más años dentro del campamento) y solo se detuvo para dar una vueltita graciosa y saludarlas con un guiño de ojo, antes de continuar su camino. Saltaba a primera vista que una era hija de Afrodita, para eso tenía buena vista. Sabía que eran más grandes que él, pero le daba igual, con las damas bellas había que ser generoso.
Para la chica las mañanas eran el mejor momento del día para reflexionar, así que la llamada a Vanina no la había tomado por sorpresa. Digna hija de Apolo, adoraba el sol en la piel y los días de calor con esa brisa fresca y bien mañanera que despertaba los sentidos... Ay, de haber sido por ella, se habría sentado ahí mismo a escribir algo, pero no lo creyó correcto. Ella ya estaba expectante, con una sonrisa distraída esperando al resto de los campistas y más especialmente a los nuevos. Tarareaba con dulzura e inclinaba la cabeza a modo de saludo de vez en cuando, al ver algún rostro amigable que le diera los buenos días. Al ver a su hermano Nathan, sus ojos se despertaron y alzó un brazo para saludarlo. —Buenos días, Nat —canturreó. Sabía que dentro de poco vería asomar entre los demás compañeros la cabeza de Nicolas.
El hijo de Hades caminaba más por su sentido de responsabilidad y amor propio, que porque de verdad quisiera avanzar. No quería ser el único semidios quejoso en querer volver a su casa y vivir una vida tranquila y mediocre en un pueblo de 2000 habitantes. —Ayy, ¡dale! —El sátiro que lo acompañaba le dio un golpecito amistoso en el hombro que Bastian respondió con una mirada de reojo y una sonrisa débil. Su guía hizo una mueca— Así lo hacés ver como si te estuviera llevando a una cárcel, Kuznir, y es tooodo lo contrario —Se sostuvo el abdomen y se rió. El humor del sátiro era contagioso, pero eso no evitaba que Bastian quisiera dar media vuelta e ir a esconderse eternamente en su pueblito tranquilo. —... podés visitar a tu mamá y a tu hermana, ya te lo dije, ya lo tendrías que saber. —No es lo mismo. No me vengas con eso. —Lo sé. Es lo normal y a todos les pasa lo mismo—Fue respondiéndole a cada una de sus objeciones con una sonrisa suficiente y burlona que el chico tuvo que tragarse. —...Lo único que me falta es que hayan más como vos —Uy, sí que los hay. —... Y que tenga más hermanos —Bastian enarcó las cejas y lo culpó con la mirada. El sátiro dejó caer los hombros y bufó. —Agradecé que a vos no te persiguió ningún monstruo, ninguno con aires de grandeza ni nada. —Te olvidás del monstruo del lago. —¡Pffff! Eso fue un pececito. —Ah, claro... —Se detuvo justo en frente a la puerta del campamento con las manos en los bolsillos y miró el gigantesco arco de entrada. Silbó con una sorpresa apagada antes de seguir— Las tres hileras de dientes no contaban como monstruo. Si Bastian continuó andando, fue únicamente y tan solo porque otros entraban también como él. No escuchó la réplica del sátiro, sino que se quedó mirando con el ceño fruncido las instalaciones increíbles que veía adentro. Eran de verdad un lujo. Y la cantidad de gente junto a una enorme fogata, eso fue lo segundo en notar. Ya se lo imaginaba... teniendo que presentarse ante todos esos semidioses experimentados para después agarrarse de las manitos y cantar el Aleluya. O lo que sea que se la cantase a Zeus y que, oh no por todos los dioses, no consideraran ese pensamiento como blasfemia. Ahora entendía por qué su mamá nunca lo había hecho cristiano.
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nitta
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Post by nitta on Sept 4, 2012 4:19:54 GMT -3
Y allí estaba ella, cargando su abultada mochila sobre sus jóvenes hombros y mirando fascinada todo lo que tenía alrededor. A su lado, Anuk, estaba más nervioso que ella. El sátiro de prácticamente su misma estatura, le sonrió a la jovencísima cazadora para luego animarla a acceder al interior de aquel lugar pues todavía faltaba por verlo todo. Debía admitir que estaba nerviosa pero con paso decidido y una mano en el lomo de Anuk, fue accediéndo al interior mirando a todas partes pero sobretodo intentando sortear a los chicos que había en el interior. En un momento dado se detuvo y aferró fuerte la mano del sátiro observando boquiabierta todo el recinto que se desplegaba frente a ella y como todo a su frente eran cuerpos y piernas, pero no rostros. ¿Sería la única niña de 10 años en el campamento? -¿Cómo te llamas? -le reclamó educada al sátiro. -Kaoe -le sonrió él, afectuosamente. -Kaoe...-sonrió- es un nombre que me gusta-asintió.-¿Y podré verte todos los días? -Por supuesto. Pero ahora debemos apresurarnos, pequeña cazadora. Hay un evento que no debes perderte.-Le pidió con condescendiencia. -En ese caso avancemos.-Le guiñó un ojo para seguir andando pero sin soltar en ningún momento el contacto con Anuk. "Todo estará bien" le sonrió él divertido, mirándola. "¿Tú crees?" le preguntó. "Por supuesto, ¿qué te dijo la propia Artemisa? Aquí estarás segura, Arwein" y la niña casi pudo asegurar que le guiñaba un ojo mientras se situaban al frente de la hoguera, por las primeras filas. La presencia de Anuk intimidaba a algunos quienes se apartaban del joven lobo porque en efecto, lo era.
Ivy se cargó con el chelo y la bolsa y accedió al campamento con ese aire serio y distante para con el mundo. La hija de Atena regresaba al campamento por tercer año consecutivo. Se acercó a su cabaña y se metió en su habitación descargándose para luego salir mientras se ponía unas gafas de sol. Vestía de tal forma que el tatuaje de su hombro se veía a leguas pero poco le importaba. Poco a poco fue acercándose a la hoguera mientras en otro lado, un chico terminaba de anudarse la camisa y se encaminaba al mismo destino sin hablar con nadie hasta que dió con él. -Vaya, la ajedrecista-la saludó- ¿qué tal? -Que honor, el humanista.-Le sacó la lengua y ambos se abrazaron. Ambos eran hijos de Atenea y por supuesto, ambos se llevaban genial. -¿Traíste tu chelo? -Obviamente, Charles. -Yo la flauta de pan-se palmeó el bolso colgando a su lado con la derecha. -¿Haremos concierto? -Solo cuando quieras.-Le sonrió. -Genial. Que ganas tengo que empiece todo. -¿Nunca descansas, Ivy? -¿Tú? -La mente es lo que tiene.-Le sonrió animado. -Espero no encontrarme con el hijo de Ares... ¿sabes quien es? -Por supuesto, todo el campamento sabe quien es él. Pero, no os pasará nada, estaré a tu lado. -Es un gran consuelo.-Le guiñó un ojo.-Intelecto contra fuerza... siempre gana él. -Siempre puedes anticiparte a sus movimientos, no? -le contestó pero no recibió respuesta alguna embelesado con las hijas de Afrodita.
El joven hijo de Poseidon observó a Nathan Thorp junto a Vanila Alvear y sonrió ligeramente siguiendo sus pasos hasta que llegó a la hoguera observando a Quiron. Más adelante observó a una menuda niña junto a lo que parecía ser un lobo aunque desde su posición, no podría apreciarlo. O una hija de Apolo o una cazadora de Artemisa y, cuando se fijó más, sonrió aunque perplejo. ¿Tan pequeñas las elegía ya, Artemisa?
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 4, 2012 18:11:07 GMT -3
Quirón sonreía con su mejor cara mientras trotaba alrededor de la fogata, posando su mirada sabia sobre cada uno de los semidioses, y asintiendo, quizás a modo de saludo, cuando veía a alguien conocido. De la cintura para arriba, su cuerpo se veía perfectamente humano: cuarentón, cabello oscuro y rizado, cejas pobladas, ojos profundos e intensos, y una larga barba que debía de ser muy calurosa, más aún considerando que estaban en pleno verano. Llevaba puesta una remera lisa blanca, y una campera arriba que leía "Keep calm and brony on". Pero lo que más impresionaba sobre Quirón era que, donde debían estar sus piernas, estaba en cambio el cuerpo de un enorme caballo blanco. Antes de comenzar a hablar, le dio uno o dos toques al suelo con una pezuña para que todos hicieran silencio. — ¡Bienvenidos, semidioses! ¡Y una especial bienvenida a nuestros recién llegados! Yo soy Quirón, director de actividades del campamento, y me alegra mucho que hayan llegado tantos de ustedes con la mayoría de sus extremidades todavía adjuntas. Algunas risas se oyeron entre los jóvenes, pero se apagaron al deducir que no bromeaba. — En fin, creo que debería explicar un poco cómo funcionan las cosas en el Campamento Mestizo. Para empezar, pido disculpas en nombre del director del campamento, quien no ha podido asistir hoy por cuestiones de fuerza mayor. En su ausencia, cualquier preocupación, duda o sugerencia pueden dirigirlas a mí. En fin, como habrán visto, nuestro campamento cuenta con dieciocho cabañas, cada una construida en honor a uno de los dioses mayores o menores. Cada cabaña cuenta con un delegado, el cual usualmente es el joven de mayor edad en cada una. Le encargo a los delegados la tarea de repartir los horarios entre sus hermanos. El centauro se meció la barba y miró a los costados, como un niño a punto de hacer una travesura. — No suelo hacer ésto, pero viendo que hay muchos nuevos semidioses... Daré comienzo oficialmente a las clases dentro de dos días. Así tendrán hoy y mañana para conocerse entre ustedes y explorar un poco el campamento. La forja, la arena y los establos estarán abiertos para cualquiera que quiera utilizarlos. Habiendo dicho todo ésto, les doy una vez más la bienvenida a nuestro campamento. ¿Alguna pregunta?
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Post by Herunter on Sept 4, 2012 21:15:09 GMT -3
David prácticamente arrastraba su bolso. No tenía mucho dentro del mismo, ni le pesaba, pero lo consideraba una comparación lógica a su estado de animo. Su ropa estaba empapada, y su pelo goteaba. Para el no era nada incomodo siendo hijo de Poseidon, pero estaba al tanto de que no era de las mejores primeras impresiones. Tampoco era su culpa que diluviase donde el vivía. Suspiró largamente, desdichado, viendo que había llegado tarde y que Quirón ya estaba terminando su discurso. Se cubrió la mirada con una mano, para proteger sus ojos del sol mientras miraba alrededor. Ya podía sentir como la estrella empezaba a lastimar su piel pálida.
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Post by ev7e on Sept 4, 2012 21:46:10 GMT -3
Vieron pasar a un chico corriendo y hacer un gracioso saludo que logró arrancar una sonrisa de los labios de Lila, pero que en Kim solo hizo que alzara más la nariz, orgullosa y altanera. Creyéndose importante. Se pasaba una mano por el cabello cuando divisó a una hija de Apolo. -Bonito peinado, Vanina- comentó con sarcásmo Kimberly- ¿Sigues escapando del peine?-preguntó mirando la melena rubia de la chica, a punto de decir algo más. -No la molestes-dijo Lila tomando a su amiga del brazo y jalándola para oir mejor el discurso de Quirón-Me gustan tus anillos- agregó en dirección de la rubia y luego se giró para seguir su camino, musitando algo apenas audible para Kim, quien solto una risotada y dió una última mirada de barrida a Vanina, mientras caminaba, indicando otro comentario de burla hacia ella. -Cada año más tontas- dijo Nicolas con una profunda voz masculina, le gustaba jugar a hacerse el serio y muy maduro. Se apareció detras de la muchacha y le sujeto uno de sus rizos- ¿Me extrañaste? Mi volcán si.
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Post by bachi on Sept 4, 2012 22:32:38 GMT -3
—Ahh, hola Kim —soltó Vanina con naturalidad y sonrió. Tenía la capacidad de dejar pasar esos comentarios porque además le agradaba esa chica. A veces parecía verle unos ojos tan tristes en las miradas, ansiosos, añorantes; que le daban ganas de sentarse y hablarle de cosas de la vida. Pero siempre negaba con la cabeza, tonta ella por pensarlo. Sabía que todavía no era el momento. Se tomó un mechón de cabello y suspiró—. Ay, sí. Aunque en realidad, es el peine el que se escapa —se rió y se encogió de hombros. No llegó a responderle a Lila y se quedó con las palabras en la boca, algo decaída. Le habría gustado agradecerle y comentarle que los anillos a veces podían ser muy útiles, pero justo en ese momento la salvó Nicolas de ver aquellas miradas sarcásticas. Lila tampoco la molestaba, la consideraba una hermosa flor a la que le faltaba madurar, nada más... Aunque si se ponía a analizarlo, tal vez para las hijas de Afrodita la maduración no fuera por la parte psíquica. Pero ya tendría tiempo para pensar en eso más adelante. Vanina se dio media vuelta con una sonrisa radiante y miró también la punta del rizo que Nicolas curioseaba. —Aparentemente mi pelo también —Le siguió el juego antes de sacudir la cabeza para liberar el mechón— "Cada año más lindas" —le regañó con una sonrisa—, acordate que ya hablamos de esto Nico. Tarde o temprano se van a cansar, es más fácil decir cosas agradables, y yo se los enseño —le guiñó el ojo, 100% segura—. Aparte no tengo por qué preocuparme, acá al lado siempre puedo contar con mi Gentlemen Volcancito —se llevó una mano a la boca para reírse, refiriéndose al tono de voz empleado por el otro.
Si le preguntaban si le había sorprendido ver un centauro, pues sí. Habría respondido que no se quedó boquiabierto como estúpido por el simple hecho de que los demás se lo tomaban con tanta naturalidad que le ponía los pelos de punta. Para Bastian incluso era más natural ver fantasmas que chocarse con la imagen de pegasos que relinchaban desde los establos, ¿qué más habría ahí, unicornios? ¿Sirenas? Estuvo a punto de preguntar, a punto de soltar una pregunta pero se mordió la lengua. Fue Mariano en cambio quien alzó la mano. —¡Yo, yo, Quirón! —Se abrió paso entre la gente para ubicarse en primera fila. El centauro le sacaba una altura considerable— Pero mi pregunta tiene que ver con temas viejos y redundantes —El chico alzó los dos pulgares y chasqueó la lengua, triunfal. Esa última palabra la había aprendido hacía poco. Probablemente el director de actividades ya supiera de qué hablaba Ponce. No era la primera vez que el chico insistía en instalar internet en todo el campamento. Ni siquiera sabía para qué lo quería, aunque no dudaba de que tarde o temprano le sacaría provecho; pero lo quería por el simple hecho de pedir algo y hacer una pregunta.
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Harry
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Post by Harry on Sept 4, 2012 23:23:52 GMT -3
Una hormiga... Dos hormigas... Tres hormigas...
Guido estaba agachado, mirando embobado las hormigas pasar. Las que se alejaban del hormiguero sin llevar nada, las que volvían, cargando pedacitos de hoja. Esa mañana, como todas, había sido el primero en la cabaña de Hermes en despertarse. El día estaba soleado y soplaba una agradable brisa. "Mejor aprovecharlo." pensó mientras salía tan silenciosamente como podía. La verdad es que hubiese salido también aunque hubiese un huracán afuera. Él solía despertarse aproximadamente una hora y media antes que el resto, y quedarse en cama mirando el techo no era lo suyo. Luego de corretear de acá para allá un rato, posó sus ojos sobre un hormiguero. Y se quedó mirando. Siguió el camino de las hormigas en su tarea de buscar hojas, miró como entraban. Se le cruzó la idea de buscar una pala y hacerle un corte al hormiguero, para verlo por dentro. Para alegría de las hormigas y para desgracia de Guido, no encontró una. Se conformó con mirar los negros insectos pasar, hasta que se le dio por levantar la vista y vio varios grupos de semidioses dirigiéndose al parque. Y ahí lo recordó. -¡Los nuevos!- Exclamó mientras se paraba de golpe y salía corriendo, rápido como el viento, hacia el campo. Habiéndose acercado tanto como le fue posible, se puso a mirar con intriga a los nuevos. Parecían bastante más que el año anterior. Le llamó especial atención la chica con el lobo: No mucha gente traía animales así al Campamento. Gracias a la pregunta, logró ubicar una cara conocida: Mariano. Comenzó a abrirse paso hacia él, mientras lo saludaba alegremente con la mano.
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Post by ev7e on Sept 5, 2012 0:20:26 GMT -3
-Lo se, lo se- contestó Nicolas haciendo un pequeño puchero igual que un niño malcriado siendo regañado dulcemente por su madre- pero sabes que me enferman los que se creen la gran cosa. Aqui no hay categorías- sostuvo con una sonrisa bonachona. De a pocos captaba las palabras de Quirón y luego notó unas manitas familiares alzadas entre la multitud. -Siempre podras contar con volcancito- se rio mientras el tatuaje en su brazo hacia "erupción". Empezó a caminar junto con Vanina para reunirse con los otros campistas, donde varios de los mas pequeños miraban con asombro al imponente centauro - por cierto, tengo una canción que va mas o menos asi- movió la cabeza, sacudiendo la coleta, siguiendo un ritmo que apenas entendia y sin emitir sonido alguno, esperando que su amiga entendiera la melodia que su cabecita loca le dibujaba en el aire. Claro que entendería, solo una persona como Vanina podria descifrarlo de la forma más simple- pero no recuerdo la letra- dijo aun feliz- y tampoco la música- agregó.
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nitta
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Post by nitta on Sept 5, 2012 5:37:56 GMT -3
Totalmente estupefacta. Tanto, que se había refugiado tras el lobo al ver que el centauro empezaba a moverse con soltura y no solo eso, a hablar. HABLAR. En su joven vida Arwein había visto muchas cosas pero nada como lo que tenía enfrente. -Es un centauro-le cuchicheó Kaoe al oído en un momento de silencio- pero está de nuestra parte y no te hará nada-añadió para tranquilizarla. Si los hombres la ponían nerviosa, Quirón todavía lo hacía más. Aumentaba en ella la sensación de inquietud y las ganas de huir pero Anuk la retenía moviéndose para cortarle la huida por la retaguardia. Ella le miró suplicante pero el joven lobo negó imperceptiblemente con la cabeza. "Te quedas" le dijo como solo ambos podían comunicarse. Pero la curiosidad por la pregunta pudo más que su inquietud y, aferrándose con ambas manos al sedoso pero áspero pelaje de su compañero, observó al chico que hacía la pregunta.
Ivy por su parte asistía al discurso calmada y serena junto a su amigo mientras William Defou observaba a David con pesadez. Era ese tipo de personas que le causaban repulsa, siempre tan llamativo él. Bufó y observó como el crio molesto quería hacerle una pregunta a Quirón. Quirón le caía bien, quizás por su medio cuerpo equino. Cuando se terminó, no aguardó a que le contestaran la pregunta, simplemente se fue.
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 5, 2012 15:33:20 GMT -3
— Ah... Mariano. Quirón sabía que iba a escuchar esa misma vocecita de siempre, y aún así no pudo evitar pasarse una mano por la cara, todavía sonriendo casi paternalmente. Inmediatamente después levantó la mirada y buscó la mano de Mariano entre los semidioses. — Si mal no recuerdo, Márian, tu padre fue bastante claro cuando te dio dos páginas de razones por las cuales no sería conveniente tener internet en el campamento. De todos modos, te agradezco por reiterarme la pregunta -por veinteava vez-, porque me recordaste algo muuuy importante. —antes de seguir, el centauro se aseguró de que todos estuviesen prestando atención—. Ya que los monstruos son capaces de rastrear las señales de los teléfonos celulares, el uso de los mismos se encuentra estrictamente prohibido. Con respecto a la pena por ignorar esta regla, creo que el Señor D dijo algo así como "al próximo que use un celular en este campamento lo convierto en una botella de Cabernet." Nuevamente hubo alguna que otra carcajada o chiste entre los semidioses, pero los más veteranos sabían que las amenazas del Señor D no eran ninguna broma. — Como iba a decir, los que quieran comunicarse con alguien fuera del campamento, deberán hacerlo mediante un mensaje Iris. Dejo en manos de los delegados la tarea de enseñar a los más nuevos cómo enviar uno. — Al ver que la mayoría ya estaban bastante distraídos, Quirón decidió terminar el discurso. — Antes de irme, les recuerdo que el desayuno será a las ocho de la mañana en el pabellón del comedor. Una vez más, les doy la bienvenida al Campamento Mestizo.
Y entonces Takeshi la vio. Hubiese sido el blanco perfecto, realmente, de no ser por la bestia que protegía a la niña. Pero tampoco importaba mucho, igual. Ya encontraría algún uso para el animal. Cuando el pequeño grupo se aseguró de que Quirón ya no estaba, se acercaron rápidamente a Arwein y la rodearon. El hijo de Ares tenía mucha curiosidad de cómo iba a reaccionar ella. — Hey hey hey. ¿Qué haces? ¡No se puede tener mascotas aquí! ¿No viste las señales? Vamos a tener que llevarnos a tu perro. —amenazó Takeshi, mientras uno de sus adláteres acercaba una mano a Anuk.
Mara ya no sabía para dónde encarar ahora. Tan pronto como Quirón comenzó a irse del parque, la sensación de asombro de la rubia se convirtió en algo más parecido al desconcierto, una sensación que cualquier joven que se hubiera cambiado de colegio dos veces por año conocía muy bien. Estaba llena de dudas, pero el centauro le había puesto los pelos muy de punta como para andar preguntándole cosas. ¿Tendría un status especial en el campamento por ser hija del Señor del Olimpo? ¿Tenía más o menos hermanos que el resto? ¿Dónde había algo para comer? En casa no había tenido tiempo de desayunar, y su estómago le estaba dejando muy en claro que no quería esperar para desayunar. Algunos segundos después, sus ojos encontraron a alguien que parecía nuevo en el lugar como ella: un adolescente un poco más grande, de cabello corto y ojos oscuros. Estaba solo también, y parecía igual de confundido que Mara, pero ella sintió que no debía acercarse a hablarle.
((Post medio cortito y de mala calidad porque se me hace tarde. Después posteo con Nat.))
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nitta
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Post by nitta on Sept 5, 2012 17:39:59 GMT -3
Observó al grupo de chicos y se pegó más a Anuk mientras el sátiro miraba con malos ojos a Takeshi pero por el momento, no dijo nada pues conocía al chico de sobras y sabía que no tendría nada que hacer. Arwein miró a los chicos sintiéndose intimidada mientras sentía gruñir a Anuk por lo bajo, sobretodo cuando le pusieron la mano encima que aumentó la potencia de los mismos y arrugó su morro. -Sí que se puede...-le contestó- Artemisa me dio su permiso. Fue ella quien me habló de este lugar, ella misma.-Le reprendió con un atisbo de valentía que no sabía de donde había venido. -Takeshi, largo-intervino Kaoe mirándole seriamente.
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Post by Herunter on Sept 5, 2012 18:14:12 GMT -3
David vio a Takeshi pasar, no muy lejos de donde el estaba. Lo miró fijo, mientras molestaba a una de las personas mas jóvenes que había visto en el campamento. Suspiró, decidido a intervenir, cuando vio que alguien mas le puso un limite a la situacion. Negó con la cabeza, desilusionado al recordar que incluso en aquel supuesto paraíso de seguridad, había gente que querría lastimaros. Y resultaban ser sus propios hermanos, primos, o parientes lejanos tal vez. Empezó a caminar de nuevo, acomodándose el bolso una vez mas. Sus zapatillas hacían un sonido parecido al de pisar barro, o un charco. Pasó cerca de Takeshi y el grupo, solo para sobre eschuar la conversación, mientras buscaba su cabaña y una cama donde dormir.
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Post by bachi on Sept 5, 2012 18:54:42 GMT -3
—Ya sabía que mis preguntas te iban a servir de algo —Mariano se cruzó de brazos satisfecho mientras asentía a todo lo dicho por el centauro, como si supiera todo aquello de memoria, cosa que en realidad no podía estar más lejos de la realidad. La expresión del niño cambió cuando vio a Guido acercársele. —¡Ehh! ¿dónde estabas? ¿Qué hacías? Seguro perdido por ahí —se rió y le acercó un puño a la cara para que el otro lo chocara, a modo de saludo—, ¡como siempre!
Vanina se volvió a mirar a Nicolas con una sonrisita de reproche. Adoraba escuchar a Quirón, sobre todo porque todos los años les decía cosas diferentes a los nuevos. Pero en cuanto su amigo mencionó el tema de la cancioncita, a la chica se le puso la mente en blanco y lo miró radiante. —¡No me digas que se te pegó mi canción! —exclamó en susurros para no ser irrespetuosa, emocionada. Lanzó una carcajada pero tuvo que contenerse para no captar la atención de los demás, cuando se dio cuenta que en realidad el hijo de Hefesto no se acordaba nada, tan solo el movimiento de la cabeza— ¿Pero qué tipo de oídos tenés vos? Es increíble —Negó con la cabeza todavía riéndose—. Era sobre el fuego, seguro que por eso te acordás, egocéntrico —Le pinchó el tatuaje con el dedo índice y puso cara de concentración mientras intentaba acordarse. Así fue que ni se dio cuenta que el pequeño discursito había terminado y que los campistas de a poco iban alejándose o, como en el caso de la "tierna" casa de Ares, rodeaba peligrosamente a una niñita. —¡Eh, Nico! —Vanina le tironeó de la camiseta, sin quitarle la vista de encima a Takeshi. Mierda, justo ahí también veía pasar a David y Vanina ya no sabía qué hacer: ¿saludaba primero al hijo de Poseidón o iba a darle la bienvenida a la chiquilla y los presentaba a todos? Al primero no lo conocía muy bien, pero le dio igual. Para saldar algunas dudas, estiró el brazo y "saludó" a David mientras tironeaba a su compañero— ¿Qué hacemos primero? ¿Qué te parece, eh?
En cuanto a Bastian, ya se lo había visto venir: Quedarse solo como idiota en medio de la nada sin saber qué hacer. Frunció el ceño molesto con el mundo y con el sátiro que lo había abandonado tan descaradamente y se dio media vuelta... Media vuelta en la que cruzó, sin querer, los ojos con una chica que estaba un poco más atrás que él. Dejó caer más los hombros al darse cuenta que no era el único desafortunado recién llegado, pero sí sabiendo que sería el que tendría que hablar primero. A veces le pasaba. Terminaba siendo el que rompía los silencios incómodos porque sentía a los demás nerviosos, ¿qué carajo tenía la gente en contra de las pausas en las conversaciones? No era la muerte de nadie. Se sonrió por el juego de palabras empleado y encaró hacia el lugar donde solo estaba aquella chica alta, mirando hacia los costados solo con los ojos, tanteando el terreno, intentando aparentar toda la normalidad del mundo y tirando "buenas" vibras, porque no tenía idea con quien se encontraría. —¿Nueva también? —Decidió soltar lo primero que le vino a la mente y esbozar una sonrisa. Lo segundo le salió bien, lo primero le salió bastante para la mierda, pero esperó a que la chica no se lo tomará a mal. No tenía idea de que era una hija de Zeus, y aunque lo hubiese sabido, tampoco lo habría considerado inoportuno.
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Harry
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Post by Harry on Sept 5, 2012 19:32:25 GMT -3
Faltó poco para darse un golpe en la cara. Ese tipo de cosas solían ser peligrosas para alguien como Guido, que rara vez miraba por donde iba. Para su fortuna, conocía esa manera de saludar de Mariano y logró frenarse justo a tiempo. -Hacía lo mismo que todos: Miraba a los nuevos.-Contestó mientras respondía el saludo con un empujón afectuoso.-¿Viste a la del lobo? ¡Un lobo, Mariano! ¡UN LOBO!- Exclamó dando saltitos de la emoción.-¿No era que no se podía traer mascotas acá? ¿Vamos a preguntarle como hizo para que lo dejasen entrar? ¡A lo mejor nos dejan entrar algo a nosotros también!
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nitta
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Post by nitta on Sept 5, 2012 19:55:33 GMT -3
(I have a question. ¿Se pueden o no se pueden llevar animales al campamento? T.T Ahora ya no sé T.T)
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Nacho
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Post by Nacho on Sept 5, 2012 19:57:44 GMT -3
— Hey, hey, hey —el chico miró al sátiro con cara de desprecio—. Encima que ayudamos hacer cumplir las normas de nuestro queridísimo campamento, ¿la gente nos trata mal? Tsk, tsk, tsk... La sonrisa de los cuatro adolescentes era cruel y bastante perturbadora. Takeshi hizo una señal con la mano, y otro de los matones se adelantó y dio un empujón ligero pero amenazador a Kaoe—. Rajá, sátiro. Esto no es problema tuyo. — Igual... —el niño robusto se dirigió a Arwein de nuevo, ahora ignorando al sátiro—. Quizás podamos hacer una excepción por vos. Tendrías que hacernos algunos favores nada más, como... no sé... robar una o dos cosas del ático de la casa grande por nosotros. Quizás así podríamos permitir que te quedes con el saco de pulgas. La casa grande era donde vivían el Señor D y Quirón, lo cual era razón suficiente para alejar a cualquiera que tuviese malas intenciones. Pero era de saber popular que en el ático de la casa era donde se guardaban la mayor parte de objetos mágicos, armas encantadas y trofeos de eones de antigüedad. Desde que había puesto un pie en el campamento, Takeshi estaba encaprichado con robar algo de ahí.
Mara se giró y vio que era el mismo chico al que había estado mirando antes. No parecía malo ni nada por el estilo, pero de igual manera le daba un poquito de escalofríos. — Nueva también —le confirmó, devolviéndole la sonrisa— Me llamo Mara, ¿y vos?
Y Nathan, por su parte, estaba decepcionado de sí mismo. Mientras Quirón hablaba, se había puesto a pensar en su haiku mañanero, y se dio cuenta de que "bendita infusión" tenía seis sílabas y no cinco, como hacían falta. Entrecerró los ojos, miró fijo hacia el sol y murmuró una disculpa divertida a su padre, quien afortunadamente tenía más sentido del humor que otros dioses. Una vez que Quirón dio por terminado su discurso, Nat pescó a David de reojo y decidió caminar hacia él, pescando de reojo a Takeshi. Antes de comentar algo al respecto, notó que su amigo estaba completamente empapado. — Che, Dave, la gente normal se seca después de bañarse... —le bromeó palmeándole el hombro.
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